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CAPÍTULO 19 CANONIZACIÓN.

Perspectiva: Katherine Berdún.

Mirusmari, Lunae 13 de Sextilis del 1571.

La capital del Imperio Caelum, también llamada la ciudad del progreso, la puerta al cielo, o simplemente, Mirusmari; con más de 9 millones de habitantes, y 1456 kilómetros cuadrados de superficie total, es una de las metrópolis más grandes e importantes de todo el continente Humus. Cuando la vi por primera vez, pensé que estaba en el futuro, me pareció hermosa y majestuosa con sus enormes edificios, extensas murallas, calles pavimentadas, y todo tipo de curiosas máquinas; creía que mi padre estaba exagerando, cuando me hablaba de un Artefacto Mágico llamado Tren, el cual, se movía a una increíble velocidad en unas barras metálicas por toda la ciudad; también me contó sobre unas extrañas cajas rectangulares que transportaban a muchas personas, y surcaban los cielos; ahora sé que todo eso es cierto, pero después de vivir por 3 años, y experimentar tantas cosas, esta ciudad ya no me parece fantástica; toda la belleza en su exterior, es solo una máscara para encubrir lo cruel que puede llegar a ser.

Al principio, estaba motivada y decidida a enfrentar cualquier cosa, todavía era ingenua; pensaba que ya había sufrido bastante, y que existía un límite al dolor que podía sentir; no obstante, en la Catedral Episcopal de la Diosa Fenicia, me demostraron que no podía estar más equivocada. Con el fin de "ayudarme" a controlar mis dones, adquirir ciertas habilidades, y hacerme más fuerte, me sometieron a toda clase de tormentosas pruebas físicas y mágicas, extensas jornadas de estudio, numerosas sesiones de oración, y complicadas lecciones sobre el uso de diversas armas; no había descanso, ni consideración, y estaba en completo aislamiento; según las monjas, era algo necesario para reforzar mi fortaleza mental y otras cualidades, en verdad, estuve a punto de perder la cordura; afortunadamente, el conejo de peluche que me regaló Agis, me permitió superar y soportar todas las dificultades. Hace poco menos de 4 meses, he terminado con estos entrenamientos, aunque los métodos de la iglesia son muy ortodoxos e implacables, no hay forma de negar su efectividad para despertar el verdadero potencial de una persona, ahora tengo una nueva perspectiva del mundo, y entiendo muy bien el alcance de mi poder.

La razón por la cual, la iglesia de la Diosa Fenicia, ha invertido tanto tiempo y recursos en mí, es por mi don de la curación; al tomar el control de un poder sumamente raro y codiciado por muchos, la iglesia obtiene un gran prestigio, aumento de creyentes y bastante apoyo por parte de diversas naciones; si a ello agregamos que los dones son considerados como regalos de los Dioses, se podría decir que el poder de la iglesia, se ha incrementado considerablemente. Parece que mi destino ya estaba marcado desde el momento en que nací, ya sea la iglesia, el gobierno, o cualquier otro organismo, no había forma en la que pudiese evitar ser tomada como una herramienta; en definitiva, todo poder tiene un precio. No obstante, ahora que soy consciente de mi predicamento, no permitiré que me vuelvan a usar para la conveniencia de otros, esta será la última vez que se aprovechen de mí; desde hace mucho tiempo, decidí que prestaría mi poder únicamente a las personas que me importan.

En la Catedral Episcopal de la Diosa Fenicia, un lugar enorme, con 250 metros de largo, 150 metros de altura hasta la cúpula, y una superficie total de 30000 metros cuadrados; en las horas de la mañana, se está llevando a cabo una liturgia muy especial en la nave central, un espacio con 200 metros de largo, y 55 metros de altura; cubierta por una gran bóveda de cañón, decorada con mosaicos de mármol que integran bellos patrones rectangulares, y pinturas alusivas a la Diosa Fenicia; en los pilares, se abren hornacinas en las que se puede apreciar esculturas de diversos Santos, Apóstoles y fundadores de la Iglesia; en los arcos, que se forman entre los pilares y el techo, se encuentran estatuas que representan las enseñanzas de la Diosa Fenicia, como la belleza, el poder, la bondad, el amor, la paz, la fe, y muchas otras; así mismo, en las paredes, hay exquisitos murales grabados en oro y plata, como también hermosas pinturas de los 6 Dioses. Esta catedral es uno de los edificios más grandes del Imperio Caelum, el templo más sagrado de este continente, y es clasificado como patrimonio mundial por el Consejo de las 10 Razas.

