—El Simio Azul de Armadura Dorada miró a Liu Yan con sorpresa.
—Claramente, Liu Yan no pudo mantenerse al día hace un momento, pero de repente se volvió mucho más rápido y ahora estaba a la par con el Simio Azul de Armadura Dorada.
—El Simio Azul de Armadura Dorada nunca adivinaría que era la razón por la cual Liu Yan mejoró su velocidad tan rápidamente.
—Justo entonces, Liu Yan estaba en un dilema —dijo él—. Sabía que si continuaban peleando, sería imposible determinar un ganador entre los dos, incluso si lo daban todo.
—Esta fue la primera vez que Liu Yan se encontró con una bestia feroz de este calibre. No podía derrotarla en absoluto.
—Justo cuando Liu Yan estaba perdido, de repente sintió que el Lobo Sombra estaba a punto de emerger.
—Liu Yan decidió arriesgarse y liberó el Lobo Sombra.
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