webnovel

Tres. La Dama Pintada.

—Aang, esa agua no me da confianza. —le dije mientras lo veía sumergirse en el agua del rio Jang Hui el cual estaba todo enlodado y contaminado.

—No pasa nada. —dijo y se sumergió de nuevo.

Hice una mueca de asco cuando volvió a subir a Appa todo cubierto de lodo.

—Creo que tenías razón. Este rio parece contaminado. —dijo Aang viéndose.

Hizo un movimiento y se quitó el lodo pero ahora nosotros fuimos los enlodados.

—Asco. —dije quitándome el lodo de los ojos.

Sentí una ráfaga de aire que hizo desaparecer el lodo pero nos dejó todas despeinadas a Toph, Katara y a mí.

Comencé a aplacarme el pelo.

—Eso explica que no pueda pescar ningún pez, poque no puedo pescar ni un resfrío. bromeo. Nadie se rio. —¿Entienden? Pescar un resfrío. —

—Si pero ese chiste huele a pescado. —se burló Toph.

—Creo que tendremos que buscar comida en otro lado. —dije.

Entonces Sokka desenrollo un largo pergamino.

—Si es que hay tiempo de eso en el corto itinerario de Sokka. —dijo Katara.

—Es posible. —dijo Sokka mientras miraba el pergamino. —Pero tendríamos que ir al baño solo dos veces. —

Iba a reclamar pero Aang me interrumpió.

—Oigan, en ese lugar debe de haber comida. —dijo apuntando a un pueblo en medio del rio.

Paramos en una islita cerca del pueblo y ocultamos a Appa y a Momo para después ir hacia el pueblo.

—No logro sentir nada, ¿Dónde está ese pueblo? —pregunto Toph.

—En medio de un rio. —dije.

—Tal cual lo ven, me llamo Dock. —dijo un hombre que estaba en un bote en la orilla del rio. —¿Puedo preguntar quiénes son? —

—Am…eh… somos de las colonias del reino tierra. —dijo Katara nerviosa.

—Oh~… colonos. De acuerdo los llevare hasta el pueblo. —dijo Dock.

En el camino hasta el pueblo Dock nos contó que eran un pueblo de pescadores o eso eran hasta que la Nación del Fuego coloco una fábrica en la orilla del rio, haciendo que todos los desechos de esta cayeran al rio y lo contaminaran haciendo que el pueblo apenas pueda sobrevivir.

—Gracias por traernos. —dijo Aang al bajarnos.

Al recorrer el pueblo pude ver con tristeza como la gente estaba en el suelo y parecían enfermos.

—¿Ven a esas persona? —pregunto Katara.

—Es terrible. Debemos de hacer algo. —dije.

—No podemos seguir perdiendo más tiempo. —dijo Sokka. —Debemos de concentrarnos en una misión más importante. Que se las arreglen como puedan. —

Lo mire enojada.

—Es mi deber como Ānníng ayudar a las personas. —dije. —No le daré la espalda a alguien que me necesite. —

—Se mueren de hambre, Sokka, ¿Cómo puedes ser así de insensible y darles la espalda? —pregunto Katara.

—Se que es tu deber, Lin, pero no podemos ir de pueblo en pueblo ayudando a la gente. —Sokka volteó a ver a su hermana. —Ya los ayudaremos cuando venzamos al Señor del Fuego. —

Toph tapo su boca.

—¡No seas bocón! Sugiero que tengamos más discreción cuando estemos hablando de vencer al Señor del Fuego. —

—Vamos, chicas, deben de ser razonables. —dijo más calmado. —Primero esta nuestra misión. —

Suspire, me encogí de hombros y mire al piso.

—Como sea. —dije.

Aang tomo mi mano.

—Solo consigamos algo de comida y nos vamos. —

Caminamos hacia una tienda. Sokka toco la campana.

Entonces vimos que Dock se daba la vuelta.

—Hola, Dock. —saludo Sokka. —¿También trabajas aquí? —

—Yo no soy Dock, soy Xu el hermano de Dock. —dijo el.

Lo miramos raro. Era Dock pero con otro sombrero.