Este lugar tan grande y ostentoso, recibe miles de visitas al día; aun así, nunca pensé que fuera posible verlo tan lleno como ahora, literalmente, no cabe un alma, es más, algunas personas están aplastando a otras. Particularmente, me encuentro en una plataforma donde puedo observar con claridad el mar de gente que se ha reunido en esta importante ocasión; la razón detrás de este acontecimiento, se debe a que hoy seré canonizada oficialmente como la Santa de la Curación ante todo el mundo; normalmente, no me siento agobiada ante grandes multitudes, sin embargo, esta no es una muchedumbre cualquiera, entre los presentes están: el Emperador Prisciliano Aetius Caelum, la Emperatriz Caya Alvita Helladius de Ferruarum, el Rey Demonio Florus Dalmacio Basilius Regem, como también varios nobles y burgueses; agregando que estoy junto a los líderes espirituales de las 7 Iglesias existentes que rinden culto a los Dioses. El aura imponente que exudan estas personas, es demasiado abrumadora, en cierto modo, es increíble que pueda sentarme al lado de semejantes figuras.

Después de un largo sermón por parte de un cardenal sobre la importancia de llevar a cabo la voluntad divina; vistiendo un habito plateado con bellos adornos y bordes dorados, Ania II, la líder espiritual de la Iglesia de la Diosa de la Luna, que a su vez es mi mentora, procede a recitar un discurso solemne frente a un altar sobre el cual hay diversas herramientas y cofres pequeños con ofrendas a la Diosa Fenicia.

- Hermanos y hermanas, nos encontramos reunidos en este lugar sagrado para santificar a la hermana Katherine Berdún, – la líder me señala y rápidamente me pongo de pie – por su fe, virtudes, talentos y bendiciones, sin duda, es digna de ser la Santa de la Curación; – mira al techo y extiende sus brazos – que la Diosa Fenicia no permita a su Iglesia errar en esta obra tan importante, te rogamos, oh Diosa de la Belleza.

- ¡TE ROGAMOS! – clama la muchedumbre.

La voz de la líder, se escucha por todo el lugar con una nitidez absoluta, esto es gracias a un pequeño artefacto mágico sobre el altar que se extiende hasta sus labios.

- Invoquemos a la Diosa para que nos ilumine y otorgue su protección divina a la hermana Katherine, ¡ven espíritu salvador! – la líder habla en voz alta.

- ¡VEN ESPÍRITU SALVADOR! – proclama todo el mundo.

Recoge las ofrendas que están sobre el altar, y las coloca en un mortero, de esta forma, se dispone a preparar un ungüento, luego, se gira hacia mí, indicando que debo pararme a su lado; el lugar donde está situada la líder es sumamente especial, según las divinas escrituras, fue justo en ese sitio donde la mismísima Diosa Fenicia, a partir del agua, la tierra, y de su propia sangre, creó a Avito y Euna, el primer hombre y mujer, precursores de la humanidad.

- Oh Diosa de la Belleza, tu Santa iglesia, confiando en la promesa de enviar tu espíritu divino, concédenos la verdad y sabiduría para llevar a cabo tu voluntad; – la líder posa su mano sobre mi hombro, señal de que debo arrodillarme – en el mismo lugar donde creaste a la humanidad, y nos otorgaste tu gracia, te suplico que reconozcas a la hermana Katherine Berdún como la Santa de la Curación; – retira su mano y procede a tomar un poco del ungüento, dibuja un símbolo en mi frente, luego, se aleja lentamente – que tu mano se pose sobre nosotros, y que a través de ella, se realicen tus milagros.

Tan pronto como la líder termina de decir estas palabras, las monjas de los alrededores comienzan a cantar bellos coros, muchas personas siguen la tonada, y otros se quedan en silencio.

Ser reconocido por un Dios, implica someterse a una prueba, en mi caso, el ungüento que tengo en mi frente, produce una reacción de mis Unidades Mágicas, con un Artefacto Mágico que se encuentra incrustado en la tierra, y sobre el cual, estoy de rodillas, es donde se piensa que la Diosa Fenicia creó a la humanidad; si la reacción funciona, obtendré la "protección divina" de la Diosa, la cual, consta de dos habilidades y dos mejoras; respectivamente, son las siguientes: Resistencia a la Fatiga, Recuperación Mágica Aumentada, un pequeño aumento en mis unidades mágicas, y una pequeña mejora de mi potencia mágica. Estos poderes, no son de procedencia divina, ni nada que se le parezca; en realidad, son habilidades transferidas de 2 monjas que se encuentran debajo de esta plataforma. Por otro lado, las mejoras, son gracias al Artefacto Mágico que, adsorbiendo mi magia y la de esas mujeres, me proporciona esos aumentos de forma permanente, sin ningún tipo de rechazo o efecto secundario.

