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ASOIAF: Una Historia Alternativa

Una historia en la que Jon Nieve toma su destino con sus propias manos. Acompañemos a Jon Nieve en su camino de gloria, traición, tristeza, ira y amor. En un mundo despiadado donde el honor es lo único que ya no tiene valor alguno, donde los despreciables señores y damas de los Siete Reinos juegan el Juego de Tronos, ya sea por ambición, diversión, o simplemente para ver el mundo arder. Basado en las Novelas de George R.R. Martin, este Fanfiction de Canción de Hielo y Fuego se basa exclusivamente en información disponible en los libros y un poco de mi propia cosecha... Todas las teorías aquí están aunque sea ligeramente basadas en las novelas y material literario adicional escrito o autorizado por el Autor original. [Aportes bienvenidos aquí: patreon.com / IgnathiusNZX] [DESCARGO DE RESPONSABILIDAD] Personajes, Lugares, Nombres, etc. Son propiedad de George R R Martin, y pertenecen a su saga literaria Canción de Hielo y Fuego.

IgnathiusNZX · Bücher und Literatur
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46 Chs

Jaime - III

Solo tomo unas cuatro horas para que los quinientos hombres que marcharían con el para apoyar a Aemon se reunieran. Doscientos de ellos eran los reclutas que el mismo había entrenado, el resto eran los veteranos soldados lacustres que siguieron a Eddard Stark durante la Rebelión. Era un ejercito tan bueno como cualquier otro, incluso podría haber estado por encima de la media. Todos eran leales al Príncipe Aemon, por lo que Jaime no estaba preocupado de que hubiera deserciones o traiciones durante la marcha.

Lord Howland no solo se había encargado de convocar a sus tropas más curtidas, sino que había preparado estandartes para el ejercito de Aemon, eran dos pendones diferentes, uno; con los colores invertidos de la casa Stark y con un diseño de rosas invernales salpicando el fondo. Y el segundo; tenía al dragón tricéfalo de los Targaryen de color blanco, el fondo era de campo sable, y nuevamente las rosas invernales salpicaban el fondo.

Ese detalle llamo la atención de Jaime, y no pudo evitar preguntar por aquello. Resulto que las rosas invernales estaban allí para hacer alusión a Lyanna Stark, "eran sus flores favoritas" fue lo que dijo Lord Howland.

El señor de la Atalaya de Aguasgrises le pidió que llevaba ambos estandartes, pues no conocían los pensamientos del joven Aemon, bien podría querer mostrarse solo como Jon Stark el señor de Foso Cailin, o podría decidir revelarse como Aemon Targaryen, los estandartes eran necesarios para que el chico tomara su propia decisión.

Jaime se había puesto la armadura blanca de la Guardia Real que el lacustre había encargado que le hicieran, era una armadura de placas de acero esmaltada de blanco, la capa era una pesada piel de oso de las nieves que fue blanqueada, los broches de la capa eran lo único que mostraría la casa a la que perteneció antes de hacer sus votos, eran dos pesados broches en forma de cabezas doradas de león.

Su espada dorada ya no estaba por ningún lado, pues había sido reemplazada por una hoja sin adornos completamente nueva.

Vistiendo así, Jaime sentía que lucia como un verdadero y digno caballero de la Guardia Real, no volvería a mancillar sus votos, viviría y moriría por su Rey.

«Príncipe, aún no ha sido coronado…» se recordó.

Ahora, frente a los quinientos hombres que le acompañarían a romper el asedio de Valle Oscuro, Jaime se sintió reivindicado, por fin lideraría hombres a la batalla por su señor, ya no era solo un rehén para el Rey Loco, era el único miembro de la Guardia Real de Aemon Targaryen, y lideraría hombres a la batalla en nombre de su Rey, por su Rey y para su Rey.

Antes de iniciar la marcha, Jaime sintió la necesidad de hablar con sus hombres.

