Prologo

En el vasto cosmos, una pequeña cápsula se deslizaba entre las estrellas. Las constelaciones jugueteaban en su superficie metálica cuando, de repente, una grieta dimensional se abrió repentinamente en su camino.

En un parpadeo, la cápsula se desvaneció de entre las estrellas, sumiendo el espacio en un silencio inquietante. Poco después, la grieta se cerró como si nunca hubiera existido.

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-Hanxia, Ciudad de Jiangnan, Zona Salvaje-

Las ruinas del Antiguo Mundo se alzaban entre la exuberante naturaleza, donde edificaciones desmoronadas se entrelazaban con la maleza, testigos silentes de una era anterior al Gran Nirvana.

En medio de este paisaje, oculto entre los restos de un edificio en descomposición, se alzaba un hombre de unos 35 años. Vestido con una armadura de placas de aleación metálica, una pequeña mochila en la espalda y dos espadas cortas en la cintura, este hombre respondía al nombre de Li Chen Jie, un guerrero mercenario de bajo rango.

Mientras Li Chen Jie observaba las ruinas a través de un pequeño hueco en el edificio, destellos de su vida atravesaban su mente fatigada.

En los primeros días del Gran Nirvana, la pérdida de su familia marcó un punto de quiebre en su vida. Aunque se había convertido en un guerrero, su talento mediocre solo le presentó dos opciones desgarradoras: unirse al ejército o lanzarse al peligroso mundo de los mercenarios.

El amor por la libertad guio su elección, y así, se convirtió en un mercenario a pesar de los riesgos. Mes tras mes, Li Chen Jie se lanzaba a misiones peligrosas, arriesgando su vida para subsistir en un mundo despiadado.

La necesidad de alimentar a su esposa e hija pequeña le otorgaba la fuerza necesaria para enfrentar ese mundo implacable.

Mientras Li Chen Jie se sumía en sus pensamientos, un repentino destello de luz en el cielo captó su atención. Permaneció mirando con asombro mientras el punto de luz, una vez lejano en el horizonte, se acercaba rápidamente. Antes de que pudiera reaccionar, un desgarrador sonido cortó el viento, seguido de una explosión a pocos cientos de metros de su posición. El suelo tembló con la fuerza del impacto, y Li Chen Jie, con instintos agudos, se cubrió entre los restos del edificio mientras la onda expansiva zarandeaba el entorno.

Cuando la polvareda se disipó, el guerrero mercenario emergió de su escondite, con la mirada fija en la columna de humo que se elevaba desde el lugar de la explosión a unos pocos cientos de metros.

El aire estaba impregnado de un silencio tenso, solo roto por el crepitar distante de las llamas. Con las espadas cortas ahora en sus manos, Li Chen Jie se aventuró con cautela hacia la fuente del estruendo. Las ruinas que alguna vez sirvieron como su telón de fondo se transformaron en un escenario aún más caótico.

En la distancia, entre los escombros humeantes, descubrió los restos de lo que parecía ser una extraña cápsula metálica. Li Chen Jie se acercó rápidamente con precaución, sus ojos escudriñando el extraño objeto. Justo cuando pensaba en explorar más de cerca, un rugido gutural lejano resonó a su alrededor, indicando la presencia inminente de peligros.

Sin perder tiempo, Li Chen Jie dio la vuelta para alejarse, pero un inesperado pitido interrumpió el rugido cercano. Sus sentidos se agudizaron mientras un suave llanto de bebé se sumó al caos. Al devolver la mirada a la cápsula, encontró la figura de un pequeño bebé llorando en su interior.

El guerrero quedó estupefacto, las espadas cortas aún en sus manos. La criatura, envuelta en una manta negra, yacía en el centro de la cápsula, con un pequeño colgante alrededor de su cuello. 

¡ROAR!

Li Chen Jie apretó los dientes, sintiendo la urgencia de la situación. Los rugidos se acercaban cada vez más, y el mercenario, sin dudar, se acercó rápidamente a la cápsula. Agarró al pequeño bebé con cuidado y se lanzó lejos del lugar, esquivando con movimientos ágiles los escombros y las ruinas que se desmoronaban a su paso.

Con una determinación palpable, se perdió en la distancia, desapareciendo entre las sombras de las ruinas, llevando consigo al bebé en brazos.