En la antigüedad, se desarrolló una técnica para transferir habilidades, pero esto conlleva consecuencias mortales para el que lleve a cabo esta acción; todo aquel que transmita una habilidad, morirá lentamente a medida que el receptor asimila este nuevo poder; debido a ello, se decidió que este método debe permanecer fuera del conocimiento público para evitar el abuso y uso inadecuado; sin embargo, la persona que recibe la habilidad, debe soportar una gran carga física y mental, por lo tanto, si no logro resistir, probablemente, muera de forma espantosa, o en el peor de los casos, pierda mi cordura para siempre; así mismo, justo ahora, dos personas están sacrificando sus vidas por mí. Esto no es algo que me vaya atormentar por las noches, muchos mueren a diario por diversas razones, al menos, la muerte de estas mujeres será de utilidad; además, no es como si hubieran sido obligadas, ellas se ofrecieron voluntariamente, siendo ese el caso, ¿Por qué debería molestarme? Más bien tomare su palabra y haré buen uso de estos poderes, definitivamente, esas mujeres no morirán en vano.

El ungüento en mi frente comienza a sentirse caliente y luego, el Artefacto Mágico se activa; inmediatamente, el suelo a mi alrededor brilla en plateado, es muy segador, mi cuerpo duele como si me estuvieran cortando en pedazos, estoy muy aturdida, y siento que mi cabeza está a punto de explotar; pero debo resistir, este sufrimiento no acabará conmigo, ¡Agis y yo prometimos que nos encontraríamos de nuevo! Nuestras vidas están unidas, no moriré ni desfalleceré ahora, aún no he disfrutado de la felicidad, aún tengo mucho por que vivir; después de unos instantes, la luz desaparece, mi frente se siente un poco fría, y el dolor disminuye; ¡Lo he conseguido! con esto, estoy más cerca de lograr mis objetivos, afortunadamente, no he realizado un espectáculo bochornoso, ni dejé salir un solo sonido de dolor; a lo mucho, mi expresión debe mostrar aflicción. Las monjas, al notar que me encuentro relativamente bien, cesaron su canto y guardan silencio en espera a las palabras de la líder.

- Para gloria de toda la humanidad y la exaltación de la fe, con la autoridad de la Diosa Fenicia y la nuestra, – dirigiéndose a la multitud con júbilo – después de haber superado la prueba de fe, en nombre de la iglesia de la Diosa de la Luna, declaramos y definimos Santa, a la beata Katherine Berdún, – se acerca y pone su mano sobre mi cabeza – inscribiéndola en el Libro de los Santos, y establecemos que sea devotamente honrada como tal en toda la iglesia.

Los asistentes se alegran mientras aplauden con mucho regocijo; gracias a mi don de la Curación, y a las habilidades recién adquiridas, el cansancio y malestar de hace un momento, se desvanecen rápidamente; ahora que soy una Santa, no debo permitir que los demás vuelvan a ver mi lado débil, por ello, me pongo de pie en un esfuerzo de mostrarme tranquila y digna.

- Escuchemos las palabras que la Santa de la Curación, Katherine Berdún, tiene para nosotros. – me señala y luego se aparta para que hable por medio del Artefacto Mágico.

- Hermanos y hermanas, agradezco su grata acogida como Santa y devota creyente…, – hablo con humildad – ¡gracias! – la muchedumbre se exalta en alegría – en primer lugar, por nuestra Diosa Fenicia, oremos todos y siempre por ella, para que nos bendiga y conceda su protección: – extiendo mis brazos – Mi Diosa Fenicia, que creaste la luna, nos diste la belleza, y proteges al mundo, bajo tu protección nada me faltará, no hay nada que temer, porque la desgracia no existe en tu reino. – todos los presentes repiten mi oración – Y ahora que he comenzado este camino, el camino de la Iglesia de la Diosa de la Luna, Fenicia, quien es la que preside en la caridad de todas las iglesias de este continente; un camino de fraternidad, amor, fe, y confianza entre nosotros; pidamos siempre por nosotros, por todo el mundo, para que exista una gran unión; deseo que este camino de la iglesia, sea fructuoso para la prosperidad de las 10 razas… – tomo aire y continúo – antes de dar cualquier bendición, les pido un favor, que rueguen a la Diosa para que su mano nunca se aparte de mí… – realizo una solicitud a la bulliciosa muchedumbre – hagamos en silencio esta plegaria de ustedes, sobre mí… – la multitud asume una postura de oración, y luego de unos minutos retomo la palabra – ahora les doy la bendición a ustedes, y a todo el mundo, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que los 6 Dioses y especialmente, que la Diosa Fenicia en cuyo poder y autoridad confiamos, intercedan por nosotros para la gloria de Alfa… – hablo con tranquilidad y confianza – que el espíritu divino de la Diosa de la Belleza, Fenicia, descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.

Mi discurso meticulosamente ensayado, conmueve a los asistentes y aplauden en señal de admiración; ahora veo que todos los esfuerzos en preparación para este momento, no fueron en vano; sin lugar a dudas, he dejado una gran impresión en el corazón de las gentes. La razón por la que mi entrenamiento terminó, fue para que todo saliera perfecto este día, y considero que ese objetivo se ha cumplido a cabalidad.

