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Vida de casados (Elaine)

El sol entro por la ventana haciendo que abriera los ojos, mire a mi alrededor y vi a Derek dormido junto a mi, me levante y estire los brazos tratando de no moverme demasiado para evitar despertarlo, el día anterior habían sucedido tantas cosas, que por primera vez en mi vida, no tenia idea de que hacer… normalmente me despertaba cada mañana con un plan de quehaceres, repleto de horarios y pendientes, pero en aquel momento, me sentía tan plena y llena de vida, que simplemente me puse de pie, y camine descalza hacia la ventana, me puse la camisa de Derek que se encontraba en el suelo y mire el hermoso paisaje que ofrecía la vista.

Caí en cuentas de mi argolla y volví a mirarla con detenimiento, sonreí como una niña tonta y camine hacia el sanitario, aunque era temprano, era probable que todos despertaran y quisieran desayunar. Me gire rápido supongo por que me sentí algo mareada, intente enfocar pero enseguida de intentar cerrar y abrir los ojos de nueva cuenta la acidez subió por mi garganta, corrí tan rápido como pude hasta el sanitario y cerré la puerta con el pie.

Escuche que alguien toco la puerta, pero no podía parar de vomitar, cuando por fin tuve un respiro, saque la cabeza del inodoro y como pude me puse de pie.

Derek entro con el rostro preocupado y completamente desnudo. Aunque definitivamente amaba la vista no pude evitar soltar una carcajada, después recordé que mi aliento matutino más el espectáculo pirotécnico de mi estomago volvían a mis dientes algo no tan atractivo de ver. Me acerque al lavabo y comencé a lavarme los dientes sin decirle nada a Derek, quien pareció comprender mi vergüenza y decidió esperar pacientemente a que terminara. Una vez me sentí con confianza nuevamente, me acerque a él.

—Creo que deberíamos ir al medico—dijo en tono suave mientras sus dedos acariciaban mi hombro con delicadeza, su tacto comenzó a producir chispas en mi interior, y me encogí ante el azoro de mis reacciones.

—Estoy bien, creo que cene demasiado anoche—dije restándole importancia. Derek me miro con suplica y sonreí. —Esta bien… si vuelve a suceder iré al medico. Pero, por el momento quisiera saber, que tiene planeado mi esposo para el día de hoy.

Derek sonrió y se acerco para besarme con delicadeza. Hice un mohín cuando se alejo para ponerse la ropa interior causándole una risa nerviosa.

—Pues, desayunemos, y… después llamare al director para re agendar las grabaciones, si todo sale como espero, podríamos tomar mañana por la mañana un vuelo hacia Italia y pasar nuestra luna de miel en Venecia.

—No—respondí sorprendiéndolo, tranquilice mi tono y me acerque a él —. No quisiera que continúes postergando las grabaciones, se que amas actuar Derek, y si esta es tu ultima película, al menos por un tiempo, deseo de todo corazón que la disfrutes.

—Elaine, no quiero dejarte sola con los niños.

—No te preocupes por eso, yo puedo arreglármelas, si… voy a extrañarte como una loca, y créeme que estoy luchando contra mis deseos de tenerte día y noche conmigo para decirte esto. Por favor, ve… termina de grabar, y vuelve con nosotros. Venecia no se ira a ninguna parte, podemos irnos dentro de un par de semanas cuando hayas terminado. Y ya no me hagas decir nada más al respecto o terminare pidiéndote que no te vayas.

Derek acaricio mi mejilla y me abrazo cálidamente.

—Si algo pasa, regresare enseguida, prométeme que me dirás si algo no anda bien contigo o con los niños.

Levante mi mano derecha y la lleve a mi pecho.

—Palabra de "boy scout"

Me dio un beso rápido y ambos comenzamos a vestirnos, tía Anneth y los niños comían tranquilamente cereal en la cocina, mire el reloj por reflejo y vi que el despertador de la recamara estaba detenido, eran mas de las once de la mañana. Y yo que estaba contenta de bajar a preparar el desayuno.

