—Islinda no necesitaba adivinar por qué Rosalind permaneció alrededor hasta que Zaya terminó de curarla con el Fae aconsejándole que descansara un poco y luego se fue como si de alguna manera sintiera la tensión entre ambas mujeres y la necesidad de hablar.
—Mordiéndose los labios nerviosamente, Islinda se preguntaba por dónde empezar y la cantidad de información que debía compartir con el Fae que no fuera demasiado. Podría haber engañado a Zaya con sus excusas, pero esta era Rosalind, que había estado con Adric tanto tiempo como los dioses saben. Rosalind conocía a Aldric a fondo, y su apetito sexual. Ella sabe de lo que el príncipe fae oscuro es capaz.
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