Después de terminar mi intervención, según el protocolo para esta clase de ceremonias, me fui a la parte trasera de la plataforma para rezar, y dar gracias a la Diosa, mientras tanto, la líder continuó con otro largo sermón; de esta manera, dando por finalizado el evento.

Los creyentes tardaron varias horas en abandonar la catedral; toda la ciudad Mirusmari celebró este acontecimiento con mucha devoción y alegría. Tuve la grandiosa oportunidad de cruzar palabras con el Emperador, la Emperatriz y el Rey Demonio; de lo poco que charlé con ellos, pude notar el gran carisma de todo gobernante, sin duda, son personas muy inteligentes y sabias; también hablé con los líderes de las otras iglesias, y recibí algunos concejos de los otros Santos y Apóstoles; el resto del día, la pasé muy ocupada utilizando mi poder para curar algunas personas, y realizando los procedimientos para obtener ante el estado, la posición de Santa, que en la nobleza sería el equivalente de una Marquesa.

◇◇◇

Mirusmari, Sexteris 30 de Iulius del 1571.

Ya ha pasado más de un mes, durante este tiempo, he utilizado mis poderes para curar a las personas de sus heridas y enfermedades, con el fin de consolidar mi posición como Santa ante los creyentes; recientemente, se ha vuelto molesto fingir que me agrada realizar esta labor, la gente no solo desea que alivie sus males, también quieren que les ayude a solucionar todos sus problemas, pero eso no es lo peor, lo que me parece más exasperante, es que esperan que yo haga todo por ellos; en verdad, ser una Santa es algo sumamente difícil, ahora pienso que era mejor continuar con aquellos entrenamientos, que realizar "milagros" y escuchar las interminables tribulaciones de los creyentes. Cuando estoy a punto de desfallecer y abandonar todo, una vez más, el conejo de Agis, me ha permitido seguir adelante, es sorprendente lo que una chica enamorada puede hacer y padecer por su amado; en el momento que me reencuentre con él, voy a compensar todos estos momentos de desesperación.

Hace poco menos de 3 días, mi labor en esta ciudad ha terminado, y ahora es necesario que realice un viaje por todo el continente, divulgando la palabra de la Diosa Fenicia; pero antes de hacerlo, quiero hablar con mi mentora para manifestarle mis inquietudes, por ello, actualmente me encuentro en sus aposentos privados sentada en un cómodo sofá frente a ella.

- Maestra, disculpe por molestarla, he venido para hablar sobre mi viaje… – hablo con incertidumbre – creo que aún no estoy lista, es muy difícil lidiar con los creyentes, además, no tengo ninguna cualidad que en verdad me haga una Santa, simplemente, no soy digna de ese honor, – manifiesto mis pensamientos – las implicaciones son muy grandes, temo que un día no pueda con ellas.

- Oh mi niña, tu presencia no es ninguna molestia, – mi mentora habla con tranquilidad – y entiendo tus preocupaciones, sé muy bien que has pasado por muchas dificultades; probablemente, ahora tengas una perspectiva negativa y te sientas desalentada; pero no hay por qué alarmarse, – me anima – no estás sola, tienes de tu lado a nuestra iglesia, no es necesario que lleves por ti misma toda la responsabilidad, y tampoco debes dudar en pedir ayuda o consejo cuando creas que estás perdiendo el camino.

Mi mentora, Ania II, es una mujer sumamente sabia, inteligente y misteriosa, gracias a ella, he logrado ver el mundo desde otra perspectiva; me ha enseñado la importancia de mi labor, el gran alcance de mis capacidades, así como muchos secretos y conocimientos invaluables; ahora entiendo las implicaciones de nuestros actos, que no es tan simple catalogar algo como bueno o malo, y la necesidad de reconocer un hecho tal como es; mi mentora es una de las pocas personas que me brinda todo su apoyo y confianza, además, es muy perspicaz, sabe de mi escepticismo ante los Dioses, y sin embargo, no me juzga ni me trata de manera distante, por el contrario, es muy amable, ni siquiera mi madre es tan cariñosa.

- Aun así, sigue siendo difícil, – expreso mi pesimismo – no es tan sencillo sonreír y decir que todo va estar bien, cuando sabes que no es así… – bajo la mirada y pongo mis manos sobre mi cabeza – estoy cansada de ver las caras de desesperación de la gente, porque solo me miran como una herramienta, no les importa si estoy sufriendo, o si mis Unidades Mágicas se están agotando, quieren que siga curándolos sin descanso… – levanto mi cabeza y retiro mis manos – odio usar mi poder en esa clase de personas, cuando no he podido ayudar a los que de verdad me importan.

- Lo que estás haciendo es necesario, – habla en tono serio – debes ser paciente y constante, ¿recuerdas nuestro convenio? Serás la grandiosa Santa Katherine, y a cambio, voy ayudarte con tus objetivos, ¿acaso no quieres que ese chico que amas, esté en la palma de tu mano?

