"Pon el poder en manos del hombre cobarde y veras como la destrucción viene cabalgando junto a la muerte"
(Anónimo)
La oscuridad se fue esclareciendo, poco a poco comenzó a recobrar los sentidos, como si alguien hubiera oprimido en botón de inicio y su cuerpo reaccionara.
La sangre volvía a mi sistema y regresaba al corazón de manera acelerada con la adrenalina siempre acompañando su recorrido. Un sobresalto lo llevó a abrir los ojos de golpe agitando su cuerpo, un fuerte impacto lo llevo a cerrarlos casi al instante y segundos después pudo notar el incesante e ensordecedor murmullo del viento contra sus oídos.
"demasiado viento...", pensó.
Coloco sus manos frente a su rostro a modo de barrera mientras entreabría sus ojos adaptándose a la fuerza inicial del viento y dándose cuenta de donde se encontraba.
En el cielo, literalmente.
Caía a una altura superior a los 12.000 pies de altura, bajo sus pies una densa capa de nubes tintadas en un gris claro no dejaban ver mas allá de su manto. Miro estupefacto por unos momentos FN donde se encontraba escuchando el batir de su corazón contra su pecho resonando como un tambor hasta que reacciono.
Miro sus manos por instinto, si eran suyas, seguidamente palpo con desespero su cuerpo notando la ropa oscura que ahora lo vestía: pantalones es de dennin azul oscuro, una camisa delgada de mangas largas negra con dos botones al final de cuello y botas negras tácticas de cuero con agujetas del mismo color.
Las lágrimas salieron de sus ojos por la fuerza del viento, la irritación y sequedad fueron acompañantes. Al tomar algo sujeto a su pierna derecha se planto en el aire, desabrocho el seguro y tomo el mango del arma CZ-P-07.
Miro el relucir te metal negro mate entre asombrado y dudoso. ¿Donde estaba? ¿Que había pasado? ¿Quien era?, eran preguntas que resonaban una y otra vez en su mente, la adrenalina ya avía desaparecido en gran parte dejando paso a una mente en frío. Sabía que debía de pensar en frío si quería respuestas.
Volvió a enfundar el arma asegurando el seguro de la funda. Miro hacia abajo una vez más percatándose de la mochila detrás de su espalda, no faltaban mas de 1000 pies para entrar al manto de nubes.
Miro a su alrededor descubriendo con asombro multitud de figuras oscuras flotando en aire, o mas bien cayendo, llego a notar más de dos decenas de personas entre desesperados y asustados cuando una fuerza impresionante lo golpeo por la espalda, sobrepasando el asombro y dolor inicial trato de darse la vuelta y enfrentar a lo que fuera que lo había golpeado cuando un brazo, fibroso y musculado, paso debajo de su cuello mientras otro hacia presión tomando la muñeca entre su antebrazo y el bicep. Le estaban aplicando una maldita llave.
Llevo su pie derecho detrás del talón derecho de aquel hombre usándolo como ancla, llevó su cabeza hacia adelante y con la misma velocidad estrelló su cabeza contra el rostro de aquel hombre. Un horrible crujir acompaño al punzante dolor que se instalo en su nuca.
El hombreton aflojo lo suficiente su agarre como para que deslizara su cabeza bajo sus brazos y usando su ancla se posicionara con agilidad tras el hombre de tez tostada, cabeza calva y duras facciones cuadradas.
Sin darse cuenta entraron en la espesa capa de nubes, el repentino cambio de un cálido entorno al frío y húmedo lo confundió por un momento, momento que su enemigo no desaprovecho.
Dando la vuelta sobre su eje con el brazo derecho levantado y el puño fuertemente apretado dirigió un puñetazo a su cara con la venganza plasmada no solo en sus ojos, sino en su nariz desencajada y sangrante.
El lo evito haciendo su cabeza a un lado y tomando impulso para luego dar una patada al punto de gravedad del hombre, este se dobló en dos por el intenso dolor que recorría sus pelotas tras ese golpe bajo, sin darle tiempo a recuperarse lo tomo de los hombros y comenzó a dar vueltas sobre su eje, no las suficientes para que el hombre se recuperara y contraatacara, pero si el tiempo suficiente para tomar impulso y lanzarlo lejos de el.
Tratando de volver a sus asuntos centro su atención en lo que podría haber bajo sus pies, trato de tomar la cuerda activadora del paracaídas firmemente sujeto a su espalda.
Al tomarla entre sus dedos la sujeto con fuerza sin halar de ella, paciente, pocos segundos después la capa de nubes desapareció y dio paso a un escenario que jamas hubiera imaginado: una ciudad.
Los edificios se extendían hasta donde una densa neblina gris que cubría lo que parecía ser los alrededores le permitía ver, por un segundo pensó que era una buena noticia entre todo el caos, hasta que noto el detalle más fundamental: más de un edificios presentaba severos signos de deterioro además de claros destrozos, metal escarpado, laminas sueltas, vidrios rotos y demás mientras el oxido y la corrosión parecía querer devorarlo todo.
Miro las calles y noto el mismo deterioro que en los edificios, solo que mas notorio y persistente dejando a la vista amplios cúmulos de plantas que se habían colado entre las grietas de las aceras y el asfalto si no se colaban por partes mas diminutas, los autos estacionados de manera caótica permanecían imperturbables en las calles e incluso estrellados contra farolas y vitrinas, abollados y dañados. Sabia que lo que se aproximaba no era nada bueno.
