¡Dormir en la playa es realmente relajante! Amo venir a este lugar cuando me siento presionado… Pero ¿Cuánto fue esta vez? Ya se hizo de noche y es viernes, creo que para recargar baterías como es debido, falta solo un poco de convivencia urbana ¡Una visita al bar me vendrá genial! Primero debo conseguir mi celular donde sea que lo haya dejado.
¡Así que aquí te escondiste!
Chequeo mi teléfono y ¡Wao! Noventa y siete mensajes de Jo… en serio debe querer matarme…
Jo 16:30: Donde estas? T esperaré hasta las 19:00
Jo 18:40: Vas a venir? debes probar el traje
Jo 19:00: Ray!!!! Quiero creer que estás en la entrada ya!!!
Jo 19:05: Donde demonios estás???
Jo 19:15: Raaaayyyy!!!!!! Ni siquiera te Importaa???
Jo 19:33: Por qué me haces esto? Ray también tengo una vida!
Jo 19:46: Vete a la mierda! Ni pienses que volveré a hacer esto!!!!
¡Dios! Está enojada… no seguiré viendo este desastre, lo mejor será dejar el teléfono aquí y llevar el repuesto, sólo avisaré a T-Rex…
Ray 22:35: Hola mi T-Rex Cómo estás, si me necesitas estaré x aquí hasta nuevo aviso
T-Rex 22:37: Volviste a escapar de Jo jejejeje
Ray 22:37: Si jajaja ya sabes te amo
T-Rex 22:38: Yo a ti mas
Bueno ahora sí, que comience la segunda fase…
Llego al bar y voy con mi amigo Morgan, es el jefe en la barra —y dueño del lugar en realidad— cariñosamente y por su oficio suelo llamarlo Moe, ya que soy gran fan de los Simpson.
—¡Oye! Moe este sitio está a reventar ¡Es increíble! —saludo de puño.
—¡Fisting el bastardo!
Odia que lo llame así, entonces él me dice Fisting —creo que eso es peor, pero me hace reír— hablamos un rato sobre lo abarrotado del lugar, el día a día, la vida, pero en un instante, mi mirada se desvía hacia el fondo de la barra, en el sitio más oscuro y apartado nuevamente está allí, el chico con piel de oso; siempre que vengo suelo verle en el mismo asiento y en total soledad.
Hace una semana me dejó flipando, porque resultó que debajo de esa horrenda cosa, se oculta un joven verdaderamente lindo y divertido…
—Ray te estoy viendo —devuelvo la atención hacia Moe— bro, no te entrometas. Él es cliente habitual, ya lo fastidiaste el fin de semana pasado y desapareció por varios días, no lo molestes.
—¿Pero yo que hice?... Es solo… siempre que vengo aquí, el ambiente es fantástico, pero ese chico se queda allí en el rincón, amigo es triste… Además, la semana pasada hicimos un trato.
—Ray, no lo molestes… Mira hay bastante gente aquí con quienes hacer lo que quieras, pero bro… —me alejo de Moe— ¡Oye!... ¿Cabrón no me estás escuchando?... —camino en dirección al chico— ¡Maldición Ray!
—¡Tranquilo! —le guiño— sé lo que hago…
Me dirijo al rincón oscuro en busca del chico misterioso, aquel día huyó luego de proponer el trato, así que hoy no lo dejaré escapar.
—Bueno, ¿Qué dices si vamos a pasar la noche en la playa Jesús? —salta en su asiento como gato asustadizo.
—¿De nuevo tú?... ¿Ahora cada vez que venga, estarás aquí?... Espera… ¿Jesús?... ¿Parezco Jesús?
—Llámale destino —pone los ojos en blanco y suspira con fuerza provocándome una carcajada, realmente logro exasperarlo—. Y bueno, quizás con una barba larga y ese color de tu cabello, —ahora es él quien se carcajea— pero sinceramente, te portas como el propio Satanás tentador.
Su risa se esfumó dando paso a ese característico rubor en sus mejillas. Es adorable…
—Podrías ser Lucifer quizás, pero estoy seguro que la J es tu inicial. Dame una señal al menos.
De nuevo pone los ojos en blanco, rayos este niño quedará visco.
—¿Qué tal si jugamos a "yo nunca he...", por ejemplo, "yo nunca he comido calamar", si tú lo has hecho tomas un trago y cuentas tu experiencia, quieres?
