Liu Yan tomó nota mentalmente de que en el futuro debía dejar que el títere encantado especial rojo luchara contra oponentes más fuertes. Después de todo, cuanto más feroz sea la batalla, más rápido mejoraba su fuerza.
Al menos, el títere encantado especial rojo tenía que luchar contra un oponente de su mismo nivel de fuerza de combate o incluso un oponente más fuerte.
Por supuesto, la premisa de todo era que el títere encantado especial rojo pudiera sobrevivir a la batalla. Liu Yan no podía permitir que el oponente fuera demasiado más fuerte que él, o podría ser destruido.
Naturalmente, Liu Yan valoraba y apreciaba mucho al títere encantado especial rojo. No permitiría que le pasara nada.
Después de guardar el títere encantado especial rojo, Liu Yan observó a la otra mitad del Lobo Dracónico de Hielo y Fuego.
El Lobo Dracónico de Hielo y Fuego estaba en mal estado. Estaba cubierto de heridas, y la hierba estaba manchada por su sangre.
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