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Egoísta.

Dudando un segundo, afuera de la oficina principal de Alice en la casa de ambas hermanas, Nicole levantó su mano para tocar la puerta y luego la bajó otra vez.

Repitió el proceso unas tres veces, se giró para irse cinco veces y abrió su boca cuatro veces, sin embargo, en cada momento se mantuvo en silencio.

"¿De verdad vas a quedarte esperando tanto tiempo?"

La voz del otro lado la sorprendió y Nicole se congeló cuando la puerta fue abierta por un brazo negro que salió de una esquina, prácticamente de la nada.

Nicole entró al lugar de forma inconsciente.

"Pensé que iba a ser una oficina. Se siente como una biblioteca personal." Murmuró al observar el interior de la habitación.

Estaba en el último piso del edificio de ambas hermanas en África y si bien había estado en este sitio antes, no había visto todo.

Aurora tenía una oficina propia y era de esperarse que Alice tuviera una, aunque en este caso el lugar era una acogedora biblioteca.

Estanterías con varios libros en ellos en cada parte de la pared, un juego de living en el centro y decoraciones varias por el área, incluyendo una pequeña heladera en una esquina.

Por su parte, Alice estaba al frente de la ventana con una regadera que tiraba agua azul a una maceta.

"Es incómodo mantener mi colección de libros en la biblioteca general. Eso y que ya está llena." Dijo Alice y dejando la maceta con agua azul a la luz del sol, dudó. "¿Crees que es suficiente luz? ¿O debería pedir que modifiquen el ventanal?"

La maceta en el sol, llena de agua azul que liberaba un intenso rastro de energía mágica y luego Alice que dio esa pregunta sincera, llevó a que Nicole se relajara, sintiéndose como una idiota por haber estado esperando afuera.

"Creo que está bien." Respondió Nicole y sonriendo, añadió. "Nunca imagine que te gustara la jardinería."

"Soy una neófita y hago lo que puedo para que no muera." Respondió Alice con calma antes de sentarse.

Otro brazo negro volvió a salir de otra esquina, sacando una bebida y sirviéndole a ambas, todo mientras Alice le hizo una señal para que se sentara.

Nicole había visto antes a Alice sacar brazos negros de una porción de su oscuridad y no la sorprendió, aunque si le llamó la atención que los utilizara como sirvientes.

Que estuviera haciendo jardinería, junto al hecho de que su voz no sonaba tan indiferente, dio un sentimiento extraño.

Y lo era, ya que había escuchado a Alice cuando hablaba de asesinar personas y esta vez la preocupación por su planta, era mayor que la vida humana.

"Escuche que has estado entrenado con mi padre. Es bueno que aproveches la oportunidad. Su fuerza es muy elevada y puedes aprender bastante de sus instintos." Señaló Alice con indiferencia.

En vez de ignorarla, como probablemente hubiera hecho con normalidad, le dio conversación, sabiendo que tenía demasiado que deliberar en su mente.

"Sus valores son extraordinarios. Es un héroe que jamás podré alcanzar." Respondió Nicole, expresando cierto pesar en su voz.

Había estado entrenando con el Gigante de Acero y era un sueño para ella, que le hubiera gustado que durara para siempre.

Sin embargo, todavía tenía cargas y decisiones que tomar, que la pusieron en encrucijada compleja y que la estaba devorando por dentro.

De todas las personas cercanas, la única con la cual podía contar en esta situación fue Alice, quien no solamente sabía la verdad, sino que también le aconsejó durante su proceso de tomar la Ciudad de Río de Janeiro e incluso la ayudó de forma directa.

Ahora vino por sabiduría o al menos una luz esclarecedora.

"Padre genera ese sentimiento en las personas." Respondió Alice con un rastro de orgullo y observando con curiosidad, preguntó. "¿Para qué has venido hoy?"

Una pregunta directa que hizo imposible que Nicole retrocediera.

Alice era capaz de generar esa atmósfera y era a la vez tanto atrapante como intimidante, provocando que no huyera y Nicole no lo hizo.

La barrera que cubría la habitación le demostró que podía hablar y ella así lo hizo.

