VI

—Hey, encontré esto —dijo Mike acercándose a Will con lo que parecía ser una foto.

Will vio la foto partida en dos, recordaba el momento cuando la rompió, ese día creyó haberlo hecho mil pedazos, pero al parecer solo lo había partido en dos, exactamente entre en el lugar en donde estaban Mike y él.

—La rompí ese día que… bueno, ya sabes —dijo Will viendo a Mike.

Mike agachó la mirada, recordó ese día, la pelea que había tenido con Will, lo inmaduro que había sido, y lo cruel que fue con el castaño.

—Lo siento —dijo el azabache—. Mi intención ese día no era hacerte daño, o quizás sí, pero no estaba pensando en el daño que te iba a causar.

Will puso su mano en la nuca del azabache e hizo que lo mirase, él le sonrió.

—Mike, ya no tienes que seguir pidiendo perdón, yo te perdoné, porque a pesar de todo, yo te quería, y te quiero —dijo Will.

Mike sonrió y ambos se fueron acercando hasta romper la distancia que había entre los dos. Ese beso fue cálido y tierno, ambos se sentían seguros estando el uno con el otro, ambos eran su refugio.

Los dos caminaban sujetando con una mano sus bicicletas, y con la otra tomando sus manos, Mike le gustaba sentir la mano de Will, era muy diferente a la de Once, cuando tomaba la mano de ella, se sentía raro, pero no de la forma romántica o especial; y con Will se sentía diferente, se sentía libre.

Sin darse cuenta, ambos ya habían llegado a la casa del azabache, Will se despidió con un casto beso en los labios de Mike y se fue hacia su casa. Mike se quedó mirando por donde se había ido Will, se sentía feliz después de mucho tiempo.

Se giró sobre sus pies y caminó hacia la entrada de su casa. Al entrar en ella, se dio cuenta de que su madre estaba preparando la comida, y que Holly jugaba con sus muñecas en la sala.

—Mike, ¿Quieres jugar? —preguntó Holly.

Mike iba a responder, pero se dio cuenta de que su padre estaba sentado en el sofá mirándolo seriamente, esperando su respuesta.

Mike negó con la cabeza.

—No puedo, Holly, tengo que estudiar para el examen de admisión —dijo.

La rubia lo miró triste. Mike la miró igual, quería jugar con ella, pero sabía que si lo hacía, su padre se enfadaría mucho con él.

Subió a su habitación en silencio, entró y cerró la puerta con seguro.

Encendió su radio y una canción al azar comenzó a sonar, después de esto, Mike se echó boca arriba en su cama.

La canción le hice recordar ese día en que todos habían ido al cine, sin Once, claro.

Cuando Steve y Robin aún trabajaban en la heladería, y el mayor hacia que los menores entraran al cine gratis.

Mike se había sentado junto a Will, ambos tenían sus brazos apoyados en el mismo respaldar, sus manos estaban muy cerca, sus dedos chocaban, ambos sin darse cuenta, iban acercando sus dedos, y poco a poco sus manos se unieron.

El azabache miró al castaño.

—Will…

En eso, las luces se apagaron, ambos por impulso separaron el agarre. Los dos tenían las mejillas sonrojadas, Mike no sabía qué había pasado, en cambio Will, él estaba sonriendo disimuladamente, el chico que le gustaba le había tomado la mano.

—¡Mike! —Mike se levantó de su cama, su madre lo estaba llamando.

El azabache vio por su ventana, era de día, al parecer, se había quedado dormido pensando en Will.

Mike se cambió de ropa rápido y bajó a ver por qué su mamá lo llamaba. Se quedó paralizado al encontrase con Once junto a su mamá.

—Once, ¿Qué haces aquí? —preguntó serio Mike.

La castaña vio a la madre del azabache y luego a él, y sonrió.

—Vine a salir contigo, como los viejos tiempos —dijo mirando al azabache.

—No puedo, voy a salir con Will —dijo Mike tratando de salir por la puerta.

La castaña sonrió y se acercó a él, dejó un casto beso en los labios de Mike y se acercó a su oído.

—¿Le dijiste a tus padres que eres gay, cariño? —susurró—. Porque puedo hacerte el favor y decírselos ahora mismo.

Después de esto, sonrió y se alejó de él.

—Bueno, señora Wheeler, nos tenemos que ir —dijo la castaña—. Se está haciendo tarde.

Once tomó la mano de Mike y ambos salieron de la casta del azabache.

Al percatarse de que nadie miraba, Mike soltó bruscamente la mano de la castaña.

—Qué mierda quieres, Once —dijo enojado.

—Quiero volver contigo, Mike, ¿No es obvio? —sonrió mostrando sus dientes.

—Ya te dije que no te amo, y que quiero a Will, ¿Acaso no entiendes? —dijo mirándola a los ojos.

La castaña suspiró y se cruzó de brazos.

—Ni siquiera intentaste pelear por lo nuestro, en cuanto me dijiste que te gustaba Will, estabas dispuesto a dejarme por él —rio disimuladamente—. Eres un idiota, Mike. Te cubrí todos estos malditos años tu homosexualidad, ¿Y así me lo pagas?

—Tú no me permitiste hablar con Will durante estos años —exclamó.

—Era por tu bien, Mike. Quería ocultar tu homosexualidad, y quería hacer que olvidaras a Will —dijo mirándolo a los ojos—. Tú eres un hipócrita, Mike. Tú me culpas de que yo te separé de Will, pero en realidad fuiste tú desde el primer momento en que aceptaste fingir que éramos novios para que Will y nadie sospechara de que eras gay. Pero, claro, la villana soy yo, porque te quiero.

Mike se quedó callado, Once sonrió con las lágrimas cayendo por sus mejillas. Suspiró y sonrió mostrando sus dientes.

—¿Vamos al cine o qué? —preguntó riendo mientras se secaba las lágrimas, y tendía su mano.

Mike asintió y tomó la mano de Once.

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—No sé por qué, pero me imaginé a la Once como la Lucrecia de Élite, ndea

Bueno, espero que les haya gustado el capítulo, lo hice mientras esperaba a que el agua de mi ducha se calentara, ahre

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