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Vendida al destino

Amelia no siempre fue Amelia. En una vida pasada, fue un joven que se dejó llevar por la apatía y la indiferencia, grabando en silencio una atrocidad sin intervenir. Por ello, una organización secreta decidió aplicar un castigo tan severo como simbólico: transformar a los culpables en lo que más despreciaban. Convertido en mujer a través de un oscuro ritual, Amelia se ve atrapada en un cuerpo que nunca pidió y en una mente asediada por nuevos impulsos y emociones inducidos por un antiguo y perverso poder. Vendida a Jason, un CEO tan poderoso como enigmático, Amelia se enfrenta a una contradicción emocional desgarradora. Las nuevas sensaciones y deseos implantados por el ritual la empujan a enamorarse de su dueño, pero su memoria guarda los ecos de quien fue, y la constante lucha interna amenaza con consumirla. En medio de su tormento personal, descubre que Jason, al igual que la líder de la organización, Inmaculada, son discípulos de un maestro anciano y despiadado, un hechicero capaz de alterar el destino de quienes caen bajo su control. Mientras intenta reconstruir su vida y demostrar que no es solo una cara bonita, Amelia se ve envuelta en un complejo juego de poder entre los intereses de Inmaculada y Jason, los conflictos familiares y las demandas del maestro. Las conspiraciones se intensifican cuando el mentor descubre en ella un potencial mágico inexplorado, exigiendo su entrega a cualquier precio. Para ganar tiempo, Jason e Inmaculada recurren a métodos drásticos, convirtiendo a los agresores de Amelia en mujeres bajo el mismo ritual oscuro, con la esperanza de desviar la atención del maestro. En un mundo donde la magia, la manipulación y la lucha por el poder son moneda corriente, Amelia deberá encontrar su verdadera fuerza para sobrevivir y decidir quién quiere ser en un entorno que constantemente la redefine.

Shandor_Moon · Urban
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96 Chs

034. La noche de Powerwolf

El complejo Star Dust era una maravilla de la arquitectura moderna, un impresionante anfiteatro al aire libre diseñado específicamente para conciertos. A medida que el grupo se acercaba a la entrada VIP, la grandiosidad del lugar se revelaba ante ellos. Una inmensa estructura dominaba el horizonte, con su techo curvo y futurista iluminado por luces de neón que pulsaban al ritmo de la música que ya resonaba en el interior. La entrada VIP era una pasarela exclusiva que conducía directamente a la zona más privilegiada del recinto.

Al cruzar la entrada, Amelia no pudo evitar detenerse un momento para admirar el espectáculo. La zona VIP estaba ubicada estratégicamente alrededor del escenario, ofreciendo las mejores vistas y una experiencia inigualable. Cinco niveles de gradas semicirculares rodeaban la enorme pista de baile, y en cada nivel, mesas elegantemente dispuestas ofrecían una vista despejada del escenario. Las mesas VIP más cercanas al escenario contaban con servicio de mesa, permitiendo a los invitados disfrutar de bebidas y comidas sin tener que moverse de sus asientos.

Jason, Amelia, Mei y Li Wei, acompañados por dos guardaespaldas, se dirigieron a su mesa, que estaba en una posición privilegiada, justo en el centro del nivel más cercano al escenario. Las tarjetas especiales que les habían proporcionado no solo les permitían moverse libremente por la zona VIP, sino que también les daban acceso a una experiencia única: conocer al grupo Powerwolf después del concierto.

Amelia no podía contener su emoción mientras avanzaban hacia su mesa. Sus ojos brillaban con una mezcla de anticipación y alegría. Jason, notando su entusiasmo, le dedicó una sonrisa cálida.

—Tengo una sorpresa para ti, Amelia —dijo, inclinándose hacia ella mientras caminaban—. Cuando termine el concierto, tendrás la oportunidad de conocer al grupo.

Amelia se detuvo en seco, girándose hacia él con los ojos muy abiertos. —¿De verdad? ¡Eso es increíble! ¡No puedo creerlo! —exclamó, casi saltando de alegría.

Jason rió suavemente, disfrutando de su entusiasmo. —Sí, de verdad. Quería hacer esta noche especial para ti.