"Te conté un poco antes, pero… ¿Debo seguir?" Dudó Nicole y sintiendo como sus emociones brotaban, cuestionó. "Ya he completado la tarea. Puse el bajo mundo de la ciudad de rodillas y en el camino he asesinado a múltiples criminales, tanto de mi grupo como del enemigo. Sin embargo, si continuo, en el futuro no será de la misma forma."

Alice conocía del tema, ya que, para Nicole, era la única persona con la cual podía ser sincera con su secreto y que Aurora no lo supiera, dio una mayor confianza.

También era alguien que no se guardaba nada y cuya honestidad podía ser aterradora.

Fue por eso que Nicole se soltó.

"Es estúpido creer que si continuo, las cosas seguirán iguales. Ahora tengo que aceptar negocios ilegales, controlar a mayores criminales y enfrentarme a individuos más aterradores. La probabilidad de que inocentes mueran es alta." Dijo Nicole y con una risa despectiva, murmuró. "¿Sabes que es lo peor? Estoy tentada."

Su siguiente objetivo era tomar el bajo mundo de toda Sudamérica, una tarea que Ersin le dio y una que Víctor deseaba.

Ya fuera que la tarea la llevara a cabo ella u otra persona… No, era probable que Víctor estuviera moviendo sus hilos en diferentes países de Sudamérica, para encargarse de que su objetivo se cumpliera, incluso si ella fallaba.

Continuar en este momento, significaba enfrentarse a otros mafiosos en otras ciudades y si bien algunos podrían rendirse, aquellos que no lo hicieran lucharían.

Y como en cualquier batalla, personas podían morir.

Sin embargo, incluso con tal idea, Nicole fue tentada… Fue seducida.

"Cuando suceda algo grande. Un asunto que afecte a todos mis seres queridos, quiero estar en una posición en la que pueda actuar. Una en la que me permita descubrir la causa y si es posible, darle una paliza al perpetrador." Gruñó Nicole y con cierta complejidad en su voz, agregó. "Lograr esa posición de forma limpia es imposible."

La pregunta que le hizo Víctor, quedo grabada en su mente.

La muerte del Director Vincent y que mostraran una mentira al público, la hizo preguntarse si ella hubiera sido esas personas que creían que esa leyenda falleció en el portal.

¿Y si le sucedía a alguien cercana a ella? La sola idea de impotencia e ignorancia en este punto era detestable.

Avanzar en su posición en la mafia, le abriría puertas y le brindaría herramientas únicas que podría utilizar cuando estas situaciones se produjeran.

Sin embargo, suponer que alcanzar esa posición lo haría de forma limpia y sin sacrificios era un chiste de mal gusto.

"Tuve que matar y vi personas que murieron por mí. No es un sentimiento agradable y aunque me dije que eran criminales y herramientas, una vez que los negocios comiencen, todo cambiara." Añadió Nicole y suspirando, dudó. "¿Cuántas personas morirán por los negocios? ¿Y cuántas personas serán afectadas por mis acciones? Si avanzó más, no podré controlar las consecuencias."

La gente que la estaba siguiendo suponía, que toda la conquista se hizo para mantener los negocios que ahora buscaban abrir.

Ella podría elegir que negocios prohibir y cuáles evitar con la excusa, de que podría ser descubiertos por las autoridades, sin embargo, era imposible que lo hiciera con todos los negocios ilegales.

Algunos deberían seguir para obtener ganancias, la razón por la cual todos los que la seguían, la apoyaban y tales negocios podían afectar directa o indirectamente a personas inocentes.

Desde las drogas más ligeras a asuntos más turbios, que podrían terminar lastimando o incluso llevando a la muerte a inocentes y la culpa de tales acciones recaería en ellas.

"¿Y qué? ¿Crees que no continuar ayudara en algo? Víctor moverá sus hilos y eventualmente hará lo que desea. La única diferencia es que ese hombre no le importa sacrificar inocentes para obtener su objetivo." Respondió Alice y bebiendo un trago de su bebida, añadió. "Incluso si él no interviene… ¿Crees que los criminales se retengan?"

