-Parecías acostumbrado a luchar- dijo Kratos mientras avanzaba por el bosque
-Así es- respondió Viggo mirando los alrededores mientras avanzaba a dos metros por detrás de Kratos. Sentía como si algo le estuviera aplastando el pecho y eso lo preocupaba -digamos que cuando estaba en casa, me divertía peleando con algunos delincuentes-
-Mmm, eso es bueno- respondió Kratos -siempre es un problema enseñarle a un novato como luchar contra algo vivo, o al menos, que parece estar vivo-
-Nunca he matado- respondió Viggo mirando a la enorme espalda de Kratos. Este se detuvo y se dio la vuelta para mirarlo a los ojos. Viggo detuvo su avance en ese mismo momento.
-Para todo hay su primera vez- dijo Kratos -tienes que entender que, en mayor parte, matas para defenderte-
Viggo agacho la cabeza y dijo -me resulta difícil pensar en matar a otro ser humano-
-¿Entonces prefieres que te maten o maten a tu familia?-
-¡No!- grito Viggo alzando una mirada furiosa de solo imaginarlo.
Kratos se acercó a él y una vez más, Viggo agacho la mirada. Kratos se detuvo a medio metro de Viggo. Se puso en cuclillas, estiro su mano derecha y le apunto al corazón con su dedo indicé -entonces debes cerrar tu corazón- dijo
Viggo alzo su mirada y lo miró a los ojos -¿mi corazón?- pregunto
-Sí, tu corazón, donde guardas todas las cosas que son preciosas para ti. Envuélvelo en una capa de piedra tan dura que nada lo pueda herir. Cierra tu corazón al sufrimiento de tus enemigos, cierra tu corazón a su desesperación. Porque ellos no tendrán compasión de ti-
-No lo entiendo-
-Lo entenderás con el tiempo. Lo importante es que tu corazón se cierre en una capa de piedra impenetrable, pero que nunca se vuelva de piedra. En el momento en que tu corazón pierda toda sensibilidad, actuaras como un animal y perderás todo por lo que luchaste-
Viggo hizo una pequeña sonrisa -suena difícil- dijo
-Es un delicado balance-
Kratos se puso en pie, le dio la espalda y continúo caminando. Viggo lo siguió a la cola y pensando en lo que significaba cerrar su corazón. Viggó miró la enorme espalda de Kratos y pensó que, a pesar de que se veía como un gorila bruto, sabia algunas cosas inteligentes.
-Niño- dijo Kratos deteniéndose dos metros por delante -ven aquí-
Viggo apresuro su paso y llego a su lado. Kratos se puso en cuclillas, busco por el suelo y tomo una piedra plana tan grande como su palma. Después dirigió el borde de la piedra al suelo húmedo y dibujo un gran circulo y dentro de ese círculo, empezó a garabatear unas formas que venían en pares. Primero dos pares que parecían enormes gotas muy juntas, después un par de gotas que estaban un poco separadas y por último, un par de gotas que estaban muy juntas, pero que tenía dos pequeñas marcas al final, como si fueran acentuaciones.
-Las pisadas de una vaca y un venado son similares a unas grandes gotas, pero las del venado, tienen el interior ovalado, mientras que la vaca tiene las pesuñas apuntando hacia afuera. Por otro lado, el jabalí y el cerdo comparten similitud, sin embargo, si vez estas dos puntas al final de cada pesuña, las del jabalí están más juntas, mientras que las del cerdo están más a los lados-
-Ya veo- dijo Viggo llevando su mano derecha a su barbilla.
-Entonces, en base a lo que te he dicho ¿Qué tipo de animal es esté?- pregunto Kratos apuntando con la piedra dos metros más adelante. La pregunta era fácil de responder, al menos para Kratos, pero verdadera prueba estaba en mirar mucho más allá de las grandes huellas del venado. El espacio alrededor de las huellas estaba aplanado, como si una gran piedra o algo demasiado grande, hubiera pisado la zona. La forma era similar al pie de un humano, pero era tan grande, que cualquiera persona ignorante ignoraría tal anomalía.
Viggo camino por delante, dio varias vueltas alrededor de las huellas del venado. Una vez que estuvo listo, miró a Kratos y respondió -¿Un venado?-
Kratos se puso de pie y soltó un tenue gruñido.