Le comentamos a los niños que Derek se iría por unos días para terminar de grabar sus escenas y que después de eso, nos iríamos de viaje a Italia, ellos parecieron más emocionados por pasar tiempo conmigo que por el viaje a Europa, eso me hizo sentir tan alegre que me prometí a mi misma, hacer que esos dos fueran mas que inmensamente felices.

Tía Anneth por otro lado no deseaba irse, y sinceramente yo tampoco lo quería, hacía mucho tiempo que no estaba tan cerca de ella, y quería aprovechar hasta el ultimo instante con ella.

—¿Y cuanto tiempo planeamos quedarnos en Hawái? —pregunto Tía Anneth con tono esperanzado.

—Aun me quedan un par de semanas de grabaciones, y después de terminar si desean quedarse más tiempo yo lo disfrutaría mucho—respondió Derek son una sonrisa mientras le untaba mantequilla de cacahuate a una rebana de pan y se lo daba a Cassie.

—Estaba pensando que ya que estaremos aquí un poco más tal vez seria bueno contratar un tutor para los niños, han faltado mucho a la escuela.

Cassie y Adrien hicieron un mohín tan gracioso por su desacuerdo a mi ofrecimiento que simplemente me reí y sacudí la cabeza antes de entonar las palabras que reflejaban mi derrota.

—O quizá no, Tía Anneth y yo podríamos darles lecciones… son un par de semanas después de todo.

Derrotada tan rápida y decisivamente por ese pequeño par de rufianes.

—Me parece buena idea, hasta que las aguas no se calmen con el asunto de nuestro matrimonio no quisiera que ni tu o los niños estén demasiado cerca de alguien a quien no puedo vigilar.

Asentí como respuesta, tenia razón, desde que llegamos a Hawái me había olvidado por completo de hacer el seguimiento de los incidentes que nos trajeron aquí de forma tan apresurada en primer lugar.

Terminamos de desayunar y mientras los pequeños jugaban en el patio trasero con tía Anneth, Derek y yo subimos a hacer su equipaje, comencé poniendo la ropa perfectamente doblada dentro de la maleta, mientras él conversaba con el director, y lo ponía al tanto de las buenas nuevas, una vez termino se acerco a mi y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura.

—¿Es demasiado egoísta y cobarde que me desdiga?

Se rio por lo bajo y acomodo su mandíbula en mi hombro con suavidad.

—Yo soy el que quiere desdecirse, no quisiera estar alejado de ti ni de los niños, pero tampoco quiero que vuelvas a sentir que abandono todo por causa tuya…

Maldita costumbre de hablar sin pensar bien en lo que digo.

—Solo son unos cuantos días, y si algo pasa te llamare y vendrás corriendo. Supongo que es bueno para nuestra relación tener algo de espacio.

Derek me soltó y me hizo girar hacia él, me sentí un poco mareada pero trate de controlarlo.

—Elaine… no se si esto se escuche dependiente pero, jamás he amado a alguien como te amo, y si sientes que soy demasiado… intenso, dilo y podemos arreglarlo.

Me reí fuerte y me abrace a él.

—Derek eso mismo quería decirte yo.

Una vez terminada nuestra profunda conversación, Derek tomo sus maletas y se fue de nuevo hacia el sitio de la grabación. Ya entrada la tarde los niños coloreaban en la sala mientras yo revisaba después de no se cuanto tiempo la bandeja de entrada de mi correo. Casi me voy de espaldas al ver la gran cantidad de correo sin abrir que había. Algunos estaban marcados como urgentes así que le di prioridad a esos. La mayoría era del buffet, la noticia de mi relación con Derek les había caído como balde de agua fría a los socios, ninguno esperaba que estuviera en una relación tan seria y mucho menos con un cliente… comencé respondiendo esos mensajes de preocupación.

