Cuando Anastasia salió de su habitación, encontró a los guardias reales inclinándose ante ella. —El príncipe está en la enfermería —le informaron.
—¿Por qué? —Sus ojos estaban abiertos y al momento siguiente se encontró corriendo hacia la enfermería.
Los guardias reales se apresuraron detrás de ella. El líder jadeaba mientras hablaba:
—Está indispuesto. ¿Qué más podía decir, dado el hecho de que no sabía por qué el príncipe estaba indispuesto y por qué no había regresado al dormitorio durante toda la noche? Francamente, no le gustaba el carácter del príncipe heredero ese día. ¿Dejar a una esposa como deidad para pasarlo con otra persona?
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