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The Game of the Gods: Journeys Among Worlds

"The Game of the Gods: Journeys Among Worlds" is a captivating tale where gods summon various participants from different corners of the multiverse to compete for the coveted title of "God King." Among the chosen ones is Alex, whose mortal life abruptly concludes before being transported to a realm between dimensions. Endowed with a unique system allowing him to travel between worlds, Alex embarks on an epic journey alongside other aspirants, facing challenges that surpass the imaginable. From ruthless battles to tests of wit and morality, every step in his journey brings him closer to the coveted divine title. However, the competition is not merely a test of strength and skill but also a journey of self-discovery for Alex and his companions. As they explore exotic worlds and confront ethical dilemmas, they uncover the complexities of the universe and the deepest truths about themselves. Over time, Alex realizes that the true prize is not just the title of God King but understanding his true purpose and the responsibility that divine power entails. As the competition reaches its climax, Alex is faced with the most difficult decision of all: whether to follow his path to divinity or forge his own destiny beyond the ambitions of the gods. ...................................................................................................... English is not my primary language. I am new to content creation. No fixed update schedule. I appreciate any help you wish to provide for this novel

Remax_12 · Anime & Comics
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3 Chs

The End of a Quiet Life

El sol comenzó a despedirse en el horizonte, sus últimos rayos acariciaron los edificios de la universidad cuando Alexander Ashford salió por las puertas del campus. La bulliciosa actividad estudiantil se fue desvaneciendo gradualmente a su alrededor, dejándolo inmerso en la tranquilidad de la noche. Para Alejandro, ese momento marcó el comienzo de su solitario viaje de regreso a casa.

Con su mochila cargada de libros y su mente llena de pensamientos, Alexander se dirigió a la biblioteca, su refugio seguro en medio del caos del mundo. Allí, entre los estantes llenos de conocimientos, encontró consuelo y refugio, una pausa en el torbellino de la vida.

La biblioteca, con su olor a papel viejo y sus rincones silenciosos, era su hogar lejos de casa. Desde que perdió a sus padres en un trágico accidente automovilístico cuando era apenas un niño, la biblioteca se convirtió en su santuario, el único lugar donde realmente se sentía en paz.

Mientras caminaba por los pasillos familiares, Alexander notó un libro que parecía fuera de lugar, apartado de los demás, como si estuviera esperando ser descubierto. Su cubierta gastada y sus páginas amarillentas lo distinguían del resto, y una extraña sensación de intriga lo invadió cuando extendió la mano para tomarlo.

Al abrir el libro, una voz suave y melodiosa comenzó a susurrar en su mente, desafiando la realidad con su presencia etérea.

" Alexander Ashford " susurró la voz, "¿ alguna vez te has preguntado qué hay más allá de los límites de tu mundo conocido? ¿No anhelas la aventura, el misterio y la emoción de lo desconocido? "

Los ojos de Alexander se abrieron, sorprendido y cautivado por la voz en su mente. ¿Cómo era posible que un libro le hablara?

"¿Quién eres?" preguntó, con la voz temblando de asombro.

" No soy más que un eco del pasado, un guardián de secretos olvidados ", respondió el libro, y su voz resonó en la mente de Alexander con una extraña familiaridad.

A medida que avanzaba la conversación, Alexander se sintió cada vez más intrigado por las palabras del libro.

"¿Qué clase de juego es este? ¿Y por qué a mí?" preguntó, luchando por comprender la naturaleza de lo que estaba experimentando.

El libro emitió una risa misteriosa, como si supiera algo que Alejandro aún no comprendía. " Te espera una oportunidad única, un camino que pocos se atreven a recorrer. ¿Estás dispuesto a explorar los confines de tu verdadero potencial? "

Alejandro reflexionó. Su vida era monótona, sin nada que lo atara a su realidad. ¿Por qué no aceptar una invitación que promete aventuras y misterios? Sin embargo, un destello de duda cruzó por su mente. ¿Qué podría perder? ¿Y qué podría ganar?

"Acepto", murmuró finalmente, sintiendo una mezcla de emoción y aprensión. No había vuelta atrás.

El libro brillaba con una luz intensa y Alexander imaginó las emocionantes aventuras que le esperaban. Pero de repente, el brillo se desvaneció y el libro se cerró de golpe. Alexander se sobresaltó e intentó abrirla nuevamente, pero fue interrumpido por un violento terremoto que sacudió ferozmente la biblioteca.

Con el suelo temblando bajo sus pies, Alexander corrió hacia la salida, pero una estantería se derrumbó frente a él, bloqueando su camino. La oscuridad lo envolvió cuando, al borde del colapso, escuchó el libro susurrar palabras enigmáticas: "Bienvenido jugador 20946".

Y así, la vida de Alexander Ashford se sumergió en la oscuridad y el misterio, arrastrándolo a un juego cósmico donde las reglas eran desconocidas y el destino incierto.

Mientras el temblor se desvanecía y la oscuridad se cernía sobre él, Alexander se preguntó qué le depararía el futuro y qué secretos ocultaban las páginas del misterioso libro. Una sensación de intriga y anticipación lo envolvió mientras se aventuraba hacia lo desconocido, listo para enfrentar los desafíos que le esperaban en su viaje hacia la incertidumbre.

Y así comenzó el viaje de Alexander Ashford hacia lo desconocido, donde los límites entre la realidad y la fantasía se desdibujaron, y los dioses antiguos tejieron sus hilos en un juego que trascendió los confines convencionales.

