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Capítulo 7: Hacer que te desee

Editor: Nyoi-Bo Studio

Los latidos del corazón de Davi latían más fuerte al momento de escucharlo decir que había un problema. Su cara tenía una expresión de preocupación. Era su primera noche con él; acaba de conocer a su esposo y ¿ya había un problema?

—¿P..problema?

—Sí, es sobre mi— contestóél y de inmediato Davi se sintió aliviada. Espera. ¿Qué? ¿El problema es él? La ansiedad de Davi se sentía como si la presión sanguínea bajara drásticamente desde cien a normal.

—Dime, ¿realmente sabe en qué consiste ser mi esposa?

—¡Si jefe, claro como el agua! Davi cubrió su boca de inmediato al darse cuenta la forma en que le había contestado. Se sintió un poco perturbada cuando él la llamó"mi esposa". Sin embargo, el hombre parecía que no le importaba para nada.

—Bien.

—Entonces, ¿cuál es el problema?

—Ninguna mujer me ha podido seducir.

Davi parpadeó más de tres veces; se hizo una larga pausa de silencio ensordecedor, cuando sus ojos lentamente se abrieron en asombro.

—¿Qué? Espera ¿Eres gay?

El aura calmada pero fría del hombre se encendió como un fuego de hielo frío cuando él escuchó lo que había dicho Davi. Por otra parte, el instinto de Davi la hizo moverse de inmediato, colocando una gran distancia entre ellos, tirando la manta y escondiéndose detrás de esta. Ella sintió que acababa de despertar al monstruo dentro de él. Ella no podía ver sus expresiones pero su aura era suficiente para que a ella se le pusiera la piel de gallina, como si hubiera sido tocada por un fantasma.

Sin embargo, pasó un rato que el monstruo no hizo nada, entonces ella lentamente alejó la manta, mirando como un gato asustado, y espiar al hombre enmascarado ante ella. Su aura extremadamente peligrosa estaba desapareciendo lentamente pero aún el sudor de Davi por la repentina ventisca mortal que había hace un rato aún persistía.

—No— Al escuchar su voz fría como piedra la hizo sentir escalofrío y sintió como si su sudor estuviese frío también. Su palabra era más absoluta que nunca indicando su respuesta sólida e incuestionable.

—¿Estás seguro? — Una vez más, Davi quiso tan solo tapar su testaruda boca. Ella aún estaba tan asustada y no podía evitar cavar su propia tumba. Pero sorpresivamente, el hombre no parecía enojado.

—Si. Los hombres son impensables para mí.

—Entonces, ¿por qué?

—Falta de interés en las mujeres.

La forma en que él contestó se sintió como si estuviera en lo cierto, no había duda después de todo. Pero la curiosidad de Davi sobre el hombre frente a ella era incluso mayor que su miedo, por tanto ella siguió hablando.

—Pero ¿qué pasa con los hombres? Digo, de manera romántica ¿No estás interesado en ellos?— Davi estaba sorprendida por su valor, pero su valentía fue sucumbida lentamente al miedo una vez que el hombre no respondía.

Sei se sentía de hecho un poco impresionado. Era la primera vez que una mujer se atrevía a hablarle de esta manera, a pesar de haberse conocido hace unas horas atrás. Él podía decir cuán porfiada era ella, cuán curioso era porque seguía hablándole a pesar de su obvio miedo.

Y la cosa más intrigante para él era el hecho de que su frágil aspecto pero aun valiente criatura estaba sorprendentemente haciendo que él respondiera, incluso las preguntas ridículas.

—Tampoco interesado en hombres— Su voz era firme, pero era como si él estuviera indicando que se estaba aburriendo del tema. Pero su respuesta hizo que el miedo de Davi disminuyera una vez más.

—Entonces, básicamente, ¿no estás interesado ni en hombres ni en mujeres?

—Si.

Davi cubrió lentamente su boca sorprendida. ¿En serio? ¿No estaba interesado en los seres humanos? ¿O quizás era porque él era un real monstruo? ¿o porque estaba de hecho interesado en brujas o chica mágicas? Davi no podía evitar pensar sobre un montón de ideas ridículas. Sin embargo, ella continuaba preguntándole ya que aún le respondía a pesar de que él parecía un hombre de pocas palabras.

—Entonces, ¿por qué te casaste conmigo?

—Necesito un hijo.

Su respuesta inmediata fue como un relámpago. Ella sabía muy bien que no tenía derecho a decir no; sabía su vida ya era de él, pero ella aún no se podía imaginar portando un hijo y siendo madre. Ella ya se veía resuelta, creía que su mente y corazón estaban listos, pero aun así, su alma se negaba a obedecer.

—Pero cómo te puedo dar un hijo si tú….

—Por eso es que tiene que seducirme. Hacer que te desee.