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¿Por qué?

Aurora, al salir de la prisión de Edward luego de estar una hora hablando, suspiró y caminó de vuelta por este pasillo.

Los planes de Edward eran arriesgados, pero ese individuo los aceptó. Él estaba arriesgando su libertad y todo lo que había logrado al ponerse a sí mismo como cebo, y tenía un objetivo claro.

Aurora no podía criticarlo cuando ella, con el plan de Alice, también estaba tomando múltiples riesgos y terminaría afectando a muchas personas, desde aquellos más cercanos hasta aquellos que apenas la conocían.

¿Estaba bien lo que estaban por hacer? ¿Era lo correcto? Para Aurora, ya era tarde hacerse esa pregunta.

Ella tenía un plan y un objetivo, y quizás no fuera el único camino, pero era el único en el que podía pensar en este momento. Así que, incluso si era un camino equivocado, ella continuaría.

"No hay vuelta atrás", murmuró Aurora y volvió a caminar por el pasillo de la iglesia. Cuando llegó a la encrucijada central, se giró para mirar el pasillo hacia la entrada, pero en vez de eso, continuó caminando.

Sus pasos resonaban en este silencioso lugar y el pasillo se fue expandiendo y haciéndose más grande hasta que la habitación se convirtió en una enorme sala con pilares a cada lado.

En el fondo, había una puerta que normalmente sería el portal a Terra Nova, pero esta vez ella quería ir a otro sitio, así que, al caminar, ella abrió la puerta.

Aquí no había nadie más que ella, así que nadie la detuvo y ella forzó la puerta. Al entrar, vio un espacio de color grisáceo e ilimitado.

El suelo parecía no existir y al caminar, dio la impresión de que caminaba por el aire vacío.

Aurora siguió caminando hasta que la niebla surgió, cubriendo su campo de visión, y ella continuó, deseando encontrarse con el dueño de este lugar.

Ella no tuvo que expresar su deseo en voz alta, no cuando estaba aquí caminando sin un objetivo claro, y tal como esperaba, tuvo respuesta.

La niebla desapareció y ella entró a una sala con paredes grises y en la cual lo único que se encontraba era un asiento y una figura.

El asiento era simplemente una silla de mármol y la figura también parecía estar hecha de mármol, como si estuviera apartada del tiempo.

"¿Podemos hablar?" preguntó Aurora, tratando de controlar todos sus pensamientos que asomaban.

No los controlaba por temor a que él leyera su mente. Lo hizo porque no quiso irse a los extremos por su nerviosismo o sus miedos.

La figura de mármol sin rostro de repente abrió los ojos y toda la figura empezó a tornarse real. La túnica se hizo real y la tela blanca no reveló ninguna mancha ni arruga mientras él se movía para mirarla.

Aurora pudo sentir la respiración de la figura, pero no pudo ver el rostro. Al igual que las estatuas, el rostro se distorsionaba y cambiaba entre un hombre de mediana edad y un adulto, sin dar detalles ni revelar ninguna característica.

También era similar con el cabello que cada vez que ella intentaba mirar no era capaz de distinguir el color o el estilo, volviendo todo extraño.

La figura parecía simple en muchos sentidos. No había aura imponente, ni una apariencia abrumadora, y si bien era extraño que no se pudieran distinguir los rasgos, no era aterrador ni tampoco daba la impresión de que era uno de los Primordiales más poderosos.

Hasta su cuñada era más extraña al convertirse en una niña.

Ambos se quedaron mirando y Aurora, sin saber cómo, sintió que él estaba tan incómodo como ella.

"¿No hay asientos?" preguntó, tratando de contener su risa.

La risa no solo era de diversión, sino que la idea de que él no era tan lejano a como había imaginado a su sistema. Un ser silencioso, que se incomodaba con algunos temas y bromas que ella hacía.

Ante su pregunta, esa entidad manifestó la silla a más de cinco metros y Aurora, al levantar la ceja, tomó la silla y se acercó al frente de él para sentarse.

