"Ugh… Maldición. Odio el clima."
En medio de un área llena de hielo en el extremo oriente ruso, Akira junto a Oscar estaban caminando por el área.
Este último estaba en su forma de oso y tal vez por su pelaje o su naturaleza más resistente, soportaba el frío de esta zona.
Aunque al verlo llevar su armadura, estuvo claro que estaba utilizando un artefacto para tratar de controlar la temperatura de su cuerpo para que el frío no lo afectara.
El 'lejano oriente ruso' fue cubierto por una capa de hielo, cuando la temperatura disminuyó de forma muy abrupta y mientras más al norte se iba, más frío era.
Hubo veces que este frío cubrió parte de china y el norte de corea, hasta el 'Monte Paektu' en donde estaba cubierto por fuego debido al volcán activo en esa área.
Frío y hielo… Sin duda era un ambiente hostil.
"…"
Akira al volver sentir el frío, se acercó a su compañero osuno y lo abrazó como si fuera un gran peluche.
Ese gran oso era más alto que ella incluso cuando estaba en cuatro patas y como su pelaje siempre se mantenía limpio, era sumamente agradable de abrazar.
Y más ahora que hacía tanto frío.
"¿No era que debías sentir el frío?" Preguntó Oscar y dando un gruñido bajo al dejarse abrazar, murmuró. "Tu entrenamiento está yendo muy mal si es así."
La forma gruñona que hablaba hizo que Akira se riera y se subiera arriba del oso, para montarlo como si fuera un caballo.
Escuchó el suspiro de Oscar y por la forma que seguía caminando entre la nieve, aceptó que ella actuara de esa forma.
No era que estuviera ebria para usar a su compañero como un caballo, pero como estaban solos, no importaba demasiado… Y Akira creía que necesitaba animarse.
"Estoy dudando del consejo del Fénix… Digo, lo llaman fénix, pero ni siquiera es de fuego o mágico. ¿No es una criatura psiónica? ¿Existen las criaturas psiónicas?" Dudó Akira y volviendo a temblar por el frío, murmuró. "Además, esto es una tortura no un entrenamiento."
El fénix le dio un consejo por su trabajo.
Le dijo que debía aprender de la naturaleza y tratar de replicar el control natural de temperatura, e incluso le recomendó vivir en zonas de bajas temperaturas para 'aprender' con su cuerpo.
Al final, una vez que aprendiera de la naturaleza, debía llevarlo al extremo.
Pero para ella no tuvo sentido.
Sabía como la temperatura bajaba, ya que lo había estudiado en la academia de psiónicos Aetherium.
Literalmente tuvo que estudiar las leyes físicas y el proceso del cambio de temperatura, para poder de esa forma, ser capaz de congelar lo que deseaba.
Sin embargo, ahora estaba en medio de la nada, teniendo frío debido a que no usaba algún conjunto con control de temperatura y sentía que su cuerpo se estaba congelando.
"Incluso si mi cuerpo es fuerte… No soy un mago de hielo, no obtendré afinidad o incluso 'resistencia mágica'." Murmuró Akira suspirando.
Esta zona montañosa era agradable a la vista, ya que el verde de los árboles se combinaba con el blanco de la nieve, pero el frío era demasiado.
A diferencia de un mago que podría mejorar su resistencia natural al frío y su afinidad, ella solo estaba teniendo frío.
Incluso si era un rango S y su cuerpo era más fuerte que el normal, no era lo suficiente como para soportar estos ambientes sin ropa que la cubriera bien o que estuviera encantada.
Ahora estaba usando una maldita remera corta y un pantalón fino, todo para sentir la naturaleza y lo estaba sintiendo… Era malditamente horrible.
"¿No has estado bien dentro de las tormentas heladas que creas?" Preguntó Oscar mientras caminaba con calma y con cierta duda, murmuró. "Ahora pareces temblar como una gelatina y el frío no es tan alto como en tu tormenta."
La forma que decía 'gelatina' llevaba cierta diversión y Akira le dio unos golpecitos en la espalda de ese oso que gruñó conteniendo su risa.
Pero ella pudo entender a lo que se refería y la respuesta era simple…
"Soy buena en controlar la temperatura." Reveló Akira abriendo sus brazos.
