Capítulo 4: Un Alfa que ha perdido la razón

La indiferencia sin duda sacaba factura, con el paso de los dias, la plata no alcanzaba, y muchas veces hasta no tenia para comer.

Mis hijos, empezaron a trabajar y se aseguraban que su madre no le faltase nada de nada, pero a mi ni siquiera el saludo me daban.  Solo habia pasado un mes, un mes que era doloroso llamarlos —Hola bebé, feliz cumple… me corto.—y sentir de una su indiferencia. Quizás me lo había ganado, no me dejaban llamarlos ni saludarlos, me castigaban mi desición.

Jamás habia llorado como lo hacia en ese momento, pero su castigo provocaba terribles sentimientos en mi quizas, ellos tenian razón y yo perdi la razón. Como un Alfa podria pretender ser madre y ser bien visto, solo un loco, solo un loco podía pretender tal tontería, trate de aguantar un mes más y ya no pude, ya no pude con tal dolor de parte de ellos.

Por lo que mi locura solo duro 2 meses, me levante temprano, y hable con mi esposo. —Perdóname, Marcos, perdóname no estaba en mis cabales. Te juro que no volvera a suceder, nunca mas.

—Que bien que hayas recapacitado Mariano, es la mejor noticia que podias darme.  —enterramos el tema,  volvi a mi anterior trabajo ya que la unica forma de acercame a ellos era a través del dinero, tratar de comprar su amor como lo había hecho durante años, pero ahora ya no me necesitaban y ya no me hablaban seguían enojados conmigo o quizas yo recién me daba cuenta que era un desconocido en la vida de mis hijos y por eso ese trata tan frío y cortante. Ya no fumaba, pero deseaba un cigarrillo con urgencia. Lo deseaba para matarme lentamente. Definitivamente  ya no quería vivir, ya no quería existir mas. Solo quería irme para siempre.

Por lo que ahora solo esperaría mi final, aunque se tardase décadas al fin al cabo solo era un cascarón vacío,  recordando  que mis hijos el día del padre solo me dieron el felicidades mas seco del mundo, pero el día de la madre lo celebraron a lo grande. Quizás no merecía su amor, como lo merecia mi esposo al fin al cabo solo pude darles dinero y nada más.

La muerte se asomo a mi, pasado 6 meses.

6 meses donde todo volvió a ser como antes, yo trabajando sin descanso y el encargado del hogar, donde mis hijos solo me los cruzaba a la noche, donde cumplía a mi Omega y luego volver a comenzar.

6 meses donde aquel deseo quedo enterrado para siempre. Donde ya solo podia fantasear con aquel bebé en brazos en mis sueños, solo alli podia verlos

Ahora que la muerte me habia alcanzado senti paz. Acaso al fin aquella sensación se iría, aquel vació, al fin. Quizas en otra vida podria obtener lo que queria. Todo fue oscuridad y silencio para luego ver aquel que siempre estaba en mis sueños aquél que seria mi bebé, pero no se pudo. —Ven quédate conmigo mami, quédate a jugar. —solo le di la mano y asenti.

  Me habia desmayado conduciendo y solo era cuestión de minutos de chocar con algo y terminar con mi vacía y triste existencia.

Continuara…