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Capitulo Cuatro

El chico lleva a su novia a su casa y su madre la trata super bien. Sus hermanos y su madre celebran una fiesta por su relación, lo que hace muy feliz a su hijo.

***

Tras un mes de noviazgo, Nathaniel se da cuenta de que su madre no está contenta con su relación con Nayara, porque empieza a decir tonterías y a inventarse mentiras sobre él. Se da cuenta de que algo iba mal y se lo cuenta a su madre:

-Mamá, ¿por qué eres diferente con Nayara?

Y ella responde:

-Me he dado cuenta de que no deberías seguir saliendo y no quiero que salgas con nadie.

Y Natanael dice:

-¿Por qué no quieres aprobar que salgamos?

Y ella responde:

-Porque no me gusta y nunca aceptaré vuestra relación y si insistes en ello, me pelearé contigo y haré todo lo posible para separaros. Y no tiene condiciones estructurales para cuidar de sí misma y cuidar de otra persona. Te mereces a alguien más sano, hijo mío.

Nathaniel está muy triste y va a visitar a su novia y le dice:

-Ángel mío, estoy muy triste. Mi madre no quiere aceptar nuestra relación.

Y Nayara dice:

-Y ahora, amor, ¿qué vamos a hacer? ¿Vas a renunciar a mí?

Y dice:

-Nayara Nunca te abandonaré, porque te quiero mucho. No lo olvides nunca y haré todo lo posible para que sigamos juntos". Se abrazan y se besan apasionadamente.

***

Y cada día que pasa, el amor que sienten el uno por el otro aumenta más y más.

Un día, la madre de Nayara y ella decidieron ir de viaje e invitaron a Natanael a ir con ellas, pero su madre no lo permitió, lo que le entristeció mucho. Pero tras mucho insistir acaba dejándole ir, pero con la condición de que se lleve a uno de sus hermanos, y así hacen su primer viaje juntos con su hermano mayor llamado Arthur.

Arthur es muy parecido físicamente a Nathanael, pero es un poco más bajo y su tono de piel es más oscuro, lo que les facilita reconocer quién es quién. Su viaje se vuelve muy divertido porque él no sigue vigilando a su hermano y deja que la pareja pase mucho tiempo junta, lo que refuerza aún más su unión. Natanael respeta mucho a su amada, y no hace cosas que no sean del agrado de Dios, pues piensa lo mismo que ella, que lo correcto es esperar hasta el matrimonio para hacer ciertas cosas. Los dos tortolitos visitan un precioso jardín de la ciudad, se hacen varias fotos, pasean en autobús por el barrio y prueban todos los sabores de helado.

***

Tras tres meses de noviazgo, se dan cuenta de que cada vez les cuesta más verse, pero siguen juntos y él siempre le dice que la quiere demasiado y que nada ni nadie podrá separarlos.

Días después, se les hace más difícil verse, porque la madre de él empieza a vigilarlo todo el día y con la ayuda de una de sus hijas, empieza a querer entrometerse en su relación de todas las formas posibles, y se ponen muy tristes porque se echan mucho de menos. Sólo pueden verse en la iglesia, pero incluso viéndose tres veces por semana no era suficiente, porque su madre los vigila directamente. Nayara está muy triste, porque quiere que su novio la visite en casa, pero no puede.

Nathan decide tomar una decisión, porque esto no puede seguir así.

Decide llamar a su amada y le dice

-Angel, quiero hacerte una pregunta.

Y ella dice:

-¿Qué pregunta mi amor?

Y Natanael dice:

-No soporto más estar sin verte, sin poder oír tu voz, sentir tus abrazos y tus besos y quiero saber si estás seguro de querer seguir a mi lado.

Y Nayara dice:

-Sí, estoy seguro, pero ¿por qué me haces esta pregunta?

Responde Natanael:

-Porque estoy cansado de que mi madre quiera impedir que sea feliz contigo y me voy de casa para ser feliz con la chica que tanto quiero, que eres tú, Nayara.

Nayara se emociona y le dice a su amor:

-¿Estás seguro de querer esto para tu vida?

Nathanael dice:

-Sí, mi amor, estoy seguro.

La muchacha sintió como si el corazón se le saliera por la boca, porque el miedo a perderlo era muy grande, después de todo, los dos ya se habían separado en la infancia y sólo la posibilidad de que esto volviera a ocurrir la afligía mucho. Se sintió muy aliviada cuando su amado le dijo que tomaría partido en su relación, porque cuando el amor es verdadero, puede haber mil obstáculos que nada sea capaz de separar este sentimiento, ni siquiera el tiempo o la distancia.