—Pero recién te vimos, usabas la misma ropa, la única diferencia era el sombrero. —dijo Aang.

—Dock trabaja en el puerto y es mi hermano Dock. Y yo trabajo en la tienda por eso me llaman Xu. —

—No entendí. —dijo Aang.

—Yo tampoco. —dijo ¿Xu?

—Esta algo loquito. —le susurre en el oído a mi novio.

—¿Qué quieren llevar? —pregunto y nos enseñó una caja con pecado y almejas, el único pero de todo era que se miraba todo feo, gris y algo contaminado. —Les tengo una oferta, si compran tres pescado les doy una almeja gratis. —

Sokka pico una almeja y de esta salió mucho lodo.

—Con el pescado es suficiente. —dije intentando no hacer una mueca de asco.

—Dile a tu hermano que nos cruce al otro lado. —dijo Sokka.

Xu envolvió el pescado, se lo dio a Katara y se tiró al piso. Al salir ya tenía otro sombrero.

—Hola, colonos, mi hermano me dio el recado. —dijo ¿Dock?

Salió de la tienda y fue hacia el rio iba a seguirlo pero vi como un niño enfermo se acercó a Katara y le pidió comida. Mire al piso triste.

—{Ojalá pudiera hacer algo.} —pensé.

Camine con los demás y cruzamos el rio.

Al anochecer levantamos un campamento, entre Aang y Toph separaron el lodo del agua, después entre Katara y yo la pusimos en una olla que estaba en el fuego para que pudiera hervir y poder hacer una sopa.

—Visitar ese pueblo desorganizo completamente nuestro itinerario. —dijo Sokka viendo el pergamino. —Hay que tomar ciertas medidas si queremos ahorrar tiempo. —

—¿Y qué medidas, señor itinerario? —pregunto Toph.

Nos acercamos a Sokka.

—Tendremos que levantarnos cuarenta y tres minutos más temprano cada mañana. —

—¿Cuarenta y tres minutos? ¿Estás loco? —dije incrédula. 

—Escuchen, solo nos quedan unas semanas para invadir al Señor del Fuego durante el eclipse y para que sepan solo dura ocho minutos y ya perdimos un día. Entonces para recuperar el tiempo nos levantaremos temprano. —

—No pienso levantarme temprano. —dijo Toph mientras se acostaba.

—Ni yo. —dije. —Esta hermosura necesita su sueño de belleza. —

Sokka nos miró enojado.

—O podemos eliminar el tiempo para comer —

—¡¿Qué?! —

—Ni lo pienses. —

—Olvídalo. —

—Si que estás loco. —

Comenzamos a decir en lo que Sokka pensaba.

—Lo tengo. —dijo feliz. —Desde ahora ocuparemos el descanso de comer e ir al baño al mismo tiempo. —

Aang escupió su sopa y los demás miramos a Sokka como un loco.

—Oigan es asqueroso pero eficiente. Como sea tenemos que irnos a primera hora mañana. —tomo su pergamino y se fue.

Vi como Katara bajaba su mirada triste.

—Katara. —la llame. —¿Me ayudas con algo? —

Me miro extrañada.

—Eh…sí. —

Nos pusimos de pie y caminamos lejos de los demás.

—Tenemos que ayudar a la gente de este pueblo. —dije de repente.

—Pensé que era la única a la que le preocupaba. —

—Claro que no, como dije, soy la Ānníng y mi deber es mantener la paz y el bienestar en donde vaya. —

Sonrió.

—¿Qué sugieres que hagamos? —

—Podrías vestirte como un espíritu y llevarles comida. —dije.

—¿Yo? —se apuntó. —¿Sola? —

—Si, en lo que tú vas yo te cubriría en el dado caso de que se dieran cuenta. —

—Está bien pero ¿Cómo retrasaremos nuestra ida de mañana? —pregunto.

—Déjame eso a mí. —sonreí.

Entre las dos ideamos un plan sencillo, Katara se escabulliría a la mitad de la noche cuando todos estén dormidos a la orilla del rio, se vestiría con un vestido blanco y sombrero con un velo para que nadie viera su rostro e iría al pueblo a curar a las persona.

