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The Guardian [Spanish/Español]

Viajaron a otro mundo a través de una máquina de realidad virtual creada por un Dios en el cual durante un gran tiempo creyeron que solo era un juego, pero termino siendo real. Pasaron por un 'Gran Cataclismo' que cambio el mundo a través de la energía mágica, logrando transformar el mundo de una forma impensable. Ha pasado treinta años desde que la humanidad se enfrentó a la máquina virtual y veinte años tras el 'Gran Cataclismo' que despertó habilidades y dio comienzo a un mundo mágico y maravilloso muy diferente al antiguo. Ahora una joven llega a una ciudad en medio del mar para asistir a una academia. ¿Cuál es su objetivo? ¿Cuál es la razón de su llegada? Y principalmente... ¿Quién es ella? Sigue la aventura de Aurora cuya vida, valores y actitud irán conociendo a su debido tiempo junto a su pasado, secretos, virtudes y defectos. ---- Para aquellos que desean, pueden unirse al Discord: discord.com/invite/WG8FX75 Géneros: Fantasía, Acción, Aventura, Mundo Moderno, Magia. Frecuencia: Cinco capitulos a la semana.

Evil_Warlord · Fantasy
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980 Chs

Despedida.

Un camión bajó de una montaña por una carretera y en el interior, Akira tarareó inclinando su cabeza para observar al conductor de reojo.

Estaban viajando por medio de las montañas y aunque hacía calor, Oscar llevaba una túnica formal, dando la impresión de que era un mago muy sofisticado.

"Estamos en una misión. No te distraigas." Dijo Oscar mientras conducía el camión.

Akira observó las cámaras y vio los tres camiones viajando a su espalda y entonces luego dio una mirada al camino.

La mina de la Familia Shao estaba lejos en las altas montañas chinas, cuyo tamaño crecieron y cubrieron todo el oeste chino.

Había caminos empinados, montañas altas, barrancos y prácticamente áreas peligrosas para viajar, con una alta densidad de energía mágica, que resultaba llamativa.

Akira volvió su mirada al conductor, viendo como Oscar estaba concentrado en su tarea.

"Que arrogante." Dijo Akira y sonriendo de manera malvada, cuestionó. "¿Crees que eres lo suficiente guapo para distraerme?"

La expresión de Oscar tembló ante su tono y cuestionamiento, llevando a que Akira tuviera que asentir.

"Bien, ganas. Lo eres." Murmuró Akira provocando que una sonrisa apareciera en ese guapo hombre.

Viajar por estos medios era una molestia y el mayor problema era la tensión, que surgía del camino y de saber que pronto sus enemigos podían actuar.

"No necesitas estar nerviosa. No hemos metido en esto todos juntos." Dijo Oscar con seriedad y sonriéndole a ella, añadió. "Me gusta tu ferviente deseo de ayudar a tus seres queridos."

¡Malditamente guapo!

Akira trató de contener sus pensamientos y sus ojos pasaron por los labios de ese joven hombre antes de volver a los ojos, como si nada hubiera sucedido.

"Déjame de distraerme." Gruñó Akira como si ella fuera la persona que conducía.

Oscar en respuesta dio una sonrisa y cuando dieron una vuelta por la montaña encontraron con una zona abierta y justo en ese momento, el último camión se detuvo.

"¿Qué sucede?" Cuestionó Akira por el sistema de comunicación.

El segundo camión era controlado por Santiago y el último, era controlado por uno de los miembros de la Familia Shao.

Cada camión tenía un acompañante, lo que significaba que nadie se quedaría dormido en el camino y podrían cambiar de conductor cada vez que lo desearan.

"No lo sé. Es raro." Dijo Oscar por el sistema de comunicación de su grupo.

"Activen las protecciones de los camiones." Ordenó Akira mientras bajaba del auto.

Su traje de batalla la cubrió por completo y desde sus pies el hielo comenzó a extenderse mientras el viento se volvía frío.

La zona abierta, parecía una parada y la vez era un excelente lugar para una emboscada… Akira que observaba el camión vio como la puerta de acompañante se abría y una mujer cayó al suelo con el cuello cortado.

Estaba muerta.

Del otro lado bajó el conductor con sangre por su ropa y luego desde la montaña cercana saltaron varias figuras que aterrizaron cerca de ella.

El conductor se dirigió con ellos y los otros dos camiones activaron las barreras protectoras en caso de ataque.