No tenia muchos deseos explicar de forma especifica y a cada uno de ellos la situación por lo que simplemente redacto un mensaje claro, conciso, dirigido a todos y con una gramática casi perfecta:

Estimados todos:

Agradezco de antemano su preocupación, comprendo que la noticia debió sorprenderlos sobre manera y por ello me disculpo, ya que tras aquel percance, no habían tenido noticias claras de mi y estado. Me encuentro perfecta de salud y comprometida a continuar con las actividades que deje pendientes en la oficina, así como con mi profesión y vocación de ayudar a quien lo necesita.

Estaré respondiendo correos, cartas, oficios etc.… durante las próximas semanas y después quisiera aprovechar la ocasión para informarles que tomare un par de semanas para poder disfrutar de mi luna de miel. Estoy segura comprenderán y se alegraran por mi.

Les agradezco de nueva cuenta su preocupación y les reitero mi compromiso.

Estaba por terminar de escribir cuando caí en cuentas, la redacción de aquel correo podía interpretarse como que mi prioridad es y seguía siendo mi trabajo y profesión; sin embargo la verdad era otra, mis prioridades habían cambiado, y no podía simplemente enviar algo que pudiera dar ese mensaje… comencé a borrar todo el correo electrónico y a redactar de nueva cuenta.

Estimados todos:

Primero que nada quisiera agradecerles de antemano su preocupación y ofrecer una sincera disculpa por el sobre salto que aquellas noticias ocasionaron, de igual manera asegurarles que los pendientes que tenia serán rápidamente terminados.

En cuestiones personales, debo decir que, estoy felizmente casada con el Sr. Derek Evans y que es el motivo por el cual me veo en la necesidad de extender un poco más mi licencia. Puedo asegurar que me encuentro vehemente respondió correos, cartas y finiquitando oficios para cumplir con las fechas limites previamente marcadas.

Sin más por el momento y volviendo a agradecer de antemano su apoyo y preocupación

Elaine Evans

El corazón me salto dentro del pecho en el momento en que me descubrí usando aquel apellido que ahora era tan mío como de Derek. Envié el correo y comencé a abrir los demás mensajes, la mayoría informándome sobre el progreso de los casos que había dejado pendientes. Un correo por parte del departamento de policía capto mi atención de inmediato.

Comencé a leer lentamente:

Aparentemente no lograron encontrar ninguna pista en mi departamento, ni cabello, ni huellas, nada… absolutamente nada. Solo el desorden que la persona que dejo aquel tétrico obsequio en la puerta había dejado al allanar mi departamento, hicieron una lista de las pertenencias y la cotejaron con la lista que yo había dejado antes de salir de Miami. Y no faltaba nada de valor, el dinero, las joyas, lo único que no habían podido encontrar era una foto enmarcada de mi familia.

Leer aquella noticia provoco que los vellos de la nuca se me erizaran.

Finalmente el correo me exhortaba a no bajar la guardia y mantenerlos informados sobre cualquier cosa, por pequeña fuera.

Respondí al correo con un agradecimiento y la promesa de mantenerlos informados.

Continúe inmersa en mi trabajo hasta que Cassie se acerco a mi y me dio un beso en la mejilla captando mi atención.

—Lo siento, cariño… me entretuve un poco mas de lo que esperaba. ¿Tienes hambre? —pregunte mientras cerraba la computadora. Cassie asintió con una sonrisa que le devolví. —Muy bien, ¿que tal si cenamos… pizza?

Ella dio un brinco de alegría y corrió para cuchichear con Adrien quien también salto de gusto.

Tía Anneth estaba perdidamente dormida en el sillón, así que me levante y camine hacia el teléfono, estaba lista para pedir la pizza cuando recordé que nadie podía saber donde estábamos quedándonos así que mejor llame al guardaespaldas a cargo. Caí en cuentas que era grosero de mi parte no saberme sus nombres así que me prometí a mi misma averiguarlos y recordarlos.

