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Haciendo trampa.

Editor: Adrastea Works

Las manos de Lucien estaban temblando ligeramente. Abrió con cuidado el libro, como si estuviera por cambiar a una nueva página de su futuro. Tal como esperaba, las palabras en el libro eran similares a las de los tomos de magia que obtuvo en la guarida de la bruja.

Él sabía bien cómo aprender un lenguaje. Siempre y cuando aprendiera la pronunciación de las letras y las reglas básicas de ortografía, él podría aprender más por sí mismo fuera de clase al leer de forma intensiva.

Victor repitió las pronunciaciones pacientemente dos o tres veces por cada palabra. Lucien le prestó mucha atención y escribió algunas notas en el papel.

—Léelas hasta que tengas fluidez. Cuando mejores lo suficiente, pasaremos a ortografía y gramática básicas —dijo Victor.

Sus palabras, en realidad, sirvieron de motivación. Al ser un principiante, sería casi imposible que Lucien empareje los sonidos y las letras en un periodo de tiempo así de corto.

Las notas que Lucien hizo estaban escritas en caracteres chinos. Él intentó relacionar las nuevas letras con su lengua materna, igual que como lo había hecho cuando empezó a aprender inglés. Leyó nuevamente todo, concentrado, para que el conocimiento pudiera ingresar a su biblioteca espiritual.

Como esperaba, una nueva estantería con la etiqueta «Lengua Común» apareció, en la cual había un libro de tapa dura negro lleno de caracteres extraños; el mismo que estaba puesto frente a él en la realidad.

Lucien abrió el libro en la biblioteca y notó que solamente las primeras páginas estaban llenas, y que el resto se encontraban sencillamente en blanco. Revisó rápidamente el libro sobre la mesa y, como imaginó, la versión espiritual quedó completa instantáneamente.

«¡Sí!» celebró en su mente.

Al considerar la utilidad la biblioteca, Lucien ganó confianza en sí mismo. Fue realmente difícil al inicio. Con cada repetición mejoró gradualmente. Luego de lo que pareció ser la decimoquinta vez, por fin se sintió satisfecho con su habilidad para recordar los caracteres.

Claramente, Lucien sabía que esto no duraría mucho. Si no hacía repasos a intervalos regulares, olvidaría todo en muy poco tiempo. A la vez, él también descubrió que su poder espiritual, el cual lo ayudó con el lanzamiento de hechizos anteriormente, también podía ser útil para mejorar su memoria.

En ese momento, Victor regresó a enseñarle a Lucien nuevamente. Luego de un rato ayudando a los estudiantes, su rostro parecía cansado, pero también más relajado. Probablemente, Cohn tenía razón: Victor estaba usando la enseñanza como una distracción.

—¿Has memorizado todos ellos? —Preguntó sonriendo—. Déjame revisar.

Cual estudiante de primaria frente a su maestro, Lucien estaba un poco nervioso. Olvidó algunos caracteres, pero entonces su mente divagó hacia su biblioteca, y luego empezó a leer de acuerdo a sus anotaciones. No fue su intención hacer trampa, pero tanto su dinero como su tiempo eran limitados. Tendría bastante tiempo luego para revisarlos en la biblioteca nuevamente.

Victor quedó asombrado.

—¿Has aprendido anteriormente?

Algunos de sus estudiantes levantaron la cabeza y observaron a Lucien.

—No, no lo he hecho —respondió este.

—Impresionante —comentó Victor—. Entonces, empezaremos a aprender a escribir.

Mientras que algunos estudiantes estaban impresionados, otros lo miraron con desdén. Desde su perspectiva, Lucien debía haberlo aprendido antes, y era solamente otro tipo astuto que quería impresionar al Señor Victor y obtener la oportunidad de ser su estudiante de música oficial.

Dentro de la sala de estudio, los tres estudiantes más nobles de todos habían empezado a aprender música.

Sin embargo, aquello no distrajo en lo absoluto a Lucien. Solamente tenía una meta en mente: aprender tanto como fuera posible. ¡El tiempo es dinero! ¡Un día de aprendizaje costaba mucho!

—Bien, damas y caballeros. Tomemos un descanso —Victor aplaudió suavemente y luego subió las escaleras. Al mismo tiempo, sirvientes vinieron con té y frutas.

El aroma de Jazmín y limón llenó la habitación. Lucien conocía algunas frutas, y otras no le eran familiares.

Un muchacho joven decentemente vestido les dio una sonrisa a los compañeros de clase a su alrededor, con una hoja de tablatura en la mano.

—Parece que el Señor Victor recibió algo de inspiración. Deberíamos considerar la lección por terminada, si es que su inspiración sigue fluyendo.

Él parecía ligeramente mayor que Lucien. Sus ojos eran largos y angostos, y su nariz, recta. Entre los estudiantes, el sujeto destacaba bastante.