Akira le hizo una señal a sus dos compañeros para que guardaran la distancia.

El conductor era miembro de la Familia Shao y los terminó traicionando y la posibilidad de que el acompañante del segundo camión fuera igual era alta y, por lo tanto, necesitaban estar atento.

"Bienvenida extranjera. Al parecer no te han contado cómo funcionan las cosas aquí." Dijo una figura que llevaba una capucha a medias, apenas ocultando su rostro y sonriendo, contó. "China es salvaje. Una japonesa no lo entendería."

Una figura masculina no tan musculosa, sino que ligeramente delgado y de cabello negro.

A pesar de que ocultaba parte de su rostro con algún artefacto, dejaba ver una sonrisa viciosa y los ojos.

Ojos que brillaban con un color dorado que era extraño y el problema era que emanaba un aura de rango S, visible mientras desenfundaba la espada.

Esa espada tenía un color rojo y el instinto de Akira, le decía que era peligrosa.

Como si fuera poco, a su lado estaban dos figuras femeninas, que tenían dagas y cuya sombra se retorcía, emanando una fuerza de rango S.

Tres rangos S y cerca de cinco rangos A, que parecían no ser debiluchos, Akira dio una expresión solemne.

"Eres demasiado guapa. Así que si me das tu número y me permites tener una noche contigo. Puedo dejar ir con tus compañeros." Dijo el hombre y riéndose con cierta arrogancia, detalló. "Al parecer no estás enterada. La Familia Shao está dirigiéndose a su fin. Está tan cerca de caer, que su gente la traiciona."

Golpeando el hombro del conductor sus palabras provocaron al conductor que quedaba, quien estaba furioso por la traición y aterrado por la fuerza enemiga.

"Por supuesto, tienes que dejar los camiones." Señaló el hombre y sonriendo a gusto, comentó. "Estoy siendo muy considerado contigo. Deberías aprovecharlo."

Akira al escuchar esas palabras 'generosas' y sintiendo como la ira crecía en alguien de su grupo, se rio entretenida y observó al hombre de pie a cabeza.

"Gracias. Siempre he sabido que soy guapa." Respondió Akira y con la sonrisa más cordial que pudo dar, añadió. "Pero lo lamento. No eres tan guapo como para estar a mi altura y no me involucró con hombres tan patéticos."

¿Fue por qué habló con una sonrisa? ¿Por qué no estaba nerviosa o asustada? Había recibido comentarios más asquerosos de algunos lunáticos en África, de lo que ese hombre podía imaginar.

Sin embargo, habló pareciendo indiferente queriendo provocar a ese hombre y para su sorpresa, hubo respuesta.

"¡Perra!"

"¡Mujerzuela!"

Las dos mujeres que estaban al lado del hombre y que estaban utilizando capuchas se abalanzaron a una velocidad aterradora y Akira exhaló.

*Boom*

Desde sus pies el hielo se extendió como una pared que golpeó a las mujeres y la empujó en contra del otro grupo, sorprendiéndolos a todos, excepto al hombre que cortó la pared de hielo con su espada.

"¡Me agrada tienes colmillos!" Gritó el hombre abalanzándose con su espada a ella y Akira sin retroceder retorció el aire y también se adelantó.

Ese hombre esgrimió la espada con rapidez y golpeó un escudo de hielo que apareció al frente de ella, evitando la espada.

"Eres hermosa de cerca…"

El hombre trató de coquetear con ella y antes de que terminara su frase, huyó cuando una púa salió de su mano, queriendo empalarlo por el estómago.

"Y feroz."

Al retirarse, las mujeres volvieron a cargar queriendo asesinarla y el hombre esperó su oportunidad.

"¡GHHaaaa!"

Un grito vino de uno de los rangos A, cuando Oscar en su forma de oso, enloqueció mordiendo el cuello de un hombre y desgarrando la carne.

Una vista desagradable y asquerosa, que era aterradora para cualquier atacante y así lo fue, para las mujeres que fueron sorprendidas.

Un mal movimiento permitió que Akira esquivara sutilmente la daga y retrocediendo unos pasos, expulsando una onda de hielo y a la vez una lanza, que la otra mujer esquivó, dejando indefenso a un hombre del grupo, que estaba por acercarse al camión.

El espadachín tuvo que intervenir y Akira extendiendo más hielo, dio una sonrisa descarada y provocativa.