"Quiero hablar, no gritar", murmuró Aurora al sentarse.

"Lo siento", respondió él en calma y mirándola, añadió: "Pensé que era lo mejor."

Ahora parecía estar hablando con una persona normal cerca del otro, pero antes estaban lejos. Aurora entendía por qué lo hizo.

Ella, al estar tan cerca, notaba la figura con mayor exactitud y le costaba mirar el rostro, ya que cambiaba constantemente. Ciertamente era extraño y en cierta medida incómodo, pero si tal extraño efecto le hubiera asustado, no estaría aquí tratando de hablar con un Primordial.

"Era obvio", murmuró Aurora al recordar su pasado. Lo miró y murmuró, "Un espacio blanco ilimitado donde el tiempo no afectaba. Capacidades que daban la impresión de ser ilimitadas. Y siempre respondiendo a cualquier plegaria al instante, y las veces que intervenías de algún modo, yo estaba relacionada. Era obvio que mi sistema eras tú."

Ella no pudo evitar recordar las veces que él la ayudaba. Aurora le había rezado y él había respondido varias veces, quizás no fueron muchas, pero la respuesta siempre fue al instante.

También él la había ayudado de manera indirecta. Durante el primer portal abismal, fue él quien estabilizó el portal y ella suponía que no lo hacía por alguna clase de deber, sino porque ella estaba al otro lado.

La ayuda no fue brusca ni excesiva, sino delicada y sutil.

"No quería incomodar", dijo él, afirmando su idea.

La voz en calma y serena, revelando un toque de sinceridad y emociones que iba más allá de lo que ella imaginaba que sería la voz de su sistema y aún más de un Primordial. Si bien era una voz distorsionada, ella podía percibir con claridad las emociones, aunque el tono a veces era extraño.

"Desde que fuiste joven siempre quisiste hacer todo por tu cuenta. Querías que tu vida fuera tuya y lo respeto. Te ayudé en las pequeñas cosas, pero no quería solucionar tus problemas por ti", dijo él, levantando la cabeza en alto para mirarla y bajándola lentamente, añadió, "Pero no quería verte sufrir."

La voz se sentía conocida y a la vez completamente desconocida. Aurora no sabía si era por las palabras, que eran similares a lo que ella esperaría que su sistema dijera, o era porque lo había escuchado en otra parte.

Aun así, ella pudo notar la sinceridad en la voz. Una sinceridad que mostraba más de lo que ella preguntó.

"Aunque a veces algunas situaciones iban más allá de mi vista", murmuró la entidad, y Aurora por momentos percibió una media sonrisa ligeramente decaída.

Él la ayudó múltiples veces, pero fue verdad que también no solucionó todos sus problemas y preocupaciones. Ese ser no estuvo para detener a Malik cuando él asesinó toda una ciudad y tampoco estuvo en otras situaciones como el ataque terrorista a Zerzura.

Aurora no era una niña para culparlo a él de esas situaciones. A lo mejor, si él estuviera mirando todo, podría detener cualquier situación, pero ella no podía obligarlo, ni tampoco quería.

Aun así, tenía una pregunta en su mente.

"¿Por qué yo?" preguntó Aurora y cerró su puño tratando de controlar sus pensamientos y sus peores preguntas.

Jezabel le dijo que él ya no veía el futuro, y aunque ella trataba de evitarlo, tuvo sus dudas.

A lo mejor vio algo que hizo que él se acercara a ella, o quizás lo hizo por una razón en específico. Una razón que iba más allá de lo que ella podía imaginar.

¿Por qué se acercó cuando ella era una niña?

"Vi a una pequeña niña llorando en solitario, asustada y temerosa. Y sin darme cuenta me acerqué a ella para que no se sintiera sola", dijo la figura y suspirando, murmuró, "No quería asustarte al decirte quién era, así que preferí otro método para definirme y... 'Sistema' me pareció una buena opción."

"¿No es una denominación algo tonta?" preguntó Aurora de manera inconsciente y al segundo, al darse cuenta, se cubrió la boca.