Por mi lado me quedaría despierta haciendo guardia hasta que regresara por si uno de los chicos se despertaba. En el caso de retrasar nuestra ida, solo le daría a Appa de comer unas bayas que pintarían su lengua de morado y los demás pensarían que está enfermo.

El plan perfecto.

Al día siguiente me desperté temprano a darle a Appa las bayas antes de que alguien me viera. 

—Appa si actúas como si estuvieras enfermo, en la noche te doy más bayas. —le susurre.

Appa se tiró de lado y comenzó a quejarse.

—Buen chico. —lo acaricie.

—¿Qué sucede, Lin? —pregunto Aang al llegar a mi lado.

Katara y Toph llegaron también.

Hice como que revisaba a Appa.

—Creo que Appa está enfermo. —

—¡¿Que?! ¡¿Está enfermo?! ¡Que desgracia! —llego corriendo Sokka.

—Wow, Sokka, no me di cuenta de cuánto te importaba. —dijo con sarcasmo Toph.

—Claro que me importa, tendré que rehacer completamente el itinerario. —dijo viendo su tonto pergamino.

Todos lo miramos mal.

Sokka corrió hacia Appa.

—Y me preocupa que mi peludito amigo no se sienta bien. —dijo mientras lo acariciaba.

—Debió enfermarse por el agua contaminada. —dijo Toph.

—Pero no se ve enfermo, ¿Estas bien, amigo? —le pregunto Aang.

Appa dio un bramido y abrió la boca mostrando su lengua morada.

—Tiene la lengua morada. —dijo Aang mientras la miraba. —Esto no me gusta, Katara, Lin, ¿Pueden sanarlo? —

Hice como que examinaba de cerca su lengua.

—Si pero necesitaremos medicinas. —dije.

—Podríamos encontrar hierbas en el pueblo. —dijo Katara.

Nuestro plan había funcionado.

Katara y yo nos sonreímos discretamente y seguimos a los demás.

Una vez en el pueblo pude ver el resultado de lo que había hecho Katara. Vi cómo la gente se miraba más feliz y viva. Hasta pude ver un par de niños jugando a la pelota.

—¿Es idea mía o este lugar esta algo diferente? —pregunto Toph.

—Si, ahora se ven felices. —dijo Aang.

Seguimos caminando.

—Oye, Xu, ¿Qué les pasa a todos hoy? —pregunto Sokka cuando llegamos al puesto.

—Anoche paso algo sorprendente. —dijo el. —La comida fue traída por una persona maravillosa, la Dama Pintada. —

—¿La Dama… que cosa? —pregunto Katara.

Le faltaba más actuación. 

—La Dama Pintada. —dijo y saco una figura de madera. Se parecía mucho al vestuario que había llevado ayer Katara, hasta tenía el sombrero. —Es parte de nuestra tradición, dicen que es un espíritu del rio que cuida de nosotros en nuestros tiempos difíciles. Pensé que era una leyenda, hasta ahora. —

—Lo vez. —dijo Sokka. —No necesitan que los ayudemos, ellos tienen quien los ayude. Necesitamos medicinas para un amigo. —

—¿Medicinas? —pregunto Xu. —Lo siento, todas las medicinas que tenemos van directo a la fábrica, por eso hay demasiadas personas enfermas en el pueblo. —

—Tendremos que quedarnos otra noche para que Appa descanse. —dije.

Sokka suspiro.

—Tienes razón. —me dijo, después miro a Xu. —¿Tiene algo más para comer? —

Xu levanto dos pescados.

—¿Quieren el de una cabeza o el de dos cabezas? —

Sokka lo pensó un rato y después sonrió tomando el de dos cabezas.

Lo miramos con asco.

—¿Qué? son dos por el precio de uno. —

—Asco. —dije haciendo una mueca y salí corriendo junto con los demás.

Al anochecer Katara y yo fuimos a la orilla del rio.

Le había sugerido pintarse como la Dama Pintada para que nadie sospechara, espere a que se fuera y me regrese al campamento.