"Así que así jugaras… Bien." Gruñó el hombre antes de atacar con ferocidad junto a sus compañeras

Oscar golpeó a otro escudero con su cuerpo, aplastándole una pierna y Akira que prestaba atención a sus oponentes, esquivó las dagas de las dos mujeres y se protegió de la espada, que perforó un escudo de hielo.

Ella fue pateada y retrocedió conteniendo el dolor y observando como la barrera de sus oponentes comenzaba a ser congelada y debilitada.

Si respiraban el aire congelaría el interior de sus cuerpos y si no activaban su barrera, su piel se congelarían y antes de que se dieran cuenta, estarían a su merced.

Como si fuera poco, Oscar estaba encargándose de los rangos A por su cuenta y estaba enojado, tal vez por los comentarios del hombre.

Llevando a que quisiera terminar la batalla para apoyarla y tal resultado, significaba que, si no podían superarla, estarían en desventaja.

"¿Creías que con este pequeño grupo podrías hacer algo?" Preguntó Akira con un tono despectivo y lleno de desprecio y sonriendo del mismo modo, murmuró. "Que patético."

Era orgullosa, pero aquí no se trataba de orgullo.

Se trataba de molestar a sus oponentes, atrayendo toda la atención y esperando que se dejaran a llevar por la ira.

"Perra…"

Y aunque el hombre únicamente cambió su sonrisa por una mirada seria, las mujeres atacaron queriendo asesinarla y Akira volvió a repeler una daga y esquivar la otra, congelando todo a su paso.

En medio de tratar esquivar, la espada del hombre rodeada de un aura escarlata apareció y Akira formó una barrera de hielo y retorció su cuerpo, tomando el ataque de la daga y no de la espada.

Pudo percibir un mayor peligro de la espada, que de las dagas y aunque la daga terminó cortando su brazo, atravesando su barrera y armadura, Akira exhaló.

"…"

La respiración de hielo se extendió cubriendo por completo a los tres, siendo una de las mujeres, quien la sufrió de frente y en ese instante, el peligro aumentó de repente.

Una luz dorada cubrió al espadachín y él movió su espada, cortando la mejilla de Akira con profundidad, extendiendo un dolor horrible.

Fue por su cuello y por puro instinto ella pudo esquivar lo suficiente como para que su mejilla fuera cortada.

El dolor quemó su mejilla, peor que muchos ataques que antes había soportado y cuando ella sintió el miedo a la muerte, el frío creció extendiendo una ola de hielo que expulsó al trío.

Dolía como el infierno y Akira en vez de gritar o mostrar rastros de dolor, gruñó y el hielo de los alrededores se convirtieron en copos de nieve, que comenzó a extenderse cuando la tormenta dio inicio.

"¿No eres tan guapa o sí?" Preguntó el espadachín sonriendo mientras se retiraba de la tormenta con las dos mujeres a su lado.

"Incluso fea no saldré con alguien tan patético como tú." Dijo Akira y sonriendo viciosamente, añadió. "¿Qué? ¿Huyes con la cola entre las patas? ¿Tienes tanto miedo?"

Lo provocó porque la tormenta estaba iniciando y una vez desencadenada, luchar en contra tres oponentes pasaría de difícil a una tarea manejable y sobre todo…

"Ugaaa…"

Oscar en su forma de oso, aplastó el pecho de un rango A y el último sobreviviente, haciendo un desastre completo.

Ahora ella tenía un aliado y este oso enojado, capaz de entrar en un estado de locura, estaba furioso.

En respuesta, el hombre y las mujeres rompieron algunos pergaminos.

Uno de ellos los cubrió a ambos y los otros dos desencadenaron bolas de fuego en la dirección de los vehículos y esos patéticos hechizos cayeron al suelo, congelados cuando entraron en su dominio.

Mientras que el hombre desapareció con el resto de su grupo.

"Eso fue muy arriesgado." Dijo Santiago al acercarse mientras utilizaba dos pergaminos.

Akira apretó los dientes por el dolor de su mejilla y aguantando sus ganas de gritar y maldecir, apretó sus puños mientras fruncía el ceño.

¿Arriesgado? Lo era.

Como toda batalla a muerte y aunque no estaba en condiciones de asesinar a los atacantes por su cuenta, todavía era capaz de enfrentarlos.

"Mierda... Duele como el infierno." Maldijo Akira conteniendo sus gritos de dolor.

"No es una herida simple. Parece que utilizaba algún tipo de arma maldita." Murmuró Santiago y rompiendo otro pergamino, añadió. "¿Mejor?"

