webnovel

Capítulo 6

— Por favor, toma asiento —dijo Shirai, fulminando con la mirada a Ishiki. ¿Acaso pretendía intimidarlo? ¿O realmente era él el principal sospechoso? Los nervios comenzaban a apoderarse de su cuerpo. Sentía el sudor bajando por su nuca hasta su espalda a la vez que sus manos se sentían como si las hubiera metido en un balde de agua tibia. Tragando saliva, obedeció la orden de la chica.

Ishiki miró alrededor, divisando a dos personas que no conocía. Una era una chica alta, con un uniforme de una academia cuyo nombre no sabía. Tenía el cabello corto, de color negro, y lo observaba con atención a través de sus gafas de montura cuadrada. El chico no podía evitar sentirse como en un punto de control de un aeropuerto, como si lo escanearan a fondo. ¿Se trataría de la habilidad de la chica?

La otra persona, también una chica, llevaba un uniforme desconocido para Ishiki. De cabello largo y listo, sostenía un sujetapapeles de madera, y escribía anotaciones rápidamente.

— Está limpio, Shirai-san —dijo la chica de las gafas, dirigiendo su mirada hacia su compañera—. No trae armas consigo.

— Bien. Gracias, Konori-senpai —respondió Shirai, tomando asiento frente a Ishiki.

>> Dejemos las formalidades de lado. ¿En dónde estuviste ayer en la noche? —preguntó la chica.

Respirando profundo, Ishiki se dispuso a mentir de la manera más realista que pudiera. Tenía suerte de haber pensado en algo desde que salió de su aula.

— Me encontraba caminando de regreso a mi apartamento, en el Distrito 7 —dijo Ishiki, con una naturalidad tal que se sorprendió a sí mismo—. Recién salía de Seventh Mist cuando un sujeto me asaltó. Como es natural, me defendí y salí huyendo del lugar. Iba a contactar con Judgment, pero al final quise ahorrarme problemas, por si el tipo regresaba por mí como represalia. Sólo quería regresar a casa y dormir…

Inesperadamente, parte de lo que Ishiki había dicho no era del todo una mentira. Era cierto que había salido del centro comercial Seventh Mist, y que pensaba dirigirse a su casa. No obstante, fue cuando vio a una pandilla de jóvenes intentando extorsionar a dos chicos. Tenía suerte de haber llevado aquella capa consigo durante toda la semana. Guardando sus compras en la mochila y dejando ésta adherida a una pared del centro comercial, se dirigió a ayudar.

No tuvo problemas para derrotar a dos de los tres sujetos. De hecho, el haber llevado su capa en cierto modo lo hacía parecer intimidante. Estuvo a punto de noquear al tercero del grupo cuando éste mencionó algo sobre que Skill-Out se enteraría de aquello. Si bien estas palabras le dieron unos minutos más sin sufrir daños.

Ishiki no supo en qué momento se fueron los chicos a los que había sacado de aquel aprieto, pero tampoco le importó. Ahora estaba con un miembro de Skill-Out, y no pensaba dejarlo escapar sin sacarle algo de información sobre aquellos asesinatos. Porque, ¿quién sino Skill-Out andaría por toda Ciudad Academia acabando con la vida de varios Usuarios de Habilidades? El resentimiento de aquel grupo contra las personas con poderes había sido evidente desde que habían sido descartados únicamente por no poseer habilidades sobrehumanas.

Su interrogatorio habría salido a la perfección de no ser porque, accidentalmente, hirió al miembro de Skill-Out en el vientre cuando, en un intento de escapar, Ishiki le lanzó una hoja de hielo, más por impulsividad que por deseos de causarle verdadero daño.

"¿Qué le habrá pasado después de lo de anoche?", pensó Ishiki. "¿Habrá huido? ¿Judgment y Anti-Skill lo capturaron? Dudo que haya muerto. De ser así habría mucha gente hablando de ello.

— Dices que únicamente te defendiste, ¿correcto? —preguntó Shirai, sacándolo de su ensimismamiento—. ¿Usaste alguna técnica, como artes marciales o un arma? ¿O te viste obligado a utilizar tu Base Alter?

— Ah, sólo utilicé mis manos —respondió Ishiki, sudando. La repentina pregunta lo había tomado por sorpresa—. De haber utilizado mi habilidad podría haber acabado en problemas, y como dije antes, prefiero evitar a toda costa meterme en líos.