Por suerte todos seguían dormidos.

No paso más de una hora y volvió.

—¿Todo bien? —le susurre.

—Todo bien. —me dijo de igual forma.

Sonreí y nos dormimos.

A la mañana siguiente le volvía dar a Appa las bayas, así que volvimos a ir al pueblo.

—Así que regresaron. —dijo Xu cuando llegamos a su puesto.

—Necesitamos comida. Nuestro amigo está enfermo ¡Y no podemos irnos! —grito irritada Toph mientras ponía el dinero en el mostrador.

—Oh, lo siento. —dijo Xu poniendo un plato de almejas enlodadas en el mostrador. —A lo mejor tienen suerte y en la noche llega la Dama Pintada y ayuda a su amigo. —

—¿Quién sabe? Podía cocinarnos algo rico y cantarnos una canción de cuna. —dijo Sokka con sarcasmo.

—Si, puede ser. —dijo Xu sin captar en sarcasmo. —Anoche nos visitó y sano a la mayoría de los enfermos. —

—¿Es por eso por lo que se ven tan felices? —pregunto mi novio.

—Todo gracias a la Dama Pintada. —dijo Xu.

—No es increíble como todo un pueblo puede cambiar gracias a una dama…digo espíritu. —dijo Katara con una sonrisa.

Le sonreí.

—Espero que regrese todas las noches o este lugar volverá a ser igual a como era. —dijo Sokka con indiferencia.

—¿Por qué dices eso? —lo regaño Katara. —Mira lo bien que están estas persona. —

—Si, ahora, ¿Pero que pasara con ellos cuando ella ya no este? Si de verdad quisiera ayudar debería usar sus poderes para volar esa fábrica. —hizo movimientos raros y después un sonido de explosión.

—{No es mala idea.} —pensé.

Katara lo siguió viendo con el ceño fruncido.

—Así no es la magia de los espíritus. —dijo Aang con el ceño fruncido. —Es algo como…—

Y comenzó a hacer movimientos tontos también.

Katara cada vez se miraba más enojada.

—Vamos. —le dije antes de que se les dijera de que ella era la Dama Pintada por el coraje.

Caminamos lejos de ellos hacia el muelle que dejaba ver la fábrica.

—Tenemos que deshacernos de ella. —le susurre. 

Asintió.

—Lo hare esta noche. —dijo ella.

—Lo haremos querrás decir. —le sonreí y ella me devolvió la sonrisa.

Como a eso de la media noche, cuando Katara y yo vimos que todos estaba profundamente dormidos, nos levantamos y nos alistamos para irnos hacia la fábrica.

Katara se puso su maquillaje mientras yo solo me puse una capa con capucha.

—Me voy adelantando. —le dije.

—Ahorita te alcanzo. —

Asentí y me deslicé por el agua sucia del rio hacia la fábrica.

A los pocos minutos comencé a escuchar pasos así que me oculté.

—Lin. —susurro Katara.

Salí de mi escondite y vi a Aang.

Me puse nerviosa.

—H-hey, cariño… ¿Qué haces aquí? —le pregunte y voltee a ver a Katara para susurrarle. —¿Qué hace aquí? —

—Me descubrió cuando venía para acá así que le conté todo. —

—No te molesta ¿Verdad? —pregunte.

—No, para nada, es como si fueran héroes secretos. —sonrió. —Bueno ¿Cuál es el plan? —

—Destruir de la fábrica. —dije.

—¿Quieren destruirla? —Aang miro la enorme fabrica.

—Sokka solo bromeaba pero tenía razón. Deshacernos de ella es la única forma de ayudar. —dijo Katara.

Corrimos al interior de la fábrica. Rápidamente vimos posos de lava y enormes cuencos que la trasportaban.

Con un látigo de agua, Katara y yo rompimos las cadenas de los cuencos que cayeron estrepitosamente al suelo. Aang fue a un lugar llenos de enormes tubos y con una plataforma de tierra los destruyo.

Me pare enfrente de los pozos de lava y manipule el agua del rio para que esta se adentrara a la fábrica y cayera en los pozos.