El aura ligeramente blanca la cubrió por completo y el dolor disminuyó, lo suficiente como para que no quisiera llorar.

Había aguantado mucho en varias ocasiones y este dolor estaba en lo más alto.

Trató de esquivar la espada, reconociendo el peligro y aunque no esperó que fuera un arma maldita, supo que sus instintos estaban en lo correcto.

Observando en el hielo que reflejaba su apariencia, ella vio una desagradable corte que se extendía desde su mentón a su oreja, abriéndole casi por completo la mejilla.

"Eso dejará una marca." Dijo Akira y recibiendo la mirada solemne de Oscar y Santiago, cuestionó. "¿Qué? Era la amiga guapa. Debo mantener mi imagen."

Su broma no fue agradable y menos luego de salir de una batalla y sufrir una herida, pero los dos hombres se miraron y suspiraron.

"Eso fue arriesgado." Repitió Santiago con solemnidad.

Tuvieron un traidor y alguien que murió bajo su mando y Santiago siguió insistiendo que lo que hizo fue arriesgado.

Ella contuvo a tres rangos S por su cuenta, para proteger el camión y evitar no solo mayores muertes, sino que no robaran o dañaran los camiones.

Esta era una importante caravana comercial de la Familia Shao y era su trabajo protegerlo.

"Movámonos y no digan más. Ya tendré suficiente con las quejas de Shao Ya y si Aurora se entera, se preocupará de que perdí mi belleza." Murmuró Akira al darse cuenta de que su herida no se cerraba por su cuenta.

La sangre dejó de salir y el problema era que la herida abierta, ni siquiera podía curarse con una poción y la maldición de la herida, impidió que se curara.

Apenas pudieron detener el sangrado y si alguien sufría decenas de estas heridas en combate, al acumularse podían ser mortales.

"Bastardo patético. Utilizando armas de mierda." Gruñó Akira y frunciendo el ceño de dolor, observó a lo que le prestaban atención y ordenó. "¿Qué esperan? Muévanse."

Aunque había algunos leales a la Familia Shao, ese hombre estaba en lo correcto.

Cuando un barco amenazaba por hundirse las ratas eran las primeras en abandonarlo y era probable que esa familia estuviera llena de ratas.

Los pocos individuos siguieron sus órdenes y Akira que estaba aguantando el dolor remanente de su herida abierta, observó a Oscar que volvió a ser un caballero.

Hace unos momentos estaba en una forma de oso, desgarrando a sus oponentes con su mandíbula y ahora parecía un agradable caballero.

"No te preocupes." Dijo Oscar y cuando ella le dio una mirada, comentó. "A mis ojos sigues siendo hermosa."

Serio y sincero, lo suficiente como para que una sonrisa apareciera en el rostro de Akira y le doliera la herida abierta.

Esperaba que otros lo tomaran igual, aunque era probable que Shao Ya se enojara por arriesgarse en mantener los camiones,

Detener a los tres rangos S era la manera de evitar que le hicieran algo y el problema no era Shao Ya, sino que Aurora.

Esperaba que su herida pudiera ser curada, antes de tener que hablar con ella o probablemente su amiga, estaría muy preocupada.

******

¿Dónde estaba el portal que conectaba Terra nova con la tierra?

Aurora tuvo esa pregunta durante un tiempo, ya que desconocía sobre el tema y tampoco conocía en donde se encontraba la prisión de la iglesia.

A diferencia de otras prisiones, que tenían una ubicación física o que probablemente era un secreto, la prisión de la Iglesia del Tiempo y el Espacio no estaba presente a la tierra y al igual que los portales.

Caminando por un pasillo enorme con altos pilares de color blanco, Aurora no supo cómo reaccionar.

"Hace momentos estabas en un templo y ahora estás aquí. ¿Impresionante no lo crees?" Preguntó Cithrel que estaba cerca.

El pasillo era alto, grande y diferente al lugar a donde había ido antes.

Estaba por despedir a Cithrel y como cualquier amiga, la fue a despedir al lugar por donde iba a moverse y entraron a ese lugar, por un pasillo de un templo de la Iglesia del Tiempo y el Espacio en Grecia.

Llegando mágicamente a este sitio.

"Lo es… Y raro." Murmuró Aurora con seriedad y viendo los pilares blancos y el gigantesco pasillo, añadió. "Parece como si nos estuviéramos por encontrar a un dios."