Tras pasar el nivel de una azotea gris amarillenta por la inclemencia del tiempo decidió abrir su paracaídas como tantos otros habían echo ya, vio con estupor como más de uno caían en picada en completo pánico y desesperación llegando al suelo con un sonoro y desagradable sonido de cuentos de huesos rompiéndose en pedazos, heridas sangrantes, hemorragias, ruptura de vasos y venas e incontables cosas más en cuestión de milésimas de segundo.
El golpe de la velocidad de su cuerpo con la resistencia al viento del paracaídas blanco con franjas negras fue mas fuerte de lo que pensó. Al encontrarse a solo 400 metros del suelo maniobró por la estrecha avenida en la que se encontraba tratando de calcular su descenso para no chocar con alguna de las farolas que aun seguían en pie. O alguno de los arboles que se alzaban sin reticencia en las aceras fracturando en suelo de cemento y hierro con sus prominentes raíces.
Al tocar al fin el suelo con sus pies una parte de su nerviosismo desapareció, pues al fin tocaba suelo firme, sin embargo la fuerza de la caída lo embistió contra en suelo rodando un par de metros. Al levantar la cabeza la gruesa manta cayo sobre el, la aparto a todo prisa con los nervios a flor de piel poniéndose en pie para luego desabrochar con torpeza los arneses del paracaídas.
Al lograrlo viro en su entorno, las tiendas abandonadas parecían viejos almacenes en desuso, vitrinas rotas, calles y aceras presentaban rupturas en su arquitectura al igual que la mayoría de edificios y construcciones. La zona remontaba muerte, caos, miedo, pánico. Restándole importancia a lo que fuera que hubiese pasado hay se centro en si, llego al trote hasta un auto volsvagen rojo estrellado contra la vitrina de una tienda de ropa que ahora lucia muñidas y en tonalidades grises y amarillentas no dejaban una buena vista.
Se sentó en el suelo lleno de escombros, polvo y vidrios rotos además de otras cosas aje ni quería pensar que eran. Apoyo su espalda contra la llanta trasera desgarrada del auto y saco su arma. Deslizando el el seguro sacó el cartucho de balas asegurándose de las 9mm que hay descansaban, listas para ser accionadas, volvió a insertar el cartucho e hizo hacia atrás la corredera para botar la bala que permanecía en la recámara
Inclino la cabeza hasta topar con el frío metal magullado del auto, mire al cielo oscurecido por las nubes grises que permitía en ocasiones vislumbrar un astivo de luz, brillante y cálida. Su tranquilidad duro poco cuando en el aire resonó un disparó, quizás a menos de 5 cuadras. Demasiado cerca.
Se levantó rápidamente y comenzó a trotar tratando de alejarse del conflicto. Sabía que a ese disparo otros le seguirían en poco tiempo, dicho y echo, los disparos comenzaron a resonar en cada lugar entre las intrincadas calles y callejones de la ciudad. Demasiada desesperación, demasiado miedo, duda y terror entre aquellos que sobrevivieron a la caída.
Hací anduvo por varios minutos tratando de evitar a todo ser vivo, por suerte no tubo porque sacar el arma y halar el gatillo, aquellos que lograba ver estaban demasiado asustados como para saber quien estaba frente a ellos. En el tiempo que recorrió calles y callejones que no se salvaron de la inclemencia del tiempo y la destrucción, o renacimiento, depende de como lo vean, pensó en aquello que lo trajo hay, no lo recordaba. No recordaba nada de aquello que pudo haber pasado antes de despertar en plena caída, no recordaba quien era o como se llamaba, pero en medio de un callejón se detuvo a tomar aire puesto a cubierto contra un gran pedazo de pared que se desprendió desde un segundo pisó.
Hay se sentó para recobrar el aliento cuando vio su reflejo en los pedazos de un viejo espejo que se desperdigaban a su alrededor. En ellos vio algo que en su mente no terminaba de encajar, pensaba que antes no estaba hay.
Tomo un pedazo de aquel espejo, el mas grande que encontró a simple vista y lo llevo hasta el lateral izquierdo de su cuello. Desde la parte trasera de su lóbulo izquierdo bajando 7cm en un tatuaje que más parecía un numero de serie: A-747683-KR.
Llevó su mano derecha libre que había recorrido las lineas del tatuaje hasta llegar instintivamente hasta la parte trasera de su cabeza, al nivel de su baja nuca sintió un pequeño objeto metálico, lo toco con las yemas de sus dedos delimitando sus bordes, parecía una chapa, su descubrimiento se vio interrumpido al notar como un disparo resonaba tras el pedazo de pared que lo cubría, alguien le había visto y ahora trataría de darle caza.
Se levantó sobresaltado y echo a correr como si su vida dependiera de ello, aunque fuera cierto. Pronto salio del callejón y los disparos que resonaban tras sus talones se detuvieron tras otro disparo proveniente de una ubicación diferente aunque cercana.
En ese momento se dio cuenta de algo que no había notado en la continua huida; esta no acabaría aquí, por algo alguien los había puesto allí, si los querían muertos ¿porque no matarlos y ya? ¿Porque darles un arma y que ello mismos se mataran entre si?. Nada estaba claro... Que hacia hay, porque estaba hay, que era aquel lugar o si quiera quien era el. Pero solo tenia una cosa clara en la mente: esto solo era el comienzo.