Al llegar a la mesa, los guardaespaldas se posicionaron discretamente a una distancia prudente, permitiendo al grupo disfrutar de su velada sin interrupciones, pero siempre atentos para cualquier eventualidad. Las mesas semicirculares ofrecían una vista perfecta del escenario, donde ya se podía ver la preparación para el concierto. Amelia tomó asiento, todavía radiante de felicidad, mientras Mei y Li Wei se acomodaban también, con Mei observando la escena con una mezcla de resignación y calculada frialdad.

—Esto es realmente impresionante —dijo Li Wei, mirando a su alrededor—. Jason, has hecho un trabajo increíble organizando todo esto.

Jason sonrió y asintió, pero sus ojos estaban fijos en Amelia, quien seguía contemplando el escenario con una expresión de ensueño. El ambiente era electrizante, con la energía de la multitud aumentando a medida que se acercaba el inicio del concierto. Amelia se inclinó hacia Jason, susurrándole agradecimientos y palabras de emoción mientras él la escuchaba con una sonrisa satisfecha.

Mei, sentada a un lado, observaba con atención. Aunque intentaba mantener una apariencia indiferente, no podía evitar sentir una punzada de envidia al ver la felicidad de Amelia y la atención que Jason le brindaba. Sin embargo, decidió mantener sus pensamientos para sí misma, esperando el momento oportuno para continuar con su estrategia.

Mientras esperaban a que comenzara el concierto, los camareros comenzaron a acercarse a las mesas VIP, ofreciendo bebidas y aperitivos. Jason pidió una copa de champán para todos, brindando por una noche inolvidable.

—Por una noche memorable y por crear recuerdos que duren toda la vida —dijo Jason, levantando su copa.

—Por una noche memorable —repitieron los demás, levantando sus copas y chocándolas en un brindis.

Amelia, sosteniendo su copa, miró a Jason con gratitud y amor. Sabía que esta noche sería una prueba más, pero con él a su lado, se sentía preparada para enfrentar cualquier desafío. La música comenzó a sonar más fuerte, indicando que el concierto estaba a punto de comenzar. Amelia tomó un sorbo de su champán, sintiendo una mezcla de excitación y nervios mientras las luces del escenario se encendían y la multitud rugía en anticipación.

Amelia no se podía contener. Dejó la copa en la mesa y, llena de emoción, saltó al frente en cuanto vio entrar a los primeros miembros del grupo. El Power Metal no era para verlo sentado, sino brincando y chocando contra la gente en la zona de baile.

Con una energía desbordante, Amelia hizo un ademán para sacar a Mei a saltar junto a ella, pero al ver la mirada fría de su cuñada, decidió tirar de Li Wei. Esta, sorprendida pero contagiada por la alegría de Amelia, se dejó llevar. Ambas se colocaron en la zona de baile, listas para disfrutar del concierto al máximo.

—Un concierto de Heavy Metal no se puede disfrutar sentado. ¡Hay que brincar! —gritó Amelia, mientras los primeros acordes llenaban el recinto.

—Nunca he estado en un concierto de este tipo. Ni siquiera conozco esta música —respondió Li Wei, tratando de igualar la energía de Amelia mientras ambas comenzaban a saltar al ritmo de la música.

En la mesa VIP, Jason y Mei observaban la escena con expresiones muy diferentes. Jason sonreía, disfrutando de la felicidad de Amelia. No era un gran fan del Heavy Metal, pero al investigar sobre Amelia y descubrir su amor por esta banda de Power Metal, había escuchado algunas canciones y las había encontrado bastante decentes. Mei, en cambio, estaba furiosa. No solo Amelia disfrutaba del concierto, sino que Li Wei, su amiga, se había unido a ella.

—Este no es el tipo de música adecuada para alguien de nuestra categoría —refunfuñó Mei, sin quitar la vista de la copa de champán de Amelia.

Jason desvió la vista de Amelia y el escenario hacia su hermana. Se habían quedado solos, y era el momento perfecto para tener una conversación, a pesar del brutal volumen de la música.

—Mei, no voy a cambiar a Amelia por Li Wei ni por ninguna otra mujer. Ella es buena, y no estoy de acuerdo con cómo te estás comportando con ella.