La figura simplemente soltó una pequeña risa.

"Fue... y lo es. Tenía múltiples nombres para elegir, pero en ese momento fue lo único que vino a mi mente", respondió y soltando una pequeña risa incómoda, agregó, "Tampoco estoy acostumbrado a definirme."

Aurora vio cómo él se reía de manera ligera a su pequeña broma y al quedarse mirándolo fijamente, notó la incomodidad y suspiró, dando una sonrisa.

Lo esperaba. Su sistema era esa clase de individuo que trataría de ayudarla sin pensarlo demasiado, y lo hizo durante mucho tiempo.

¿No hizo lo mismo cuando ella quiso entrenar? Él la llevó a un maestro que podría haberlo puesto en evidencia, y a pesar de saber las consecuencias, la ayudó.

Aurora sentía que había algo más que lo hizo estar mirándola en primer lugar.

Podía tratarse de sus padres o de su cuñada, y ambos estaban relacionados con él, o a lo mejor era algo más, pero Aurora no quiso seguir cuestionándolo.

¿Cómo podría cuestionarlo? Él estuvo ahí para ayudarla, para cuidarla o simplemente para acompañarla antes de que su hermana estuviera.

Fue su sistema quien la ayudó a entrenar, quien la aconsejó y la apoyó, y él nunca exigió nada. Es más, siempre actuó como una conciencia responsable y le hablaba de los peligros, e incluso evitaba que ella se pusiera en peligro y le advertía sin instarla a luchar, entrenar o ayudar.

Ella no fue manipulada por él ni guiada en dirección a algún tipo de final, así que Aurora no sentía necesidad de cuestionarlo, y menos cuando ella era dueña de sus decisiones.

Ambos se quedaron en silencio y Aurora levantó la cabeza para mirarlo fijamente.

"Mi madre una vez dijo que la Tierra es la puerta para este universo, pero... ¿lo es?" dudó Aurora y centrando sus pensamientos, miró al sistema y preguntó, "¿Por qué lo es?"

Una vez su madre le contó que la Tierra era la puerta al universo, y para Aurora siempre fue exagerado. ¿Por qué la Tierra, un planeta que hace años no tenía nada notable, sería la puerta?

Ella, que había viajado a otros planetas por medio de los portales abismales, entendía que existían otros mundos con mayores características e importancia que ellos.

Planetas que tenían dioses poderosos como la naturaleza en el portal de los Zarquianos, y distintos planetas con múltiples razas y características que eran diferentes al nuestro.

¿Cuántos otros mundos existían y cuántos de ellos eran más notables que la Tierra? El universo era grande, y Aurora suponía que la vida no solamente estaba en la Tierra o en esos planetas que ella visitaba por los portales.

Sin embargo, la Tierra, por más mundana que había sido, tuvo una característica que ningún otro planeta tenía, y esa era la máquina virtual que conectó a Terra Nova.

"¿Por qué creaste la máquina de Terra Nova y cuáles fueron las consecuencias de hacerlo?" preguntó Aurora con seriedad.

A diferencia de antes, cuando ella estaba haciendo preguntas más personales, esta vez él pareció más relajado al escucharla y luego levantó su dedo apuntando al cielo.

"Lo hice por tu hermano y mi sobrina", respondió él y, viendo que ella seguía atenta sabiendo que no era todo, añadió, "Y porque si no lo hubiera hecho, ellos habrían destruido este y otros universos."

Aurora, que entendía, sentía que su hermano y su sobrina no eran toda la explicación, se quedó totalmente en silencio al escuchar la última parte.

Ellos...

"En la línea de tiempo original en la que yo no intervine, su encuentro no fue tan pacífico como lo fue en esta línea", dijo Aión y movió sus dedos.

Aurora, que estaba sentada, se afirmó al asiento al ver que todo a su alrededor se distorsionaba y al darse cuenta de que una visión estaba formándose, se concentró y observó.

Esperando la respuesta a su pregunta.

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