—Mi maestra me envió aquí solo porque tiene curiosidad por entender el motivo de tu artimaña. Si realmente quisieras causar problemas con el Consejo, no habrías anunciado tu presencia e intenciones.
—Tu amenaza es un farol que esperabas que descubriéramos. A menos que esté equivocada y realmente estés loca, te exijo que expliques por qué no solicitaste una reunión formal a través de los canales oficiales. —dijo Tryssa.
Después de evaluar a su oponente, Zoreth dejó las pretensiones y una sonrisa astuta apareció en su rostro. La Fae no era una idiota, pero tal como lo había esperado el Dragón de Sombra, el ego del Consejo les había salido mal.
Enviar a alguien joven e irrelevante como su embajador fue otra forma de humillar a los invitados no deseados, al igual que hacerlos esperar horas sin una sola respuesta.
Pero eso jugó a favor de Zoreth.
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