No lo harán.

Nicole había aprendido bastante de los criminales al estar al mando de ellos y cuando alguien no los controlaba, algunos de ellos podrían ser aterradores y muy problemáticos.

Peor, si se ponían un objetivo por delante.

"Si quieres una excusa para ocultar tus verdaderas razones y la causa por la que te retuerces como un pequeño gusano, esa es perfecta para ti. Harás algo mejor que otros." Respondió Alice y viéndola temblar, sonrió y señaló. "Aunque es hipócrita ocultarte detrás de una excusa."

Excusa… lo era.

Pensar que ella al estar poder lo haría mejor que otra persona era una excusa, falsa y evidente, con la cual se trataba de engañar.

Ese pensamiento de que algunos 'sacrificios' serían necesarios para controlar a la mafia y hacer de ellos algo mejor, estaba presente, retorciéndose en su mente, empujándola a que aceptara.

Ocultando su verdadera intención.

"Si tienes miedo a aceptar lo que quieres. Deja el asunto. Este no es un trabajo, es una tarea opcional. Es probable que Víctor se encargue." Dijo Alice y riéndose entretenida, comentó. "¿Qué haría si tiene el control de la mafia? Supongo que los utilizaría como una herramienta para llevar a cabo sus fines y deshacerse de sus problemas."

¿Miedo? ¿Tenía miedo de aceptar la verdadera intención de lo que buscaba?

Engañarse con la idea de que tomaría el trabajo por un bien mayor, era divertido para alguien como Alice y su mirada entretenida, demostró que le pareció gracioso.

Nicole se sintió enojada y tal sentimiento irrazonable, la hizo tirarse al sofá, soltando su ira en un suspiro.

En este punto, engañarse diciendo que era una heroína o que podría ayudar a otras personas al tomar el poder para sí misma, era una farsa divertida.

Lo que verdaderamente haría una heroína en este momento era entregar a todos los individuos que puso bajo su control y que la seguían, no pensar en continuar y buscar la manera para lograrlo.

Deseaba continuar y a la vez no quería ensuciarse las manos, fue por eso que vino a buscar consejos con Alice.

Tal vez para una manera de lograr su objetivo o una validación a sus estúpidas excusas, que ocultaban lo que verdaderamente estaba buscando lograr.

"Soy egoísta." Murmuró Nicole de forma honesta.

La respuesta de Alice fue una sonrisa alegre a que lo aceptara.

Nicole no buscaba el poder, la autoridad, el prestigio, la fama o el dinero que obtendría de seguir aumentando su fuerza en el bajo mundo.

Incluso en este momento le estresaba ponerse la máscara de Bastet, para engañar a todos o tener que soportar el constante obedecimiento de aquellos que la rodeaban.

El poder y la autoridad la agobiaba.

Ni hablar de la fama o el prestigio

Que en este momento todavía no se inscribiera oficialmente como un rango S, era el mejor ejemplo que no le importaba la fama y menos el dinero.

"Bienvenida al grupo de los egoístas." Dijo Alice de manera indiferente y echándole un vistazo, precisó. "La primera cualidad que necesitas aceptar si deseas alcanzar tus objetivos personales."

Se necesitaba ser egoísta para lograr sus objetivos y más cuando sus objetivos podían chocar con los de otros o para lograrlo se necesitaba imponerse sobre otros.

Y Nicole estaba siendo egoísta, porque la razón por la cual deseaba continuar, era porque deseaba utilizar a la mafia como una herramienta que le permitiera intervenir en asuntos que normalmente no podría.

¿Cómo se llamaría a una persona que estaba dispuesta a avanzar por un camino turbio por esas razones? Egoísta, era una de las tantas formas que podrían llamarla.

Lo suficiente egoísta como para priorizar sus propios intereses, aunque eso significara iniciar conflictos en el que criminales morirían… Y aunque no lo deseara y quisiera, tal vez inocentes fallecieran.

"Cuando entré a la academia quise ser una heroína. Similar la Primera Heroína. Salvar a aquellos que lo necesitaran, aparecer de repente y derrotar a los maleantes para salir victoriosa." Narró Nicole con una sonrisa que poco a poco se reducía.

