Los rayos del alba daban la bienvenida a un día más. Un refrescante aire recorría por terrenos extensos.
Federick se encontraba disfrutando del sol y la frescura. Sin ninguna prenda que ocultara su cuerpo joven, sobre una pieza de piedra estaba sentado recto.
Su respiración era constante, lenta e intercalada. El oxígeno se situaba en su estómago, subiendo por su pecho y finalizando en sus clavículas, repitiendo el proceso a la inversa al exhalar.
Él había penetrado en el simple pero arduo reino del contacto. Estaba dirigiendo la energía a su interior, en un proceso simple pero rodeado de extraños enclaves.
El proceso era simple debido a que no necesitaba realizar nada además de lo anterior dicho, debido a que en el reino del contacto, el cultivador no podía manipular la energía. Sólo se sometía a un arduo proceso de aumentar su vitalidad.
Según las películas que recordaba, el refinado arte de cultivar necesitaba de técnicas igualmente ostentosas. "Arte refinador de las nueve revoluciones divinas", "Cultivo del caos primordial", "Arte de las seis reencarnaciones".
Esos nombres eran comunes en estas técnicas. En un momento pensó en su Padre, luego su sistema y finalmente su prima... Al final le preguntó a su sistema. Su respuesta lo sorprendió.
[El texto registrado en la antigua piel de burro, comprende en sí mismo una técnica de cultivo; Refinada, prestigiosa y de talento nato. Probablemente fue fabricada por una personalidad ilustrada de altos reinos lejanos]
Pero su sorpresa no fue por la descripción, sino por su nombre: "Espíritu natural". Le agradó el hombre que fabricó está técnica... Ya que, por lo menos eliminaba las posibilidades que fuera chino.
Federick práctico hasta que sintió su límite. Ya no podía almacenar más energía en su interior. Decidió que se saltaría el desayuno para procesar con mayor eficiencia la energía restante en su interior.
Luego de ponerse unas prendas comunes, decidió salir al exterior. Almacenó unas pocas monedas en sus bolsillos, con el pensamiento de desayunar en algún local.
Su primera tarea fue abandonar la parte central de la ciudad, ya que Athenas se dividía en un total de cinco sectores: Las afueras, mediano, interior, superior y central.
O como usualmente era del gusto de los altos estratos, llamarlos: Campesinos, tontos inteligentes, mágicos, linaje y Alto linaje.
Estás zonas eran comprendidas por un alto nivel de habitantes athenienses. En las afueras se situaban individuos que formaban parte de trabajos precarizados o artesanos.
La mediana por trabajadores capacitados, comerciantes y empresarios; De un éxito menor.
En el interior se presentaba una población prestigiosa. Comprendida por mortales de gran éxito financiero e individuos mágicos; Aunque la profesión mágica era de un prestigio notable y existía la necesidad de amplios recursos, en la Ciudad Athenas aún se presentaban una gran cantidad de ejemplares, aunque la mayoría en niveles inferiores.
En la zona "Superior" se centralizaba un verdadero poder mundial. En la misma se asentaban familias numerosas con títulos nobles, conformadas en su mayoría por individuos mágicos, concentrando magos de niveles superiores.
Incluso el título de "Superior" había sido propuesto por miembros de las familias nobles...
Finalmente la parte Central, acuñada de tal forma desde tiempos antiguos, que incluso antiguas familias no mantenían registro. Siendo contenedora de las cuatros familias de niveles superiores. La familia Real y las tres grandes familias nobles.
La familia real, "Battlemman".
La gran familia Noble, "Mercateth".
La gran familia Noble, "Avens".
Y la gran familia Noble, "Liu".
Todos estos grandes apellidos, que mantenían presencia en la historia inmemorial, tenían una fundación de miles de años.
Cuatro familias que habían sobrevivido a tiempos caóticos, amasando una gran herencia.
...
Federick se encontraba en un comercio a escala pequeña. Había desayunado horas antes, y en este momento disfrutaba de un helado rudimentario. Se trataba de una mezcla homogénea de leche y fruta, manipulada a un tratamiento mágico frío.
Aunque se le llamaba coloquialmente "Rüdd". Significaba "Frío dañar dientes".
Había estado paseando por bastante tiempo, más nunca traspasó más allá de la zona interior, debido a que la ciudad Athenas constaba de millas y millas, que se volvían más lejanas al pensar en millas.
Además su conocimiento sobre la ciudad no era profundo ni extenso, porque pasaba gran parte de su tiempo en la soledad de su habitación o en el jardín del establecimiento familiar.
De repente se le ocurrió visitar a su abuelo, el Rey, buscando resolver una incógnita, ¿acaso el cultivo era tan exagerado como sus descripciones? Ya que él era un reconocido mago de alto nivel, conformando parte de la élite mágica. ¿Él vería a través de su avance?... Aunque no quería admitir que se encontraba aburrido.
Así se puso en marcha, dejando colgante dinero sobre el mostrador... Los helados eran tanto rudimentarios como caros.
De nuevo debía volver a la zona Central. El recorrido era considerable, por lo que se apresuró a su destino.
Tomando atajos que conocía, llegó en el menor tiempo posible. Incluso apresurandose hasta producir sudor, le había llevado bastante tiempo.
Su Abuelo se debía hallar en el Palacio. Pero, este debería estar resguardado por altos poderes militares durante todo el día.
