En comparación con el tiempo y esfuerzo que Phloria había invertido en la esgrima durante toda su vida, Lith aún era un principiante. Durante los años que habían pasado separados después de la academia, la brecha entre ellos solo había crecido más.
—Vaya, para alguien que tiene que entrenar el Dominio de la Luz, los poderes de la sangre y todo lo que aún me sigues ocultando, tu habilidad es impresionante —Dijo ella después de darle una paliza y pasar a enfrentar al Protector.
Podían hablar libremente porque la matriz también los Silenciaba, evitando que los miembros del Cuerpo de la Reina y todos los demás allí presentes los oyeran
—Gracias, supongo —Lith observaba cada uno de los movimientos de Phloria mientras su estoque apenas tocaba la maza de Ryman y aún así lograba alterar su trayectoria de forma que se volvía inofensiva.
Tres movimientos después, ella regresó a los niños mientras Protector escupía un puñado de nieve.
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