¿No fue ese ideal que la empujó a que se esforzara? ¿Convertirse en una influyente heroína alabada por las masas? Ayudar y salvar a inocentes, siempre derrotando al malo para salir victoriosa, fue su empuje para entrar a la academia.

Ahora estaba dispuesta a ensuciarse cada vez más metiéndose en lo profundo del pantano de mierda, queriendo en un futuro proteger a sus seres queridos, sin ser engañada por individuos como Víctor.

Quienes la utilizarían como un juguete en un entramado conflicto.

"Cuando entraste en la academia, eras una niña que se ponía nerviosa al enfrentarse a otros estudiantes. Todos hemos cambiado." Respondió Alice y sin mirarla, añadió. "Incluso la 'Primera Heroína' ya no es lo que fue hace años."

Nicole tembló de forma sutil al escuchar el título y la certeza en la voz de Alice.

"Sin embargo, no te estás convirtiendo en una asesina, indiferente y dispuesto a matar a todos lo que se encuentran en tu camino para conseguir tus objetivos. No eres un monstruo, Nicole. Ni te convertirás en uno." Señaló Alice con una voz suave.

Ser egoísta era una cualidad vista de forma negativa por una mayor parte de la sociedad.

Aun así, cuando se miraba este gigantesco y aterrador mundo, ser egoísta ni siquiera podía considerarse como una cualidad negativa, sino que como un 'valor'.

El valor de continuar para lograr su objetivo, siguiendo su camino.

Incluso una leyenda como el Gigante de Acero era egoísta, al seguir por el camino que él unilateralmente creía que era el correcto y ese camino, fue ayudar.

Sin embargo, tanto el Gigante de Acero que le señaló que siempre podría reconducir su camino o Alice, mostraron que para lograr su objetivo no necesariamente debía convertirse en el peor ser humano.

Convertirse en un monstruo.

"¿Cómo lo sabes?" Preguntó Nicole con una media sonrisa.

¿Cómo sabía que ella no era un monstruo o se convertiría en uno? La certeza en la voz de Alice, fue algo que le provocó curiosidad.

"Porque conozco a los de mi tipo." Respondió Alice y observando con calma, añadió. "Por eso no considero que ser egoísta sea algo malo. Puedes ser egoísta y a la vez puedes tratar ayudar a otro."

Ser egoísta y el deseo de ayudar a otro, era difícil ponerlo en la misma línea y en la misma persona.

Y más cuando ayudar a otro estaba lejos de ser egoísta, no obstante, en este caso concordaba.

Después de todo, Nicole deseaba alcanzar nuevas alturas e independientemente de las razones que se daba, estaba siendo egoísta.

Sin embargo, no significaba que se quitara sus propios límites o permitiría que todo se desarrollara de un modo desagradable para alcanzar su objetivo.

Iba a alcanzar su objetivo, de la forma más agradable posible y si bien la dificultad para balancear sus deseos de ayudar y de no dañar a nadie, con su objetivo de controlar el bajo mundo criminal, resultaba ser alta, trataría de lograrlo.

"Haré más daño que bien." Murmuró Nicole.

Tratar no significaba que pudiera conseguir lo que deseaba.

Resultaba imposible que las cosas salieran bien en todo y más cuando estaba yendo cada vez más alto que una simple ciudad.

Incluso si utilizaba el sistema de información de Víctor, desde que decidiera iniciar los negocios, dañaría indirectamente a inocentes.

Era cierto, que iba a rechazar negocios que le desagradaban como lo fue la venta ilegal de bestias mágicas inteligentes, aun así, los negocios ilegales siempre tenían víctimas inocentes.

Asumió la idea que haría más daño que bien y no quería ocultarse detrás de la excusa, de que tal vez haría menos daño que cualquier otro que ocupara la posición que ella buscaba llenar.

"Es normal, te convertirás en una criminal." Dijo Alice encogiéndose de hombros y bebiendo un trago, precisó. "En vez de pensar que las acciones y errores de tus subordinados serán tu culpa, encárgate de evitar que sucedan. Por supuesto, si es que generan una carga de conciencia o si es que no lo hace, ignóralo. Seré la única que conoce tu secreto."