Ella todavía recordaba el encuentro con el Dios Celestial Zabathza y Aurora no iba a negar, que este sitio daba la misma impresión, imponente.

"Puede ser. Este lugar también sirve como una prisión del tiempo. Es probable que, si caminas por aquí, te encuentras a Aión." Dijo Cithrel y sonriéndole, añadió. "Es posible que todos los templos conecten a este lugar, que está diseñado para la privacidad."

Al igual que ellos caminaron por un pasillo, para adentrarse a este sitio siguiendo la guía de un sacerdote, los mismos sacerdotes podían venir a este lugar, para encerrar a los prisioneros.

Cithrel lo hizo ver como si esta fuera la casa de dios y tal idea no sonaba tan descabellada, aunque…

"No creo que viva aquí." Murmuró Aurora y al recibir la mirada de la princesa, sonrió y comentó. "Aión puede ser muchas cosas, pero no da la impresión de que sea alguien de este tipo."

Zabathza los envió a un lugar que daba la impresión de ser un templo, tan magnífico e imponente que oprimía a los presentes.

Y este lugar era similar, priorizando una imagen a la vista de los creyentes y para Aurora no estaba diseñado como 'residencia' de Dios.

"Estoy de acuerdo. Probablemente, cuando diseñó la iglesia creó esta clase de sitio y como este es el camino para dirigirse a Terra nova o a la tierra, él tuvo que hacerlo magnífico." Supuso Cithrel y con cierta seriedad, señaló. "Revelando 'Su' magnificencia de esa manera."

Este era el pasillo que dirigía al portal y esta era la primera vez que Aurora entraba en este lugar.

No iba a negar que el sentimiento de presión que emanaba los altos pilares y el lugar tan bien cuidado, era sin duda único y era probable que fuera igual para los terranovense.

Los terranovense venían a este mundo gracias a Aión y por este camino, ese dios se encargaba de generar cierta impresión.

"Puede ser." Dijo Aurora y encogiéndose de hombros, añadió. "O puede que lo hiciera al azar sin pensar en las consecuencias."

Podían darle todo el significado que desearan a este lugar y al final podían no ser correcto.

Aurora creía que el Dios del Tiempo y el Espacio no era alguien que viviera en un sitio tan magnífico y la razón para pensar en esa idea, era que no necesitaba mostrar ninguna imagen a sus creyentes.

Muy diferente a algunos dioses cuyos 'Reinos Divinos' era fundamental para su imagen y religión.

Era más probable que este lugar fuera creado al azar, cuando se le ocurrió la idea de traer terranovenses, en vez de un sitio preparado con cuidado.

"Oh, estás siendo contagiada por la falta de miedo de Alice." Dijo Cithrel riéndose y asintiendo, comentó. "Te diría que el Dios del Tiempo y el Espacio siempre tiene un plan, pero… Es difícil."

El Dios del Tiempo y el Espacio capaz de ver el futuro siempre tenía un plan y cada acción que realizaba era con algún objetivo en mente.

Tal idea no sonaba descabellada cuando era un Primordial capaz de ver el futuro y, sin embargo, en la actualidad sonaba como una broma.

Y más cuando ese dios era incapaz de ver el tiempo, como algunos rumores hablaban.

Aurora se quedó en silencio, pensando de vuelta sobre las profecías en la que estaba ella.

Caminando en silencio hasta la gigantesca puerta al final, Cithrel se detuvo y le dio una mirada.

"Es probable que del otro lado me estén esperando para irme." Dijo Cithrel y observándola con calma, añadió. "Aurora eres una gran amiga. Me disculpo si no he estado a la altura. Eres mi primera amiga y fue agradable estar contigo."

La seriedad con la cual hablaba ocultaba múltiples emociones y la disculpa era sincera.

¿Estaba hablando sobre Ankara? ¿O lo que sucedió en la ciudad Los Ángeles?

"No voy a negar que me acerque a ti por otras intenciones. Y tampoco niego que puede que las tenga ahora." Dijo Cithrel riéndose divertida al verla avergonzarse y con calma, comentó. "Pero la amistad que das, es valiosa."

El caballero galante al principio tenía otras intenciones mucho más oscuras y sucias, queriendo más que una amistad.

Al final, sin que se dieran cuenta terminaron convirtiéndose en amigas.

"Me siento halagada y me alegro de que hayas controlado a tu pervertido interior." Respondió Aurora y dándole palmadas a esa princesa, añadió. "Y estoy agradecida de que aceptaras mi amistad y que no te aprovecharas de mí."

