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EL BOSQUE

Moondai se despertó con la luz del sol en la cara, con los ojos entreabiertos, vio que estaba nuevamente en aquella sala del hospital. Se levantó de golpe, por un momento pensó que estaba en aquella sala de hospital. Se levantó de con brusquedad viendo la realidad con alivio, solo fue mera ilusión, el aroma de huevos fritos en el cuarto llamó su atención animando lo a salir.

Yan estaba en la cocina preparando el desayuno – buenos días – escucho la voz de Moondai, lo recibió con una sonrisa – buenos días ¿puedes llevar estas jarras a la mesa? – ella señaló un par de jarras sobre la isla

ya cuando ambos estaban desayunando en el comedor, Ya empezó a hablar - ¿pudiste recordar algo? – preguntó.

- aún no – respondió, le quedó un poco del jugo, como si fuera un bigote, él se relamió.

- bueno, en cuanto termines ve a cambiarte, iremos a la comisaría.

Ya en la calle, Moondai se mantenía cerca de ella aproximándose al lugar esperado, en cuanto entraron ahí estaba una persona, sentado junto al escritorio ocupado hojeando una revista - buenos días señor – saludó cordialmente.

- diga – respondió el oficial sin molestarse en dirigirle la mirada.

- traigo conmigo un niño que está perdido.

Entre toda la pila de papeles que estaba en su lado izquierdo, sacó una hoja y la extendió - ponga su denuncia aquí – Moondai miro la hoja, era de denuncia por provocar disturbios en la calle – ¡esto no es de lo que estoy hablando! – se quejó, tomó la hoja y se la devolvió con brusquedad.

Entonces la alcanzó un libro, había un montón de escritos – haga su reclamo aquí y explique su situación – habló con fastidio, Yan estuvo a punto de escribir cuando se percató de que los escritos hablaban de una lista de compras, miro la portada de libro, había una sola palabra "mi diario"- oiga ¿Qué es esto? – reclamó indignada, el oficial ni siquiera la miro y tomo el libro dejándolo al borde del escritorio - señora, si no tiene nada urgente que anunciar, entonces retírese.

Bufó enojada y se fue con Moondai, tomándolo de la mano - ¿Cómo podré encontrar a mis padres? – pregunto.

Ella reflexiona por un momento – podremos probar con publicar tu caso en las redes sociales – dijo con algo de entusiasmo.

Regresaron a la casa con bolsas del supermercado, se veían pesadas, para su suerte, Moondai lo ayudaba, cargando otras dos bolsas – gracias – déjalo en el mueble – él obedeció – bueno, empezare a preparar el almuerzo.

- ¿puedo ayudarte? – preguntó amablemente.

- está bien, puedo hacer esto sola – Yan sonrió de la misma manera - puedes ver la televisión para escuchar noticias, tal vez podamos encontrar algo – indicó – sin decir más se dio la vuelta y empezó a sacar algunos paquetes de la bolsa, para llevarlos a la cocina, Moondai busco el control, lo tomo y encendió el televisor, estaba en el canal de noticias, solo hablan de robos a restaurantes o tiendas pequeñas en todos los canales de noticias. Pronto perdió el interés así que se fue al cuarto, se paró sobre la cama del otro lado para poder alcanzar los estantes, miro las figuras de acción, leyó el título de los libros, escritos sobre el lomo, por el rabillo del ojo pudo ver una sombra, miró en dirección a la ventana y divisó una figura humanoide, mirando hacía la casa, era la misma criatura que lo había estado persiguiendo en el hospital y al parecer ya lo encontró Moondai corrió hacía el pasillo, tropezó y de inmediato siguió corriendo, no tardó en volver, esta vez trayendo a Yan consigo, señaló hacía la ventana – ¡eso me ha estado persiguiendo! ¡Está aquí! – exclamaba aterrado.

Pero a diferencia de él Yan no podía ver nada más que las copas de los árboles moviéndose por el viento. Por su rostro, sabía que Moondai no estaba mintiendo, entonces lo tomó del hombro captando su atención sonriendo con amabilidad – no te preocupes, lo que esté ahí, no podrá entrar, estás a salvo aquí – aunque lo dudo un poco, Moondai pudo sentirse más calmado.

Más tarde, estaban almorzando - ¿hablaron de algún desaparecido en las noticias?

- no…, nada aun – Moondai bajo la mirada, decepcionado – no te angusties, ellos vendrán pronto, no pierdas la esperanza.

Decidió cambiar de tema - ¿Qué hay en ese bosque?

- no estoy segura ¿Por qué lo preguntas?

- por nada, solo curiosidad.

- si vas a querer dar un paseo, no podré acompañarte hoy, tengo que salir más tarde.

- ¿puedo ir contigo? – pregunto.

- de hecho, es mejor que te quedes a ver las noticias y por si alguien llame al teléfono, en cualquier momento pueden decir algo, aun no encuentro nada en las redes sociales.

- de acuerdo – Moondai no estaba muy convencido con la idea.

Yan tomó su bolso, se dirigió a la puerta, él estuvo detrás de ella, observándola desde el pasadizo, se dio la vuelta – volveré pronto – se despidió sacudiendo la mano, amigablemente, él correspondió haciendo lo mismo, con una ligera sonrisa, salió de la casa, cerrando la puerta, inmediatamente se subió al mueble, asomándose desde la ventana, de rodillas, observando a Yan alejarse hasta desaparecer de su vista, se dirigió al cuarto, abrió las ventanas y salió de la casa, junto la ventana y caminó en dirección al bosque, estando cerca vio lo oscuro que era, los árboles cubrían el sol, podía escuchar el canto de las aves, llenado lo de calma, poco a poco se fue adentrando.

Llegó a ver una casa en ruinas, hecho de madera, percudido por la humedad, le faltaban algunos pedazos de madera "¿quién o quienes habrán vivido ahí?" se preguntó, caminando al interior de la casa, por la curiosidad, el olor era horrible, camino hacía las escaleras, pero es cuanto piso el primer escalón, la madera se partió, haciéndolo tambalear, retrocedió dando un salto, miró el resto de escalones de arriba, también estaban en mal estado, salió de la casa, no podría estar fuera de casa por mucho tiempo, no sabía en qué momento podía volver Yan , caminaba tan rápido, sumido en sus pensamientos, que no se percató de un hoyo en el camino y cayó de cara, quejándose, se levantó del suelo, escuchó pisadas, muy cerca, pero no había nadie más a su alrededor.