—Todos ustedes han sido llamados hoy aquí, para cumplir con su deber para con su Señor. —comenzó —Muchos me conocen como el Matarreyes, muchos de ustedes me desprecian, lo se. —Jaime miro a los hombres de su rey y lo vio en sus miradas —pero el día de hoy estoy marchando con ustedes. Marcho porque es mi deber, porque hice un juramento al joven Aemon, porque estoy en deuda con él, y porque es el Rey al que deseo servir. —continuo — Ahora el príncipe Aemon esta atrapado en Valle Oscuro como una vez lo estuvo su abuelo, la única diferencia es que no está allí como prisionero. Pero los señores de las Tierras de la Corona ahora asedian la ciudad, y es nuestro deber levantar el asedio y si no fuera posible, atravesarlo y unirnos a la defensa. —Jaime tomo unos segundos para mirar a las tropas y noto que el desprecio hacia el ya no era tan notorio. — que el falso Rey en el Trono de Hierro lamente el día en que extendió las manos hacia la familia del Príncipe Aemon…

—¡Tu bastardo querrás decir!

Jaime escucho aquel grito y se limitó a asentir.

—Si, es cierto, el falso Rey que ocupa el Trono de Aemon es mi hijo bastardo, Joffrey Aguas. — respondió Jaime sin inmutarse ­— pero mi lealtad esta con Aemon. Joffrey no tiene derecho alguno al trono que ocupa. Y lo que es peor, ha osado, en conjunto con mi hermana Cersei Lannister, a incurrir en dañar y perjudicar a la familia de nuestro Rey Legitimo. Han tomado a Lord Eddard Stark prisionero por el supuesto crimen de traición, y retienen ahora a Lady Sansa Stark, ambos son considerados por Aemon como su padre y hermana, pese a que los lazos de sangre no los unen de tal manera. —Jaime miro a los hombres y vio que estaban molestos por lo que ocurrió con los Stark, el aprovecharía eso — Recuerden que marchamos por Aemon, ¡por el Rey Legitimo!, el Targaryen que fue criado por Eddard Stark, es más del Norte que del Sur. ¡Y si lo coronáramos, el Norte no será dejado de lado como todos los Reyes han hecho desde que esa silla de hierro fuera forjada!

Los soldados esta vez respondieron con un grito de euforia. Y Jaime dio la orden de marcha.

Estaban en Foso Cailin, e incluso con una marcha forzada tomaría unos diez días llegar a Valle Oscuro, eran una tropa de infantería y solo Jaime tenia un caballo que montar, pero tendría que bastar, Jaime no esperaba que los señores de las Tierras de la Corona se reunieran rápidamente, así que deberían tener tiempo para socorrer a Aemon.

Cuando estaban a punto de dejar el patio de la fortaleza, Lord Howland se acerco a Jaime y le dijo que solo debían marchar hasta los limites del Cuello y encontrarían que se habían preparado caballos suficientes para la tropa entera justo en la entrada de las Tierras de los Ríos.

...

...

El ejercito dirigido por Jaime descendió por el cuello en menos de dos días de marcha, al llegar a la entrada de las Tierras de los Ríos, se encontraron con un grupo de lacustres que cuidaban a poco más de quinientos caballos, no eran corceles de guerra, no eran tan fuertes ni pesados, pero eran más rápidos de lo que Jaime esperaba, además, por lo que podía ver, estaban bien domesticados, pero era notable que se habían criado como caballos salvajes.

Jaime no entendía como podían domar tantos caballos en tan poco tiempo, y cuando pregunto, solo le respondieron que los lacustres descendían de los Niños del Bosque.

Pero eso ya no era importante, tenían caballos y la moral estaba alta. Podrían llegar a Valle Oscuro mucho más rápido de lo que esperaba originalmente, tomaría cinco días más y si marchaban día y noche con solo los descansos mínimos para que los caballos no murieran ni colapsaran, tres.

Reanudaron la marcha después de que todos hubieran montado, solo con suministros mínimos, los estandartes del Lobo Blanco extendidos para que el mundo entero los viera. Descendieron por el Camino Real hasta la aldea de Lord Harroway, en el camino jinetes de las Tierras de los Ríos, aparecieron de vez en cuando, probablemente exploradores de los Tully, a Jaime no podían importarle menos. Pero realmente era problemático ser un Lannister dirigiendo un ejercito del Norte, especialmente en medio de una guerra entre Lannisters y Starks.

Descansaron en la aldea ubicada al costado del Camino Real durante seis horas, luego cuando estaban por reanudar la marcha, un grupo de jinetes de las tierras de los Ríos los atacaron, eran un grupo de hombres Tully, dirigidos por el imbécil de los Ríos, Edmure Tully.

«Tenia que ser un Tully… porque son siempre tan estúpidos» Jaime estaba enojado. El estandarte que llevaban era claramente una variación del de los Stark, pero el maldito mocoso descerebrado los estaba atacando.