No se trataba de que aprovechara la amistad, sino que de ella y la expresión de Cithrel tembló ante su comentario tan serio y honesto.

Cithrel era guapa y coqueta, lo suficiente astuta como para haberse aprovechado de la amistad, tratando de conseguir algo más.

Por supuesto, lo que buscaba esa princesa de ella y en lo que estaba interesado, no era su persona, sino que probablemente la sangre, si no era que el físico.

Y de un modo único, era agradable para Aurora saber que tenía un encanto que atrajo a una princesa vampira.

"En cuanto a la amistad. Trata de no cerrarte demasiado a veces puede resultar ser solitario si no tienes alguien a tu lado que te acompañe y los amigos, pueden convertirse en una luz que pueda sacarte del pozo más oscuro." Dijo Aurora con honestidad y con una fuerza única.

Si hubiera llegado a África sin su hermana, Aurora no sabía lo que habría hecho.

Esa glotona, inseparable que se mantuvo hasta el final con ella, fue un motivador que la mantuvo firme y era imposible imaginar que hubiera sucedido sin ella.

Conocer a Akira fue también una ayuda y esa joven se convirtió en alguien que la apoyó y una de las razones por la cual pudo acercarse a los estudiantes, cuando fue a la academia.

"Sé que tienes grandes y ambiciosos objetivos y que la corte puede ser compleja. Sin embargo, no te cierres demasiado." Dijo Aurora con calma.

No le iba a recomendar que hiciera una amiga o que no fuera tan estricta a la hora de relacionarse con alguien, solo le deseaba que no se cerrara.

Ya que, de la misma manera, que ambas se acercaron, era probable que otra persona lo hiciera.

"No te preocupes. No estoy sola." Respondió Cithrel guiñándole un ojo y con una expresión, solemne, anunció. "Mi recomendación es más simple. Cuídate y trata de no saltar de cabeza al primer problema que te encuentres."

Aurora quedó un poco sorprendida por la seriedad de esas palabras y Cithrel continuo.

"No arriesgues tu vida demasiado y la próxima vez que te llegue una carta que obviamente es una trampa, no vayas sola." Recalcó Cithrel con seriedad.

Esta era una despedida y como toda despedida, tenía que haber un comentario sobre que se cuidara.

"No puedo prometer nada." Murmuró Aurora con honestidad.

Al igual que Cithrel podría no seguir su consejo, Aurora no podía decir que no se pondría en riesgo como esa vez que fue a enfrentarse al tirador por su cuenta.

Tampoco podía negar que era alguien que saltaba a los problemas de inmediato y en para ella una vez que tenía objetivo, avanzaba hasta alcanzarlo.

"Sabía que responderías de esa manera." Dijo Cithrel con un suspiro y dando una mirada seria, añadió. "El tirador te odia y desea vengarse de ti. Y si algo me di cuenta de cuando lo enfrenté, es que no tiene miedo a morir. Esa clase de persona es peligrosa."

El tirador la odiaba y deseaba vengarse de ella, para Aurora tales palabras no eran una sorpresa y aquí Cithrel lo estaba llevando a un extremo más lejano.

Alguien que no temía a la muerte y cuyo único objetivo era vengarse, podía no tener límites en lo que consideraba venganza, pudiendo ir al extremo.

Justo como ella que se había movido directamente para vengarse sin importar la gente que estaba alrededor de sus víctimas.

"Solo tenlo en cuenta." Dijo Cithrel con calma.

"Lo hare." Respondió Aurora dándose cuenta de que la otra parte estaba preocupada y sonriéndole, señaló. "No te preocupes. Soy más dura de lo que parezco."

Estaba dando una broma para animar la atmósfera y Cithrel soltó una risa divertida mientras la puerta finalmente se abría, revelando el otro lado.

El otro lado era una sala blanca y en ella se encontraba su madre y la Cardenal Najjar mientras que en el centro se encontraba un pilar.

Compuesto de múltiples imágenes diferentes como si se tratara un pilar en donde varias realidades estaban conectadas, ese portal era tan mágico como misterioso.

Y en ese lugar, se encontraba Venali, pero con alguien que Aurora le sorprendió de verla.

"Te dije que no iba a estar sola." Comentó Cithrel con una risa y guiñándole el ojo, añadió. "Desconozco cuando comiencen los viajes en ambas direcciones, pero cuando ese momento llegue puedes visitarme… O probablemente puedes ir cuando lo pidas."