En poco de media hora la fábrica había explotado.

Salimos corriendo de ella y al hacerlo pude ver como los tubos que llevaban toda la suciedad se detenían.

Corrimos hacia el campamento, esperamos a que Katara se cambiara y se lavara el maquillaje.

Al estar cerca del campamento nos relajamos y decidimos caminar.

Aang venia muy emocionado por destruir algo de tan gran magnitud que no dejaba de reír y hacer sonidos de explosión.

 

—Shh… Aang, nos van a descubrir. —dijo Katara.

Pero cuando llegamos al campamento nos encontramos a Sokka y a Toph con los ceños fruncidos y esperándonos.

—Hola, chicos, solo salimos a…eh…caminar un momento. —dijo Katara nerviosa.

—No me digas ¿Desde anoche? —pregunto enojado y sacudió el saco de dormir de Katara, de este cayó paja.

Nos descubrieron.

—Tu eres la Dama Pintada. —acuso Sokka. —Se que te ibas por las noches, nos mentiste y le diste a Appa. —Sokka saco la lengua mientras decía: —Modads pada teñid su dengua. —señaló a Toph.

Ella saco la lengua y levanto una bolsita llena de moras.

—Katara, pusiste…—

—Fue idea mía. —lo interrumpí. —No solo la regañes a ella. —

Frunció el ceño.

—No importa, lo que importa es que pusieron en peligro nuestra misión más importante. —se cruzó de brazos. —Nos vamos ahora mismo. —

Rodé los ojos y me fui de ahí junto con Katara y Aang.

—Al menos nos deshicimos de esa fábrica. —dije.

Asintió Katara triste por el regaño de su hermano.

Comenzamos a juntar nuestras cosas y a subirlas a la montura de Appa pero un sonido de motor nos distrajo.

Nos acercamos a la horilla del risco de donde estábamos.

—¿Qué es eso? —pregunto Toph.

—La Nación del Fuego va hacia el pueblo. —contesto Aang.

—¿Hicieron algo? —pregunto molesto.

—Destruimos su fábrica. —dije entre orgullosa y temerosa de que lastimaran al pueblo por nuestra culpa.

—¡¿Ustedes que?! —

—¡Fue idea tuya! —le grito Katara.

—¡Yo solo jugaba! Imitaba la magia de los espíritus con sonidos extraños. —se excusó Sokka. —No pensaron en esto, los soldados culpan al pueblo por esto y se dirigen allá para vengarse. —

—¡¿Y qué querías que hiciéramos?! —pregunte.

—Irse y dejar todo. —

—¡No! —grite enojada. —¡Soy la Ānníng y nunca le daré la espalda a alguien que necesite mi ayuda! —

—Regresaremos al pueblo y haremos todo lo posible por ayudarlos. —dijo Katara.

Asentí y me fui con ella.

—Esperen. —dijo Sokka. —Iré con ustedes. —

—Creí que no querías. —dijo Katara.

—Me necesitan y como su hermano y amigo les daré mi apoyo. —

—Sokka… sabias que tenías corazón. —dijo Katara llorosa.

—Claro que tiene corazón, ¿Verdad? —le pregunto Aang a Toph mientras se limpiaba las lágrimas.

Toph lo golpeo y lo mando al piso.

—Toph. —la regañe de broma. —Me lo vas a magullar. —

Sabía que con ella no debía de molestarme ya que así mostraba su afecto.

Ideamos un plan rápidamente. 

Katara se vestiría otra vez de la Dama Pintada y ayudaría al pueblo a no ser quemado y destruido en lo que nosotros por detrás y escondidos la ayudábamos con aire, y otras cosas para que pareciera real.

Llegamos cuando dos soldados intentaron quemar un tipo de bote, rápido lance una ráfaga de aire para extinguirlo así varias veces hasta que escuche al líder gritar:

 —¡Intenten otra vez! —

Lo hicieron y lo volví a apagar.

Entre Aang, Katara y yo comenzamos a hacer una densa niebla que se fue expandiendo por casi todo el rio.