El frío dejo de extenderse a su alrededor y la nieve no solo dejo de caer, sino que se derritió dejando ver la roca en la que estaba bajo.
No hacía calor, pero tampoco era tan frío como antes y lo que había creado no era una barrera psiónica, sino que simplemente había retrocedido el proceso para bajar la temperatura.
"No puedo aumentar la temperatura de forma extrema, ya que es muy difícil. Por eso la Piroquinesis no es lo mío, pero controlar la temperatura hasta un estado normal no es tan complicado." Murmuró Akira, dando cierta sonrisa al disfrutar del ambiente.
Lo básico era deshacer lo que había hecho y para ella significaba que, si era capaz de crear hielo o bajar la temperatura, también era capaz de volverla a la normalidad.
Si pudiera aumentar la temperatura aún más, podría volverse una piroquinética, pero su especialización fue en bajar la temperatura.
De cierta forma al igual que los magos que tenían una afinidad natural a un elemento, aunque todos controlaban la energía mágica, los psiónicos tenían talento en algunos lugares y se especializaban en ello.
Clémentine antes era capaz de utilizar múltiples habilidades dentro de lo psiónico, pero al final tuvo que especializarse en su telequinesis para de esa forma, no distraerse tratando de ir más lejos en diferentes capacidades.
"De la misma forma que hice que mis aliados no fueran afectados por el frío de mi tormenta, hice que mi cuerpo tampoco lo sintiera… Y también utilizó artefactos." Dijo Akira con una risa suave.
Su control era alto por tal razón era capaz de crear una poderosa tormenta helada que era capaz de herir gravemente a sus enemigos y a la vez proteger a sus aliados.
A la vez evitó que ella sintiera el frío directo.
"Y no entiendo al Fénix, pero esa es la razón por la cual sigo estando aquí." Murmuró Akira con enfado mientras se recostaba en la espalda de su compañero.
No lograba entender lo que buscaba el fénix.
¿Era controlar de forma natural la temperatura como para desencadenar una tormenta? ¿Era sentir el frío para de esa forma 'acostumbrarse' de alguna manera?
Ella era una humana que tuvo que entrenar para aprender a controlar el hielo y eso significaba que no era natural para ella hacerlo y por eso tuvo que estudiar para aprender como todo funcionaba.
No obstante, a pesar de sus quejas, lograba comprender que tal vez fue un error evitar sentir el hielo y quizás se estaba perdiendo de algo, por tal razón continuaba haciendo esto.
Esperando que el consejo funcionara.
"Dudo que se esté metiendo conmigo… No parece ser una bromista." Murmuró Akira recordando la solemnidad de la misión.
No sabía que era el 'fénix', pero claramente no era algo 'humano' y a pesar de que había cierta duda, la otra parte no ganaba nada dándole un mal consejo o haciéndole una broma.
Era un rango SSS, conocido como una bestia santa, que no solo era inteligente, sino que sumamente fuerte… No necesitaba bromear de esta forma con ella que ni siquiera tenía alguna conexión con esa criatura.
"Espero que Clémentine lo esté pasando mejor." Murmuró Akira mirando como la nieve desaparecía antes de que la tocara y con cierta risa, declaró. "Aunque esa tortura es mejor entrenar con Alice."
Clémentine tenía un mayor talento y la última vez que convirtió su hielo en agua fue un ejemplo claro.
Esa psiónica revirtió su ataque de bolas de nieve y las convirtió en agua, utilizando lo que para ella era su telequinesis.
Tal capacidad era dominante… Y era una razón por la cual Akira se estaba esforzando para mejorar.
No era como si pensara que podría llegar al rango SS, pero al menos deseaba ser lo suficiente capaz como para sentirse bien consigo misma.
Si era preferible, tener confianza de que podría enfrentar a Alice, pero el problema en ese sentido era que la última vez que se la encontró, sintió que esa glotona ya había dejado de ser normal.
Ya sea un pequeño paso o uno grande, esa glotona era poderosa antes y era imposible pensar como seria en el futuro.
"Bien, ¡necesitamos seguir entrenando!" Exclamó Akira animándose a sí misma y palmeando a su compañero, ordenó. "Vamos a completar nuestro viaje y luego regresaremos a nuestra cabaña."