Era inevitable que sucediera asuntos problemáticos si actuaba como la jefa criminal y a la vez era normal que creyera que las acciones y errores de sus subordinados, era su culpa.

Tal asunto sucedería, Nicole no era tan ingenua para negarlo y tampoco negó la idea de que se sentiría culpable.

Por tal razón era que debía prepararse para esas eventualidades, tratando de reducir al mínimo cualquier daño externo a inocentes.

Por la forma, que hablaba Alice, Nicole podía notar que había experiencia y resultaba normal para la primera accionista de la Empresa Apicius.

"Gracias." Respondió Nicole y dejándose caer en el sofá, añadió. "Luego te pediré ayuda con algunos contratos que debo hacer."

La expresión de Alice se volvió interesada de inmediato, al darse cuenta de que los contratos no iban a ser simples.

Y Nicole dio una media sonrisa, llena de calma.

"Sin embargo, ahora debo asistir a la academia." Murmuró Nicole al levantarse.

******

En el área de entrenamiento más grande de la Academia de Héroes, se estaba desarrollando un combate.

La mayoría de los estudiantes estaban presentes, incluyendo algunos héroes ya formados y veteranos que estaban aquí.

Los altos mandos del gremio de héroes eran uno de esos individuos importantes y al igual que Érica, quien estaba cerca de Edward.

Aunque le gustaría dejar su trabajo, todavía tenía que apoyar a Edward que estaba ocupado y en duelo, fue por eso que se estaba quedando a pesar de que estaba deseosa de estudiar magia.

Aurora le mencionó que cuando quisiera podía visitar la biblioteca de su madre y la Luz de Plata, lo aceptó diciendo que tal vez encontraría libros que le fueran útil.

En este momento, Érica quería terminar todo su trabajo para dedicarse por completo a la investigación y de esa forma, poder visitar esa biblioteca teniendo idea de lo que deseaba.

La madre de Aurora y Alice era alguien agradable y en ese sentido, no fue la única que salió beneficiada de los padres de esas hermanas.

*Boom*

En el centro del área de entrenamiento el Gigante de Acero, se estaba enfrentando a Nicole y Oliver, junto a más de diez usuarios de habilidades de rangos S.

La batalla era intensa y el Gigante de Acero, no andaba con juegos, golpeando a los estudiantes y a los héroes graduados, dejándolos inconscientes y rompiéndoles algunos huesos en el proceso.

"Ughh…"

"Ha…"

Nicole que estaba en medio recibió el golpe en su estómago y retrocedió muy similar a Oliver, que fue golpeado en el rostro.

Por sus expresiones distorsionadas el golpe fue doloroso y…

"…"

Para sorpresa de todos volvieron a cargar hacia adelante, empujando aquellos caídos a que se levantaran y volvieran a moverse.

Érica podía sentir la tensión y a la vez percibía la atmósfera general.

La batalla que se estaba llevando a cabo era un entrenamiento de lo más intenso y era la prueba de valor de aquellos que se atrevieron a aceptar el reto del Gigante de Acero.

Nicole era dura, tal como se esperaba de alguien que se enfrentaba a Alice y aguantó aún más gracias a que estuvo entrenando al lado del Gigante de Acero.

Sin embargo, Oliver destacaba con su fuerza y dedicación, junto a una voluntad imparable, que era elogiada en la Asociación de Héroes en Rumania.

Ahí estaba el hombre que dirigía los equipos de asalto de la Asociación y que era tenaz al enfrentarse a nuevos desafíos.

Públicamente, que fuera parte de la Asociación de Héroes era excelente para la imagen general y más cuando, aquí estaban individuos que rechazaban lo que Edward estaba buscando lograr.

La batalla finalmente acabó cuando Antón golpeó a Oliver, enviándolo a volar para chocar con la barrera y en cuanto Nicole, su puño fue atrapado y ella fue lanzada a la pared.

