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Preludio del cambio 2.205

-No sabes tratar a una mujer- dijo Jason -ella solo te sigue porque eres la persona que la trajo a Orario-

Viggo lo quedó mirando: cabello rubio, corto y alborotado, coraza metálica gris y una mirada intimidante. Viggo jamás lo había visto poner una actitud tan arrogante delante de él.

Ambos estaban a varias decenas de metros de Kain, Odiseo, Aquiles y los demás aventureros. En los límites del camino de adoquines y los edificios que funcionaban como bodegas para los suministros de la familia, aun costado de la mansión.

-¿Por qué lo dices?- preguntó Viggo, inusualmente calmado. Sentía que la actitud agresiva y resentida de Jason era patética, pero no quiso sonreír ni demostrarlo de otra forma. Por alguna razón, le hacía sentir seguro de sí mismo ver lo patético que era otra persona. Aunque dicha persona fuera Jason, un hermano que le dio muchos buenos consejos en el pasado.

-Ella solo se dedica a trabajar, no va a otros lados y sus únicas amigas son esa elfa pelirroja y Semiramis ¿Acaso le pides a tu esposa que vigile a tu otra esposa?-

-Esa es una teoría interesante- dijo Viggo manteniendo la calma -mira Jason, eres mi hermano, siempre te he considerado un hermano. No quiero que esto nos separe. Es tonto, nos conocemos de toda la vida. Yo, Scheherezade es mi esposa y entiendo que ella está enfocada en las cosas que quiere lograr con Semiramis, pero no me acuses de cosas-

-Solo naciste con suerte, no con cerebro, Viggo-

-Hey, no me ofendas, yo no te he ofendido. Creí que estábamos conversando-

-Solo te voy a decir esto, voy a volver y me llevare a Scheherezade y tú no podrás hacer nada-

Viggo tomo una profunda respiración, miró al suelo y asintió varias veces. Después miró a Jason, quien lo miraba con resentimiento, como si Viggo le hubiera hecho algún daño -mira, vamos a aclarar esto. Tú y yo somos hermanos y ahora tú me estas amenazando-

-No es una amenaza, es una realidad-

-Bueno, me estás prometiendo que te llevaras a mi esposa- continuo Viggo ya harto de esta conversación, pero tratando de mantener la calma -mira Jason, vamos a aclarar los puntos. Primero que todo, mi esposa siempre ha podido hacer lo que se le dé la gana. Segundo, ella recibe regalos de muchos otros nobles, no eres el único. La toma y los coloca en un cofre al lado de mi cama para que yo los vea, solo para recordarme que hay muchos tipos como tú que la tratan de cortejar. Así que no te sientas especial. Tercero, me dices que te la vas a llevar ¿Sabes lo que es tener una esposa e hijos? Tienes más de setenta años y jamás has formado una familia ¿Qué sabes tú de hacer feliz a una mujer?...-

Viggo continúo enumerando los problemas que Jason tuvo con los años, eran hermanos, su padre y Jason hablaban públicamente entre ellos de dichos problemas para que los más jóvenes no lo imitaran. Kain siempre le estaba salvando el culo a Jason, como esa vez que cayó en la adicción de las apuestas. Todo eso enfureció a Jason, quien cerró su puño con todas sus fuerzas.

Al mismo tiempo, Viggo sintió el peligro y canalizo su poder divino para activar su clarividencia. Sus pupilas se volvieron de un color dorado. Viggo continúo hablando y poniendo en claro su posición, hasta cuando vio el puño de Jason moverse a toda velocidad. Viggo movió su rostro hacia un lado, pero la velocidad de un nivel 9 era tal, que Jason le alcanzó a rozar la mejilla. Incluso si Viggo podía ver con varios segundos de anterioridad el movimiento de Jason. Este último continúo lanzando puñetazos detrás de otro, pero de repente alguien lo abrazó por detrás y lo retuvo.

Jason vio que la persona que lo retenía era Kain mientras que Odiseo y Aquiles apartaban a Viggo. Jason hizo fuerza para zafarse, pero Kain hizo igual cantidad de fuerza y lo retuvo. Después lo alejo para que nadie lo pudiera ver y lo soltó.

