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Capítulo 32

Septiembre llegó temprano. Liam y Ji Ming entraron al andén nueve y tres cuartos y observaron a la multitud y al tren. Liam sonrió ante la gran cantidad de gente que había.

-Parece que este año tendremos bastantes nuevos estudiantes -comentó alegremente.

-Yo me sigo preguntando si es correcto que vaya contigo -dijo Ji Ming con la mano en la barbilla.

-Vamos vamos -respondió Liam, dándole palmaditas en la espalda -. Albus siempre me está hablando sobre hacer algunos amigos, no le importará que te traiga conmigo.

A Ji Ming le cayó una gota de sudor debido la actitud despreocupada de su amigo. Liam se encogió de hombros y ambos subieron al tren, buscaron un compartimento vacío y lo encontraron rápidamente gracias a que habían llegado un poco temprano.

Ambos se sentaron y empezaron a hablar. A primera vista podría parecer que eran simplemente dos amigos teniendo una conversación normal y corriente, pero si uno fuera un cultivador experimentado podría notar la magia en el ambiente moviéndose a toda velocidad, ambos se cultivaban mientras hablaban, este era el nivel de control que ambos habían logrado.

Un poco más tarde, detuvieron su charla para mirar a la puerta, que un segundo después se abrió revelando a tres chicos.

-Oh, tú eres... -habló Malfoy en un tono arrastrado, pero su voz contenía algo de sorpresa.

Liam sonrió.

-Es bueno verte, Draco Malfoy, espero que hayas pasado unas buenas vacaciones de verano -saludó.

Draco soltó un gruñido afirmativo.

-No fuiste a Hogwarts el año pasado, cierto? -preguntó -. ¿Dónde estabas?

-Tuve que atender algunos asuntos personales -contestó, sin dar ninguna información concreta -. De todas formas ya terminé con ellos y estoy de vuelta para este curso.

El rubio de Slytherin aintió y dio un último gruñido antes de irse. En circunstancias normales, Draco Malfoy hubiera insultado a Liam por ser un sangre sucia, o alguna cosa similar, sin embargo aún recordaba los talentos del que había sido nombrado el mejor de su curso en segundo año, así que prefirió alejarse y evitar algún problema innecesario.

Un par de minutos después de que Malfoy se marchara, la puerta se volvió a abrir y entraron otras tres personas. Esta vez, Liam sonrió un poco más. Harry, Hermione y Ron ciertamente habían crecido desde que los vio por última vez, ahora parecían adolescentes más que niños. Especialmente Ron, ahora era casi tan alto como Liam, que medía cerca del metro noventa.

Los tres chicos puesieron caras sorprendidas al verlo.

-¡Liam! -empezó Hermione.

-Hey, ¿qué tal habéis estado? -saludó alegremente el cultivador.

-¡No sabemos nada de ti desde hace un año! ¿Dónde has estado? -preguntó la chica.

-He estado recolectando experiencia por un año en China -respondió -. Entrad, os presentaré a un muy buen amigo mío.

Entonces los tres miraron a Ji Ming, que había estado callado observando todo con una sonrisa, y se preguntaron cómo no habían notado a un chico tan guapo antes. Hermione incluso se sonrojó un poco.

-Hola, mi nombre es Ji Ming, nací en China, un placer conoceros -se presentó con un gesto de la mano.

Los tres también le dijeron sus nombres y, mientras tanto, Liam notó algo.

-"Oh, parece que los tres se están cultivando, especialmente Harry" -pensó sorprendido -." A este paso no tardará mucho en convertirse en un cultivador".

-Parece que has crecido, Harry -le dijo, provocando que el trío dorado pusiera su mirada sobre él.

Los ojos de Ron y Hermione se abrieron con sorpresa, entendieron a qué se refería, sin embargo Harry no se sorprendió.

-Sí, el profesor Dumbledore nos explicó las bases de la cultivación y hemos estado intentando convertirnos en cultivadores desde entonces -explicó.

Sus dos amigos lo miraron como si se hubiera vuelto loco.

-¡Harry! Dumbledore nos pidió que no le hablaramos de esto a nadie -habló Ron.

Harry sonrió irónicamente ante esto.

-Chicos, Dumbledore es el maestro de Liam -dijo, y ambos abrieron la boca en estupefacción -. Y no solo eso, es un maestro de verdad, no como con nosotros, que nos explicó solo las bases.

-¿Qué? ¿Desde cuándo lo sabes? -cuestionó estupefacta Hermione.

-Chicos, el basilisco era una criatura de más de mil años de antigüedad, ¿de verdad creéis que yo en segundo año sería capaz de enfrentarme a un monstruo así? -preguntó retóricamente.

La realización golpeó a ambos chicos cuando miraron a Liam.

-¿Tú lo mataste? -preguntó Ron, su cabeza había empezado a doler levemente debido a las revelaciones.

-Debo reconocer que fue un enemigo formidable, tenía el poder de alguien en la etapa de Creación del Núcleo -dijo, en su mente recordando la batalla que le permitió alcanzar un nuevo Reino.

-¡CREACIÓN DEL NÚCLEO! ¿Qué demonios? ¿Cómo lo derrotaste, en qué Reino estás? -gritó Hermione, gracias a Liam su grito no escapó de la habitación debido a un rápido encantamiento Muffliato.