- Sí, pero… esto es más de lo que puedo manejar, no es posible inspirar a la gente, cuando ni siquiera puedes creer en lo que profesas… – hablo con honestidad – maestra, lo sabes, no soy una buena persona, aparentar ser una joven virtuosa, solo servirá para que nadie me conozca realmente, y no quiero eso, cuando me encuentre con Agis, deseo que él vea mi verdadero yo.

- Ya seas buena o mala, el mundo espera grandes cosas de ti, así que no debes preocuparte sobre tu personalidad o creencias, – habla con severidad – estamos tratando de hacer un mundo mejor, y para ello, haremos uso de todos los recursos a disposición. Mi niña, – trata de explicarse – la naturaleza no desecha nada, ya sea algo perjudicial o benigno, hace uso de todo por igual, y es por eso que ha logrado crear cosas maravillosas; este es un hecho innegable y se aplica en todo, así que olvida esa tonta idea de que no eres digna de ser una Santa, – me reprocha – los dones que tienes, son una prueba irrefutable de ello; y sobre tu chico, – habla con seguridad – no deberías angustiarte si tiene una buena o mala impresión de ti, porque de todas formas, habrán muchas oportunidades de mostrarle tu verdadero ser que, sin dudas, es increíble y magnífico; al contrario, nunca debes menospreciarte, y jamás permitas que alguien se atreva a menoscabar tu persona, ya no eres una simple plebeya, eres la Santa de la Curación, debes dejar de pensar como una fracasada, tienes el poder y la capacidad suficiente para enfrentar y superar todos los obstáculos que se interpongan en tu camino, ¿crees que con esa pobre mentalidad vas a cumplir con tus objetivos?

- No… – respondo con frustración.

- Entonces comienza a cambiar la manera de verte a ti misma, quiero que lleves a cabo la tarea que te he confiado. Mi niña, – habla en tono amable – sé que estoy siendo muy exigente, pero serás capaz de anteponerte a las adversidades, como lo has hecho desde siempre, y como dije, no estás sola… – de su túnica saca un Artefacto Mágico de Comunicación Portátil – funciona desde cualquier distancia, con esto, podrás comunicarte conmigo en cualquier momento, sé que hay ocasiones en las que necesitas el consejo de alguien.

- Gracias maestra, le aseguro que la llamare. – me muestro optimista.

Con las palabras de mi mentora, ahora me siento mucho mejor, creo que necesitaba que alguien me diga que soy capaz de hacerlo, justo como Agis lo hacía; si el conejo de peluche es mi punto de apoyo, la líder es la que me alienta y aconseja para no perder el rumbo. Luego de esta charla motivacional, me despedí con mi espíritu renovado preparada para un largo viaje.

Normalmente, se cree que los Santos son personas perfectas y justas que defienden los ideales más nobles; en realidad, son figuras que representan ese pensamiento para inspirar la virtud y benevolencia en los demás, por tanto, mientras mantengas esa imagen ante el público, no importa quien seas en tu interior; por supuesto, no cualquiera puede desempeñar este papel, es necesario tener una preparación, disponer de ciertas aptitudes, poseer convicción e intentar ser lo que pregonas por lo menos en un 1 por ciento, de otro modo, sería imposible que la gente pueda seguirte, después de todo, donde no hay, no se puede sacar; en mi caso, sé muy bien que no soy un ejemplo a seguir, pero mi mentora me lo ha dicho muchas veces, no se trata de quien soy, si no de lo que represento.

◇◇◇

Mirusmari, Lunae 01 de Augustus del 1571.

El día de hoy, me encuentro en el ayuntamiento, un lugar bastante grande y elegante; la razón de mi visita, es obtener mi Tarjeta de Identificación de Ciudadano y Tarjeta de Estado; si bien, aun no tengo 15 años de edad, como un miembro importante de la iglesia, me van a expedir estos documentos antes de tiempo, ya que son necesarios para entrar y salir del país; por tanto, son indispensables para realizar mi viaje por todo el continente Humus.

- ¡Santa Katherine! – el Registrador Nacional me saluda eufóricamente – es todo un placer conocerla, si no le molesta, ¿podría darle su bendición a mi hija? Pronto se va cazar con un noble del sur.

- Igualmente, señor Bernón, – le hablo con una amable sonrisa – y por supuesto que voy a bendecir a su hija.

Esto es una rutina, cada vez que conozco a un noble o burgués, me pide que bendiga o que cure a alguno de sus familiares, es sumamente agotador. Luego de una corta charla, y de bendecir a su hija, por fin se inicia con la expedición de mis documentos. Generalmente, este proceso se tarda un mes por esto de la burocracia y la fabricación, pero el señor Bernón es un duque honorario que ocupa el cargo de Registrador Nacional; aunque no tiene tierras ni es tan rico como debería, su trabajo es muy importante en el imperio.