El gran oso que estaba montando dio un gruñido bajo y siguió caminando por su viaje mientras que el frío volvía junto a la nieve.
Akira ignoró el frío y se rio al ver a su compañero osuno moverse ante su orden.
"Y gracias por venir conmigo." Murmuró en voz baja, logrando que las orejas del gran oso temblaran con cierto nerviosismo.
Ella se rio en voz baja de forma malvada, pensando que su compañero era algo tímido.
******
En medio de un jardín chino decorado de forma agradable estaba una joven meditando.
Cabello largo de color rubio, llevando un conjunto cómodo y simple, que le quedaba bastante bien.
A pesar de tener los ojos cerrados y estar en una posición de meditación como si estuviera desconectada del mundo, sus cejas estaban temblando.
La razón era simple…
"¿No he descuidado un poco mi apariencia?" Murmuró Clémentine viendo su propio cuerpo.
Ella literalmente estaba al lado de su cuerpo, usando su conciencia para observar la realidad y si bien su conciencia era representada con su figura en un estado más 'perfecto', su cuerpo físico mostraba como estaba en realidad.
Su cabello no estaba completamente peinado y no estaba cuidada como se debía, también había problemas con su cuidado de piel y para ella, todos esos detalles eran visible.
Una cosa era mirarse al espejo, pero sacar su conciencia y mirarse por completo, era un tema muy diferente.
"Ahora entiendo la razón por la cual Érica a veces aparecía hecha un desastre." Murmuró Clémentine recordando las videollamadas que tuvo con esa maga de hielo.
Hubo veces que esa maga aparecía hecha un desastre y la razón era que pasaba horas con su hechizo y no tenía el tiempo para cuidarse a sí misma.
Aunque claro, todo esto era superficial comparada con el entrenamiento… Clémentine ahora estaba de acuerdo en ese tema.
"Una lástima que no pueda sacar mi cepillo o me peinaría a mí misma." Murmuró con cierta risa entretenida.
Su mano atravesaba su propio cuerpo, pero Clémentine en esta forma era capaz de utilizar su telequinesis para afectar la 'realidad'.
Por supuesto, según la información que le pasaron, también era posible que su conciencia se solidificara en la realidad para afectar la realidad por sí misma sin su 'telequinesis' de por medio.
Esta no era la primera vez que sacaba su conciencia de su cuerpo, ya que durante la misión el monje Song la ayudo, pero esta vez lo hizo por su cuenta.
"No pensé que hacerlo por mí misma fuera tan difícil… Aunque estar afuera es fácil." Murmuró Clémentine con un tono algo cansado.
Antes otros la ayudaron a que su conciencia saliera y por tal razón pensó que no iba a tener problemas.
Tenía experiencia para hacerlo… Esa idea fue destrozada cuando le costó extraer su conciencia sin irse a ese lugar en donde veía ese 'velo'.
No obstante, a su favor, ahora mismo estar a fuera de su cuerpo no era tan agotador como había pensado.
El gasto de energía psiónica era superficial.
"Me queda mucho para aprender." Dijo de forma inevitable mientras estiraba su 'cuerpo'.
En realidad, su 'cuerpo' representaba su conciencia y toda su figura era recreado según sus propios pensamientos.
Lo mismo sucedía con los 'sentidos', la forma tan compleja de que su conciencia captaba sus alrededores, se convirtió en 'sentidos' que la ayudaron a procesar la información… Ahora que tenía tiempo y no estaba en una misión que necesitaba prepararse de inmediato, era capaz de responder esas interrogantes que antes permanecieron sin respuesta.
Sin embargo, esas preguntas eran insignificantes comparadas a las preguntas más grandes.
"¿Hasta dónde soy capaz de alejarme de mi cuerpo principal? ¿Cuál es el límite para regresar de inmediato y no tener que volver volando? ¿Y qué soy capaz de hacer en esta forma?"
Entre las tareas que le dieron no solo se trataba de extraer su conciencia, sino que verificar sus propios límites y su capacidad general.
Había experimentado de primera mano que las personas normales no eran capaces de verla en esta forma y muy pocos eran capaces de sentirla.
No obstante, todavía faltaba ver cuáles eran sus límites en esta forma y cuánto tiempo podía durar.
Tenía mucho que aprender.