Gerald empujó la puerta de la tienda de mascotas, otra campana sonó alertando al dependiente de que alguien había entrado en su tienda. Paseando por los pasillos, Gerald vio muchos animales, desde animales normales como gatos y perros, hasta animales exóticos como una serpiente o una tarántula.
Acercándose a los animales exóticos escucho una pequeña voz, casi imperceptible, pero lo escucho claramente. "Ser libre" Algo extrañado, el también susurro. "¿me escuchas?" Para su sorpresa, la cabeza de la serpiente se alzó y lo miró a los ojos.
"Maestro" La serpiente agachó la cabeza como si estuviera haciendo una reverencia, algo que le perturbó un poco, después de todo, ninguna serpiente debería poder hablar.
"Disculpe señor" Apartando la vista de la serpiente, Gerald llamó al dependiente que parecía estar aburrido, el lo miró y después de un susurró de niños problemáticos, se levantó y llegó hasta donde Gerald estaba.
"¿Qué pasa?" preguntó con aburrimiento.
"La serpiente me ha hablado" dijo Gerald mirando a la serpiente que miraba en su dirección fijamente, como si esperar alguna orden o algo.
"Las serpientes no hablan" mencionó un poco interesado, cualquier cosa por absurda que fuera lo sacaría de su aburrimiento.
"Háblale" El dependiente dio un pasó atrás con miedo en su rostro mirando a Gerald que lo notó y lo miró extrañado. "¿qué pasa?" preguntó sorprendido mirando al dependiente ¿tan extraño era querer hablarle a una serpiente?
"¡Eres un hablante de Parcel!" exclamó el dependiente temblando un poco, parecía que acababa de ver un fantasma.
"¿Parcel? ¿Qué es eso?" se preguntó más a sí mismo, no entendía bien lo que estaba pasando, quería saber porque la serpiente podía hablar, llamó al encargado de la tienda y después de pedirle amablemente a la serpiente que hablara para que el hombre escuchara, el hombre se asusto y mencionó algo sobre ser hablante de Parcel.
"¡Llévatela! ¡Es tuya!" con miedo, el encargado lanzó una jaula grande y apenas Gerald la pudo tomar en el aire, aun más confundido miró al sujeto esperando algo. "¿Cuánto cuesta?"
"¡Es tuya" ¡Solo vete!" aun más confundido, Gerald se encogió de hombros, abrió la jaula y habló. "Entra pequeña" la serpiente asintió y rápidamente entró en la jaula. Cerrándola, miró una ultima vez al encargado con confusión y salió de la tienda. Sabía a donde debía ir para saber más sobre eso de Parcel, pero primero debía dejar a la serpiente que al parecer era una pitón africana de rosca de 4 meses de edad.
"quédate aquí, volveré con algo para que comas e información" Gerald le habló a la serpiente la cual asintió y se recostó agradeciendo la poca luz en la habitación.
Con dirección a Flourish & Blotts, Gerald caminó por el callejón, esta vez uso su varita para pasar por el pequeño callejón entre el caldero chorreante y el callejón Diagon. Entró directamente a la tienda y sin esperar ninguna bienvenida ni un saludo, se dirigió a la sección de animales y tomó el libro de La lengua de la serpiente y también tomó Guía para cuidadores de serpientes del estante, luego revisó la carta de Hogwarts para tomar los libros que necesitaba, una vez hecho todo, pagó y se fue directamente a su habitación, no sin antes pasar por la cocina pidiéndole de favor a Tom si le podía conseguir un ratón para alimentar a su pitón.
Después de unos minutos, Tom le llevó un ratón hasta su habitación y por fin le pudo dar de comer a su serpiente. "¿Cómo debería llamarte?" Gerald se preguntó cuando vio a la pitón devorar de un bocado al ratón que lloraba y se retorcía, pero de nada le sirvió, terminó siendo comida para pitón.
"Tu nombre será Nirvana" Su matrona se enojaría muchísimo, oh bueno, si no estuviera lo suficientemente asustada con la pitón estaría enojada seguramente.
