549 Mundo Shinobi - PGM - 214

Habían pasado dos días desde que Kain rescató a las Uzumaki. La madre de Kiyomi se llamaba Tsubaki: ella tenía el cabello rojo y vibrante de los Uzumaki, una actitud seria y amable a la vez. Era ese tipo de persona con la que era fácil llevarse bien. Lo que más destacaba en su apariencia eran sus hermosos ojos esmeralda y sus, bueno, sus enormes senos. Ella vestía un kimono gris, sin adornos y de confección simple.

En estos momentos, Kain avanzaba saltando de árbol en árbol en el bosque de la nación del Fuego, a solo unos kilómetros de Konoha. Ya podía ver los rostros de los dos kages esculpidos en la montaña. Al mismo tiempo llevaba a Tsubaki en su espalda sintiendo el suave y sensual tacto de una mujer madura. Kain tenía diez años, pero era un poco más alto que la mayoría de los niños (1,40 mts). No obstante, podía sentir como las dos masas de carne suave presionaban desde los hombros hasta las costillas. Además, sostenía a Tsubaki por los suaves y gruesos muslos. Todas esas emociones, junto a la suave respiración y las palabras dichas a su oído lo perturbaban.

En esta vida, era la primera vez que Kain se sentía consciente de una mujer. Cuando era niño Mito lo bañaba y vestía, pero nunca sintió nada raro. Puede ser porque veía a Mito como una madre más que como otra cosa. Sin embargo, Tsubaki era realmente joven, ni siquiera veinticinco años, un cuerpo erótico y una actitud de hermana mayor.

Kain negó con su cabeza mientras se apoyaba en la rama de un árbol y se impulsaba hacia el árbol siguiente.

En cierto sentido, era un inconveniente tener sus primeros sentimientos sexuales por una persona. Peleo contra dos tsuchikage, un biju y el kazekage, varias arañas gigantes que a cualquiera le podrían la piel de gallina y un ejército de pequeñas arañas explosivas, pero nunca se sintió tan sobrepasado por la emoción como ahora.

Al mismo tiempo que Kain avanzaba, su clon de madera lo seguía en paralelo cargando a la hermana de Kiyomi. Ella se llamaba Nagisa y tenía el cabello de color naranja como consecuencia de mezclar la sangre Uzumaki con la de un noble civil. Kain podía ver y sentir la gran vitalidad corporal en su aura, pero con suerte tenía el chakra de un genin, lo que era poco considerando su linaje. Ella vestía igual que su madre, con un kimono gris, sin adornos y de confección simple.

Por otro lado, diferente de Tsubaki quien era alguien sociable, Nagisa era reservada y tímida. Siempre miraba a Kain con un rubor en las mejillas y asentía con la mirada gacha cuando él le decía algo.

-¿Puedes ver los portones y las murallas?- preguntó Kain, el vestía su ropa oscura y la armadura roja similar a la de su tío y padre.

-Sí, puedo- respondió Tsubaki con voz alegre, pero no menos sensual para Kain.

Al sentir que ella le hablaba al oído muchas cosas se activaron en el cuerpo de Kain. Así que este último tuvo que respirar de tal manera que se relajara o sería un inconveniente detenerse frente a los portones de Konoha con la espalda encorvada porque otra cosa se había erguido.

No obstante, Kain se detuvo a mil metros de los portones y se ocultó en el bosque. Él se agacho y su clon hizo lo mismo para que Tsubaki y Nagisa se bajaran.

-¿Por qué nos detenemos aquí?- preguntó Tsubaki algo preocupada

Kain sonrió un poco triste, pensando que ella aún dudaba de sus intenciones. Sin embargo, trato de sonreír lo más amable que pudo y avanzó hasta ponerse a la derecha de su clon -lo siento- dijo, apuntando con el pulgar al clon -pero necesito ocultar a este tipo. Digamos que no es prudente que los otros sepan que puedo hacer algo así-

-Es un clon ¿no?- preguntó Tsubaki algo preocupada por las intenciones ocultas. Durante estos dos días había actuado como si todo estuviera bien, pero si dijera que no temía a Kain, sería mentira. Para empezar, de repente aparece, dice que la salvo y todo eso, pero para ella era raro. No tenía más significados o escusas, después de todo, eran dos desconocidos. Kain no le parecía una mala persona, pero podía sentir una poderosa intención de batalla, como si él hubiera estado combatiendo sin cesar; lo cual la ponía nerviosa.

-Digamos que sí, pero es mejor que no lo sepas, podría ser malo para ti-

Tsubaki asintió, tomo la mano de Nagisa y retrocedió dos pasos. Esto realmente hirió a Kain, pero entendiendo que Tsubaki fue secuestrada y casi desangrada por el bien de los shinobis, podía entender su desconfianza.