Mei miró a Jason, aún más enfadada. ¿Se había ido de la lengua Amelia? Si era así, la azotaría hasta dejarle la piel destrozada. ¿Cómo se atrevía a contárselo a su hermano? Habían hecho un trato.

—No te comprendo, Jason. Yo no he hecho nada a Amelia. Solo intento hacerte ver que no es la chica apropiada para ser tu esposa. Quizás una amante, pero no tu esposa.

Jason la miró con gesto severo, tomó un sorbo de su copa, volvió a mirar hacia Amelia, que saltaba emocionada, y retornó la mirada a su hermana.

—¿Crees que no me entero de lo que sucede en mi casa? Vi y escuché todo lo del jacuzzi por las cámaras del jardín. Amelia intentó cubrirte y no fue hasta ponerle los videos que rogó por ti.

Mei se quedó helada. ¿Había rogado Amelia por ella después de tratarla tan mal? Ella misma hubiera atacado sin piedad a Amelia. En cambio, esa tonta que ahora saltaba entusiasmada ante un grupo de Heavy Metal la había protegido, incluso después de hacerla limpiar sus zapatos con sus bragas, obligarla a arrodillarse y masajear sus pies.

—Si vuelves a humillarla físicamente, tomaré represalias contra ti. Aunque ella me haya pedido dejar llevarlo a su modo, no estoy dispuesto a permitir que abuses de ella —la voz de Jason no permitía ninguna duda.

—Hermano, yo... Ella tiene que saber su sitio —protestó Mei, comenzando a hacer pucheros—. Soy una Xiting. Amelia debe respetarme y saber su lugar.

Jason se inclinó hacia Mei, su voz baja pero cargada de autoridad.

—Mei, Amelia no es una cualquiera. Ella es la mujer que elegí, y tienes que respetarla. Si no puedes hacer eso, habrá consecuencias. Ella ya te ha demostrado más paciencia y gracia de la que mereces.

Mei apretó los labios, su furia era palpable, pero sabía que Jason no estaba bromeando. No podía desafiarlo abiertamente, al menos no sin arriesgarse a perder su favor.

—Está bien, Jason —dijo finalmente, con un tono de voz tan gélido como su mirada—. Haré lo que pides. Pero no creas que cambiaré de opinión sobre ella.

Jason asintió, satisfecho de haber dejado clara su posición. Volvió su atención al concierto, observando a Amelia y Li Wei disfrutar de la música. La intensidad del momento parecía desvanecerse mientras las notas de la banda llenaban el aire.

Amelia, completamente ajena a la conversación tensa entre Jason y Mei, estaba inmersa en la música. Saltaba y cantaba, su rostro radiante de felicidad. La energía de la música y el ambiente la llenaban de una alegría palpable, una determinación renovada para disfrutar del momento.

Li Wei, contagiada por la energía de Amelia, también comenzó a disfrutar del concierto. La música, las luces y la atmósfera vibrante la envolvieron, permitiéndole olvidar, aunque fuera por un momento, las tensiones y preocupaciones recientes.

Jason, observando a Amelia desde la mesa, sintió una ola de ternura y admiración por ella. Su felicidad era contagiosa y su fortaleza inspiradora. Sabía que la batalla con Mei estaba lejos de terminar, pero por ahora, estaba decidido a disfrutar de la noche junto a la mujer que amaba.

Mei, sin embargo, observaba la escena con ojos fríos. Aunque había accedido a la demanda de Jason, no podía evitar planear su próximo movimiento. Ver a Amelia tan feliz solo avivaba su determinación de encontrar una manera de deshacerse de ella sin enfrentar la ira de su hermano.

La noche continuaba, con el ritmo del concierto marcando cada segundo. Amelia, rebosante de alegría, disfrutaba del concierto con toda su energía. A pesar de las tensiones y desafíos que sabía que aún estaban por venir, por ahora tenía a Jason a su lado y estaba decidida a aprovechar cada momento.

La energía del concierto alcanzó su punto máximo con la última canción. Amelia y Li Wei, empapadas en sudor y con los rostros iluminados por la emoción, se unieron a la multitud en un aplauso ensordecedor mientras la banda hacía su última reverencia. La música finalmente se desvaneció, dejando una vibración en el aire que parecía reflejar la felicidad de todos los presentes.