—Está bien Josué, juguemos. Ahora sé que estoy en lo correcto. ¡Disfrutaré este momento a tope! Sírveme un trago porque yo si he comido calamar y te aseguro que es una delicia.
Intenta distraerme de lo obvio, pero bueno, seguiré su juego… Luego lo haré seguir el mío.
—Yo nunca he competido en una piscina, ni siquiera cuando he ido con amigos.
Sonríe condescendiente mirándome con cara de "¿en serio?", quisiera saber porque no le gusta hablar de ese tema.
—Sírveme. Fui campeón local en varios estilos desde niño hasta los quince, antes de retirarme.
—Entonces campeón nadador ¡Eso es genial! ¿No lo extrañas?
—Claro que sí. Mi turno: Nunca he escalado una montaña.
Y de nuevo manda el tema de home run, es bastante evasivo.
—Sírveme, lo he hecho en varios sitios, sin duda el mejor ha sido Leonidio, un pueblo ubicado en la península del Peloponesso, Grecia; el lugar es ¡Es-pec-ta-cular! buen clima, paisajes hermosos donde se mezcla la luz del Mediterráneo con la roca caliza roja y ocre, el azul del mar y el verde de las plantaciones.
¡Ahí está! Esa carita de curiosidad mezclada con emoción, de verdad disfruta escuchar mis odiseas. Me gusta ver esa mirada relajarse y brillar de la manera que lo hace al escucharme.
—Tengo unas fotos asombrosas de allá; debes ir alguna vez, yo podría llevarte, John.
—Me encantó la historia, hasta la parte que me llamas John —contesta entre risas, contagiándome—. Sigue intentando, no te desanimes —Me encanta su ironía—. Si me gustaría ver las fotos que mencionas.
—Pues podrías acompañarme a mi casa y te las enseño allá Joaquín, a propósito, nunca he tenido sexo en el baño del bar.
¡Qué empiece el juego de verdad! Aprieto la mandíbula para no reírme de su reacción, ya que sus ojos casi se salen luego de esa pregunta.
—Sírveme dos tragos por favor... —Eso si no lo esperaba, casi siento mi mandíbula rozando el piso. ¿Dos? ¡Ni yo! Muchachito pervertido.
¡Está rojo! La boca le tiembla y ni hablar de su voz, esto me hace gracia.
—Recién comenzaba a venir a este lugar, tomé de más, conocí a un chico, nos embriagamos, tonteamos y acabé arrastrándolo al baño. Otro entró, el segundo chico se apenó y la peor parte fue que lo invité a unirse —confiesa casi en un murmullo que me deja perplejo, creí que había sido dos ocasiones diferentes, pero ¡Dios! Un trio— no es algo que me enorgullezca... —se cubre la boca con su mano y ahora está aún más rojo, parece un diablito… bueno de cierto modo lo es, ese pensamiento me hace reír.
Ahora mira al suelo avergonzado... ¡es encantador la verdad!
—Con tu inocente carita infantil ¿hiciste un trio con dos desconocidos? Y a mí ni me quieres decir tu nombre ¡Increíble niño! Definitivamente tú eres ¡Satanás!
Eso parece relajarlo y aparece en su rostro una pequeña sonrisa. Es bueno, tampoco quiero asustarlo, solo molestarlo un poco.
—¡Fui irresponsable! Por esa razón empecé a usar esto —sujeta su abrigo— y no comparto con nadie.
—Así que, el traje de oso es tu mecanismo de defensa para protegerte de ti mismo, porque eres un pequeño pervertido que hace tríos con desconocidos en lugares públicos. ¡Increíble!
Se cubre el rostro intentando ocultar su risa, pero es inútil, no puede parar de reír...
—Dirás que en tus viajes no has hecho desastres épicos.
Bueno, la verdad no soy un modelo de moralidad, he hecho muchas locuras en mi vida. ¡Si yo te contara niño!
—No te juzgo. Todos hemos tenido al menos una borrachera memorable. Como premio de consolación te contaré una de Ámsterdam, no recuerdo los detalles, pero sé que desperté desnudo, usando únicamente una boa de plumas, en una suite donde hubo una orgía o algo por el estilo. Ese día decidí poner límites al alcohol; lo peor: me tocó andar en boa tratando de encontrar mi ropa.
