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Capítulo 5

—Ya veo, ¿como es ese chico? ¿Había alguien más merodeando a su alrededor? ¿Era un chico guapo? ¿Muy guapo? ¿Tan guapo que hasta me tendría babeando por él? —le dediqué una mala mirada ante las preguntas un tanto curiosas que Asteria hacía, yo también tenía mis dudas de ese chico así que decidí contarle todo lo que él me dijo para ver si ella sabía algo.

Ambas nos encontrábamos en mi habitación, estábamos sentadas en el suelo, desde que ella llegó a mi vida siento que se me hizo costumbre tocar el frío del azulejo.

—Su nombre es Max, su cabello es negro y le llega hasta los ojos, su corte de cabello es como emo pero sin parecerse tanto, ¿Me entiendes? sus ojos son azules, se ve que jamás en su vida ha hecho ejercicio porque se ve todo escuálido... ¡Ah!... Y es algo enano para ser un chico —cuando terminé de describir al chico Asteria comenzó a reír.

¿Acaso he dicho algo malo?

—¿Que clase de descripción es esa? ¿Escuálido? ¿Enano? Por como se oye parece que es un chico muy guapo ¿No? —dijo Asteria con tono pícaro.

—¿De dónde escuchas lo guapo? ¿De dónde? Incluso si de verdad es guapo, nada se compara con la belleza de mi precioso Zack, además es algo tímido, dice que no quiere que me meta en sus asuntos pero yo quiero intentar hablar con él, sé que...

—No es una mala persona ¿Verdad? —interrumpió Asteria— ya me lo has dicho muchas veces, por lo que me has contado, este chico siente que le debe mucho a Zack por lo que quiere hacer lo posible para salvarlo pero no quiere recibir tu ayuda por lo que he llegado a la conclusión de que este chico es... —miré atentamente a Asteria esperando que dijera algo importante— un antisocial, no le veo más lógica.

Caí de espaldas tocando los azulejos, creía que Asteria tendría la respuesta pero me equivoqué, coloqué mi brazo derecho por encima de mi frente y suspiré mientras miraba atentamente el techo de mi habitación, Asteria hizo lo mismo acostándose a un lado de mí.

—Le he estado dando vueltas a esto pero creo que ya sé que puedo hacer, trataré de ganarme su confianza hasta que logre hacerme su amiga, luego le pediré que me cuente todo lo que sabe, ya sabes... Me refiero a que él debe de saber quiénes eran los que molestaban a Zack.

—¿Eso no sería como fingir amistad solo por conveniencia? — Me interrogó a lo que yo negué, jamás haría algo como eso, es horrible jugar con los sentimientos de los demás.

—No quiero ser su amiga por conveniencia, realmente quiero ser su amiga, veo que ese chico tiene un serio problema con su personalidad y quiero ayudarlo, es algo que me dicta mi corazón.

Asteria sonrió cuando dije eso, dijo que le alegraba que yo tuviera un corazón noble pero no es así, lo hago para sentirme bien conmigo misma, ya perdí una vez a Zack por el egoísmo de querer ocultar mis emociones e incluso arruiné algo que parecía ser especial para Max, me refiero al encuentro con mi amigo, esta vez no quiero que nadie salga herido por culpa de mis acciones.

Si está en mis manos quiero hacer todo lo posible para alegrar a quien sea.

**

¿Y al final como terminó todo? Pues salió como lo esperaba, aprobé el exámen y las vacaciones finalmente terminaron, ahora me encontraba arreglándome para ir al colegio, decidí que hoy no me haría ninguna coleta, solo llevaría mi cabello suelto, mi uniforme consistía en una falda azúl marino con tablones que me quedaba tres dedos arriba de la rodilla, mi camisa era manga larga y de color blanco, usaba un saco del mismo color que la falda y también usaba una corbata roja.

Era un uniforme muy lindo, todo lo contrario a mi anterior uniforme que era un vestido plisado color gris, la falda del vestido me llegaba exactamente a la rodilla y en la parte de la blusa habían dos botones de cada lado y en nuestra cabeza teníamos que llevar un listón azúl, era algo triste usar ese uniforme, después de todo era un internado femenino, incluso teníamos prohibido tener pareja.

Por otra parte el uniforme masculino consiste en un pantalón azúl marino y una camisa blanca manga larga, un saco del mismo color del pantalón y una corbata roja, seguramente Zack se debía ver muy guapo.

—¡Pero no es momento de pensar en esas cosas! Mi verdadero desafío comienza ahora —apreté mis puños y sin darme cuenta había gritado mis pensamientos, una risa provino desde la puerta de mi habitación, por la vergüenza tuve miedo de mirar pero ya sabía de quién se trataba.