-¿Qué?- pregunto Viggo, sorprendido por la cara de molesto que puso su maestro. Creía haberlo hecho bien.
-Ven aquí niño- dijo Kratos. Viggo camino hasta detenerse a medio metro de él y levantar su rostro para mirarlo a la cara. Kratos bufo por la nariz, estiro sus manos y movió a Viggo a su lado, mirando hacia el frente. Entonces le señalo con una mano la gran huella en el suelo.
-¿Qué? Ya vi la huella del venado- dijo Viggo -¿Hay algo más?-
-Sí, muchacho, sigue mirando-
Viggo miró hacia adelante y entrecerró los ojos buscando algo en particular, pero para su desgracia, la gran huella fue invisible. Viggo miró a Kratos a la cara y le dijo -no veo nada-
-¿Cuántas huellas de un metro de largo has visto?- pregunto Kratos
-No muchas- respondió Viggo de forma casual.
Kratos frunció el ceño, le puso un palmazo en la cabeza y rugió -la cosa que hizo esa huella mide cuatro metros de altura y con una mano te podría aplastar hasta convertirte en puré. Se más serio-
Viggo se agarró la cabeza con ambas manos y frunció el ceño -ok, lo seré, pero deja de pegarme en la cabeza. Me volveré más idiota si me sigues pegando-
-Espero que este sea tu límite máximo. De lo contrario, no vivirás mucho tiempo-
Kratos avanzó hasta la huella y tomo otra piedra del suelo para remarcar los contornos de la enorme huella. Un metro de largo por casi cincuenta centímetros de ancho. Después miró a Viggo y este se acercó y se puso en cuclillas.
-Esta criatura tiene un gran cuerpo, se mueve en dos pies y se apoya en sus manos- Kratos señalo por delante un par de nudillos marcados en la tierra húmeda -por la huella del venado, podemos decir que paso primero la criatura y varios días después el venado. Si el venado hubiera captado a la criatura, no habría pasado por aquí. Puede que la diferencia entre una pisada y la otra tenga semanas de diferencia. El olor de la primera criatura se disipo y el venado pensó que era seguro pasar por aquí-
-Los venados son muy inteligentes- dijo Viggo de forma descuidada
Kratos frunció el ceño y dijo -ellos tienen un buen sentido del olfato e instinto, algo de lo que tu careces. Niño, es importante que estés atento a tu alrededor ¿No sentiste nada cuando te acercaste a este lugar?-
-Sí, por eso estaba mirando para todos lados, pero como no vi nada me sentí seguro-
-Tus instintos son muy importantes. Te indican cuando algo anda mal y te alertan de cualquier anormalidad. Por ejemplo, esta gran huella. Qué sea una lección, ahora, sigue las huellas del venado-
Viggo asintió y comenzó a caminar por delante mientras miraba al suelo, tratando de seguir las huellas.
-Levanta tu cabeza, no pierdas de vista el entorno- rugió Kratos
-Ok, ok- respondió Viggo con cierto fastidio
Kratos lo siguió de cerca y caminaron por más de una hora antes de dar con el venado. Era una hembra, de baja estatura y pequeños cuernos. Viggo se acercó sin consultar como afrontar la situación y como resultado el venado lo vio. Así que como un acto reflejo huyó entre brincos y Viggo ni siquiera tuvo tiempo de colocar una flecha en el arco. Por otro lado, Kratos avanzó por detrás de él y le dio un palmetazo en la cabeza.
-¿Qué haces, idiota? Asustaste a tu presa- rugió Kratos.
-Yo pensé- dijo Viggo como tratando de excusarse
-Si no sabes, no pienses, pregunta, las preguntas son importantes. Ya te lo había dicho, los venados tienen instinto, muy diferente de ti, y si te ven van a huir-
-Lo siento- dijo Viggo en voz baja y agachando la mirada
-No lo sientas, se mejor, siempre te lo estoy diciendo-
Viggo asintió y levantó su rostro -¿Cómo lo hago?- pregunto
-Todo se trata de encontrar una posición que te permita tener buena visibilidad- dijo Kratos apuntando con su mano como si fuera una flecha y delante de él hubiera un objetivo imaginario -y que tu presencia no quede expuesta. Después te tienes que preocupar de que el viento no transporte tu aroma corporal y saber esperar el momento oportuno. Eso para empezar-
Viggo asintió y miró hacia en la dirección se escapó el venado. Entonces avanzó en esa dirección y a medida que sonaba la hojarasca bajo sus pies, buscaba huellas.