La pena desaparece de su rostro, dando paso a una bonita y genuina sonrisa que hace remarcar un hoyuelo en su mejilla izquierda. ¡Es encantador!
—Seguro tienes un chiste similar en cada lugar que has visitado, por cierto, jamás he estado con una chica.
—Palabra de scout. —levanto mi mano en señal de juramento y eso le hace reír.
—Ray es con la derecha —replica entre risas, yo río con fuerza y cambio de mano, la verdad siempre me confundo.
—Sírveme uno grande porque viene un buen cuento. ¡A tu salud! —levanto mi trago y lo tomo de golpe— En realidad, mis relaciones formales han sido con mujeres. Estuve comprometido hasta hace meses y casado hace años, a ella le debo el mayor de los regalos: mi hijo. Salgo con hombres, pero generalmente para pasar el rato.
Intenta disimular, pero en su bonita mirada veo un dejo de ¿decepción?, ¿celos? Tal vez…
—Digo, estoy abierto a una relación con un hombre, pero no he conocido antes a uno que me cautivara como tú lo haces mocoso. —hablo en tono irónico para molestarlo.
—Tonto, como si quisiera algo contigo. —está tan ruborizado, que obviamente es lo contrario. Así que me encojo de hombros y suspiro con fuerza, porque de verdad me gustaría conocerlo mejor.
—Lástima, yo sí esperaba saber más de ti Jacob.
Antes de que pueda contestar cualquier cosa, escucho sonar "Baby one more time" así que es hora del plan B.
—Show me, how you want it to be
Tell me, baby
Because I need to know now, oh because
My loneliness is killing me...
—¡Para! Me haces reír...
Subo a la barra ante su mirada atónita.
Empiezo a hacer la coreografía, el no deja mirarme pasmado.
Fijo mis ojos en los suyos, tratando de invitarlo.
Su carita es un poema, creo que se esconderá en cualquier momento bajo una mesa o correrá muy lejos.
«Oh baby, baby The reason I breathe is you...» Se escucha desde la pista y yo sigo bailando para él.
Moe enciende los reflectores, apuntando hacia mí, y así crear el escenario, luego me da dos micrófonos y lo primero que hago:
—¡Oye niño oso ven aquí también! —el sonido de mi voz saliendo por todos los altavoces, inmediatamente capta la atención de todos los presentes, quienes se voltean a ver el espectáculo.
Otro reflector se enciende e ilumina su asiento, ahora todos lo miran y aplauden, motivándolo. Me mira con ganas de matarme —espero que no lo haga— el DJ detiene la música y al instante vuelve a sonar la introducción una y otra vez; se voltea en su dirección y le lanza una mirada asesina.
—¡Niño oso! Vamos, ayúdenme todos. —vuelve a girarse hacia mí pasmado, mientras en el bar, todo el mundo sigue coreando conmigo pidiéndole subir.
Luego de dudarlo, bebe un largo trago, imagino tragándose también su orgullo. Se quita la gigantesca piel, dejando a la vista un cuerpo atlético cubierto por una camiseta entallada de corte gótico, denim negro, unas Converse negras, varios brazaletes negros, metálicos, otros con púas en ambos brazos y uno de arcoíris en el izquierdo —ese parece gritar ¡soy gay! mírenme—. Sí… es como un emo, pero uno sexy… ¡Dios niño!
Agarra —con rabia, cabe acotar— el micrófono y me mira con cara de pocos amigos, tengo que apretar la mandíbula para no reír.
Le tiendo la mano para ayudarle a subir, observándole asombrado porque en serio me gusta como luce, pero aún más por atreverse a hacer esto. Me devuelve una mirada asesina, seguida de un hermoso ¡Te odio! Que consigue finalmente hacerme reír.
La música empieza y yo de nuevo inicio la canción...
—Oh baby, baby, how was I supposed to know...
Está muerto de risa, pero nuestros ojos no se apartan del otro ni un segundo...
—That something wasn't right here?
Oh baby, baby, I shouldn't have let you go
And now you're out of sight, yeah
Show me how want it to be
Tell me, baby, 'cause I need to know now, oh because
Niño únete al dueto de una maldita vez... Es lo que me provoca gritarle ya que solo me mira y se ríe.