Amelia no podía contener su emoción mientras regresaba a la mesa, sus ojos brillando con una mezcla de alegría y anticipación. Jason, que había disfrutado viendo a Amelia tan feliz, la recibió con una sonrisa cálida y un abrazo.

—¿Lo has disfrutado? —le preguntó, aunque la respuesta era obvia.

—¡Ha sido increíble! —exclamó Amelia, todavía eufórica—. Y pensar que aún voy a conocerlos en persona. No puedo creerlo.

Jason le dio un suave apretón en el hombro y le susurró al oído: —Voy a ayudarte con el alemán. Ellos estarán encantados de conocerte.

Mientras se preparaban para dirigirse al backstage, Mei observaba la escena con una expresión pensativa. A pesar de su furia inicial, una parte de ella no podía evitar sentir una pizca de respeto por la pasión y la felicidad genuina de Amelia. Sopesó el sobre con el polvo de antihistamínico en su mano, miró la copa de Amelia y, finalmente, decidió guardarlo para otra ocasión.

"No esta noche", pensó Mei, suavizando su expresión. "No después de que rogó por mí. Pero esto no significa que me detendré. Solo seré más astuta."

La seguridad los llevó a través de un pasillo hasta una puerta marcada como "Acceso VIP". Jason, Amelia, Mei y Li Wei, acompañados por dos guardaespaldas, entraron en una sala privada donde los miembros de Powerwolf estaban relajándose después del concierto. La banda, aún vibrante de energía, los recibió con sonrisas y saludos amigables.

—Hallo! Es ist schön, dich zu treffen! (¡Hola! ¡Es un placer conocerte!) —dijo el vocalista, extendiendo la mano a Amelia.

Jason, tomando el papel de intérprete, tradujo rápidamente. —Dice que es un placer conocerte.

Amelia, un poco nerviosa pero emocionada, estrechó la mano del vocalista. —Es un honor conocerlos. Soy una gran fan de su música. ¡El concierto fue increíble!

Jason tradujo con fluidez, y los miembros de la banda asintieron y sonrieron, visiblemente complacidos por la admiración de Amelia.

—Wir freuen uns sehr, das zu hören. Wie lange hörst du schon unsere Musik? (Estamos muy contentos de escuchar eso. ¿Cuánto tiempo llevas escuchando nuestra música?) —preguntó el guitarrista.

—Llevo escuchándolos desde hace nueve años. Sus canciones me han acompañado en muchos momentos importantes de mi vida —respondió Amelia con sinceridad, mientras Jason traducía.

La conversación continuó con fluidez, gracias a las habilidades lingüísticas de Jason. Los miembros de Powerwolf se mostraron encantadores y accesibles, compartiendo anécdotas sobre sus giras y procesos de composición. Amelia se sentía en el séptimo cielo, rodeada por sus ídolos musicales y sostenida por el apoyo de Jason.

Mei y Li Wei observaban desde un poco más atrás. Li Wei sonreía, contenta de ver a Amelia tan feliz, mientras que Mei mantenía una expresión neutral, evaluando la escena. A pesar de sus planes y su resentimiento, no podía negar que Amelia se manejaba bien en la situación, mostrando una fortaleza que le daba cierta pausa.

Después de un rato, el baterista sacó una foto de grupo para conmemorar el encuentro. Jason tradujo la petición y Amelia asintió con entusiasmo, posando felizmente con la banda mientras el flash iluminaba sus rostros sonrientes.

Finalmente, el momento llegó a su fin y el manager del grupo les informó que debían prepararse para partir. Los miembros de Powerwolf despidieron a Amelia y su grupo con abrazos y autógrafos, dejando a Amelia con recuerdos imborrables de una noche perfecta.

Mientras salían del backstage, Jason se inclinó hacia Amelia y le susurró: —Sabía que esto te haría feliz. Ver tu sonrisa hace que todo valga la pena.

Amelia, con los ojos brillando de gratitud, le devolvió el susurro. —Gracias, Jason. Esto ha sido uno de los mejores momentos de mi vida.