"Que me trague la tierra" fue lo que pensé.

—¿Estás lista? Mi chófer ya nos está esperando. —dijo Zack tratando de contener la risa, asentí y me acerqué a mi amigo para poder salir juntos de mi habitación, en ese momento él me dió una palmada en la cabeza haciendo que mi corazón se acelerara— te ves muy linda —dijo esbozando una sonrisa.

"No hagas eso o harás que mi corazón explote de la emoción, me voy a enamorar cada vez más".

Empezó a caminar conmigo detrás de él, mientras que él iba tarareando una canción yo me iba tocando la cabeza dónde segundos antes él había puesto su mano, esas manos que se ven tan delicadas pero a la vez tan varoniles, las venas se remarcan y sus uñas están bien cuidadas, es simplemente hermoso.

¡No tengo ningún fetiche de manos! Pero es que Zack es... Diferente para mí, incluso habían ocasiones en las que me hubiera gustado tomarlo de la mano y caminar con él como si fuéramos una pareja, antes caminábamos tomados de la mano pero conforme fuimos creciendo dejamos de hacer eso, ahora solamente solemos entrelazar nuestros brazos, aunque es lindo caminar a su lado, no es lo mismo.

—Nos vemos señorita Emma —dijo Marian quién se encontraba en la puerta principal lista para abrirme la puerta.

¿Cuántas veces tengo que explicarles que no quiero eso? No soy una princesa como para recibir esos tratos.

—Gracias por tu amabilidad Marian, nos vemos al rato —hablé, voltee a ver a Zack le dedicaba una sonrisa tierna a Marian mientras que ella bajaba la cabeza algo nerviosa— bueno, es hora de irnos —dije tratando de romper el silencio que se había creado.

—Nos vemos Marian —por fin le habló Zack pasando a un lado de ella mientras salíamos de mi casa.

Ella asintió nerviosamente y con un aire de incomodidad cerró la puerta.

¿Que estaba pasando entre ellos dos? Miré por el rabillo del ojo a Zack quién seguía tarareando una canción como si nada hubiera pasado pero aún así tenía mis sospechas de esto.

**

"¡Aun lado! ¡No me dejan ver!"

"¡Habrán paso!"

"¡No se metan en mi camino!"

"¡No estorben!"

"¡Auch!"

Eran gritos que se escuchaban por todos lados, muchos estudiantes se estaban amontonando como si fueran animales y empujaban a todo aquel que se acercara a la pizarra, todo por qué teníamos que buscar nuestro salón de clases.

Intenté meterme entre la multitud pero fue imposible, de un momento a otro ya había perdido de mi visión a Zack, intenté acercarme más a la pizarra pero fui empujada hacia atrás lo que ocasionó que cayera sentada.

—Corrijo lo que dije antes, hasta los animales tienen clase —susurré aunque a decir verdad, me daba igual si alguien me escuchaba.

—¿Has dicho algo? —dijo un chico mirándome con cara de pocos amigos, su cabello estaba teñido de amarillo, las raíces estaban negras, un chico de tez clara con ojos café oscuro, con voz áspera, su porte de delincuente hizo que me recorriera un escalofrío por todo el cuerpo pero aún así no me dejaría intimidar por nadie.

—He dicho que hasta los animales tienen clase, ¿Por qué? ¿Me vas a pegar? —me paré frente a él y mi mirada amenazante le decía que no tenía intenciones de retroceder.

—¿Buscas pelea? —me contestó acercándose cada vez más a mí.

De a poco las personas a nuestro alrededor comenzaron a alejarse temiendo que en cualquier momento comenzaría una pelea, justo cuando le iba a contestar, un chico se paró frente a mí..

—Será mejor que dejen esto, no creo que quieran comenzar una pelea en el primer día de clases —justo cuando dijo eso, el otro chico soltó un bufido y avanzó molesto, pasó a un lado de mí golpeando con brusquedad mi brazo, justo cuando le iba a gritar unas cuantas groserías, el chico que nos detuvo me tomó por el hombro— ¿Estás bien? —me habló el chico.

¿Será este mi salvador? Fue lo que creí, me giré hacia él para agradecerle por ayudarme a salir de esa situación pero cuando me di cuenta de quién se trataba, él hizo un chasquido con su lengua, al parecer él tampoco sabía que era yo.

—Así que la persona que estaba causando este alboroto eras tú —diciendo esto, me volvió a ignorar, afortunadamente ya algunos estudiantes se habían ido pero aún así, seguía algo lleno.