Salí de la casa y me dirigí hacia la pequeña casita donde los guardaespaldas descansaban. Toque la puerta en dos ocasiones y un hombre alto y moreno de aspecto tosco abrió la puerta. Se sorprendió bastante al ver que era yo quien tocaba.

—Lamento molestarlos pero, quisiéramos ordenar pizza… podrían pedir para todos, ustedes incluidos, claro.

—Señora, puedo llamarnos por teléfono, no es necesario que venga hasta aquí—respondió amable.

—No es nada, además me gustaría conocer el nombre de todos, y extenderles la invitación para que coman con nosotros.

El hombre me miro extraño y sonrió.

—Mi nombre es Peter, señora… y en verdad que usted y el señor Evans son muy parecidos. Hablare con mis compañeros para que se presenten con usted y en un momento ordenaremos la pizza.

Sonreí agradecida.

—Gracias, Peter.

Regrese a la casa con una sonrisa tonta en el rostro, así que Derek y yo somos muy parecidos, no entiendo bien que quiso decir con eso, pero sus palabras me hicieron sentir feliz.

Una vez entre en la casa note que los niños estaban en completo silencio. Mala señal.

Entre a la sala y los encontré intentando recoger los pedazos de algo que yacía en suelo. Me acerque a ellos y me agazape.

—¿Qué hacen? —pregunte en tono bajo, ambos pegaron un brinco y Adrien se escondió detrás de su hermana con pánico en su mirada, verlo reaccionar de ese modo me partió el corazón—Esta bien, cariño… no estoy molesta, no necesitas esconderte. Ven…—lo llamé y expandí mis brazos para ofrecerle un abrazo. Adrien salió de detrás de Cassie con pasos cautelosos y se arrojo a mis brazos. Lo abrace con cierta fuerza y acaricie su cabeza para hacerlo sentir seguro. Mire hacia el suelo y vi que lo que ambos intentaban recoger eran los cristales de un vaso roto.

—¿Tenían sed? —pregunte sintiéndome la peor madre del mundo, como era posible que me ensimismara tanto en mi trabajo como para dejar a los pobres pequeños sin atención alguna.

—No—respondió Cassie—, queríamos que probaras nuestro jugo favorito pero, me tropecé con la alfombra y el vaso se cayo.

Me acerque a ella y la abrace también.

—Cassie, si algo así sucede deben decirme enseguida, pueden cortarse con los cristales, es peligroso… prométeme que si algo así sucede me dirás en seguida.

La pequeña asintió.

—¿Estas molesta, mamá?

Les sonreí a ambos.

—Por supuesto que no, los accidentes pasan, fue culpa de mamá por dejarlos solos, no volverá a suceder.

Me levante y camine hacia la cocina para traer una escoba, un trapo mojado y toallitas para los niños, regrese para tratar de recoger todo los cristales, tratar de desmanchar la alfombra y limpiar las manitas de ambos. Comencé por revisar que no se hubieran cortado, por fortuna, no tenían ni un rasguño.

Termine de limpiar y comencé a preparar la mesa para la cena, desperté a tía Anneth cuando el timbre sonó, me acerque a la puerta y la abrí.

—La pizza llego, señora—dijo en tono serio y me ofreció las dos cajas.

—Gracias, Peter…¿gustan cenar con nosotros?—pregunte mientras me hacia aun lado para darle espacio a entrar por la puerta.

—Muchas gracias, señora… pero no, no debemos dejar nuestros puestos de trabajo, los muchachos y yo agradecemos mucho su amabilidad y el día de mañana pasaremos lista con usted, de esa forma nos presentaremos como es debido.

Asentí con una sonrisa por la solemnidad militar de Peter, lo observe irse y después yo misma entre en la casa con las pizzas en las manos, olía delicioso… pero también imaginar el queso derretido y toda la grasa provoco que el estomago me diera un vuelco.

Camine hacia el comedor intentando aguantar las nauseas, no quería preocupar a los niños, así tome una bocanada de aire y no respire hasta que pude soltar ambas cajas sobre la mesa.