—¡Estamos bajo ataque! —grito — Preparen sus arcos, los repeleremos. — los lacustres rápidamente armaron sus arcos, y prepararon sus flechas para disparar — Esperen a que estén en el rango de tiro — la tensión entre las tropas era palpable, algunos estaban nerviosos al ver los estandartes de los Tully — No se preocupen, simplemente traten de no matar al idiota de Aguasdulces. —les grito Jaime con un tono de burla.

Los lacustres estaban listos, y no rompieron filas incluso cuando vieron a los jinetes Tully que se contaban en más de cien cargando hacia ellos, cuando estuvieron a unos doscientos metros, Jaime dio la orden de tiro.

Había definido que cien arqueros atacaran a la vez, así cuando el primer grupo hubiera terminado, el segundo dispararía, luego el tercer grupo, el cuarto y cuando el quinto disparara, el primer grupo ya habría preparado su siguiente tiro. Así la precisión seria mayor, pues tendrían tiempo para apuntar a un objetivo. La caballería cargaba directamente hacia ellos desde una zona de menor altura por lo que los disparos serían más fáciles.

La primera andanada solo golpeó a un par de jinetes, pues aún estaban demasiado lejos, la segunda derribo a cinco, la tercera a mas de veinte, la cuarta a siete, y la quinta a otros doce. Entre ellos, Edmure Tully cayo de su caballo.

Luego los rivereños retrocedieron, recogieron a su señor, y se marcharon.

—Pero que idiota ataca directamente con caballería desde una posición más baja. —mascullo Jaime — si ese será el señor supremo del Tridente, ay de los rivereños en esta guerra.

Jaime observo unos minutos por si regresaban, pero cuando se convenció de que no seria así, dio la orden de montar y continuar marchando.

Ya habían tenido un enfrentamiento… contra quienes no tenían pensado enfrentarse… pero se había comprobado que el ejército que dirigía era capaz de responder y seguir sus ordenes adecuadamente. Pero el hecho de que una Casa aliada de los Stark los hubiera atacado, resintió ligeramente la moral de las tropas.

Continuaron hacia el sur, y luego hacia el este, hasta que se adentraron en las Tierras de la Corona, en su camino encontraron varios grupos de soldados y señores menores viajando hacia Valle Oscuro para unirse al asedio, Jaime no los ignoro, cada vez que veía un grupo hostil ordenaba atacar, los lacustres eran buenos arqueros incluso estando a caballo, aparentemente por estar acostumbrados a cazar aves desde sus botes y balsas en el Cuello.

Se encontraron con un grupo de varios cientos de hombres de la Casa Buckwell, marchaban en una columna dispersa, con menos de veinte caballeros, Jaime dio la orden de separar a su ejercito en cuatro grupos, cada uno se adelantaría a los Buckwell y atacarían por los flancos y la retaguardia.

Fue tan simple que Jaime pensó que estaban atacando campesinos, pero las armas y armaduras del enemigo negaban que ese fuera el caso, se requirieron menos de tres cargas para que todo ese pequeño contingente estuviera muerto, herido o en fuga.

Jaime ya había perdido a treinta de sus hombres durante los diferentes ataques que habían realizado durante el camino a Valle Oscuro, y por su parte habían acabado con varios cientos de soldados mal organizados que no esperaban ser atacados durante la marcha.

Después de terminar con ese grupo de Buckwells, Jaime ordeno recoger los suministros de los enemigos y tras hacerse con provisiones, armas en buen estado y varios cientos de flechas, ordeno continuar la marcha. Estaban ya a menos de un día de Valle Oscuro, y llegarían al anochecer.

...

...

Estaban a poca distancia de Valle Oscuro, Jaime y sus tropas podían escuchar el estruendo de los atacantes mientras asaltaban las murallas de la Ciudad. No había mucho tiempo, los Rykker no habían suministrado hombres a Aemon, y solo podía arreglárselas con la guardia de la ciudad.

Jaime comenzó a dar ordenes desde ese mismo momento.

—¡Escúchenme! —grito, su voz enérgica y potente alcanzo a cada uno de sus soldados — Frente a nosotros esta Valle Oscuro. La ciudad esta siendo atacada por los asediantes. Hemos llegado casi demasiado tarde. Pero ese casi es lo que nos da la oportunidad de tomarlos desprevenidos.

Los soldados, cuatrocientos sesenta y tres eran los que quedaban, lo escuchaban atentamente.