—Gracias que amable —dije con sarcasmo

Me acerqué para ver mi nombre pero no podía verlo, por otra parte Max ni siquiera hizo el intento de checar la lista, solo comenzó a caminar como si le diera igual todo, inconscientemente comencé a seguirlo, no quería quedarme en ese montón de estudiantes pues no conocía a nadie.

—¿No vas a ver tu nombre? —le pregunté una vez que llegué a su lado, seguro este chico pensará que soy insoportable pero aún así no me pienso rendir hasta que escuche de sus labios un "gracias por ser mi amiga"

—¿Para qué? Yo ya sé en que salón quedé, no es la primera vez que paso por esto — dijo con indiferencia.

—Cierto... Sería genial si quedamos en el mismo salón ¿No? —dije sonriendo. Él me miró con los ojos entrecerrados y sin sonreír.

—Hay tres tipos de personas que más odio en el mundo, número 1 —empezó a hacer un conteo con los dedos— las mujeres, número 2. Las personas que se meten en dónde no las llaman y número 3. Detesto a los ricos. ¿Cuál crees que eres tú?

—Con peluca y si me visto de hombre se arregla el punto número 1. Yo no soy una persona metiche, sólo me gusta ayudar a los demás y con respecto al número 3.... ¿Que es un rico?.

Él rodó sus ojos y caminó más rápido alejándose cada vez más de mí.

—¡Espera! ¡Max! ¡Max! —grité tratando de llamar su atención pero el cada vez se alejaba más, se me pasó una idea por mi cabeza pero no sabía como lo tomaría —¡Hey! ¡El enano que está agarrando fuertemente su mochila! —grité esperando que diera resultado pero fue todo lo contrario, lo que conseguí es que él saliera corriendo.

¿Acaso dije algo malo? Bufé molesta, yo sólo quiero ser su amiga. Al girarme de nuevo para ir a la pizarra sentí como alguien cubría mis ojos, por el tacto de su mano, supe de quién se trataba.

—Adivina quién soy —dijo mi amigo.

—Eres mi otra mitad —dije entre risas, su risa también se escuchó.

—¿Adivina qué? Hemos quedado juntos en el mismo salón, el Aula 1-1, es en el mismo salón donde presentamos el examen —dijo Zack entrelazando su brazo con el mío.

Esta vida es la que me hubiera gustado tener desde un principio, ambos asistiendo juntos a clases con nuestros brazos entrelazados, sentados uno al lado del otro, estudiando juntos, tanto en la escuela como en casa, incluso en la biblioteca, en dónde no nos tuviéramos que preocupar por nada, solo en nuestras calificaciones, si tan solo los días hubieran sido así.

Al entrar al aula pudimos observar que ya habían estudiantes sentados en sus respectivos asientos, en el pizarrón había otra lista con el número de asientos que nos había tocado y para buena suerte mía pero mala suerte de él, me había tocado sentarme con...

— Oh rayos, otra vez no... —dijo Max sentado a un lado de mí.

Así es, nos había tocado sentarnos juntos nuevamente.

—Vamos a llevarnos bien este año —dije manteniendo mi sonrisa y extendí mi mano derecha hacia él esperando que por fin la tomara. Cuando vió mi brazalete se quedó pasmado.

—¿A tí también te dieron uno?

—¿Eh? ¿También tienes uno? —pregunté curiosa, alzó levemente su brazo derecho mostrando un brazalete completamente igual al mío, otra cosa que me di cuenta es de sus manos, parecen del mismo tamaño que las mías, eso hacía que lo viera con ternura.

—Aster me dijo que con esto puedo ver las cosas que ocurrieron en nuestro lapso de tiempo aún si yo no estuve implicado en esas cosas.

—¿Aster es la estrella fugaz a la que le pediste un deseo?

Él asintió. Es curioso como su nombre y el de Asteria son similares.

—También me dijo que... —lo miré atentamente esperando a que me dijera algo pero volvió a su actitud de siempre —no es nada, no es algo que tenga que decirte a ti.

Quise volver a preguntar pero me fue imposible dado a que el profesor entró al aula.

Aunque solo fué por pocos segundos al menos fuí capaz de mantener una conversación con Max, él es una pieza importante para salvar a Zack.

Saqué mi libreta tal y como nos indicaba el profesor pero mis sentía que mis pensamientos no estaban presentes en la clase, lo único que tenía en mi cabeza era a Zack. En este lugar todos tienen secretos y yo soy una amante de ellos, averiguaré quienes fueron esas personas que hicieron sufrir a Zack y los enfrentaré de frente.

«Te lo prometo Zack, tú no vas a morir... En este universo no lo harás»