Luego de unos procedimientos bastante aburridos, por fin soy capaz de ver mi estado después de mucho tiempo. Últimamente, he sentido que mi poder ha aumentado, puedo hacer cosas que antes nunca hubiera imaginado. Obtener fuerza también es uno de mis objetivos, al fin y al cabo, si no posees el poder suficiente para enfrentarte a todos los obstáculos y enemigos, nunca podrás lograr nada.

Nombre: Katherine Berdún.

Edad: 14 Años.

Raza: Humana.

Atributos: Luz, Oscuridad, Agua.

Estatura: 160 Centímetros.

Peso: 50 Kilogramos.

Unidades Mágicas: 11.598.752.

Nación: Imperio Caelum.

Sexo: Femenino.

Lugar de Nacimiento: Villa Limes.

Posición Social: Santa.

Fecha de Nacimiento: 17 de Mabellus del 1557.

Clase: Curandera.

Subclase: Sacerdotisa Guerrera.

Rango de Poder: Avanzado (A)

Número de Identificación: 2.115.058.789

Profesión: Sacerdotisa de la Iglesia de la Diosa de la Luna, Fenicia.

Dones: Curación Nivel 5, Multi Elemental Nivel 5.

Habilidades: Dominio del Arma Nivel 10, Dominio de las Artes Marciales Nivel 7, Retribución Nivel 10, Resistencia a la Fatiga Nivel 4, Recuperación Mágica Aumentada Nivel 4, Resistencia al Dolor Nivel 10, Purificación Nivel 5, Golpe de Onda Nivel 10.

¡Increíble! Mi estado se ha incrementado en forma descomunal, todos esos entrenamientos no fueron en vano; también hay nuevos datos, aunque no son para nada sorprendentes. Siempre he sido consciente de cada una de mis habilidades, sin embargo, no sabía en qué medida eran fuertes; inesperadamente, las que se encuentran en nivel 10, son las que menos empeño he puesto; no obstante, estoy completamente satisfecha con los resultados, creo que mi estado refleja con mucha exactitud, todos los esfuerzos que he realizado para hacerme más fuerte.

Durante estos 3 años, he logrado controlar y fortalecer mis dones, incluso ya puedo lidiar con sus debilidades; por ejemplo, mi don de la Curación se ha reforzado, ahora soy capaz de recuperarme instantáneamente de cualquier tipo de herida mortal, mutilación, desmembramiento, enfermedad, o cualquier otra condición que afecte mi cuerpo; hay muy pocas cosas que puedan matarme, de hecho, ya no moriré si me cortan la cabeza, o me extraen el corazón; hasta el momento, la única forma de acabar conmigo es desintegrarme, o en su defecto, utilizar un hechizo que impida mi regeneración, pero mi mentora me dijo que no existe ningún poder que anule por completo los efectos de un don, así que, prácticamente, soy inmortal; eso sí, no hay nada que pueda hacer contra la muerte natural; un día, cuando sea muy anciana, mi corazón dejará de latir.

Luego, se encuentra su efecto secundario, la adictiva y desbordante excitación; este fue un problema de difícil solución, al fin y al cabo, soy una chica en la flor de su juventud, no hay forma en la que pueda negarme a los placeres carnales; por ello, con el uso de la habilidad Retribución, soy incapaz de sentir cualquier tipo de excitación o bienestar físico, y a cambio, me otorga fuerza, velocidad, resistencia y una mejora de mis sentidos; entre más placer reprima esta habilidad, los poderes que me proporciona se multiplican, en resumen, cuanto más me lastimen, más fuerte seré. El problema radica en que es sumamente enloquecedor no sentir ningún tipo de alivio físico, ser golpeada, apuñalada, mutilada, o cortada, duele muchísimo; aun cuando tengo Resistencia al Dolor, este no se suprime, por el contrario, perdura por más tiempo del que debería, y en compensación, se hace mucho más soportable; no obstante, la habilidad Retribución permite elegir una condición o regla para recuperar el sentimiento perdido, en mi caso, sucederá cuando la persona que amo, toque mi cuerpo de forma erótica y sensual, ¡haaaaa! Estoy muy ansiosa por reencontrarme con Agis, porque literalmente, solo con él es que podré volverme a sentir bien; por ahora, la manera que encontré de sobrellevar este inconveniente, es remplazarlo con otro tipo de satisfacción, como la risa, practicar una afición, y realizar otras actividades que ocupen mi mente; sin embargo, últimamente, no hay algo lo suficientemente gracioso o cómico para que me haga reír, y mi hobby favorito, molestar a la gente, no lo puedo llevar acabo debido a mi profesión; al menos, tengo algunos libros para pasar el tiempo y no perder la cordura.

