Regresaron a la oficina de la Directora.
El joven se despidió con mucha cortesía y se fue atendiendo una llamada que parecía urgente. Atendió la llamada hasta salir del orfanato.
- Peter, ¿dónde están?- Dijo mientras se subía al auto que lo esperaba con el chofer ya adentro.
-Esta bien, llego en unos minutos- Colgó.
Fue al parque más grande de la ciudad, el auto lo dejo cerca de unos puestos de comida. Desde lejos alcanzo a ver a su objetivo.
Un joven pálido, con pelo recortado al cuello color negro azulado, alto y delgado, ojos azul oscuro, muy atractivo, lo rodeaban muchas miradas de mujeres que pasaban a su alrededor; detrás de él caminaba otro joven igual de pálido, con pelo recortado al cuello en picos, lo llevaba desordenado, ojos color avellana suave, alto y una figura seductora.
Los tres se encontraron y se alejaron a un rincón más solitario.
-Bueno que querías decirnos, hermano- Dijo desinteresadamente el de mirada avellana.
-Pues sólo que acabó de conocer a una joven muy peculiar- Nicolae se apoyó sobre una barandilla, puso una mirada pérdida.
Los otros dos también pusieron sus ojos como viendo a la nada, en unos segundos quedaron atónitos por lo que acababan de ver. En ese instante habían hecho un intercambio de pensamientos, Nicolae les había transmitido por medio de su mente la identidad de la joven y hermosa Alhelí. A partir de ahí siguieron hablando pero no con el sonido de su voz, sino con sus pensamientos...
-Espera, espera. ¿Dices que no pudiste leerla? Pero si nosotros podemos leer a todos los humanos... ¿o no?- Dijo el de ojos avellana y caminaron alrededor del parque.
- Tranquilo Drogo. Por eso le ofrecí la beca-
-Nicolae ¿Acaso no sólo ibas a llevar los papeles y que los encargados eligieran a quien querían?- Dijo el joven de ojos azules.
-Si, Peter. Pero vi los pensamientos de la Directora y me dio curiosidad la persona en la que pensó, así que le pregunté, y como ella vio que yo estaba interesado insistió en que la conociera-
-Bueno, es realmente hermosa...- Drogo hizo una sonrisa traviesa.
-Drogo... Ni se te ocurra. Si ella llega a decidir irse con nosotros, sólo debemos encontrar que la hace tan diferente, además de no poder leer sus pensamientos su apariencia es muy... no lo se, no parece común, además le vi un collar que me resultó extrañamente familiar, pero no lo recuerdo. Quizá vuelva a ir para poder hablar un poco más con ella, es un poco frustrante no saber lo que piensa, jeje-
-Seguro que si- Dijo Peter riéndose.
Alhelí y Rocío fueron a buscar las planillas, Rocío fue la única que tomó algunas, de las universidades locales.
Después se dirigieron a sus actividades normales, no fue hasta la hora del almuerzo que pudieron hablar tranquilamente.
-Y bien... ¿Qué te dijo el hombre hermoso?- Dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Hombre hermoso? Ja Jaja, ya me lo suponía, no ibas a pasar por alto su aspecto...-
-¿Pasar por alto? Pero si es una escultura creada por el mismísimo Miguel Ángel, jeje, ¿así se llama ese escultor verdad? o que...? ¿No te lo parece...?-
-Jajaja si, asi se llama. Mmm... No lo sé. Si me pareció diferente y si, no lo niego es muy guapo, pero había algo en él que... Ah, no se, no se que impresión me dio la verdad- Alhelí negó con la cabeza aturdida.
- Bueno y... ¿Estás considerando la beca?- Dijo con cautela.
-Pues... ¿Tú que crees?¿Debería? - Rocío puso los ojos en blanco.
-Alhelí ¿Acaso no es esto lo que siempre has estado esperando? Es una oferta que no te proponen todos los días ¿Cómo se te ocurre siquiera ponerlo en duda?-
-Pero tu...- Alhelí se corto.
-¿Yo? ¿Yo que? Alhelí está es tu oportunidad, no la heches a perder sólo por que te preocupas por mi- Rocío la abrazo.
Ella sabía que esas palabras de ánimo también significaban alentar a su amiga irse lejos, pero su intención era que por fin Alhelí pudiera encontrar su lugar en el mundo; Rocío se encontraba bien donde estaba pero era consciente que Alhelí no era como ella.
- Vamos a tomar aire ¿Si?- Propuso Rocío.
-Debemos volver ya...-
-Por favor, desde cuando te has hecho tan responsable, vamos-
La halo y se dirigieron al parque que estaba a unos minutos de ahí.
Mientras caminaban, compraron un par de helados, empezaron a rodear el parque bajo los frondosos árboles, hasta que una voz a lo lejos las detuvo.
-¡Silene! Por aquí...- Nicolae la llamaba desde atrás a unos pocos pasos de distancia.
- Nicolae, Hola, ¿no sabía que andabas por aquí?-
-Jeje, Hola Rocío, que bueno volver a verla- Rocío se sonrojo y su lado coqueto salió a la luz.
- ¡Oh! Para mi es un gusto también. ¿Quiere acompañarnos?- Alhelí la vio por el rabillo del ojo y le dio un leve pellizco en la espalda.
-Sería un placer. Amm... ¿No les importaría si mis hermanos nos acompañan?- Las dos abrieron los ojos como platos.
-¿Hermanos?- Dijeron al unísono.
-Si. Les presento a Peter- El joven dio un paso adelante.
-Hola, mucho gusto, soy Peter Bartholly- Hizo una reverencia. Las dos quedaron deslumbradas, aunque Rocío no disimulo.
-Y él es Drogo, el menor- Drogo vio a las dos señoritas delante de él.
Una sonrisa maliciosa se formó en su perfecto rostro, sus ojos color avellana dieron un destello de luz cuando se encontró con los ojos dorados de Alhelí quien también se estremeció en sus adentros al verlo, ella se sujeto fuertemente de Rocío, aquella mirada avellana la había perturbado más de lo que hubiese querido admitir.
-Mucho gusto, Señoritas- El les tendió la mano, Rocío se la estrechó rápidamente, mientras que Alhelí cerró sus palmas en puños. Drogo vio su movimiento nervioso, entonces avanzó hacia ella y la tomó de la mano, la beso en los nudillos y le dijo.
- Es todo un placer...-
-Alhelí- Le interrumpió ella. -Soy Alhelí-
Se miraron intensamente unos segundos, en los cuales Nicolae le mando muchos pensamientos de advertencia a Drogo quien lo ignoró, Rocío miraba divertida aquella escena, sabía de que su amiga nunca había mostrado ningún especial interés en ningún hombre a pesar de haber salido antes, pero ahora eso había cambiado, Peter por otro lado contenía una risa tras escuchar todo lo que Nicolae le decía a Drogo.
Al final Drogo soltó la mano de Alhelí. Volvieron en si, y vieron que todos tenían sus miradas fijas en ellos.
-Bueno, vamos. Que estás hermosas damas nos muestren su ciudad- Dijo Drogo sin dejar de ver a Alhelí, ella también no dejó de verlo ni por un segundo.