—¡Niños!, ¡Tía, la cena esta lista! —grite tan fuerte como pude después de haber aguantado tanto la respiración me sentía un poco agitada, pero las nauseas desaparecieron, por lo que me sentí aliviada.

Cenamos mientras conversábamos los planes de mañana, ya que los dos pequeños no querían un tutor, comenzaríamos a darles lecciones y conversábamos sobre las materias en las que necesitaban reforzar más, sus actividades favoritas. Me encantaba escucharlos hablar hasta por los codos, los dos pequeños que tenia frente a mi eran tan diferentes a los que conocí aquel día en la mansión, ese gesto triste y taciturno, tan poco propio de su edad había desaparecido, se les veía tranquilos, relajados, alegres…

—Muy bien, son mas de las ocho, es hora de lavarse y prepararse para dormir…

—Pero… mamá… queremos ver una película—rezongo Cassie. Solté una carcajada al ver el gesto de suplica que ambos ponían en su rostro.

—No, es hora de dormir, mañana veremos la película que quieran.—Debía ser fuerte y no sucumbir ante esa carita de ángeles que ambos estaban aprendiendo a poner para obligarme a hacer lo que ellos querían. —Vamos, les leeré un cuento muy interesante.

Esa opción pareció terminar de convencerlos porque sin oponer mas resistencia se levantaron de la mesa, tomaron su plato y tras hacer el intento de dejarlo en el fregadero subieron corriendo para prepararse.

Mire a tía Anneth con lagrimas en los ojos.

—Creo que no soy tan mala en esto—dije sorbiendo la nariz. Mi tía soltó una carcajada y se acerco a mi para acariciar mi cabeza.

—Por supuesto que no, siempre supe que serias una madre excelente. —Sus palabras hicieron que las lagrimas cayeran mas constantes y eso la preocupo.

—No necesitas llorar por esto, cariño… estoy preocupada por tu salud, estas sensible, tienes nauseas… te ves… diferente, Elaine, hija… tal vez deberíamos ir al medico para que te hagan una prueba de embarazo.

Las lagrimas pararon de tajo y mire a mi tía como si estuviera hablándome en otro idioma. En el fondo yo también lo había pensado, pero… era imposible, solo habíamos estado juntos sin protección una vez y tome la píldora después de eso, además mi periodo había llegado sin problemas…simplemente no era probable… ¿o si?

Con aquella duda clavada me puse de pie.

—¿Podrías quedarte con los niños un rato?—pregunte aun sorprendida, ella asintió, subí las escaleras y me cambie de ropa, pase a la habitación de los niños para decirles que debía ir a comprar algunas cosas a la farmacia pero que tía Anneth se quedaría con ellos y que fueran buenos con ella, a ninguno de los dos les hizo gracia que me saliera pero se quedaron tranquilos sabiendo que solo seria un momento y volvería a tiempo para leer su cuento.

Baje las escaleras y tome las llaves de la camioneta de Derek.

—Vuelvo enseguida.—Me acerque para darle un beso en la mejilla y salí de la casa, Peter se alerto al verme caminar hacia el garaje

—Señora…¿necesita algo? —pregunto apresurándose a caminar hacia donde me encontraba.

—Solo debo ir por algo a la farmacia—informe intentando sonar natural.

—Iré con usted.

Realmente no tenia deseos de enfrascarme en una discusión y sabia que era mas seguro de esa forma, así que asentí y camine detrás de el hacia una de las camionetas que ellos usaban. Me subí y respire profundamente, evaluando las posibilidades y las consecuencias, si era cierto… seria una maravillosa noticia… pero, ¿cómo lo tomarían los niños?, ¿cómo lo tomaría Derek?, ¿qué repercusión tendría en nuestra relación y en los pocos planes que teníamos a futuro?

Si bien, habíamos tenido una o dos conversaciones acerca de tener hijos, estaban pensadas para dentro de mucho tiempo.