—My loneliness is killing me (and I)
I must confess I still believe (still belive)
Abre la boca y finalmente lo hace, ¡victoria! Conseguí que el chico solitario se divierta. ¡Y de qué forma!
—When I'm not with you I lose my mind
Give me a sign
"Dame una señal", literalmente es un mensaje para ti mocoso, espero que lo captes.
Todos ríen del momento en que atrapo su cintura atrayéndolo hacia mí, le canto casi rozando sus labios, me mira pasmado… pero anda que tampoco está poniendo mucha resistencia…
—The reason I breathe is you
Sus ojos verdes me atraen demasiado, teniéndolo así, tan cerca siento que me roba el aliento.
—It's not the way I planned it
Apuesto a que no se imaginó que pasaría esto cuando decidió venir a tomar esta noche, pero esa preciosa sonrisa me dice que se la está pasando increíble.
—I must confess, that my loneliness is killing me now
Don't you know I still believe
That you will be here
And give me a sign
Hit me, baby, one more time
¡Niño! Déjame acompañarte en tu soledad y borrar la tristeza que refleja tu mirada…
—My loneliness is killing me...
La emoción en el público es evidente y ¿Cómo no? si estamos dando un divertido show atrevido y gratis, aunque comenzó siguiendo mis pasos, a estas alturas el pequeño pervertido me seduce con los suyos, me sorprendió cuando se atrevió a subir, pero esto, definitivamente me deja atónito. Sin duda creo que es él.
Me acerco de nuevo, nuestras miradas no se apartan del otro, mientras juntos coreamos la última parte.
El público estalla en una ovación.
—Don't you know I still believe
That you will be here
And give me a sign
Justo en ese momento tomo su mano, tiro con fuerza hacia mí. Estando tan cerca, ¡Dios! estando tan cerca, me cuesta apartar mis ojos de esos hermosos y provocativos labios rojizos.
Entono la última línea a centímetros de su rostro...
—Hit me, baby, one more time
Y a la mierda, ya no puedo esperar más, tengo que probar esos labios.
Su primera reacción: obviamente sorprenderse e intentar apartarme, pero segundos después, sus manos migran desde mi pecho hasta mi nuca respondiéndome el beso con puro deseo…
Lo que comienza siendo un roce inocente, romántico, como si ambos intentásemos retener la suavidad del otro, poco a poco va mutando, cuando sus labios van abriéndose haciéndome lugar, mientras nuestras lenguas se acarician y exploran cada mínimo sitio, fundiéndonos. ¡Dios!
Rodeo su cuerpo fuertemente con mis brazos apretándole contra mí, enrosca los suyos alrededor de mi cuello y deja a sus manos jugar con mi cabello.
Ese breve momento resulta mágico.
Cuando cae en cuenta de los gritos y vítores, se separa de golpe y corre al otro lado de la barra intentando escapar, voy tras él.
—¡Niño regresa!
Salta de la barra y se tuerce el tobillo puedo ver su amague de dolor.
—¡Espera!
Lo alcanzo en la salida y halo su brazo para dejarlo acorralado en la pared.
—Ray suéltame, tengo que irme… nada de esto debió pasar. —habla acelerado, nervioso, evitando mirarme a los ojos en todo momento.
—Dime tu nombre y te dejo ir. —demando.
—Tenemos un trato. —responde con una sonrisa, fijando la vista en mí.
—Puedo decirte cada nombre que aparezca en internet y aun así lo negarás. —Continúa sonriendo y decido cerrar la distancia entre nuestros rostros.
—Ya no lo haré. —Sacudo ligeramente la cabeza, sorprendido. Mocoso endemoniado, entonces si pensaba hacerlo. Humedece sus labios antes de hablar—. Tienes razón la J es mi inicial, no sé cómo lo supiste, pero es la verdad. Prometo cumplir mi parte cuando lo descubras.
—Está bien —suspiro—. al menos avísame al llegar. —Introduzco una servilleta con mi número en su bolsillo frontal y él asiente sonriente.
Entonces casi arrastrando cada paso, sin prestar la más mínima atención a su entorno; va desapareciendo en medio de las parpadeantes luces hasta alguna próxima ocasión.
Y yo, yo sigo aquí, contemplando la calle donde ya ni siquiera su silueta se vislumbra…
Espero verte pronto niño…