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Gratitud.

Editor: Adrastea Works

Victor estaba bastante enojado. Sabía que, sin un clavecín mejorado, aquellos exigentes nobles, músicos y críticos no estarían de ninguna manera satisfechos con su presentación. Aún peor; también iba a recibir un comentario implacable por parte de Wolf en Crítica Musical, y entonces nunca en su vida tendría una oportunidad para tocar en el Salón del Salmo nuevamente.

Él había visto a muchos músicos excelentes fallar en realizar una presentación perfecta en el Salón y posteriormente sufrir numerosas complicaciones. Cada dos o tres años había algún músico desesperado dentro de estos que cometía suicidio debido a su fracaso. Ciertamente, la mayoría de músicos podían ser bastante sensibles y vulnerables.

A pesar de entender que Lucien solamente estaba intentando ayudar, Victor de todas formas se sintió un poco irritado por su sugerencia sin fundamentos. Controlándose, respondió en voz baja:

—Gracias, Lucien. Pero es más complicado que simplemente combinar ambos.

—Qué arrogancia la del tonto de los barrios bajos... —Los estudiantes nobles estaban molestos por la interrupción hecha por Lucien. Mientras que Lott, Herodotus y Felicia estaban fulminándolo con la mirada, Rhine estaba parado al lado, con una sonrisa casi indetectable en su rostro, como si estuviera esperando con ansias su respuesta.

A pesar de que Lucien no había entendido por completo los dos libros, aún se daba una idea general. Luego de observar la estructura interna del clavecín frente a él, estaba listo para compartir sus pensamientos.

—Con la ayuda de cierta... Unidad, el movimiento dactilar podría ser extendido mediante el proceso de conducción, para que el golpeteo de los martinetes en el interior genere un sonido más fuerte.

Lucien dio una explicación vaga a propósito, escogiendo con cuidado sus palabras para que coincidan con las que usaba un muchacho corriente viviendo en los barrios bajos, con el fin de evitar sospechas. Términos como "amplitud" que definitivamente no deberían estar presentes en su vocabulario.

—¿Extender? ¿De qué forma? —La mirada de Shavell continuaba seria, con sus blancas cejas fruncidas. Había escuchado ideas similares anteriormente, pero luego de numerosos intentos fallidos, todas terminaron siendo descartadas.

Bajo las miradas de todos, Lucien retiró una flauta de la pared.

—Una vez, vi a un granjero que levantó una gran roca con un palo de madera y una pequeña roca, así... —Tomó una botella de tinta, la puso bajo la flauta y empezó a hacer palanca.

—Ya veo... —En vez de refutar, Shavell comenzó a pensar. Un momento después, se dio cuenta de la desventaja de aquella idea.

—Pero, de esa forma, la velocidad de los golpes sería menor.

—Impresionante, Lucien. Nos estas mostrando el Principio de la Palanca —Rhine observó el modelo de Lucien con atención, y se acercó un paso hacia él.

Fingiendo confusión, Lucien en realidad estaba bastante sorprendido. ¿Cómo es que Rhine conocía el Principio de la Palanca? ¿La gente aquí lo llamaba de la misma forma? Sin embargo, el resto de los presentes parecía bastante confundido.

—Puede que todos ustedes ya lo hayan presenciado alguna vez en sus vidas. Supe del principio cuando estaba viajando hacia Holm. En realidad, los eruditos del lugar ya lo habían descubierto hace cientos de años. Pero aquí, la gente alaba el poder divino y la Bendición en la sangre, por lo que los avances científicos no son difundidos muy rápidamente —explicó Rhine.

—¿Has notado que, mientras más largo sea el palo, es más fácil levantar algo al otro extremo de este, Lucien? —preguntó.

«Obviamente,» pensó Lucien, pero su rostro mostró una expresión confundida, y habló:

—¿En serio? Entonces, ¿podemos poner más de una palanca junta?

Lucien se detuvo allí mismo. No podía seguir hablando de temas como la transmisión de palancas múltiples.

Los ojos de Rhine brillaron instantáneamente.

—¡Conexión! ¡Múltiples palancas! —Este se acercó caminando a Shavell y le habló en voz baja. Estaba dibujando en un pedazo de papel.

«Rhine... Es algo más que un bardo. Estoy casi seguro,» pensó Lucien mientras Rhine hablaba. Las manos del bardo estaban moviéndose en el aire, explicando el principio.

Poco después, Victor se unió a su acalorada discusión.

—Lucien, ¿cómo relacionaste ambas cosas? Digo, sí, he presenciado el principio varias veces, pero nunca pensé que podría usarse para esto —Sorprendentemente, Lott empezó a hablarle a Lucien.

No obstante, fue detenido por Felicia.

—Guarda silencio. Ve al piso inferior si quieres conversar.

Lott no quería perderse la discusión en aquel momento. Asintió y permaneció en silencio.

El resto de los estudiantes estaban bastante molestos por el hecho de que Lucien, el don nadie que llegó allí hace poco, era el centro de atención. Estaban esperando que su idea no funcionara.

Comprendiendo que aún existían muchas más diferencias entre un clavecín y un piano moderno, Lucien empezó a leer nuevamente sus dos libros, para ver si había más cosas que pudiera aportar.

...

Una elegante melodía provino de la habitación, reverberante e intensa al inicio; agradable y suave al final.

—¡Asombroso! —El rostro de Victor estaba brillando de emoción.

—Gracias, Rhine. Gracias, Señor Shavell —a pesar de que aún quedaban cosas por hacer, el problema principal había sido resuelto.

—Es un placer —Rhine sonrió con elegancia.

Luego de abrazar a ambos, Victor se acercó a Lucien con los brazos abiertos.

—Gracias, Lucien. Nos brindaste una dirección. Le agradezco a Dios que te haya traído a mí.

—No es nada, Señor Victor —al ser abrazado por un hombre, Lucien se sintió un poco incómodo—. No esperaba que de verdad fuera de utilidad.

Victor rió y le agradeció a Lucien nuevamente con sinceridad.

—En fin, a partir de ahora, si necesitas cualquier clase de ayuda, solamente háblame.

El resto de los estudiantes empezaron a envidiarlo nuevamente. ¡El recién llegado Lucien se ganó la simpatía del Señor Victor muy rápido!

Lucien estaba muy contento también.

—Sí... Sí, Señor Victor.

Luego, comentó con timidez:

—Sí necesito ayuda con algo...

—¿Sí? —Victor estaba esperando su petición, sonriendo. Desde su perspectiva, Lucien era verdaderamente un muchacho prometedor y de buen corazón.

—¿Puedo pedirle prestado su diccionario de lengua común? —Frotándose las manos, Lucien se sintió bastante inseguro.

—¿Ah? —Rhine no pudo evitar reír. A Lott, Felicia y al resto de personas presentes también les hizo gracia.

—Claro, no hay problema. Mi buen muchacho —el Señor Victor asintió instantáneamente—. ¿Algo más?

—Um... —Lucien se puso aún más nervioso en ese momento. Sentía que estaba pidiendo demasiado.

Notando su vacilación, Victor intentó motivarlo:

—Está bien. No seas tímido. Solo pídemelo.

—Um... Señor Victor, ¿puedo... Puedo estudiar aquí sin pagar?

—¡Ja ja ja ja! —Rhine no pudo contenerse más.