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UN ETERNO FINAL

Un final para el moribundo, un final para los reyes, un final para los soberanos, un final para los humanos, un final para la paz. Todo siempre tiene un fin. Solo el tiempo puede preservar, en todo lo que existe y en todo lo que será. El cambio no importa, el cambio desaparece con el tiempo, solo el final preservara. Pero ¿Qué es el final? Adrián se preguntó, mientras miraba a su alrededor, todo loque conocía se habían vuelto parte de este desolado paisaje. ¿Es esto el final? Se siguió preguntando. “No, este no será mi final” - miro al cielo, el cual era rojo sangre, lo miro tan fervientemente, y cerro sus puños con un gran odio. Sus gritos empezaron a salir. ¡Yo decidiré que final quiero para mi vida! ¡Yo decidiré mi propio destino! – Grito hacia el cielo, diciendo que este no será su fin. El será propicio de su propia vida, de su propio final, de su ultimo suspiro.

Dario_Lidford · History
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CAPITULO 25: EL CAMBIO EN LAS ESTACIONES DIVERSAS

La ciudad estaciones diversas, aunque era mas un pueblo, era muy bulliciosa estos días, ahora comenzaba el invierno.

Varios copos de nieve caían del cielo llenando las calles de un blanco sin igual, así como de un frio interminable. 

En muchas casas el sonido del fuego se escuchaba.

En el lugar comercial de la ciudad.

El boticario Gu tenia al lado suyo a una niña como esclava, sus padres habían roto su promesa, el boticario Gu quería venderla, pero ella demostró ser un poco valiosa, ella podía aprender lo que a otros le tomara años.

Así que decidió enseñarle. Por el momento estaba pensando si tomarle como discípula, los padres venían muy a menudo a verla, el boticario Gu no se los negaba, pero si venían con otras intenciones, no seria indulgente. 

Mientras miraba como muchos venían para comprar sus píldoras.

De pronto por la tarde de ese día.

El niño con el que hizo un trato volvió.

"Así que has vuelto, dime, has conseguido las plantas espirituales" – El boticario Gu estaba interesado, después de todo pensó que ese niño estaba muerto. 

El niño obviamente era Adrián, quien había pasado casi un año dentro de la ciudad prohibida.

Cuando le hablo, Adrián saco varias plantas espirituales que había recogido. Todos eran iguales a las que había indicado en la imagen. 

El boticario Gu no pensó llevarse una sorpresa como esta, sepa decirse que los padres de su esclava no pudieron conseguirlo, y eran seis veces mas fuertes que este niño, pero el lo había logrado. 

Pero tratos eran tratos.

Después de recoger las plantas, recogió una píldora de purificación antes de votársela. 

Adrián lo atrapo y la guardo.

Luego saco un saco lleno de monedas.

"¿Acaso quieres comprar otra píldora?" – Pregunto con curiosidad el Boticario Gu, al menos había dos mil monedas en el saco.

Eso era una cantidad nada despreciable.

Como era un comerciante no le molestaba vender algo más.

"¿Quiero aprender?" – Dijo Adrián decisivamente.

"¿Aprender que?" – Volvió a preguntar el boticario Gu. 

"¡A fabricar píldoras!" – Adrián era muy decisivo cuando decía algo. No conocía a otro que pudiera hacer píldoras además del boticario Gu. 

El Boticario Gu quería reírse en ese momento, pero cuando la voz de Adrián paso por su cabeza, fue como si algo se le hubiera metido, se sintió mareado y desconcertado, luego libero un poco de su aura estabilizándose, pero por un momento algo le había pasado, y no sabía que era.

Volvió a mirar a Adrián de otra forma, sin embargo, no podía tomar un discípulo solo de esa forma. Después de todo tenia estándares. 

"Bien, bien, quieres ser mi discípulo, responde estas cinco preguntas, si puedes hacerlo, quizás te enseñe algo" – El Boticario Gu dijo soberbiamente, ya que ni siquiera sabia si Adrián podría responderlas, ya que él era el único en la ciudad con libros sobre plantas, sus variaciones, y el método para hacer alquimia. 

Adrián acepto sin problemas.

Al verlo tan serio el Boticario Gu comenzó al instante.

"Bien, primera pregunta, La flor conocida como adamantes, nace en la noche bajo la luz de la luna cada tercer verano, tiene ciento cuatro pétalos de diferente color, y cada uno es diferente a su manera, enumera cada uno de sus colores y variantes de tallo y forma"- Esta era la primera pregunta que se le vino a la mente, realmente quería deshacerse de Adrián rápido. 

Ni el sabia toda la respuesta, ya que estas plantas no se encontraban en este continente, y nunca las había visto, solo en imágenes de los libros.

Sin embargo.

"La planta adamantes tiene ciento cuatro pétalos porque representa a cada una de las formas que puede sostener, cada tallo varia en color porque es en posición a la luz que recibe, la primera es de color café porque es el más cercano a la tierra…" – Adrián empezó a enumerar cada uno, respondiendo rápidamente a la pregunta del Boticario Gu.

Cuando el Boticario Gu lo escucho, solo llego hasta el color cincuenta, luego saco rápido el libro donde estaba la planta que había mencionado, y era igual a lo que Adrián decía. 

Permaneció pensante unos momentos, antes de sonreír, y seguir con las demás preguntas.

Luego de mas de una hora de preguntas, incluso el boticario Gu se sintió alarmado por la cantidad de preguntas que había hecho, al principio solo eran cinco, pero el también era un alquimista quería saber más, incluso de plantas que ni el conocía. 

Al final después de que Adrián haya respondido todas las preguntas. 

El boticario Gu estaba extasiado, dentro del mundo de los alquimistas, el solo podía considerarse alguien de rango Bajo, pero cuando veía a Adrián, podía ver.

"Un alquimista de nivel medio, no… aun no lo es" – Eso fue lo que pensaba el boticario Gu, pero sabia que Adrián no sabía hacer píldoras.

Así que solo tenia el conocimiento de uno, pero aun no era uno como tal. 

El boticario Gu se rio por dentro, y se toco su cabeza, se reía porque el era quien iba a enseñar a alguien que tenia el conocimiento de un alquimista de nivel medio.

"Bien, vuelve mañana, te enseñare a hacer píldoras" – Después de decir eso, el boticario Gu se retiró, Adrián asintió. Saliendo de la tienda. 

Sin embargo, cuando iba saliendo.

A lo lejos, vio al joven Ma.