Entonces fue el turno de Sokka, Toph y Appa. El comenzó a tocar su flauta, Toph hizo sonidos de golpe con una enorme roca y Appa comenzaba a soltar berridos. Como estaban en una cueva el sonido se amplifico y llego hasta el pueblo.

Esa fue la señal para que Katara se deslizara por el agua a gran velocidad y llegara al pueblo.

Aang por otra parte se sumergió en el agua lodosa y nado hasta quedar en el muelle donde Katara estaría, allí él la ayudaría.

Desde la isla de nuestro campamento, pude ver junto con Sokka como Katara elevaba dos botes motorizados de la Nación del Fuego y los estrellaba contra la montaña. después Aang la elevo en el aire evitando un ataque y empujo al soldado hacia el agua sucia. 

Katara se acercó a él y lo asusto.

Una vez los soldados se fueron, Sokka, Toph y yo nos subimos a un bote y con agua control nos lleve hacia el pueblo.

Se escuchaban los vítores hacia la Dama Pintada.

—Gracias, Dama pintada. —dijo Dock mientras se acercaba. —Mis hermanos y yo se lo agradecemos mucho…oigan…un momento yo te conozco. —se acercó más a Katara. —Tú no eres la Dama Pintada, eres la chica de las colonias. —

El maquillaje de Katara se había corrido.

—Ella es la que me dio un pescado, estoy seguro. —dijo un niño.

—¡Tú nos mentiste a todos, eres una maestra agua! —dijo molesto Dock.

—¿Una maestra agua? —

—¡¿Por qué te burlas de la Dama Pintada?! —

Las personas comenzaron a gritarle enojados a Katara.

Sokka fue a defenderla.

—Es una maestra agua ¿Y qué? Ella trato de ayudarlos. Gracias a ella la fábrica ya no contaminara el rio y el ejecito se fue, deberían de estar agradeciéndole de rodillas. —

—Actúe como la Dama Pintada y lo siento pero sentía que debía de ayudarlos. —dijo Katara. —Pero aunque la Dama Pintada se ha real o no, sus problemas son reales al igual que este rio. No deben de esperar a que alguien los ayude, ustedes mismos háganlo. —

—Tienes razón. —dijo Dock. —¿Pero ahora que hacemos? —

Toph fue hacia la multitud, con voz gruesa y medio gangosa dijo:

—Podríamos limpiar el rio. —

—Eso, vamos a limpiar el rio. —dijo Dock.

Todos vitorearon.

Dock se acercó hacia nosotros.

—No eres tan mala para ser maestra agua. —

—Puedes guardar el secreto. —dije.

—Claro. —contesto. —Los secretos son mi especialidad, por otra parte mi hermano Xu es un chismoso. —

Lo miré confundida y negué divertida.

—Entonces, Dock, ¿Ayudaras a limpiar? —pregunte.

—No puedo pero iré por mi hermano Bushi, a él le encanta limpiar ríos. —

Tomo su sombrero y lo lanzo ya que debajo de él había otro sombrero.

—¡Hola, soy Bushi, tenemos un gran rio que limpiar! —

—¡Aja! —dijo Aang. —Sabía que eras la misma persona, el vendedor y el del bote. —

—Oh~… debes de estar hablando de mis hermanos Dock y Xu. —

—No, yo lo vi todo te cambiaste de sombrero y te pusiste otro nombre. —insistió Aang.

—Yo te diré quién hace eso, mi hermano Dock. —se acercó y nos susurró: —Esta loco. —comenzó a reír y se fue.

Aang gruño enojado.

—Ya, ya. —dije mientras acariciaba su cabello. —No te enojes. —

Entonces comenzamos a limpiar el rio entre todos. Y la verdad si duramos como dos días seguidos en hacer eso, y se me hizo que lo hicimos muy rápido.

Estábamos en el campamento, era de noche y era nuestra última vez ahí.

Me sentía mucho mejor sabiendo que un pueblo iba a dejar de sufrir hambre y enfermedad al haberlos ayudado.

Esa noche pude dormir como hace mucho no lo hacía.