Por el impacto ruidoso y los gemidos de dolor, estuvo claro que el Gigante de Acero no se limitó tanto y lo más aterrador, fue que ambos individuos se levantaron a pesar de que estaban exhaustos.

Incluso dos duros luchadores probablemente tendrían algunos huesos quebrados, si es que no algo peor.

"Curanderos, encárguense de los heridos." Ordenó Antón y viendo que Nicole se dejaba caer, comentó. "Te falta título, ¿cierto? Eres fuerte, tus puños son duros y pesados, puedes crear una armadura de aura extremadamente resistente. Eres un 'Coloso' imparable."

"Gra…" Nicole que estaba por responder, escupió un par de dientes y luego con una sonrisa al limpiarse la sangre, añadió. "Gracias."

Ni siquiera se avergonzó de su estado a pesar de que su rostro estaba hecho un desastre por los golpes.

Aunque a su favor en este sitio, ella era una de las tantas personas que terminó en este estado.

Tal vez Érica no había luchado, pero lo hizo su lancero de hielo y en este sitio, la mayoría de los presentes, que rondaban unos cien héroes se enfrentaron en contra el Gigante de Acero.

Y al igual que Érica, los demás sintieron bastante celos y admiración al que una leyenda pusiera un título de manera directa.

Era probable que al registrarse le dieran ese título y esta vez Érica tuvo que admitir, que le quedaba bien.

Si Nicole lograba hacer que su armadura de aura cubriera su cuerpo podría convertirse en un coloso protegido.

"Este es un momento difícil para todos. Y sé que han estado ocupados, me alegro de que asistan hoy y se atrevan a entrenar conmigo." Dijo Antón con calma.

Se había invitado a los estudiantes y a múltiples héroes para asistir, no a una conferencia, sino que a una reunión de entrenamiento y muchos vinieron.

Aunque al darse cuenta de que el entrenamiento iba a ser doloroso, muy pocos se atrevieron a unirse.

"Hay varios temas a tratar hoy. Desde quien será el nuevo Director de la Academia de Héroes hasta la nueva Asociación de Héroes que últimamente ha obtenido una mayor fama y presencia en los países balcánicos." Dijo el Gigante de Acero, tensando a Érica y a otros individuos.

Esperaba que se hablara del Director de la Academia, ya que el puesto estaba vacío, sin embargo, no esperó que se nombrara la Asociación de Héroes.

Tal vez ella estaba ocupando un puesto temporal, aun así, no deseaba que la situación terminara mal durante su administración.

Por las miradas de los altos mandos del gremio de héroes, que Érica reconoció, ellos también fueron tomados por sorpresa.

"Las nuevas generaciones son el futuro y ahora estas nuevas generaciones están tomando parte en la evolución de los héroes. Héroes que nacieron por necesidad de ayudar y apoyar, ahora está tomando un rol de trabajo con responsabilidades y pagos acorde a las posiciones." Narró Antón lo que era parte de los principios de la base de la Asociación y observando a Edward luego a ella, añadió. "No está mal. Siempre hay que cambiar y adaptarse. Los antiguos héroes nacieron por necesidad y la nueva generación lo están haciendo por deber. El deber de mantener su mundo seguro."

Los héroes nacieron por necesidad.

Era la necesidad de que alguien apoyara en esos duros momentos y lo hicieron personas desinteresadas, que durante un tiempo utilizaron mascaras para cubrir sus rostros.

No deseaban mostrarse, ya sea porque no querían causarse problemas a ellos mismos o por otras razones, sin embargo, apoyaron y ayudaron en los momentos que se los necesitó.

El gremio de héroes los reformó y le dio al título derecho de reconocimiento y obligándolos a asumir la responsabilidad por las acciones que cometían, llevando a que los héroes pudieran revelar sus identidades dejando las máscaras.

Si bien los organizaba y los registraba, a esas 'responsabilidades' y derechos les faltaba obligaciones.

La Asociación de Héroes tomaba el concepto de héroe y lo convertía en un trabajo, que concedía derechos, responsabilidades y a la vez obligaciones de trabajar.