Y cada día que pasa, el amor que sienten el uno por el otro crece más y más. Conoces esos amores de telenovela mexicana, donde los dos se conocen por casualidad, se enamoran, los separa el tiempo, pero luego el destino encuentra la manera de unirlos, haciéndoles ver que cuando está destinado a ser, nada puede separarlos.

Después de tres meses de noviazgo, se dan cuenta de que cada vez es más difícil verse, pero aun así siguen juntos y él siempre le ha dicho que la quiere demasiado y que nada ni nadie los separará.

Días después, se les hace más difícil verse porque la madre de él empieza a vigilarlo todo el día y, con la ayuda de una de sus hijas, empieza a intentar entorpecer su relación de todas las formas posibles, y se ponen muy tristes porque se echan mucho de menos. Sólo pueden verse en la iglesia, pero incluso verse no es suficiente, porque su madre los vigila directamente. Nayara está muy triste porque quiere que su novio venga a visitarla a casa, pero no puede.

Natanael decide entonces tomar una decisión, porque esto no puede seguir así.

Decide llamar a su amada y le dice

-Angel, quiero hacerte una pregunta.

Y ella dice:

-¿Qué pregunta mi amor?

Y Natanael dice:

-No soporto más estar sin verte, sin poder oír tu voz, sentir tus abrazos y tus besos y quiero saber si estás seguro de querer seguir a mi lado.

Y Nayara dice:

-Sí, estoy seguro, pero ¿por qué me haces esta pregunta?

Responde Natanael:

-Porque estoy cansado de que mi madre quiera impedir que sea feliz contigo y me voy de casa para ser feliz con la chica que tanto quiero, que eres tú, Nayara.

Nayara se emociona y le dice a su amor:

-¿Estás seguro de querer esto para tu vida?

Nathanael dice:

-Sí Nayara, estoy seguro.

Nathaniel habla con su madre. Está enfadada con la decisión de su hijo, pero se da cuenta de que no cambiará de opinión y le dice:

-Espero que seáis felices, porque me doy cuenta de que cuanto más intento interponerme en vuestro camino, más unidos permanecéis.

Y él respondió:

-Mamá, el nombre de esto es amor. Amo a Nayara y no renunciaré a ella, ¡te guste o no!

Ella se quedó sin habla y Nathaniel metió su ropa en una mochila y se marchó de casa. Decidió alquilar una casa cerca de su novia para poder visitarla todos los días y ser feliz sin que nadie se lo impidiera.

Pasan unos meses y deciden comprometerse. Los dos invitan a todo el pueblo a este bonito acontecimiento y él llama a su madre, que acaba yendo, pero un poco recelosa de la situación.

Después de unos meses, Nathanael le dice a Nayara:

-Nayara, sé que soy aburrido, perturbado, pero quiero que sepas que te quiero mucho y quiero hacerte una petición.

Se arrodilla, saca de su bolsillo una cajita de terciopelo azul marino y dice:

-Nayara, ¿quieres casarte conmigo?

Y ella responde:

-Sí, mi amor.

Los dos se besan felizmente y se casan después de un mes de noviazgo y ocurre algo que el chico tanto había anhelado: su madre por fin acepta la relación, pues se da cuenta de que su amor no es algo pasajero sino un sentimiento verdadero que pocas personas tienen la suerte de encontrar.

La boda se celebra en el pueblo, una ceremonia sencilla, sólo con los más allegados, ya que querían utilizar el dinero que estaban ahorrando para su luna de miel. Nayara llevaba un vestido blanco de encaje, una corona de flores en la cabeza y zapatos blancos de tacón, mientras que Nathaniel llevaba un traje azul marino, corbata blanca y pantalones del mismo color que el traje.

La ceremonia es oficiada por un ministro y, tras varias palabras, llega la hora más esperada por los novios:

-Natanael, ¿tomas a Nayara como tu legítima esposa y prometes respetarla y amarla, en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la riqueza, hasta que la muerte los separe?

Con una hermosa sonrisa en los labios responde:

-¡Sí, hoy y siempre!

-Bien, Nayara, ¿aceptas a Nathaniel como legítimo esposo y prometes respetarle y amarle, en la alegría y en la tristeza, en la salud y en la riqueza, hasta que la muerte os separe?

-Sí, quiero -respondió ella con un brillo en los ojos.

- Entonces os declaro marido y mujer. ¡Puedes besar a la novia!

Los dos se besan apasionadamente y todos aplauden con alegría.

Tras la ceremonia, hay un pequeño banquete. A continuación, los novios se hacen varias fotos juntos y con los invitados y, cuando acaba la pequeña fiesta, se preparan para irse de luna de miel, donde comenzarán una nueva etapa en sus vidas.

"Nunca renuncies a tus sueños, porque nadie dijo que alcanzarlos fuera una batalla fácil de ganar-Nayra Reis"