La pitón asintió entendiendo que a partir de ahora ese sería su nombre. "Bueno Nivy, tengo que seguir comprando, regreso luego, no salgas de la habitación, ni muerdas a nadie" Sin esperar una respuesta de la serpiente, Gerald salió de su habitación y bajo las escaleras saludando a Tom quien le asintió, aun con su maletín en mano, se dirigió a su siguiente objetivo.
Abriendo la puerta del local, encontró a una mujer algo pequeña y regordeta, que estaba midiendo a una niña que parecía ser de su edad. Espero hasta que la señora terminó, luego lo miró por un segundo y se fue.
"¿Iras a Hogwarts?" Algo curioso, Gerald preguntó a la chica, esta se dio la vuelta y lo miró por un momento sin decir nada. "Si, soy Hermione Jean Granger" la niña alzó su mano y con algo de nerviosismo Gerald la tomó.
"Un placer, soy Gerald Geminius Grindelwald Black" se presentó inclinándose un poco frente a la chica que abrió sus ojos.
"¡Conozco tus apellidos!" La chica emocionada señaló a Gerald que la miró expectante, había dejado de lado su investigación en el momento que encontró a Nivy. "Eres muy joven para ser su hijo… ¡Eres el nieto de Gellert Grindelwald!" la chica exclamó mirándolo ahora entendiendo porque cuando lo miró la primera vez se le hizo tan familiar.
"Bueno… eso fue lo que dijo el señor Dumbledore ayer…" mencionó un poco incomodó por la repentina atención. "También leí sobre la casa Black, leí un poco sobre como atraparon a Sirius Black y lo encarcelaron en Askaban"
"También leí sobre Harry Potter y que tiene nuestra misma edad, por lo que debería venir con nosotros este año" Hermione, la niña parecía estar demasiado excitada con la idea de tener magos conocidos como compañeros, solo esperaba estar a la altura.
"Ya veo… yo compre algunos libros interesantes y saque algunos de la bóveda de los Black, aunque aun no he tenido tiempo de leer, a penas me entere de todo ayer al medio día" mencionó Gerald un poco apenado, la chica parecía saber mucho más que él. Mentalmente se propuso leer todos los libros que tenía y buscar más.
"¡Yo lo supe desde el año pasado en mi cumpleaños! Mis padres estaban demasiado sorprendidos cuando la profesora McGonagall vino para informarme y llevarme a comprar todo"
"Pero hoy vine para conseguir más libros y otra túnica, nunca se puede tener suficientes túnicas" mencionó la chica hablando rápidamente.
"ya veo… espero podamos ser amigos" mencionó Gerald acostumbrándose un poco a la actitud de la chica, ella se detuvo de sus divagaciones y miró a Gerald sorprendida.
"¿Quieres ser mi amigo?" cuestionó la niña sorprendida, aunque no quería admitirlo, sabía sobre sus problemas a la hora de hablar y regañar, así que se sorprendió mucho cuando un niño de su edad que acababa de conocer le propuso ser amigos.
"Claro, no es por presumir, pero no tengo muchos amigos" Gerald se encogió de hombros, pensaba que, quitando su actitud extravagante, podría ser amigo de ella, parecía ser una buena chica, para nada a las que conocía del orfanato.
"pero mis dientes…" Hermione dijo sin pensar y luego se tapo la boca muy apenada, incluso tenía ganas de llorar.
"¿Qué? Me parecen lindos, en cambio yo, tengo estos ojos que asustan a todos" Gerald se señaló los ojos y Hermione lo miró con mucha vergüenza.
"Lamento interrumpir su lindo momento, pero sus túnicas están listas señorita Granger" madame Palkin habló riendo un poco al ver la cara mortificada de la niña castaña que rápidamente tomó la bolsa y salió corriendo de la tienda.
"¿Dije algo malo?" se preguntó Gerald mirando a madame Palkin que seguía riendo.
"No, claro que no, cuando crezcas un poco lo entenderás" mencionó mientras atraía una cinta métrica y empezaba a tomar las medidas de Gerald que seguía pensando y pensando cual sería la razón por la que Hermione había huido de él. Tal vez se había enterado de alguna manera lo de hablar Parcel.