Sus últimas palabras apuntaron a Agatha, que dio una sonrisa mientras observaba desde lejos.

"Dudó que vaya a Terra nova en un corto periodo de tiempo." Murmuró Aurora con honestidad sorprendida de ver a Taqiyya al lado de Venali y mirando a la princesa, añadió. "Pero si en algún momento, puedo tomarme unas vacaciones, añadiré tu mundo como un destino."

¿Viajar a Terra nova? Sonaba demasiado descabellado para Aurora y a más cuando, no era muy fanática de ese mundo o de los asuntos mágicos.

Aunque no iba a negar que ahora, que tenía una amiga en ese mundo, estaba más interesada que antes.

Cithrel se rio y dándole un brazo, se despidió y caminó en dirección al portal.

Venali y Taqiyya saludaron antes de que esa princesa diera un saludo antes de adentrarse en ese misterioso pilar de realidades, desapareciendo por completo.

*****

En una sala una esfera brilló y Jake, que estaba en silencio levantó su mirada con solemnidad.

"¿Han encontrado algo sobre quien robó la información?" Preguntó Jake con seriedad.

Había traicionado a Luciana dos veces.

La primera fue cuando envió a la princesa directamente a su escondite y la segunda fue cuando reveló su posición, para atraer a su objetivo de venganza.

Desconocía como reaccionaria si le revelaba la verdadera ubicación y él esperaba que esa asesina, al descubrir el verdadero sitio y se preguntara, que podría suceder y la agitara lo suficiente como para que cometiera un error.

No funcionó.

Al final, terminó traicionando de vuelta a Luciana, cuando la fue a 'rescatar' y el objetivo principal era la información que disponía, antes de ejecutarla.

Sin embargo, de la nada apareció un individuo y si bien Luciana estaba aterrada al hablar con él y ayudó a que esa mujer lo siguiera, cuando llegaron, esa mujer había perdido todo su conocimiento.

Arrancado de su cabeza.

"¿Deseas que vaya a encontrarme con ese individuo? Incluso si es un rango S, no le veo dificultad." Dijo Jake con seriedad.

Él había investigado superficialmente al Director Hermes que apareció en ese gremio y ese hombre era el principal sospechoso de haberle robado el conocimiento a Luciana.

Según los informes era un hombre normal y para Jake, era obvio que era un usuario de habilidad.

"No. Ese individuo es peligroso y no es momento de involucrarlo." Respondió la voz de la esfera.

Jake se tensó al escuchar esa respuesta, no era a causa del peligro, sino que de no haber podido cumplir la misión.

Era cierto que esa voz deseaba asesinar a la investigadora para que la secta no obtuviera toda la información y habían deseado quedárselo para él, pero era Jake quien estaba encargado de esa tarea, al final no logró cumplir el objetivo y, por ende, podían quitarle la recompensa.

"Estás tenso. ¿De verdad deseas ayuda para matar a la Protectora de Zerzura?" Preguntó la voz con cierta seriedad y tras un momento, señaló. "Creí que deseabas matarla por tu cuenta."

¿Deseaba matar a la Protectora de Zerzura? Esa pregunta le sonaba ridícula y más cuando la razón por la cual vivía, era asesinar a esa mujer.

Sin embargo, un asunto era tener ayuda para que él la matara con sus propias manos y otro asunto era depender de otros.

La voz nunca le quiso ayudar y ahora parecía que podía ofrecerle ayuda.

"Sí. Quiero asesinarla no importa lo que me cueste y aunque me encantaría ser yo, quien le dé muerte… La quiero muerta." Murmuró Jake con una voz llena de vicio, locura y rencor.

La odiaba… Desde lo profundo de su alma y el rencor era tan intenso, que deseaba ser él quien le quitara la vida.

Ahorcarla lentamente, viendo como su vida dejaba su cuerpo y verla luchar en vano tratando de salvarse.

Sin embargo, esa última batalla…

"Si no pido ayuda. No lo lograré. Ella es más fuerte que yo." Murmuró Jake con impotencia y rencor.

A veces necesitaba admitir algunos hechos y lo que quedó evidente en su combate, fue que Aurora Campbell, alias, la Protectora de Zerzura era fuerte.

Él también entrenó para enfrentarse a un espadachín, pero esa mujer lo superaba y que pudiera detener las balas fue la prueba de que lentamente lo estaba sobrepasando.