Shirai miró a Ishiki con algo más de detenimiento. Sus ojos de color marrón claro se hallaban fijados en las marcas que tenía Ishiki en el rostro. Cruzó miradas momentáneamente con la chica de las gafas, Konori, quien asintió antes de hablar:

— Por favor, ¿podrías darnos una demostración de tu habilidad? Tu compañera también nos hizo una demostración breve.

Ishiki estuvo a punto de reclamar, pero supo de inmediato que, de hacerlo, podría aumentar las sospechas que Judgment ya tenía sobre él. Sin embargo, decidió responder a la pregunta de Konori con otra:

— ¿Acaso Judgment no tiene acceso al Registro de Habilidades?

— Es cierto que tenemos acceso al Registro, pero nunca hemos visto tu habilidad en acción. Es parte del procedimiento de investigación —respondió Shirai, poniéndose en pie y colocándose al lado de la chica de las gafas.

Arrepintiéndose de inmediato por haber demostrado cierto recelo hacia la solicitud de Judgment, Ishiki se levantó de su silla. Siguiendo las indicaciones de Konori, se colocó en uno de los extremos del gimnasio.

"Demuestra seguridad y confianza, Ishiki. Solo debes contenerte un poco para evitar atraer más sospechas".

Respirando profundo, colocó ambas manos sobre el suelo. Centrando su mente en la vibración de las partículas de oxígeno e hidrógeno que flotaban en el aire cercano al suelo, el chico comenzó a alterar la velocidad de la agitación molecular en su mente, realizando rápidos y complejos cálculos relacionados con la física atómica.

No era algo difícil, ya que todos los experimentos que se realizaron en él cuando sólo era un niño habían alterado la forma en que su cerebro trabajaba. Éste era el secreto de las habilidades sobrehumanas que se estudiaban en Ciudad Academia. Cada poder requería de cálculos complejos que eran dominados por sus respectivos usuarios. Esto se resumía en que, si el poder era inmenso, también lo eran las capacidades matemáticas e intelectuales de quien poseyera tal habilidad.

Entonces, casi inmediatamente después de que sus dedos tocaran el suelo, las moléculas microscópicas de agua presentes en el aire, a nivel del suelo, comenzaron a solidificarse, formando una capa blanca que se extendía desde las manos de Ishiki hasta la pared al otro lado del gimnasio. El hielo crujía, expandiéndose irregularmente hacia los lados.

La chica de cabello largo y lacio comenzó a tomar nota de lo ocurrido.

— ¿Eso es todo? —dijo Shirai, observándolo—. Juraba que Base Alter era una habilidad de nivel alto. Lo que acabas de hacer apenas calificaría como Nivel 3.

— Aún no termino —reclamó Ishiki. Sentía la vena de su frente pulsando, como queriendo salir despedida y golpear a aquella molesta enana en el rostro.

"De todos modos no puedo esconder mis habilidades de Judgment. Gracias al Registro ya tienen toda la información que necesitan".

"… Un momento…".

Ishiki se quedó congelado en su lugar, pensando. Se supone que tanto Judgment como Anti-Skill poseen acceso al Registro de Habilidades de Ciudad Academia. ¿Por qué estarían haciendo pruebas a estudiantes sobre sus poderes?

Algo definitivamente no cuadraba.

Mirando de reojo a la chica de cabello largo, quien aún hacía anotaciones y murmuraba algo a su compañera con las gafas, notó que estaban observándolo más de la cuenta.

La chica de las gafas, Konori, se acercó a Shirai y le murmuró unas palabras al oído. La chica de las coletas respondió, observando el rostro de Ishiki con especial atención.

— No te he preguntado sobre esas heridas, Kōrihi-san. He de suponer que te las hiciste peleando anoche contra ese delincuente, ¿correcto?

Ishiki le devolvió la mirada, receloso. Irguiéndose, sin siquiera eliminar la capa de hielo del suelo, respondió:

— Efectivamente. Aunque no entiendo qué tienen que ver estas heridas con lo que supuestamente están investigando.

— Tienen mucho que ver, ya que anoche me enfrenté al delincuente en persona, y recuerdo bien haberlo pateado en el rostro en dos ocasiones —explicó Shirai—. No creo que haya problemas si te digo que ese sujeto tenía un poder bastante peculiar. Ese es el motivo por el que teníamos que interrogar a todos los estudiantes que poseyeran habilidades similares.

