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Una Pareja Para El Último Licántropo

¡ADVERTENCIA! -ROMANCE OSCURO- Un cambiante solo tendrá pareja de su propia especie, ¿pero qué sucede si eres la última criatura de tu especie? Licántropo. Él es el último de su especie y es el tipo de cambiante más aterrador. Pero, por muy aterrador que fuera, estaba solo. Sin embargo, para sobrevivir, no tienes que ser el más fuerte, solo el más mortal. *** Él la miró como si nunca antes hubiera visto a alguien. La vista de ella calmó el rugido en sus oídos, el latido de su corazón y finalmente pudo concentrarse de nuevo… “Ella ya no es tu responsabilidad. Ahora es asunto mío tratar con ella”, dijo el licántropo.

i_want_to_sleep · Fantasy
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255 Chs

EL ASUNTO Y EL RECHAZO

—Oh, no deberías haber visto esto, Luna —dijo Sarah. Estaba sorprendida, pero no intentó evitar que Zuri viera la escena ante sus ojos de ninguna manera.

—Era muy obvio lo que estaban intentando hacer aquí, pero a Zuri no le importaba nada de eso en este momento, porque todo lo que quería era separar a esa pareja adúltera.

—Su bestia rugió furiosamente debido a esta traición. Veía rojo cuando se dirigió hacia los dos, mientras Faye todavía besaba a Xaden. Con los brazos alrededor de su cuello, la chica lo obligó a inclinar su cuerpo, para que pudiera acomodar su altura.

—Zuri debe estar loca, porque vio cómo esa mujer abría los ojos y estaba completamente consciente de su presencia, sin embargo, continuó con lo que estaba haciendo de todas formas.

—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó Zuri oscuramente, sus ojos ardían de ira, y los dos finalmente se separaron. Miró con furia a la mujer, que acababa de besar a Xaden y tenía la audacia de pretender estar asustada, mientras se escondía detrás del cuerpo del alfa.

—Yo... lo siento, Luna... —tartamudeó. Parecía que estaba a punto de llorar, mientras se arrodillaba frente a Zuri. —Lo siento mucho, Luna. Por favor, perdóname.

—Zuri quería reír. Había tantas personas pidiéndole disculpas hoy y se preguntaba por qué seguían haciéndole daño.

—Zuri —Xaden llamó su nombre, él se veía calmado y eso hizo enojar a Zuri. ¿Cómo podía estar tan tranquilo después de lo que había ocurrido? ¿Después de lo que acababa de presenciar?!

—¿Esto es lo que querías decirme sobre 'ocuparnos de nuestro propio negocio'? —Zuri estaba furiosa. Era una humillación para ella y no podía aceptarlo.

—Zuri, regresa a tu dormitorio —dijo Xaden. Él no parecía arrepentido en absoluto, solo un poco molesto.

—¿Volver a mi dormitorio? —Zuri entrecerró los ojos. —¿Crees que soy una niña?! No solo la había humillado, sino que también la había insultado diciendo algo así en frente de los sirvientes. —¿Esta es tu compañera omega?

—Eso no es asunto tuyo.

—Zuri estaba harta cuando escuchó la misma frase salir de sus labios nuevamente, levantó la mano y lo abofeteó fuerte en la cara.

—Su orgullo no le permitía ser pisoteada así. Este hombre no tenía ninguna vergüenza de decirle esas palabras en su cara después de lo que había hecho.

—No hubo disculpa, tampoco arrepentimiento, ni siquiera una explicación.

—Yo, Zuri Arandelle, te rechazo como mi compañero. Que nuestro vínculo se rompa de una vez por todas —dijo ella, su voz era calma y recogida, pero en el momento en que pudieron sentir que el vínculo de compañeros entre ellos se rompía, Zuri gimió y cayó de rodillas con un golpe audible. Sentía una sensación de ardor en su cuello cuando su marca desapareció debido al rechazo que había hecho.

—Ella no era la única que sentía este dolor, sino Xaden también, él gimió peligrosamente y luego gruñó a Zuri.

—¿¡Qué crees que estás haciendo?! —Sin embargo, por más que quisiera protestar, no había salvación. Él no podía evitar que Zuri dijera las palabras.

—La sensación de ardor que él sentía dentro de su corazón era suficiente para llevarlo a sus rodillas.

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—¡Ah! —Zuri dobló su cuerpo, mientras se sujetaba el estómago.

—¿Qué pasó, Luna? ¿Qué pasó? —Sarah se acercó inmediatamente a Zuri, al igual que Esther, mientras que Xaden estaba demasiado enojado por lo que Zuri había hecho como para preocuparse por ella.

—Mi estómago... —dijo Zuri entre lágrimas—. Esto era aún más doloroso que cuando Xaden la marcó, o cuándo Sarah le arrojó el agua caliente en los hombros. Esto era más doloroso que todo eso.

—¡Llamen al sanador! —Xaden gritó cuando se dio cuenta de lo que pasó—. A pesar del dolor, se acercó a Zuri y la cargó en sus brazos.

Si sentía dolor en el estómago, tenía que ser porque algo estaba mal con el bebé. Xaden no apostaría por la seguridad de su bebé.

Por lo tanto, a pesar del dolor, llevó a Zuri de vuelta a su dormitorio.

—Yo... yo llamaré al sanador —dijo Esther—. Sin embargo, cuando el alfa había desaparecido de su vista, no lo hizo de inmediato.

—¿Le pusiste esa cosa en su comida? —preguntó Faye, su expresión facial cambió—. Estaba furiosa porque Xaden había elegido cuidar de Zuri en lugar de quedarse con ella, pero podía entenderlo.

—Sí. Lo puse en exceso para asegurarme de que sea más efectivo.

Faye asintió en acuerdo. Ella sonrió.

—Tómate tu tiempo para llamar a Sera. Ella debe estar descansando ahora.

***

El dolor estaba ahí, pero luego el dolor se fue y cuando Zuri abrió los ojos, se sintió agotada, como si no solo hubiera despertado de su profundo sueño, sino que hubiera sido arrollada por caballos.

Miró a su alrededor y encontró a unas pocas caras conocidas que reconoció.

Eran su madre y su padre. Los dos estaban discutiendo entre sí, pero en el momento en que se dieron cuenta de que su hija había despertado, se detuvieron.

Alfa Roland se acercó a su hija, mientras Zuri se empujó de la cama a una posición sentada.

Sin embargo, lo primero que Alfa Roland hizo cuando estaba lo suficientemente cerca de Zuri fue abofetearla tan fuerte en la cara, que sintió que sus oídos le zumbaban dolorosamente.

—¡Detente! ¡No hagas esto aquí! —Karina, la Luna de la manada River Creek intentó detener a su compañero.

—¿¡Cómo te atreves a rechazarlo?! —Alfa Roland estaba furioso—. ¿¡Cómo te atreves a arruinar esta unión tan importante!?

Zuri sacudió levemente la cabeza y luego enfrentó a su padre.

—Él me engañó. Vi con mis propios ojos cómo se besaban.

—¿Y qué?! ¡Eso no es suficiente razón para que lo rechaces!

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