-Está vez va a ser más difícil- dijo Kratos a su espalda. Viggo se detuvo y Kratos continuo -es el precio por actuar de manera tonta y confiada-
-No sabía- respondió Viggo en voz baja
-Por eso se pregunta-
Viggo soltó un suspiro y siguió avanzando en busca de las huellas del venado. Kratos lo siguió por detrás y lo dejo experimentar la cacería por su propia cuenta. Tenía buenos instintos, pensó Kratos. Ya que, por su propia cuenta, Viggo fue buscando otro tipo de huellas que nunca le hablo. Por ejemplo, pelaje atrapado en algunos arbustos o algunas ramas rotas. Miraba a Kratos y este asentía en señal de aprobación. Al mismo tiempo, Viggo continuo caminando y solo después de media hora, dieron con el venado. En ese momento estaba bebiendo a la orilla de un riachuelo pedregoso.
Viggo se detuvo a unos veinte metros del venado y comenzó a bordearlo tratando de buscar un ángulo en el que las ramas y troncos de los árboles no le estorbaran la visual. Kratos se cruzó de brazos y lo quedo mirando.
Por su parte, Viggo avanzó hacia la derecha, buscando la espalda del venado a medida que se acercaba. Sin embargo, cuando llegó a la distancia de los diez metros, el venado dejo de beber agua y levantó la cabeza, mirando hacia todos lados y dirigiendo sus tiernas orejas hacia los lados y adelante. Al mismo tiempo, Viggo se lanzó a tierra y comenzó a arrastrarse por el suelo. Siguió avanzando hasta ganarse detrás de un arbusto, a cinco metros del venado. Él se acomodó detrás de un arbusto y noto que el venado comenzó a cruzar el riachuelo a paso lento. Eso lo hizo ponerse nervioso y saco una flecha de su aljaba. Apoyo la flecha sobre el ángulo de su mano que se producía en la unión de su dedo pulgar e índice de su mano izquierda. Se apresuro sujetar la parte posterior de la flecha, la acomodo en la cuerda y la estiro con su mano derecha. Tensó la cuerda lo más que pudo, parecía prometedor, solo había una diferencia de seis metros entre el venado y Viggo. Sin embargo, esa distancia se estaba incrementando a medida que Viggo calculaba el ángulo de disparo. Sus instintos le dijeron que fallaría, así que Viggo tomo la decisión de salir de su cobertura y correr hacia el venado. Viggo avanzó dando pasos rápidos y el venado lo escucho, giro su cuello para mirarlo con sus grandes ojos negros y se preparó para huir. Sin embargo, justo cuando iba a dar el salto para empezar su escape, Viggo soltó la cuerda, la flecha voló en parábola y atravesó el cuello del venado. Esté igual salió corriendo, pero dejo un rastro de sangre hasta detenerse diez metros más allá.
Viggo camino sin prestarle atención a Kratos y llego hasta donde estaba el venado, tratando de hacer fuerza con sus patas para ponerse en pie. Sin embargo, la gran posa de sangre bajo su cuello indicaba que eso iba a ser imposible. Viggo sintió cierta lastima por él y se agacho para tocarlo. No obstante, el venado solo se agito más y empezó a patalear. Viggo dio un paso hacia atrás y escucho a sus espaldas el crujido de la hojarasca. Se volteó para ver y vio a su maestro, avanzando con esa mirada severa.
-Acaba con el animal- dijo Kratos
Viggo asintió con pesar y saco una flecha de su aljaba. Después apoyo la punta sobre su mano izquierda mientras apoyaba la parte posterior en la cuerda del arco. Entonces tensó la cuerda, miró a la criatura a los ojos; grandes, negros e inocentes. Viggo tomo una profunda respiración y dijo en su mente "cerrar mi corazón, cerrar mi corazón, cerrar mi corazón". Entonces, después de unos cuantos segundos que se sintieron eternos, soltó la cuerda y la flecha voló. Está entro por un ojo y se introdujo en el cerebro. El venado se puso eufórico y comenzó a patalear con más fuerzas, casi parecía enloquecido, pero a los diez segundos después fue perdiendo su fuerza, hasta quedar inerte.