La habitación estaba a oscuras, no había ventanas, y solo se podía notar la puerta y la luz que se lograba escurrir por debajo del marco.
"¿Qué haremos ahora?"
La voz de una joven mujer resonó en la habitación, era armoniosa, dulce pero con temblor en cada palabra.
Noelle jamás pensó que su vida acabaría ahí y de esa forma, en un cuarto oscuro, sin ventanas, helado hasta casi congelar sus músculos y huesos. Sabía que iba a morir a temprana edad pero al menos esperaba un poco de luz de sol en sus últimos días.
Trataba de mantener la calma, pero con cada latido de su corazón, solo podía sentir miedo. Noelle trató de notar algo alrededor de la habitación, parecía que los habían metido en un almacén en medio de la nada. Con las luces apagadas, solo oscuridad aguardaba en silencio y sus gimoteos.
"¡Nos matarán, nos matarán!"
Jaden, por su parte, suspiró manteniendo la calma por décima vez, ya se estaba cansando de los comentarios de esa mujer tan escándalosa. Desde que los capturaron, habían estado solos medio día, encerrados en ese lugar que parecía la bodega de alguna fábrica o construcción abandonada.
Él estaba tratando de entender lo que había pasado las últimas horas y pensando en lo que pasaría después, pero no podía concentrarse con los gritos de esa mujer.
Por varios minutos había escuchado cómo la habían golpeado para callarla, y aún así, no cerraba la boca. Tenía que admitir que aunque era una idiota tenía coraje.
"Cálmate," Jaden volvió a decir con la poca paciencia que le quedaba, después de todo, no podían hacer más por el momento. Tenía las muñecas atadas al frente con esposas, los tobillos también amarrados y estaba de espaldas a ella en medio de la oscuridad. "No nos harán nada."
"Tal vez a tí no, pero a mí ya me pegaron," Noelle se quejó con un sollozo silencioso, "aún me duele mi cachete."
Movió sus manos sobre su mejilla con delicadeza.
"Se me va a inflamar," volvió a gemir y dejó salir un lloriqueo de nuevo. "¡Me van a matar! Lo sé, hace unos años me amenazaron de muerte, pero no lo logaron, aunque parece que soy de la clase que es asesinable porque no mucho tiempo después trataron de hacerlo de nuevo. Incluso mi mejor amiga me amenaza de muerte cada ciertos días y me tortura constantemente con películas de terror para provocarme ataques de pánico. Me van a matar esta vez, lo sé... no quiero morir, no quiero. ¡Todavía no!"
Jaden se quería golpear la cabeza contra el suelo, no podía seguir escuchando las tonterías de esa mujer, porque sabía que se sumaría a la lista de los que la querían matar. Si volvía a escucharla lloriquear y a quejarse sin dejarlo dormir haría todo lo posible por silenciarla y terminaría haciendo el trabajo de esos malditos secuestradores.
"Es mejor que duermas..." Jaden dijo tratando de voltearse y distinguir la figura de la joven. "Lo más seguro es que estemos varios días aquí esperando el rescate."
"Lo sé, pero... me van a matar, a mí primero, soy malísima para quedarme callada, y siempre que me retan es peor... ¿qué hago? No puedo dormir. ¿Cómo puedes dormir tú?"
"Ya me han secuestrado antes," dijo Jaden acomodándose de espaldas. "No es la gran cosa, solo piden dinero y ya. Así que duerme."
"Pero... ¿y si me matan mientras duermo?, además hace frío y tengo hambre y siento que... que algo está en mi tobillo... ¡ah!"
Jaden miró al figura en la oscuridad moviéndose como loca tratándo de quitarse algo del tobillo.
"¡¿Qué pasa?!" Jaden se arrastró hacia ella, y ella también hacia él. Cuando por fin se encontraron, Jaden la jaló hacía él con las fuerzas que pudo y Noelle también lo jaló hacia ella.
"Era un bicho..." dijo con susurros de miedo. "¡Odio los bichos!"
Volvió a llorar, pero esta vez en los brazos de Jaden.
"Son horribles, no puedo dormir, nos van a comer los bichos, por eso estamos aquí, nos quieren torturar, nuestra mente es su prisionera."
"Detente," Jaden sentía cómo la mujer se apretaba más a él.
Aunque era extraño, su pequeño cuerpo se sentía cálido y suave, su cabello todavía tenía un toque de perfume y olía bien. Además podía sentir que las piernas de esa mujer estaban desubiertas, y sus hombros también. Parecía que llevaba un vestido corto y sexy. ¿De dónde la habían sacado?
"T-tengo frío," Noelle se acurrucó más. "Es mejor que nos quedemos cerca, o moriré congelada. Tal vez eso quieren también, me torturan con lo peor. Bichos, y frío."
Jaden volvió a suspirar con cansancio. Después se acomodó cerca de ella, igual para tomar de su calor. Esperaba que alguien pronto regresara y les trajera una manta y algo de comer.
"No puedo dormir," susurró Noelle después de unos minutos. "Tengo frío..."
Jaden no contestó, solo se acercó más a ella.
"Creo que necesitamos hacer algo más... para calentarnos o moriremos."
"No podemos hacer nada..." replicó Jaden con cansancio. Solo quería dormir un poco en ese momento y aliviar el dolor de cabeza que esa mujer le estaba provocando.
"Pero podemos tener sexo, así se nos elevará la temperatura," le dijo ella cerca del cuello. "Oye... necesitamos tener sexo para calentarnos."
Jaden se puso tieso, ahora la mujer esta diciendo estupideces, además se movía más cerca de él.
"Además, si me matan... n-mo quiero morir virgen."
Si tuviera agua en la boca, Jaden ya la hubiera escupido en ese momento. Jamás en su vida había conocido a una mujer tan desvergonzada. Incluso ahora tenía su pierna entrelazada con la de él.
"¡Hey!" Noelle volvió a decir, su boca estaba muy cerca del cuello de Jaden, "¿estás dormido? No puedes dormirte ahora, necesitamos tener relaciones. Es mi deseo final, además parece que... ah..."
Jaden ya no podía soportarlo, así que le cubrió la boca con su mano. "Detente ahora... no tendré sexo con una extraña loca. Además, mi familia vendrá por mí, y no me interesa si vienen por ti, o mueres de frío o virgen."
De repente la pequeña luz de la habitación se encendió y un hombre entró. La escena frente a él lo dejó con la ceja alzada.
Pero no solo a él, sino a Jaden y a Noelle.
"Tu eres..." Jaden miró a la mujer.