A veces las cosas no son lo que parecen; antes, pensaba que mi don Multi Elemental era bastante trivial, pues solo me proporcionaba un poco más de talento en la magia, un incremento de mis Unidades Mágicas, y aumentaba mi probabilidad de adquirir afinidades a todos los atributos, era una ignorante que no lo apreciaba; ahora que me enseñaron como utilizarlo, me he dado cuenta de su importancia. Además de los efectos antes mencionados, este gran poder me proporciona inmunidad absoluta a varias condiciones inducidas por magia, como parálisis, petrificación, corrupción, envenenamiento, entre otras; me permite absorber, robar y transferir Unidades Mágicas, efectos, y condiciones de las personas, monstruos, animales, insectos, Bestias Mágicas, e incluso de las plantas; me otorga bastante resistencia mágica a toda clase de hechizos y efectos perjudiciales, por lo que, será muy difícil que alguien pueda desintegrarme; las Sincronizaciones y Resonancias en las que participe, serán 50% más rápidas y fuertes; finalmente, me ayuda a detectar e inferir que clase de magia se está usando en mi contra. A su vez, posee una debilidad bastante molesta, al utilizar alguno o varios de estos efectos, me produce un cansancio insoportable, el cual, no se desvanece durmiendo ni descansando, adicionalmente, estos poderes consumen una gran cantidad de Unidades Mágicas, por lo que no es posible usarlos durante mucho tiempo, ni de forma constante.

Gracias a las habilidades que he adquirido recientemente: Resistencia a la Fatiga y Recuperación Mágica Aumentada, los efectos secundarios se hacen más llevaderos y soportables; aun así, muchas veces, he perdido el conocimiento por varias horas debido al cansancio acumulado, incluso he llegado al punto de pensar que a veces es mejor estar muerta; mi mentora me dice que tarde o temprano, mi cuerpo se adaptará, pero decirlo es más fácil que hacerlo, ella no es la que está padeciendo estos terribles síntomas, solo espero que me acostumbre cuanto antes. A primera vista, se podría pensar que estas habilidades son inocuas, sin embargo, generan una carga mental muy grande, es como si sintiera una presión constante sobre mi cabeza, y todos los días tengo problemas para conciliar el sueño, saborear los alimentos, experimentar el calor de la tarde, entre otros.

Con cada día que pasa, se vuelve más difícil disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, ahora, me cuesta mucho ver el lado bueno de algo, es en estos momentos cuando más extraño estar con Agis, con él, sentía que todo brillaba y era bello; la promesa que hicimos de volvernos a encontrar, junto al regalo que me dio hace tanto tiempo, me dan fuerzas para continuar; de lo contrario, hace mucho que hubiera perdido el rumbo y estaría vagando como un ente intentando darle sentido a esta vida llena de desolación.

Golpe de Onda hace que mis golpes generen una onda de choque, produciendo un gran daño; no obstante, esta habilidad tiene un alto consumo de Unidades Mágicas, además, su costo se multiplica por cada uso; en consecuencia, no se puede usar de forma consecutiva. Mi mentora insistió en que debía perfeccionarla ya que un día me será de utilidad, de lo cual no tengo duda, no es bueno depender exclusivamente de los hechizos para destruir a tus enemigos.

Cualquiera que tuviera estos poderes, en su absoluta arrogancia, estaría muy seguro de ser invencible o algo parecido, sin embargo, no soy tan estúpida como para pensar en ello; mi mentora me dijo que la verdadera fuerza no proviene enteramente de habilidades, hechizos, Unidades Mágicas, y cosas así; existen otras cualidades que te brindan mucho más poder del que se puede obtener del entrenamiento; por ello, me enseñaron el valor del conocimiento, disciplina, perseverancia, astucia, y demás facultades; así mismo, nunca se deben subestimar a los débiles, ni sobrestimar a los fuertes.

- El estado de la Santa Katherine es increíble. – el Registrador Nacional se muestra asombrado.

- Esto es la obra y gracia de nuestra Diosa, este poder se debe a su protección divina. – hablo con modestia.

- No hay duda, – habla con seguridad – este es otro de sus milagros.

Después de una molesta y extensa charla sobre las enseñanzas de la Diosa Fenicia, regresé a la catedral para continuar con los preparativos de mi viaje.

◇◇◇

Mirusmari, Viemars 05 de Augustus del 1571.

Hoy, es mi último día en la Capital Imperial, mi mentora me ha convocado a sus aposentos privados para presentarme a alguien que me acompañará durante todo el viaje, esta es una medida de precaución, para asegurarse de que me encuentre bien. Al entrar, puedo ver a una bella elfa con sus características orejas puntudas, de ojos verdes, cabello corto de color plateado, y vistiendo una túnica blanca; está sentada en un sillón frente a mi mentora, bebiendo algo en una tasa blanca, parece que ambas estaban esperando mi llegada.

- Mi niña, – sonríe con amabilidad – por fin llegas, toma asiento… – rápidamente me siento sobre un sofá – la señorita Marselia te ha esperado durante un buen tiempo.

- Es un placer estar en presencia de la Santa Katherine. – deja su tasa sobre una mesa y se pone de pie para rendirme respeto.