Mei, observando desde detrás, apretó los labios con una mezcla de emociones. Su plan había fallado por esta noche, pero su determinación no se había desvanecido. Sabía que tendría que ser más cuidadosa y astuta en el futuro, pero por ahora, decidió dejar que Amelia disfrutara de su pequeña victoria.

De vuelta en su mesa, pidieron varios cócteles. La música, aunque ya sin la actuación en directo, seguía sonando y el recinto funcionaba a modo de discoteca. Amelia estaba en las nubes, aún saboreando el reciente encuentro con su banda favorita. En un momento dado, uno de los guardaespaldas apareció con una bolsa completa de merchandising del grupo, incluyendo camisetas, discos firmados y otros recuerdos. Jason, sonriendo, le hizo un gesto a Amelia, quien besó a Jason encantada con el regalo.

—¡Gracias, Jason! ¡Esto es increíble! —exclamó Amelia, abrazando la bolsa con fuerza. Sabía que no iba a poder lucir nada de ello en el trabajo o en eventos formales, pero eso no importaba. Lo atesoraría en su vestidor, recordándole siempre esta noche perfecta.

Mientras tanto, Mei no quitaba la vista de Amelia. Aunque no había usado los antihistamínicos, observaba cómo Amelia se estaba emborrachando a base de cócteles "Sex on the Beach". Para su desgracia, el único efecto aparente era que Amelia se volvía mucho más cariñosa con Jason. Tan cariñosa que sacaba los colores a Mei y Li Wei, pero Jason estaba encantado con esto, disfrutando de la cercanía y el afecto de Amelia.

—Jason, no creo que sea apropiado... —intentó decir Mei, viendo cómo Amelia se inclinaba sobre Jason, susurrándole algo al oído que lo hacía reír.

—Déjala, Mei. Está disfrutando de la noche. Además, no está haciendo nada malo —respondió Jason, ignorando el tono desaprobador de su hermana.

Mei intentó algún comentario más para ponerla en ridículo y llamarle la atención por su comportamiento, pero Amelia, perdida en su mundo de felicidad y afecto, no le prestaba atención. Jason, por su parte, aprovechaba la situación, abrazándola y disfrutando de la noche sin importar las palabras de su hermana.

Finalmente, la noche llegó a su fin. La música seguía sonando, pero la energía comenzaba a disminuir a medida que los asistentes se retiraban poco a poco. Jason, viendo que Amelia estaba un poco mareada pero feliz, decidió que era hora de regresar a casa.

—Vamos, amor, es hora de irnos —le susurró, ayudándola a levantarse de la mesa.

Amelia, con una sonrisa soñolienta, asintió y se apoyó en Jason mientras caminaban hacia la salida. Mei y Li Wei los siguieron, con Mei aún frunciendo el ceño pero resignada a dejar que la noche terminara sin más confrontaciones.

De regreso a la mansión, el viaje en coche fue tranquilo. Amelia, agotada pero feliz, se quedó dormida en el hombro de Jason, quien la miraba con ternura. Mei, sentada en el otro coche con Li Wei, se mantenía en silencio, planeando sus próximos movimientos.

Al llegar a casa, Jason cargó a Amelia en brazos y la llevó a su habitación. La acomodó cuidadosamente en la cama y la arropó, besándola suavemente en la frente.

—Buenas noches, Amelia. Has sido increíble hoy —le susurró, aunque sabía que ella ya estaba profundamente dormida.

Jason se quedó un momento observándola, sintiéndose agradecido por tenerla a su lado. Sabía que la semana no sería fácil, pero estaba decidido a apoyarla en todo momento.

Mientras tanto, Mei se retiró a su habitación, su mente aún maquinando formas de recuperar el control. A pesar de todo, una pequeña parte de ella reconocía la fuerza y la determinación de Amelia. Tendría que ser mucho más cuidadosa y estratégica en sus próximos movimientos.

La noche había sido un pequeño triunfo para Amelia, pero la batalla por su lugar en la vida de Jason y en la familia Xiting estaba lejos de terminar. A medida que la casa se sumía en el silencio, cada uno de ellos se preparaba, consciente o inconscientemente, para las pruebas y desafíos que aún estaban por venir.