-¿Qué te sucede, muchacho del demonio?- grito Kain molesto por la actitud de Jason

-Tú no sabes nada, tú no entiendes nada, no me toques- grito Jason con el rostro rojo de la furia

-Si no me dices, no puedo entenderte-

-¿Qué vas a entender tú?- grito Jason -es tu hijo, por supuesto que lo vas a defender-

-De que hablas muchacho- respondió Kain con un tono de voz bajo -tú también eres mi muchacho, también te enseñe y te eduque-

-Solo nos maltrataste, solo nos diste sufrimiento, pero nunca te preocupaste por nosotros-

-Yo…-

-Maldigo el día en que te conocí, maldigo todo esto, maldigo a la tía Catalina, ella nunca debió habernos ayudado. Solo debimos morir-

-Muchacho, no digas estupideces- dijo Kain asombrado y triste por lo que decía Jason -yo, Catalina fue la que más se preocupó por ustedes. Ella quería que fueran grandes aventureros, todo comenzó con ella-

-Yo…- dijo Jason al entender su error. Se dio la vuelta y le dijo -vete, este no es tu lugar, está es la familia Hera- se pasó las manos por los ojos -para la gente con mala suerte-

-Muchacho ¿Qué dices?- preguntó Kain, acercándose a Jason -tú, tú eres un nivel nueve, eres el capitán de la familia más importante. Eres el apoyo de tus hermanos, de tu diosa. Tienes dinero, tienes un lugar en el que vivir, lo tienes todo ¿Cómo puedes decir que no tienes suerte?-

-Yo- dijo Jason con voz compungida -ya no lo sé-

Kain derramo lagrimas al ver a Jason tan confundido, lo abrazó y aquel hombre, de más de setenta años, capitán de la familia más poderosa y el mejor aventurero que ha pisado Orario, se rompió en lágrimas mientras murmuraba que no era justo, no era justo.

-Muchacho- le susurro Kain -no todos nacimos con suerte, pero puedes hacer tu propia suerte y crear tu camino. No te preocupes por los demás, solo sigue tu camino. Siempre hablamos de eso-

-Yo lo sé- dijo Jasón con voz resquebrajada -pero es tan injusto, la vida, todo-

-Lo sé, es verdad- dijo Kain -pero solo podemos hacer lo mejor con lo que tenemos en nuestras manos-

-Sí, lo sé, perdón, perdón, en serio, perdón- dijo Jason y continúo abrazando a Kain, llorando como si fuera un niño. Él lo sabía, era tan envidioso por dentro. Viggo nació, lo tuvo todo, un semi dios, hijo real de Kain. Podía hacer lo que él quisiera, ser lo que él quisiera, pero todo el tiempo se comportaba como un tonto, dando problemas y haciendo a los demás preocuparse. Lo que él o sus hermanos hubieran dado por estar en la misma posición que él. Por un tiempo se fue, después volvió y actuó como si todo lo que hizo fue cosa del pasado. Todas las ofensas que le dijo a su padre, todas las preocupaciones que le hizo pasar al resto. Tenía hermosas esposas, se volvía fuerte de la nada, incluso dominando técnicas que otros solo podían soñar con aprender. En poco tiempo lo obtuvo todo ¿Por qué solo él debía ser feliz? No era justo y no era justo que él tuviera a una mujer como Scheherezade para él.

Las cosas se calmaron y aunque algunos aventureros quisieron acercarse a ver lo que había pasado, Odiseo y Aquiles los apartaron. El desfile de la familia Hera se atrasó una hora.

-¿Estás bien?- preguntó Kain

Jason camino por delante con un casco con visera que le cubría toda la cabeza. Él avanzó por al lado del grupo de aventureros formados en filas como soldados con dirección a un caballo en el frente -estoy bien, viejo- dijo más calmado -solo me sentí mal por un momento, no soy un niño-

-Si quieres puedo hablar con Hera para que retrasen la salida, puede ser mañana o pasado mañana. Hephaestus no tendrá problema, no te preocupes, también puedo hablar con ella. Incluso con Zeus, él no dará problema-

Jason se detuvo, se dio la vuelta, levanto la visera del casco dejando ver unos ojos hinchados de tanto llorar, pero que ahora sonreían -estoy bien, padre, estoy bien- dijo

-Muchacho, no me asustes, llámame viejo, como siempre. Cuando eres demasiado respetuoso siento que algo va a salir mal-

Jason soltó una risita, miró a Kain con un rostro lleno de preocupación. Después vio a Odiseo y Aquiles, quienes lo seguían de cerca. Al final Viggo, quien tenía una mirada preocupada. Jason tomo una profunda respiración y se quitó el casco. Después miró a Viggo y le hizo el gesto para que se acercara. Viggo camino hasta donde estaba él y Jason le dio un abrazo con el brazo derecho.