-Usé una técnica que se llama Destello Negro, y actualmente estoy en el Reino de la Separación del Espíritu, Ji Ming también -explicó, no tenía problemas con contarles el nombre de la técnica ni su rango de cultivo, estos tres eran lo más cercano a ser sus amigos en este mundo, por supuesto excluyendo a Ji Ming.

En este punto, incluso Harry estaba con la boca abierta, luego sudor frío se acumuló en sus nucas, estaban en un compartimento con dos personas que podrian borrarlos de la existencia con una simple pensamiento. Aunque sabían que tal cosa no ocurriría, el hecho de saber esto provocó que una cierta cantidad de miedo se acumulara en sus corazones.

Liam y Ji Ming soltaron una carcajada ante su expresión, el joven de Ravenclaw puso sus dos manos en la cabeza y se hechó ligeramente para atrás.

-No tenéis que preocuparos de nada, al final soy un alumno de vuestro mismo curso en Hogwarts, no hace falta que me tratéis diferente -comentó despreocupado -. Además debo decir que tenéis talento, sobretodo Harry, si sigues a este ritmo deberías alcanzar la Recolección de Magia antes de Navidad.

Potter pareció emocionado por sus palabras.

-¿En serio? Tengo ganas de poder por fin convertirme en un cultivador -sonaba realmente emocionado por ello.

-Supongo que Albus ya os habló de esto, pero aún así debo seguir el protocolo -empezó Liam -. Al convertiros en cultivadores, os adentraréis en un mundo muy complicado y lleno de batallas, os lo digo por experiencia.

Los tres se pusieron un poco nerviosos ante sus palabras.

-Voldemort volverá algún día, queremos tener una forma de enfrentarnos a él -explicó Hermione.

Liam chasqueó la lengua y liberó una pequeña parte de su magia, Ji Ming lo miró curioso, los otros tres se pusieron pálidos y miraron al suelo, intentando aplicar su prematuro control de magia para poder mitigar los efectos de la presión.

-No lo estáis entendiendo, la cultivación es un mundo en el que te tiene que gustar pelear -dijo con severidad -. Voldemort es solo un cultivador, su importancia es relativa, cuando lo derrotéis seguiréis siendo cultivadores y otros buscarán pelear con vosotros, ¿realmente estáis dispuestos a aceptar una vida así?

Ninguno de los tres habló por un momento, preguntándose a ellos mismos si era lo que realmente deseaban. Ahora que lo pensaban, Voldemort podría ser derrotado sin demasiadas complicaciones, posiblemente, si Ji Ming y Liam pelearan juntos, así que... ¿por qué necesitaban ellos convertirse en cultivadores?

Pero entonces, algo se iluminó en cada uno de ellos, entonces una pequeña luz azul los envolvió.

-Yo... no quiero ser reconocido como el Niño que Vivió -empezó con voz ligera Harry, pero fue haciéndose más fuerte -. Todos los que conozco me tratan como si fuera un objeto, me usan para sus propios planes y luego no le dan ninguna importancia a mis palabras... Es por eso que deseo ganarme un nombre en el mundo de la cultivación, así podré alardear de mis verdaderos logros.

Su discurso pareció motivar aún más a sus amigos.

-Yo también deseo un nombre, mis hermanos siempre han tenido algo en lo que destacar, y he estado buscando desde pequeño algo en lo que poder sobresalir, la cultivación me dará esta salida, no me importa tener que derrotar a algún cultivador poderoso si es necesario -afirmó Ron.

-Y yo quiero explorar esta nueva forma de magia, es algo con lo que no me aburriré y siempre habrá algo que hacer -finalizó Hermione.

-¡Bien entonces! -la presión aumentó drásticamente, lanzando a los tres jovenes magos al suelo -. ¡¿Tenéis las agallas para aprender magia?!

Los tres levantaron ligeramente la cabeza del suelo.

-¡Nuestra respuesta no cambiará! -exclamaron.

Una sonrisa depredadora apareció en la cara de Liam, Ji Ming sonrió para sí mismo, su amigo realmente tenía un don para lo dramático.

-Entonces... ¡Yo seré vuestro maestro! -anunció Liam.

El trío dorado, aún en el suelo, ahora parecía muy emocionado y motivado.

Ya un poco más tarde y, sobretodo, más calmados, volvieron a iniciar su charla.

-Bien, para empezar a enseñaros primero tenéis que llegar a la Recolección de Magia, os daré algunos ejercicios para practicar vuestro control de magia, que acelerará el proceso -luego les explicó el ejericio de crear números con su magia, además de la técnica del Ojo Mágico.

Por supuesto, aún tardarían un poco en llegar hasta el punto de salida, pero al menos ya estaban en la pista.

-Por cierto, me lo estaba preguntando desde hace un momento, ¿cómo es que Ji Ming va a Hogwarts también? -preguntó curiosa Hermione.

-¡Oh! He oído que este año se celebrará el Torneo de los Tres Magos en Hogwarts, así que pensé que no estaría de más invitarlo a ver -explicó -. Al parecer pueden venir magos de fuera del colegio, así que supongo que le pediré a Albus que le deje alguna de las habitaciones para invitados, de todas formas el castillo tiene más de mil de esas.

Continuaron charlando animadamente hasta que el tren silbó y tuvieron que bajar, con la magnifica vista de Hogwarts delante suya, el curso por fin estaba a punto de empezar.

Fin del capítulo.

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