La noche cayó sobre el mundo, pero Alejandro ya no era consciente de lo que sucedía a su alrededor. Aunque las sombras lo envolvían, la luz de la aventura aún brillaba en su corazón, guiándolo hacia un destino desconocido pero prometedor. Con cada paso, se acercaba al comienzo de su viaje, donde los límites de la realidad se desvanecieron y las puertas del misterio se abrieron de par en par.

Sin previo aviso, un eclipse total cubrió el cielo, sumiendo al mundo en una oscuridad inexplicable. La gente observó con asombro y miedo cómo la luz del sol desaparecía, reemplazada por la sombra del eclipse. En las calles, las farolas parpadearon y se apagaron, dejando la ciudad envuelta en el crepúsculo.

Desde los rincones más remotos de la ciudad hasta las bulliciosas plazas, la confusión y el caos se extienden como una sombra inquietante.

"¿Lo que está sucediendo?" murmuraban los transeúntes, con voces cargadas de miedo y desconcierto.

"¿Es esto el fin del mundo?" se podía escuchar en diferentes idiomas, un reflejo del miedo compartido que se propaga como un virus en medio de la incertidumbre.

En las calles de Nueva York, el temblor del suelo sacudió los cimientos de los rascacielos, provocando pánico entre residentes y turistas.

"¡Corran por sus vidas!" gritó un hombre, su voz ahogada por el ruido de la tierra que parecía querer engullir a toda la ciudad. La gente corría frenéticamente, con el corazón palpitando y el terror reflejado en sus rostros iluminados por destellos de luz intermitentes.

"¡Corran por sus vidas!" gritó un hombre, su voz ahogada por el ruido de la tierra que parecía querer engullir a toda la ciudad. La gente corría frenéticamente, con el corazón palpitando y el terror reflejado en sus rostros iluminados por destellos de luz intermitentes.

En Tokio, la lluvia azotó las calles con furia implacable, arrasando carteles, árboles y todo lo que encontraba a su paso. "¡Esto no puede ser real!" -exclamó una mujer, con la voz perdida entre el rugido del viento y el chapoteo de las gotas que caían sobre el pavimento. Los transeúntes se aferraban a sus paraguas rotos y buscaban refugio en callejones estrechos y oscuros que se convirtieron en laberintos de caos y desesperación.

"¡Esto no puede ser real!" -exclamó una mujer, con la voz perdida entre el rugido del viento y el chapoteo de las gotas que caían sobre el pavimento. Los transeúntes se aferraban a sus paraguas rotos y buscaban refugio en calles estrechas y oscuras que se convirtieron en laberintos de caos y desesperación.

En la selva amazónica, el rugido ensordecedor de la lava ardiente resonaba en el aire, ahogando los sonidos de la vida silvestre y transformando el paisaje en un infierno de fuego y humo.

"¡Dios mío, estamos perdidos!" gritó un guía turístico, su voz apenas audible por encima del rugido de la naturaleza desatada.

Los turistas observaron con horror cómo los árboles ardían y el suelo se agrietaba bajo sus pies, un sombrío recordatorio de la fragilidad de la vida frente a las fuerzas imparables de la naturaleza.

La escena era surrealista, como sacada de una pesadilla colectiva, donde reinaba el caos y la humanidad enfrentaba su propia mortalidad. En medio del tumulto y la confusión, la esperanza se desvaneció como una vela en el viento, dejando tras de sí un rastro de desesperación y desolación.

Desde lo alto de los rascacielos hasta los callejones oscuros y estrechos, la ciudad se convirtió en un laberinto de angustia y desesperación. La gente gritaba, corría y se agolpaba en busca de refugio, mientras el mundo se desmoronaba a su alrededor. Cada edificio temblaba como si estuviera al borde del colapso, y cada calle se convirtió en un campo de batalla donde la vida y la muerte se enfrentaban en una lucha desesperada.

El aire se cargaba de electricidad y el olor a humo y cenizas llenaba los pulmones de quienes se atrevían a respirar. Las sirenas de los vehículos de emergencia sonaron a lo lejos, un eco de caos y desesperación reverberando en calles desiertas y callejones oscuros.

En medio del caos, algunos buscaron desesperadamente a sus seres queridos, mientras otros se resignaron a su destino incierto. Las lágrimas se mezclaron con la lluvia y el sudor en los rostros de quienes lo habían perdido todo, y el grito de angustia se convirtió en un himno de dolor que resonó en el corazón de la ciudad.

El tiempo parecía detenerse en medio del caos y cada segundo se prolongaba como si fuera una eternidad. Los relojes marcaban las horas con una lentitud exasperante, mientras el mundo se deslizaba hacia el abismo del olvido y la desesperación.

Y así, en medio del caos y la destrucción, la humanidad enfrentó su mayor pesadilla, una pesadilla sin fin a la vista. En calles desiertas y callejones oscuros, el miedo se apoderó de cada rincón, convirtiendo incluso los momentos más simples en agonizantes pruebas de supervivencia. La desesperación se extendió como una plaga, devorando los últimos vestigios de esperanza en los corazones de quienes se atrevieron a seguir adelante.

Mientras el mundo se hundía en el caos, Alexander permaneció ajeno a todo, perdido en un estado de inconsciencia mientras su mente vagaba por los rincones oscuros de su propia existencia.

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