-Lo siento, realmente lo siento, Viggo- dijo Jason, se apartó de él, le desordeno el cabello con la mano derecha y después miró a Kain, este último le dio un abrazo apretado. Jason soltó un suspiro triste por siempre hacer preocuparse a este viejo elfo. Desde que se conocieron, no le dio más que problemas. Primero trayéndolo en su carruaje, dándole de comer, pasándole armas y dinero. Después entrenándolo, enseñándole como ser un aventurero, andar detrás de él y sus hermanos para que estudiaran. Siempre él, sin darle nada a cambio. Incluso ahora, en su vejez, seguía dándole problemas ¿Acaso él no era peor que Viggo? Jason soltó una risita. También abrazo a Kain y después de unos segundos, se separaron. Jason se puso rápidamente el casco para que los demás no vieran que las lágrimas corrían por sus mejillas.

-Me voy, pero cuando vuelva, vamos al restaurant de siempre, con toda la familia- dijo Jason -esa vez, yo pago-

-Bueno, muchacho, solo cuídate- respondió Kain, Viggo por detrás de él asintió con una expresión seria.

Jason asintió, camino hasta el caballo al frente de los aventureros de la familia Hera. Él se subió al caballo, Odiseo y Aquiles se despidió de Kain y Viggo. Los dos caminaron hacia al frente, pero Aquiles se dio cuenta que no había caballo para él.

-¿Y mi caballo?- preguntó Aquiles en un tono de voz serio

Jason se levantó el visor del casco y le dijo -no hay caballo para ti, hermano. Tú te quedas, te ocupas de tu esposa e hijo. Ups, no debí decir eso…-

-¡¿Qué?!- preguntó Kain, miró a Aquiles y este último agacho la cabeza, se rasco la cabeza y soltó una risita tonta.

-¿No te lo habíamos dicho?- preguntó Aquiles

-Mu-cha-cho- dijo Kain mirándolo con resentimiento

-No lo culpes, viejo- dijo Jason -hasta yo tendría miedo de revelarte tal noticia- después miró a Aquiles y le dijo -esta es una decisión que tomamos Odiseo y yo, no te enojes Aquiles, pero tienes que saber dónde está lo importante-

-Yo- dijo Aquiles algo sorprendido

-No te preocupes, ya tendrás tiempo para maldecirnos y esas cosas, solo cuídate. Para cuando haya nacido ese pequeño bribón, ya habremos vuelto-

-¿Qué dijo la dama Hera?- preguntó Aquiles

-Ella también está conforme con esta decisión. Cuídate, hermano- dijo Jason, después bajo la visera del casco.

-Todos- grito Odiseo con voz de mando -avancen-

De esa manera, con Jason y Odiseo a la cabeza, los aventureros de la familia Hera avanzaron a la salida de los terrenos. La gente se subió a las soleras y formo un pasillo mientras el portón de la mansión era abierto.

Jason iba a la cabeza, cabalgando con lentitud. Miraba el camino a través del orificio del casco mientras sujetaba las riendas. Iba tranquilo, como si llorar hubiera limpiado todas las preocupaciones en su corazón. Sabía que estaba mal, pero todavía seguía pensando que era injusto que la vida fuera tan buena con Viggo.

-A lo mejor yo también debería tener una familia- murmuro por lo bajo

-Jason, Jason- dijo alguien trotando por el lado de los escuadrones de la familia. La gente se quejaba porque era empujada. Jason miró a un lado y vio a Kain, el alto elfo de cabello blanco.

Kain hizo un cono con sus manos y le grito -Catalina estaría orgullosa de ti, siempre supo que tú y tus hermanos serían grandes aventureros. Ella siempre pensó en ustedes, incluso en su lecho de muerte. Se preguntó si estabas bien, si estabas enfermo o si te faltaba algo. Ella te quiso con todo su corazón-

Jason solo asintió y siguió cabalgando. Como llevaba el casco puesto nadie lo noto, pero por dentro estaba llorando. Por otro lado, Odiseo llamo la atención de todos, ya que, a pesar de llevar un rostro estoico, corrían lágrimas por su rostro.

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