Ya no más llamar héroes a individuos que se aprovechaban de su imagen y el reconocimiento de su título, sin cumplir ninguna obligación.

En este momento, los héroes necesitaban cumplir el deber por el cual eran llamados de tal forma.

"No podemos obligar a que los héroes acepten las nuevas obligaciones y esta nueva manera de trabajar. Algunos cumplen sus obligaciones por deseo de ayudar en su tiempo disponible." Dijo Gervaise Alméras con seriedad, obteniendo algunos asentimientos.

Era conocida como una de los altos mandos de mayor importancia y su apariencia resaltaba a pesar de su vejez, al igual que lo hizo su cabello verde.

Aun así…

"No obligamos a todos nuestros héroes. Algunos tienen trabajos parciales en la Asociación y otros se encargan de trabajar toda la semana, como cualquier profesión. Incluso existen aquellos que trabajan un par de días, antes de volver a sus respectivos gremios, grupos o zonas de trabajo habituales." Intervino Érica con calma.

Podría haber dejado a Edward respondiera, sin embargo, no pudo resistirse como la actual líder de la asociación.

Tal vez era temporal, aun así, desinformar no era algo que le gustaba y aunque responderle a un alto mando, podía considerarse malo, no era como si esa mujer le pudiera hacer algo.

Ella misma estuvo trabajando de forma temporal en la Asociación de Héroes antes de que le dieran este puesto y fue agradable, ya que ella misma arreglaba su tiempo.

No se obligaba a nadie a trabajar mientras tuviera el título, aunque en el futuro podría cambiar, en este momento cada uno elegía el modo en la que deseaba trabajar.

Después de todo, aquellos que trabajarían de forma directa para la asociación en una jornada completa, eran elegidos entre los mejores y quienes deseaban esforzarse.

"Son preocupaciones que todos tienen frente al cambio. ¿Aquellos antiguos héroes que utilizaban mascaras no se molestaron porque tuvieran que revelar sus identidades?" Cuestionó Antón y sonriendo, añadió. "Es lo mismo ahora."

Los cambios siempre traían conflictos y era lo mismo que estaba sucediendo en este momento con la Asociación de Héroes y el Gremio de Héroes.

Dos organizaciones que se encargaban de los héroes, con diferencias tanto en las responsabilidades como obligaciones.

"Y muchos héroes se retiraron en ese tiempo." Intervino Joseph con solemnidad.

¿Cuántos héroes se retiraron cuando se los obligó revelar sus identidades? El número era elevado.

"Sin duda sucederá. Aun así, ¿qué más da? Los viejos son reemplazados por la nueva generación." Dijo Antón y señalando a aquellos que lucharon en su contra, anunció. "¡Y esta nueva generación tiene el coraje de desafiar todo lo que puede esperarle!"

Érica observó curiosa a los heridos que mostraban cierto orgullo y recién se dio cuenta de un hecho.

Todos eran jóvenes.

Sus edades rondaban la veintena, tal vez un par de años más o uno menos, sin embargo, cada uno de ellos podía considerarse como la nueva generación.

Estaban malheridos, algunos tenían su propia sangre por su cuerpo e incluso sus rostros eran un desastre, aun así, cada uno de ellos tuvo la valentía para enfrentarse al Gigante de Acero, sabiendo que terminarían sufriendo.

Antón estaba de cierta forma apoyando a la Asociación de Héroes y lo interesante fue que nadie pudo refutarlo.

"Y es aquí en donde se entrenarán los futuros héroes, que tratarán de cambiar el mundo a su manera." Dijo el Gigante de Acero y observando a los profesores, reveló. "Y será la Profesora Santulli… No, la nueva Directora Santulli, quien se encargará junto a los profesores de dirigir esta educación. Siguiendo los valores que Vincent ha pregonado durante años."

Y sin esperar un segundo, liberó la bomba consiguiendo que todos redirigieran la vista a la nueva Directora que estaba rodeada de los profesores de la academia.

La nueva Directora quien se encargaría de la administración de la Academia de Héroes junto a los profesores, quienes a su vez estuvieron al lado de Vincent durante años.

Mia Santulli reveló una expresión solemne.

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