Un escalofrió me recorrió la nuca, de pronto sentí pánico, horro de hecho… me atemorizo tanto la reacción de Derek que tuve que respirar profundamente para intentar tranquilizar el golpeteo de mi corazón.

Llegamos a la farmacia y Peter se bajo del lado del conductor para abrirme la puerta, baje con su ayuda y camine seguida de cerca por él hacia el establecimiento, temía que me seguirá hasta los estantes pero, como todo un profesional guardo su distancia y me permitió moverme con privacidad. Llegue al área de las pruebas y tome la que se veía mas confiable para leer la parte de atrás. Una mujer se me acerco, supongo que atraída por cara de preocupación.

—En hora buena—dijo en tono suave, me gire para mirarla y le sonreí.

—Es para una amiga, pero espero que sean buenas noticias, lleva tiempo buscando tener un bebé, así que… espero que sea positivo—mentí, lo hice de forma tan convincente, que yo misma me sorprendí. La mujer intentaba cercarse más a mi, por lo que me despedí sin siquiera tener tiempo a mirar mas opciones y me aleje hacia la caja registradora. No quería ser grosera pero mi rostro había estado en todos los noticieros hace tan poco tiempo, que no quise arriesgarme a que me reconociera y Derek se viera implicado en la situación.

Coloque la cajita sobre la mesa, el chico que cobraba ni siquiera se digno a mirarla, la paso rápido por el lector de códigos y la metió en una bolsa de papel. Mire el precio en la pantalla, saque el dinero y tras pagar salí de la farmacia seguida de cerca por Peter. Volvimos a casa y tras agradecerle entre para encontrar todo limpio y las luces de la primera planta apagadas. Subí las escaleras sigilosamente, abrí la puerta de la habitación de los niños y ambos me esperaban tranquilamente recostados y con un montón de libros apilados sobre la cama, deje la bolsa de papel sobre la cómoda y me acerque a ellos.

—¿Qué historia quieren escuchar? —pregunte mientras me sentaba en la cama cuidando no derrumbar sus torrecillas de libros.

—¿Cuál era tu cuento favorito cuando eras niña? —pregunto Cassie. Sonreí, amaba con locura "Buenas noches, Luna" así que recordarlo me hizo primero buscar la posibilidad de leerles la historia, encontré el libro casi enseguida, estaba perfectamente cerrado, supongo que Alex debió pedir que los compraran para los niños cuando hizo los arreglos de la casa.

—Este—dije sosteniendo el libro entre mis dedos, ambos se miraron entre si, en parte sorprendidos y en parte emocionados.

—Es nuestro libro favorito—dijeron al unísono —La maestra lo lee para nosotros siempre, después de la comida.

Les sonreí a ambos y recogí el resto de los libros que descansaban sobre el colchón, los arrope de nuevo y me recosté junto a ellos, le quite el empaque de plástico al libro, y lo abrí justo en la primera hoja, comencé a leer despacio y con tono bajo, mientras de vez en vez bajaba el libro y giraba el rostro para constatar que no estuvieran durmiendo ya, las primeras 3 ocasiones, ambos me miraban con sus ojos soñadores, para la cuarta ocasión ambos habían caído en un sueño profundo que solo acrecentaba sus inocentes rostros. Les de un beso en la frente a cada y salí de la habitación a hurtadillas pues no quería despertarlos, tome la bolsa de papel con cuido y me dirigí hacia la habitación principal, pase por enfrente de la puerta de tía Anneth pero al escucharla roncar decidí seguir de largo.

Me dirigí directo al cuarto de baño y saque la cajita de la bolsa, leí las instrucciones rápidamente e hice la prueba, dejándola sobre el lavabo. Fueron los 3 minutos mas largos de mi vida, cuando sonó la alarma de mi celular me acerque y tome la prueba con ambas manos.

El estomago se me hizo un nudo, el corazón brinco tan rápido en mi pecho que tuve que sostenerme de donde pude para no caer.

La prueba junto con su gran resultado positivo, cayo de mi mano mientras yo intentaba respirar con normalidad.

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