Una chica noble con un vestido de color vino estaba sentada justo a su lado.

—Si la clase termina temprano, vamos a tener una extra el fin de semana. No te emociones mucho —respondió esta con una voz relajada.

—Aunque de verdad espero que el Señor Victor termine su nueva canción para el concierto lo más pronto posible. Así, finalmente podremos empezar a practicar con la orquesta. Estar sentada en la habitación, simplemente leyendo tablaturas y tocando la flauta sola nunca es competencia contra un verdadero ensayo.

De entre diecisiete o dieciocho años, ella era bastante atractiva: cabello largo y de color rojo brillante, como el fuego. Labios gruesos y sensuales y su cadera no estaba ajustada como la de la mayoría de chicas nobles, pues de ser así ella no sería capaz de tocar bien la flauta.

Observando su expresión seria, Lott rió.

—El primer violinista; el hombre que es tan hermoso como la luna plateada... Te gusta Rhine, ¿verdad, Felicia?

El primer violinista, también llamado concertino, tenía un papel de importancia en una orquesta sinfónica. Cuando el director de orquesta se ausentaba, el primer violinista debía tomar la batuta.

—Solamente pienso que tiene excelentes habilidades, mucho mejores que las del anterior —argumentó Felicia, pero su rostro se sonrojó.

—¿No crees que su solo para la sonata de violín Número 1 en G menor fue muy impresionante?

Al hablar sobre música, Lott se puso más serio y entusiasmado. Ellos empezaron a conversar sobre sonatas y suites. Otros estudiantes nobles se les unieron, mostrando su gran interés. Incluso un comentario bastante perspicaz hecho por una chica de cabello marrón proveniente de una familia común obtuvo su aprobación.

En Aalto, la música era otra lengua común.

Sin embargo, consciente o inconscientemente, los estudiantes nobles de todas formas solían ignorar a los demás, mientras que los de clase media trataban a Lucien con indiferencia e intentaban volverse cercanos a aquellos con mayor estatus. Para los estudiantes nobles, era probable que fuera normal pensar que la gente común y los pobres no merecían ni siquiera su atención. No existían cosas en común entre ellos, pues provenían de mundos diferentes.

No había palabras duras ni resentimiento. Aun así, el frío muro siempre estaba allí, previniendo que aquellos de estatus sociales diferentes pudieran llevarse bien.

No obstante, para Lucien, nada de esto importaba. Estaba intentando aprovechar al máximo cada minuto, o incluso segundo; absorbiendo el conocimiento como una esponja seca lanzada a un océano.

Algunos de sus tarareos llegaron a oídos de Lucien. Este notó que la música aquí era muy similar a la de la Tierra. Solamente había algunas diferencias en las notas.

Luego de un momento, Lucien levantó la cabeza. Los estudiantes seguían discutiendo. Tomó un sorbo de su taza de té y volvió a incursionar en su libro.

Desafortunadamente, la inspiración del Señor Victor no duró mucho. Varios minutos después, este bajó las escaleras con una expresión de cansancio e inquietud.

El volver a la enseñanza definitivamente lo ayudaba mucho.

Lucien trabajó duro. Para el fin de la clase, pudo recordar la mayoría de reglas de escritura, las cuales almacenó en su biblioteca espiritual.

Su lección terminó pasados unos minutos de las diez de la noche. A excepción de Lott, Felicia y otro muchacho noble llamado Herodotus, quienes se quedaron a practicar con instrumentos, el resto de estudiantes dejó el salón en una fila.

Fuera de este, había dos carruajes esperando. Los caballos marrones, altos y fuertes estaban relinchando. Los dos estudiantes nobles seguramente eran envidiados por el resto.

La mayoría de nobles deben mantener una apariencia decente sin importar si en realidad les iba bien económicamente o no.

Los carruajes tomaron rumbo, dejando atrás una nube de polvo. Por otro lado, los otros tres estudiantes se dirigieron hacia el distrito de Lirio Morado en un grupo, conversando y riendo.

Y así Lucien fue dejado atrás, repasando en su mente lo que aprendió, como todo un nerd.

...

—¿Estás aprendiendo del Señor Victor? ¡Él es el mejor músico! —Luego de la cena, Joel estaba bastante entusiasmado.

—Pequeño Evans, ¿de verdad vas a cargar con mi sueño musical?

—A todos les llega su momento, tío Joel. Probablemente podré—respondió Lucien, en broma.

Luego de regresar a su hogar, recostado sobre su media destrozada y tambaleante cama, él ingresó a su biblioteca y comenzó a leer uno de los escritos de magia, intentando comprender las palabras escritas.

Obviamente, Lucien no esperaba ser capaz de aprender a leer después de un día de estudio. Sencillamente trataba de leer un poco para reforzar su memoria.