Lo estaba dejando atrás y la posibilidad de venganza se reduciría cada vez más, hasta el punto de que creía que en algún momento desaparecería.

"Es normal." Respondió la voz y cuando él, levantó la cabeza, añadió. "Esa mujer apareció en cuatro profecías del Profeta. En cada una de ellas está presente, incluso cuando no está en este mundo."

Al verlo aturdido, la voz continúo explicando.

La primera, segunda, tercera y cuarta profecía, detalle por detalle y mostrando la rareza que ella estuviera presente en todas las profecías, incluso cuando literalmente no se había acercado a esos lugares.

Justo como el noveno portal en donde apareció en la profecía, pero en la cual no estaba conectada y ni siquiera fue.

"¿Qué crees?" Preguntó la voz curiosamente.

"Parece como si ese dios, le presta atención." Murmuró Jake sin pensar en el nombre de esa existencia.

Cuatro profecías y en la cual en todas estaba la misma persona.

Las profecías tenían algo de verdad en todos los escenarios que aparecían y algunas eran más acertadas que otras, como lo fue el Décimo Portal Abismal, en donde esa mujer fue.

A sus ojos daba la impresión de que ese 'Dios' le prestaba atención a esa mujer y…

"Tiene sentido. Ella es hija de Agatha Campbell, la Luz de Plata y Antón Campbell, el Gigante de Acero." Informó la voz sorprendiendo a Jake y riéndose, añadió. "Los rumores dicen que ambos conocen a ese Dios en persona. La probabilidad de que esté cuidando a las hijas es alta."

Era imposible no conocer los nombres de esas dos leyendas y que fueran los padres de esa mujer, tuvo sentido.

La Iglesia del Tiempo y el Espacio protegía la identidad de la Primera Heroína y toda la información relacionada con ella, estaba en manos de esa iglesia, siendo clasificado.

"Yo opino diferente. Si sus padres son importantes, entonces las profecías serian de ellos y no de su hija y una sola de las hijas." Dijo la voz y cuando Jake le prestó atención, anuncio. "El tiempo es misterioso y a veces una acción sin sentido, un apoyo repentino o un cuidado cercano, puede tener causas y razones que desconocemos. La atención excesiva tal vez apunta a otra razón."

Ese 'Dios' le estaba prestando atención a la persona que él deseaba asesinar… Tal idea por más descabellada sonaba, era real.

La posibilidad estaba y esa posibilidad daba de que preguntar, siendo el mayor cuestionamiento, la razón por la cual le prestaba atención.

¿Qué buscaba esa existencia de esa mujer?

"Las profecías ni siquiera son acertadas. Aión no puede ver el futuro y el profeta que capta, algunas posibilidades, vio cuatro realidades con la misma persona. Tal vez necesite más pruebas, pero parece que el tiempo estaba obsesionado con esa mujer." Dijo la voz y sin dejarle pensar, detalló. "Tal vez esa atención excesiva que le da sea por una razón. Por ejemplo, ocupar un puesto que no debe."

La seguridad con la que parecía hablar que el profeta captaba una posibilidad del futuro o una realidad, en donde esa persona realizaba lo que estaba en la profecía era extraño.

Hablaba no de atención, de obsesión y la diferencia fue evidente, cuando se decía que esa existencia no podía ver el futuro y que un profeta lo captara, dio la impresión de que estaba obsesionado.

Cuatro profecías en las cuatro esa mujer era la única que aparecía completamente detallada y entre todas las posibilidades era la única exactitud.

¿Era por un objetivo? ¿Le estaba prestando atención porque deseaba que ella consiguiera algo? Jake no sabía que puesto hablaba esa voz, pero estuvo claro que era importante y más que todo, que chocaba con lo que esa voz deseaba.

"¿Qué es lo que planeas hacer?" Preguntó Jake mirando la esfera con expectativa.

Era imposible no conocer lo que estaba pensando esa voz y más cuando habían trabajado para él antes durante tanto tiempo.

Por tal razón, dio su pregunta con expectativa.

"Esto es una carrera y a veces no se gana llegando a la meta, sino que eliminando toda competencia." Respondió la voz y riéndose, comentó. "Eliminar a otro competidor este año sería útil."

Jake no podía comprender a lo que se refería, sin embargo, entendió que su objetivo podía cumplirse, si recibía ayuda y eso lo hizo sonreír.

Sonreír como nunca lo había hecho.