—Lord Jon Stark está en esa ciudad, resistiendo el ataque, lo superan de 10 a 1. —Jaime recordó cambiar el modo en que se refería a Aemon, aun no sabia si deseaba revelar su origen, y no quería que alguien pudiera enterarse por su descuido — Pero ahora que estamos aquí, no hay forma de que nuestro señor caiga en esta batalla. Atravesaremos el campamento de asedio, y mientras lo hacemos, lo quemaremos. El fuego en su retaguardia desconcertara a los atacantes. —continuo— Que cualquier hombre que ose interponerse en nuestro camino sea pasado por la espada. No necesitamos tomar prisioneros, lo importante es llegar a las murallas. Debemos socorrer a nuestro Lord — hizo una pausa— Todos, formación dispersa, nos moveremos como una lanza, los atravesaremos, alternen entre arcos y lanzas como crean conveniente. Y por los Dioses, si su caballo muere tomen su espada o su tridente y maten a todos los enemigos que vean.

Entonces comenzó la batalla por la que habían viajado hasta allí.

El Ejercito del Lobo Blanco como seria conocido después de esa batalla, estableció una formación de punta de lanza con sus tropas dispersas, y cargaron hacia el campamento del enemigo.

En la retaguardia quedaban pocos hombres, no esperaban que el enemigo estuviera a su espalda. Y Jaime y sus hombres aprovecharon aquello, los lacustres entraron disparando flechas, un pequeño grupo desmonto y comenzaron a iniciar incendios valiéndose de las hogueras, antorchas y braseros que había por el campamento.

Jaime cargo hacia el frente, en dirección a las murallas, lo seguían poco mas de doscientos de sus tropas, el resto había quedado atrás atacando el campamento. Las flechas de los lacustres golpeaban a los hombres escalando las murallas, Jaime usaba su lanza para matar a los soldados de a pie que se cruzaban por su camino.

Avanzaron sin detenerse incluso cuando sus números se redujeron a menos de la mitad, Jaime avanzo ebrio de batalla. Tomo menos de veinte minutos alcanzar las murallas, y Jaime uso una de las escaleras de los atacantes para subir a las murallas. Allí, armado solo con su espada comenzó a segar las vidas de los hombres afortunados o desafortunados que lograron escalar el muro.

Avanzo junto a una treintena de lacustres eliminando a los invasores, hasta que consiguieron llegar hasta Aemon quien se encontraba también combatiendo sobre las murallas de Valle Oscuro.

Jaime vio como el joven príncipe se enfrentaba a un hombre que llevaba la capa blanca de la Guardia Real, y noto que en el suelo cercano a Aemon había otros dos Capas Blancas muertos «mato a Greenfield y a Moore… bastante impresionante…»

Fue solo entonces que Jaime noto quien era el caballero con el que Aemon se batía, era anciano, pero no por ello menos hábil, ágil o letal que en sus mejores tiempos, el único Caballero de la Guardia Real actual que valía su capa blanca. Ser Barristan Selmy.

Jaime trato de avanzar hacia Aemon, tenia que ayudarlo, pero llego demasiado tarde. Barristan el Bravo superaba al niño en habilidad, y un tajo logro herir a Aemon en el costado. Solo entonces Jaime pudo atacar a Barristan, un ataque a traición por la espalda, cortando a través del hombro, y luego lanzo un puñetazo que conecto con el costado de la cabeza del viejo caballero tan fuerte que lo noqueo.

Los lacustres rápidamente desarmaron al Bravo, lo ataron y lo arrastraron. Mientras Jaime se agachaba junto a su Rey y lo cargaba. Ellos irían ahora a Fuerte Pardo. El resto del ejercito que Jaime traía consigo debería ser capaz de entrar a la ciudad y defender sus murallas, incluso si el no estaba en el campo de batalla.

Aemon había perdido mucha sangre y había caído inconsciente. Jaime camino por las calles cargándolo hasta la Fortaleza de los Rykker, allí lo recibió la mirada de la niña adorada de su Rey, quien al notar el estado de Aemon trato de abalanzarse hacia él, pero fue contenida por un hombre de aspecto Braavosi.

Jaime entro en la Fortaleza y exigió la presencia del maestre, así como que le guiaran a una habitación para dejar a Aemon descansar.

Y... bueno, Jaime llego a Valle Oscuro, pero no todo salio bien.

Aemon esta gravemente herido...

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