— Me duele un poco que me vean como sospechoso. ¿No pueden ver que solo soy un alumno común de Ciudad Academia——?

— Si sólo eres un alumno común, no habrá problema en mostrarnos en qué más consiste tu habilidad, ¿no? ¿O es que intentas ocultar algo?

No pudiendo disipar sus sospechas acerca de aquel inusual interrogatorio, Ishiki se mantuvo firme. Sabía que, de seguir evadiendo las solicitudes de Judgment, no lograría despistarlos como tenía planeado, pero su mal presentimiento incrementaba con cada minuto.

Presa de la paranoia, Ishiki intentó concentrarse en el suelo bajo sus pies. Claramente sentía las vibraciones que causaban los leves movimientos de las tres chicas, además de detectar a otras dos personas afuera del gimnasio, probablemente tratándose de Kuromori y Uiharu.

La habilidad Base Alter tenía una pequeña ventaja extra: aparte de poder controlar las vibraciones de la materia, Ishiki podía detectar las variaciones en las mismas con la presencia y movimiento de personas en un radio aproximado de dos kilómetros, así como de los objetos apoyados en el suelo. Era como una especie de sónar, solo que en lugar de detectar el rebote de las vibraciones causadas por él mismo Ishiki era capaz de sentir las vibraciones causadas directamente por fuentes externas.

Y fue justo gracias a ese sónar que detectó algo inusual entrando al radio de detección, acercándose rápidamente.

Pasos. Alrededor de doce… No, veinte personas, probablemente cargando con algún equipamiento pesado, ya que la vibración que detectaba era inusualmente grande por cada individuo.

Era como si cargaran con armaduras y herramientas antidisturbios…

Entonces cayó en la cuenta de por qué Judgment lo estaba reteniendo allí más tiempo que a Hinosaki.

— ¡Anti-Skill! ¡Lo tenemos rodeado! ¡Salga con las manos en alto! —sonó una voz femenina que provenía del exterior, amplificada con un megáfono.

Atónito e iracundo, sintiéndose tremendamente estúpido por había caído en la trampa de Judgment, Ishiki se giró bruscamente hacia Konori cuando detectó un movimiento de Shirai con el rabillo del ojo. Un objeto plateado, aproximadamente del tamaño y grosor de un lápiz, volaba hacia su rostro rápidamente.

Actuando instintivamente, realizó un movimiento vertical hacia arriba con su mano derecha, erigiendo así una columna de hielo frente a él. Con un suave "clack" supo que aquel dardo metálico se había clavado en su gélida creación.

Sin embargo, los ataques de Shirai no cesaron allí. La chica había comenzado a moverse a una velocidad vertiginosa, apareciendo y desapareciendo constantemente y lanzando más agujas de acero desde todas las direcciones.

"¡¿Cómo pude ser tan estúpido?!", pensó Ishiki, creando más columnas de hielo para interceptar algunos de los proyectiles que la chica le lanzaba, y moviéndose con rapidez intentando esquivar los dardos restantes. Sin embargo, alguna que otra aguja metálica lograba rozarlo, rasgando su uniforme y su piel. Las heridas, aunque no eran profundas, dolían una barbaridad.

— ¡Maldita seas, Shirai! —gritó Ishiki, intentando fijar su mirada en Shirai, quien no paraba de teletransportarse por todo el gimnasio.

Cada vez con más presión encima, pensar adecuadamente le era más difícil. Con cada segundo que pasaba, su ira aumentaba, y con ella su capacidad para razonar. Entonces, durante un brevísimo momento en que Shirai estuvo quieta, Ishiki dio una fuerte patada al suelo.

Inmediatamente, la onda de vibración se expandió rápidamente, resquebrajando la capa y pilares de hielo que había creado previamente. Los dardos de acero cayeron al suelo, resonando en el gimnasio con un ruido metálico, mientras la vibración hacía temblar la tierra, como un terremoto cuyo epicentro era el punto en el que el pie de Ishiki tocaba la madera. Los fragmentos de hielo volaron en todas direcciones, como cristales rotos, clavándose en las tablas del suelo o quebrándose contra las paredes. De algún modo, las chicas que acompañaban a Shirai se habían puesto a cubierto detrás del pupitre que habían llevado hasta allí, el cual se había caído de lado por el terremoto, evitando ser heridas por aquella lluvia de gélidas cuchillas.