- Igualmente, disculpe por hacerla esperar, hermana Marselia. – hablo cortésmente.

- No se preocupe, he venido antes para discutir ciertos temas con la líder.

- Ya veo…

- La señorita Marselia será tu compañera y colaboradora a partir de ahora, – mi mentora interviene – es una persona muy competente y puede ayudarte a lidiar con los efectos secundarios de tus dones.

- Para mi será todo un honor prestarle mi fuerza a la Santa de la Curación.

- Gracias. – sonrío casualmente.

- Espero que se lleven bien y forjen una buena amistad; – mi mentora habla con optimismo – la señorita Marselia se encuentra en una prueba para convertirse en la Octava Apóstol de nuestra iglesia; durante el viaje, quiero que se conozcan y aprendan la una de la otra.

Los Apóstoles, son los que se encargan de llevar acabo toda clase de tareas, como matar monstruos, realizar juicios, impartir castigos, "purificar" a los impíos y herejes, entre muchas otras; en resumen, son personas extremadamente fuertes que están al servicio de la iglesia realizando todo tipo de misiones.

- Por supuesto, estoy muy emocionada por viajar con la Santa Katherine, estoy segura que seremos excelentes amigas, creo que ambas nos parecemos mucho, – Marselia habla en tono eufórico – voy a ayudarle en todo lo que pueda, a protegerla de todos los peligros, y no permitiré que nadie se atreva a interferir en esta importante misión.

- Estoy feliz por viajar con la hermana Marselia. – realizo una sonrisa forzada.

A primera vista, Marselia aparenta ser una mujer seria, modesta y amable, pero en el fondo, es una peligrosa fanática religiosa; en su absoluta locura, asegura haber recibido un mensaje divino de la Diosa Fenicia, con lo cual, realiza toda clase de acciones cuestionables, con la excusa de que la Diosa se lo ordenó; adicionalmente, al ser un miembro de la raza Élfica, pierde los estribos muy rápido, y tiende a ser violenta si le contradicen. Simplemente, es una mujer trastornada que, ya sea por suerte o desgracia, tiene un gran poder con el cual puede pisotear a los demás; afortunadamente, como Santa de la Curación, estoy un escalón por encima de ella, y de algún modo, me he ganado su respeto y admiración, algo que no es para nada alentador; sin embargo, es mejor estar de su lado que en su contra; si me enfrentase a ella, seguramente, sería derrotada miserablemente. No me agrada en lo más mínimo ser compañera de esta elfa chiflada, pero no tengo otra opción, solo espero que esto no me cause problemas, ni que la gente comience a pensar que estoy loca por estar a su lado. Por algún motivo, Marselia es extremadamente obediente a las palabras de mi mentora y algunos cardenales, sin mencionar que rara vez falla en algún encargo; supongo que esta es una parte de la razón por la cual será una Apóstol.

- Señorita Marselia, es bueno verla motivada, – mi mentora habla en tono serio – pero quiero que tome en consideración la posibilidad de que, tal vez, mi niña Katherine no cumpla con sus expectativas; es necesario entender que todos tenemos una perspectiva diferente del mundo; si llegase a darse el caso, espero que no sea tan severa.

- Tendré muy en cuenta sus sabias palabras. – responde con firmeza.

- Mi niña, – me habla con amabilidad – de igual forma, espero que puedas establecer una buena relación con la señorita Marselia, y deseo que, durante el viaje, puedas apreciar lo bueno de lo malo.

- Sí, maestra, le aseguro que cumpliré con sus expectativas. – le respondo con seguridad.

- Muy bien, ya pueden marcharse, tendrán el tiempo más que suficiente para conocerse; – mi mentora se despide – que la Diosa Fenicia les acompañe y haga que su viaje sea muy fructífero.

- Que así sea. – Marselia y yo respondemos al mismo tiempo.

Ambas salimos de la habitación de mi mentora. Al cabo de unos minutos, Marselia me dijo que debía marcharse para realizar los correspondientes preparativos y otras cosas; por mi parte, me fui a mi habitación para guardar en mi [Almacenamiento], mis pertenencias más valiosas y las cosas que, probablemente, vaya a necesitar durante el viaje; mientras organizaba el lugar, me puse a reflexionar sobre lo que se necesita para ser una Santa o Apóstol. Antes, pensaba que era necesario tener una gran fe y dedicación a los Dioses, pero esos factores no son, ni por asomo, los más importantes; lo que más se valora es el talento y poder, obviamente, se requieren más cualidades, sin embargo, solo la fuerza te permitirá proteger tus ideales, destruir a tus enemigos, superar los obstáculos, e imponer tus intereses; además, no se puede razonar con necios e ignorantes usando la lógica, sentimientos o cualquier tipo de argumento elaborado, o al menos, eso es lo que mi mentora siempre me dice; y como la cabeza de una organización tan grande e importante, debe tener mucha razón.