Si de algo podría estar orgullosa Si Kang Yen, eso era de su persistencia.
Persistir y persistir.
Aunque la persistencia no tenía que estar necesariamente encaminada a una causa buena, honesta y normalmente correcta.
Esa era su vida y su destino desde que tenía uso de razón. Cuando era niña, a sus seis años comprendió que en la vida la única manera de cvonseguir lo que deseas era persistir incansablemente usando todas las armas a disposición.
No le importaba la moral
Mucho menos hacer lo correcto.
Con eso en mente a partir de que su padre las abandonó a ella y a su madre hizo todo lo posible para conseguir lo que quería. En la escuela su determinación la llevó a arruinar a la niña rica de la clase. Después de que está dijera que era una niña sin padre hizo todo lo posible para que sus demás compañeros la odiarán, solo bastaba con unas lágrimas para que se pusieran de su lado. Al final la niña rica tuvo que irse debido a que todos sus compañeros le dieron la espalda.
Cuando estaba en la secundaria, le quitaron el puesto como Blancanieves en la obra de teatro, por lo que con ayuda de otros muchachos le enseño una lección a esa que se atrevió a quitarle lo que quería. Al día siguiente las fotos de esa otra pobre niña circularon por todo el colegio, dejándola como una desvergonzada que baila y coquetea con hombres. Incapaz de representar un personaje como Blancanieves.
En la universidad sus recursos solo aumentaron. Era una mujer muy linda, le daba un sentimiento de protección a los hombres por lo que uso este recurso a más no poder. Fue ahí donde lo conoció.
Chen Si Jiang
Heredero de la Corporación Chen y el hombre más prestigioso de la ciudad.
Un hombre tan hermoso como peligroso, el único que realmente tenía todo lo que ella necesitaba, por lo que no dudo ni un solo instante en hacerlo suyo y atraparlo a cualquier precio.
Se obsesionó con el único que la podía poner sobre un pedestal y darle una vida de reina.
No fue nada fácil.
El no la notaba
Para lograr su cometido, paso por muchas dificultades. Tuvo que apartar a las mujeres molestas que se entrometian en su camino, acabar con ellas fue una tarea como ninguna otra.
A una la destruyó, quitándole cualquier posibilidad de volverse a recuperarse. Fue fácil porque Chen Si Jiang no la quería, y era muy estúpida.
Y la otra. ¡Já! Ni para que mencionarla. Era aún más estúpida.
Sabía lo horrible en lo que convirtió las vidas de innumerables personas.
Ni una sola vez sintió remordimiento.
Menos ahora que casi lo tenía todo.
"Si Kang Yen, la secretaria dijo que se encontraba solo en su oficina. Puedes ir a buscarlo ahora que es la hora del almuerzo. Nadie te va a impedir el paso."
Su asistente personal de forma acelerada le comento lo que tanto había esperado escuchar. Se quitó los lentes y el cubre bocas, arreglo su cabello y se bajó un poco más el escote de su vestido.Con una sonrisa ladina miro el ascensor y avanzó.
Esta vez definitivamente, el sería suyo.
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Chen Si Jiang miraba fijamente la pantalla de su computadora con las emociones a flor de piel.
Sus dedos largos y esbeltos golpeaban rítmicamente el cristal de su escritorio. Y sus ojos tenían una luz diferente a su frialdad habitual.
La pantalla de la computadora brillaba con los integrantes del club de ajedrez, sin embargo lo que más destacó no fue el gran trofeo en el centro, si no la bella joven de apariencia frágil y enfermiza que lo sostenía. A pesar del aura de seriedad y frialdad que desprendía, sus ojos verdes tan hermosos como el jade brillaban intensamente.
Hermosa y brillante como una diosa sacada de la pintura más perfecta de todas.
Era irónica lo patético que era. Más de cinco años pasaron y el aún no era capaz de superarlo.
En medio de sus cavilaciones la puerta de su oficina se abrió de par en par.
"Así es como me tratas después de todo el daño que me hiciste Chen Si Jiang. No has cambiado nada" Si Kang Yen reprochó apenas vio al hombre en el escritorio.
"¿Quién le dió permiso para entrar?"
"No puedo creer que pienses que puedes comprarme para aliviar tu conciencia. Si acepte trabajar para tu empresa fue porque es la mejor que hay en la ciudad y solo quiero superarme más" arremetió la mujer ignorando la pregunta del hombre estoico " Me das un cheque como si tuviéramos una relación especial y crees que..."
"Señorita Si" interrumpió Chen Si Jiang " El cheque que se le otorgó no es para comprar nada, simplemente es parte de los beneficios que se le otorgan a todos los artistas como un aliciente inicial. Y en cuanto a lo que pasó o no en el pasado entre nosotros, creó que eso quedó más que saldado con la compensación que le dí"
Las pocas y duras palabras callaron por completo a Kan Yen, no era así como esperaba su regreso. Por lo general este hombre no diría nada. Pero no importaba.
Esta era su oportunidad para regresar a la contienda y no la iba a desperdiciar.
Por otro lado, Chen Si Jiang no sintió nada al ver a esa mujer nuevamente delante de él. Su expresión no cambio y permanencio indiferente esperando que se desarrollará.
La mujer al ver su falta de respuesta, se molestó y decidió atacar más fuerte.
"Todo lo que me hiciste no se va a reparar con un simple cheque. Por eso te lo devuelvo. No quiero tu sucio dinero" Kang Yen como toda una actriz consagrada actuó su papel de heroína digna, justa y correcta. "Ese año el hijo en mi vientre murió por tu culpa, y con el mis ilusiones. Lo planes que tenía para mí bebé" lágrimas comenzaron a salir de sus ojos miel, que harían que cualquiera de compareciera.
" Mientras tú y Su Yiting tienen felizmente a su hijo, ¿Qué hay de mí? Ustedes tienen a su bebé y lo pueden besar y abrazar. Pero yo no tengo nada"
Chen Si Jiang que hasta entonces no prestaba atención a la mujer frente a él, sintió un pinchazo en el pecho.
"¿Qué dices? ¿De qué hijo hablas?"
"Que cínico eres, mientras me jurabas amor y me cuidabas con un falso corazón, también te revolcabas con Su Yiting. También tuviste un bebé con ella, por eso no te importó que me fuera y que perdiera a mi bebé" más lágrimas derramó junto a su expresión desolada.
Mientras Si Kang Yen seguía interpretando su papel, Chen Si Jiang recordó la última vez que vio a Su Yiting.
Sin despedirse y mediar media palabra más, tomó su chaleco y salió de la oficina.
Al ver la actitud de su hombre ideal, Kang Yen no se molestó. Se lo esperaba y se regocijó en su interior.
¡Ve! ¡Ve! Por ese niño pensó. De todas formas ese sería el broche de oro de su cuento perfecto.
'De todas formas ese niño morirá para que viva mi final feliz. Ese es su destino'.
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