Con otra patada de Ishiki al suelo, el terreno se levantó en línea recta, rompiendo los tablones de madera, hasta llegar a la entrada del gimnasio, donde una columna de tierra, comprimida hasta hacerla tan dura como el cemento, se erigió, bloqueándola justo en el momento en que las fuerzas de Anti-Skill intentaban entrar. Podían escuchar los golpes y patadas a la puerta de metal en su vano intento de derribarla.

Por primera vez desde que había comenzado a atacarlo, los ojos de Ishiki y de Shirai se encontraron. La chica respiraba agitadamente, y el sudor de su frente indicaba que, como mínimo, Ishiki le había dado batalla intentando esquivar los dardos.

Lo siguiente que ocurrió fue tan súbito como inesperado para Ishiki. Durante una fracción de segundo en la que parpadeó, Shirai había desaparecido de su campo de visión.

Entonces, sintió el leve toque de una mano en su espalda, justo antes de que la sensación de flotar en medio de la nada dominara sus sentidos. Había sido tan rápido que apenas se dio cuenta de que, por una milésima de segundo, sus pies no tocaban el suelo, y su cuerpo se sentía en extremo ligero, como una pluma al viento.

Tras esa sensación de flotar en el vacío, Ishiki se hallaba tumbado en el suelo del gimnasio, mirando al techo. El sonoro golpe sirvió para indicarle que había sido, de alguna manera, lanzado sin ningún esfuerzo por aquella chica. Era imposible para él saber exactamente cómo, pero estaba seguro que la habilidad de teletransportación de Shirai había fungido para tumbarle de aquella manera.

Cosa que, en efecto, era verdad. La habilidad de Kuroko Shirai, Teleport, "Movimiento Espacial", le permitía transportar cualquier objeto o persona que tocase de manera instantánea. El principio para su habilidad—así como para los otros cincuenta y siete usuarios con poderes de teletransportación—se basaba en cálculos de la 11° dimensión, por lo que es menester que el usuario maneje una cantidad de concentración superior a la mayoría de habilidades.

Shirai apareció nuevamente en el campo de visión del chico. Entre sus dedos tenía cuatro dardos metálicos que emitieron un destello plateado antes de desaparecer, clavándose sonoramente en la ropa de Ishiki, enganchándolo al suelo de madera.

— Ishiki Kōrihi, autoproclamado Mago de Ciudad Academia, estás bajo arresto en el nombre de Judgment y Anti-Skill por los repetidos ataques a estudiantes de Nivel 0.

— ¡Esos malditos eran de Skill-Out! —gritó Ishiki, iracundo.

— ¡Sean criminales o no, no te corresponde a ti el hacer justicia!

— ¡Solo hago lo que ni Judgment ni Anti-Skill parecen ser capaces de hac——AGH!

Ishiki soltó un grito de dolor. Uno de los dardos de Shirai se había clavado directamente en su muslo derecho. Sentía su cálida sangre brotar de la herida, formando una mancha oscura en el pantalón de su uniforme.

— Como dije anoche, hacemos todo lo que podemos para atrapar a ese asesino. Tenerte a ti merodeando por ahí y atacando a otros estudiantes solo incrementa nuestra carga de trabajo.

La chica se veía extrañamente decepcionada, como una maestra riñendo a un alumno que cometía la misma falta en repetidas ocasiones.

— Shirai-san, acabo de comunicarme con Yomikawa-sensei. Solicitan que teletransportes al sospechoso fuera de este edificio —dijo una voz femenina, probablemente perteneciente a Konori, ya que Ishiki no podía ver nada más que el techo del gimnasio y a Shirai frente a él.

— Gracias por informarme, Konori-senpai. ¿Oíste eso, "Mago"? Pasarás una temporada muy dura pagando por cada delito que has cometido.

La sonrisa de satisfacción que se había formado levemente en los labios de la chica no le gustó nada a Ishiki, quien sintió un escalofrío, como si su propio poder hubiera sido utilizado en su contra.

La mano de Shirai se acercaba, y en cuanto las yemas de los dedos de la chica lograran alcanzarlo, estaría a merced de Anti-Skill.

Si no hacía algo pronto, todos sus esfuerzos hasta aquel momento habrían sido en vano.