Pero simplemente mostró su hermoso rostro frente a los imponentes guardias y pasó sin mayor dificultad. Debía ser increíblemente guapo... Eso o su estado como 'Principe'.
Dentro, sólo tuvo que hacer dos preguntas y supo la localización del Rey. Aunque habían querido evadir la pregunta, no fue algo que un leve apretar en el hombro no solucionará civilizadamente.
Cuando finalmente llegó, no escucho nada desde su interior. Intentó empujar las enormes puertas, pero fueron esfuerzos desperdiciados... Hasta que observó como, convenientemente, dos ventanas se conectaban con un árbol.
Federick abruptamente ingresó al salón. En su cabello se mezclaban un par de hojas, pero en su expresión brillaba una sonrisa confiada.
"Buenas, Su Excelencia, personalidades ilustres". Dijo Federick mientras se inclinaba levemente. Un saludo que conformaba parte de sus estudios.
A la mayoría de individuos en el interior les pareció extraña la violenta entrada de Federick, pero igualmente devolvieron el saludo por respeto; Era el "Príncipe heredero a la sabiduría"...
Pero muchas miradas se dirigieron a la figura central. Sobre un trono, se hallaba un considerable gigante. Superando los dos metros de altura, con una complexión grande y una frondosa barba, se mantenía Carlos II, con los ojos cerrados.
"¿Cuál es el motivo de tu visita, Príncipe Federick?". Preguntó Carlos II.
"Mí intención es familiarizarme con el ambiente político, estimado Rey. Espero no suponer una molestia". Dijo educado y modestamente Federick. Recordaba la educación que se le había inculcado... Aunque había saltado de una ventana a un árbol, y utilizado este como medio de transporte al salón sellado.
Con una leve sonrisa, Carlos II divertido contestó: "Puedes prescindir ser parte de está reunión".
Ante esto, todas las dudas se eliminaron, y el ambiente retomó el anterior.
"Como se ha repetido en anteriores reuniones, Su Majestad, todos los poderes esperan que sea sabio e indulgente, y asigne de forma eficaz la mina de cristales mágicos sin dueño". Exclamó un decrépito anciano.
Federick se sorprendió ante esto. Los cristales mágicos eran el recurso de mayor valor, relativamente, en todo el mundo. Su obtención era única: A partir de las minas de cristales mágicos.
Aunque probablemente había aparecido en el terreno de un pequeño noble, era un recurso de alto valor y necesidad nacional. Por lo que, el poder reinante analizaría otros aspectos para asignar estás.
Así qué, aunque la astuta figura del anciano aclamaba por unidad, sólo incluía a selectas fuerzas en su vista.
Usualmente tales decisiones sólo mantendrían en cuánta: Unánimidad, poder y méritos.
Ante está exclamación, Carlos II sufrió un leve dolor de cabeza. ¡A está edad ya debería estar retirado! Pero seguía ejerciendo... De repente, su mirada brilló sobre su nieto.
Federick recibió un escalofrío repentino. Pensó y concluyó que la razón era la voz crispante del decrépito anciano. Por ello decidió evaluarlo en silencio.
[Sifu: Apodado 'Bambú viejo', es una figura astuta que ha permanecido en la política por siglos. Es una antigüedad con fecha de expiración, siendo un mago de alto nivel...]
Federick inmediatamente supo que era una figura ilustre, de gran importancia y que su reino de cultivo era demasiado temprano...
"¿Qué opinan los demás, sobre la propuesta del estimado Sifu?". Preguntó Carlos II.
Antes que nadie expusiera su pensamiento, sonó una voz infantil.
"A mí parecer, la mina de cristales mágicos debería ser apropiada como una propiedad de carácter nacional". Propuso Federick luego de un análisis básico de las expresiones lujuriosas y codiciosas de los sucios ancianos.
"Se te permitió la entrada, pero no deberías opinar. Siéntate en silencio y escucha a los mayores, Joven Federick". Dijo un hombre de mediana edad.
El hombre que había hablado no era otro, que el Patriarca de la familia "Avens".
Ante la exclamación del Señor David Avens, los demás individuos callaron. No tenían intención alguna de abrir la boca.
"Estoy de acuerdo con el señor David. ¿Qué opina su Majestad?" Concluyó la trama el Patriarca de la Familia 'Liu', Fan Liu.
El Rey, Carlos II, al observar la situación, reveló momentáneamente una intensa aura, para decir silenciosamente: "El linaje se respeta... Especialmente ustedes, deben entender está máxima, ¿verdad?
En un momento, la sala se silenció.
"Mis disculpas, Su Majestad".
"Fue mí error, Su Excelencia".
"Exponer tu punto. ¿Por qué crees que debería ser así, Príncipe Federick?". Concluyó Carlos II serenamente.
"Como todos saben, los cristales mágicos son un recurso altamente valuado. Apropiar una mina de estos, de carácter nacional, produciría una mayor seguridad y abastecimiento estatal. La financiación universal en la Ciudad Athenas, podría llegar a dimensiones superiores.
E igualmente, se agregaría una 'innovadora' actividad económica, incluso a nivel mundial.
Pero superando estos aspectos, sería el impacto en la unidad elemental; Con esto, me refiero a ustedes, personalidades ilustres, estimados... Al mantener una unidad para nada fragmentada". Finalizó Federick.
Las piedras de poder también son un recurso altamente valuado..~
¡Gracias!