-No te preocupes, Tsubaki- dijo Kain mirándola a los ojos con seriedad -te lo prometo, nunca te heriré ni dejare que te pase nada malo. Lo juro. No puedo saber que pasara en el futuro, pero tratare de que seamos los mejores amigos-

-Yo…- respondió Tsubaki con voz temblorosa mientras apretaba la mano de su hija. Sintió que le tiritaron los labios y sus ojos se pusieron acuosos, pero sonrío en lugar de llorar. Hace mucho tiempo que se había acostumbrado a hacer eso.

-No necesitas decir nada, solo espera a que nos conozcamos. Konoha no es perfecta, pero es un buen lugar para que tus hijas crezcan. Mi tío se encargó de que fuera así-

-¿Tu tío?-

-Sí, Hashirama Senju-

Tsubaki abrió su boca en una expresión de asombro y no supo que decir. Por otro lado, Kain soltó una risita al ver su sorpresa y se concentró en realizar una seguidilla de sellos

-Doton, doryuheki- dijo Kain agachándose y tocando el suelo. Al instante se formaron murallas de piedra a su alrededor hasta formar un cubo que lo oculto por completo. Entonces Kain activo su sharingan para ver en la oscuridad y miró a su clon de madera -lo siento, pero tienes que cambiar-

-Está bien- respondió el clon con una sonrisa astuta -te llevaste toda la diversión, pero te digo que la hija alcanzara a la madre-

Kain soltó una risita, entre avergonzado y divertido por los comentarios de su clon. Después formo un sello de tigre con su mano derecha y apuntó al clon de madera con la mano izquierda. El clon perdió sus colores hasta tomar la textura de la madera. Su cuerpo se deformo como si fuera un árbol fantasma con un rostro macabro y le salieron hojas de los brazos. Al mismo tiempo, sus pies se extendieron como raíces hasta que perdió su forma humana. Lo único tenebroso, fue que el rostro de Kain quedó en el tronco como si fuera un árbol maldito. No obstante, lo importante era que al clon le quedaba suficiente energía como para convertirse en un árbol de manzanas.

Una vez que Kain tomo las dos manzanas que nacieron de las "manos", inflo sus pulmones y lanzo una larga llamarada que incinero el árbol hasta los cimientos. Ahora, el único problema fue que el cubo se llenó de humo y Kain tuvo que abrirlo lo más rápido que pudo.

-¿Qué te paso, Kain?- preguntó Tsubaki acercándose mientras Nagisa esperaba a cinco metros de distancia.

Kain salió tosiendo y dijo -nada, solo, un poco de fuego- tendió su mano derecha con las dos manzanas y continuo -toma, para ti y Nagisa-

-Gracias- dijo Tsubaki mientras tomaba las manzanas y veía a Kain alejarse del cubo con humo negro por dentro -¿Ya te ocupaste del clon?- preguntó

-Sí- dijo Kain como si estuviera ahogado por el humo y tosió -podemos, continuar-

-¿Seguro que estás bien?-

-Sí, estoy bien, vamos-

Entonces Kain miró a Tsubaki y Nagisa mientras trataba de sonreír, pero su rostro había quedado manchado por el humo.

-A ver, déjame ayudarte- dijo Tsubaki, le entrego las dos manzanas a su hija y saco un pañuelo gris de la manga de su kimono. Ella se acercó a Kain y una vez que llego delante de Kain, le tomo el rostro por la barbilla y con el pañuelo le limpio el tizne del humo. Kain se ruborizo al verla de tan cerca. Ella era una cabeza más alta que él, por lo cual, esas dos grandes y tentadoras masas quedaban muy cerca de su rostro, lo cual lo hacía sentir consciente de ella, pero se obligó a cerrar los ojos para no incomodarla. Kain todavía recordaba como ese viejo Sasuke miraba a Aoi y como a ella le molestaba.

-Listo- respondió Tsubaki soltando el rostro de Kain, lo cual alivio a este último.

Kain se dio la vuelta y le dijo -muchas gracias-

-De nada- respondió Tsubaki un poco más confiada

-¿Vamos?- preguntó Kain mirando hacia atrás de soslayo

-Vamos- respondió Tsubaki, se acercó a Nagisa y la tomó de la mano

De esa manera, los tres caminaron hasta el camino principal y avanzaron hasta el gran portón de entrada de Konoha.

La entrada estaba custodiaba por diez Uchihas de la policía militar. Dos policías dentro de una caseta, otros cuatro a los lados de la entrada y otros dos puestos en las torres de vigilancia en lo alto de las murallas.

Kain se acercó a la caseta donde dos guardias estaban sentados llenando documentos. Ellos notaron la armadura roja y las dos mujeres, después se dieron cuenta de quien era y se pusieron de pie al instante.

-Hola, Kain-sama, gracias por sus esfuerzos- dijeron los dos policías e inclinaron sus cabezas.

-De nada ¿Cómo han estado las cosas en Konoha?- preguntó Kain de buen humor

-Bueno, todo tranquilo gracias a usted y los demás shinobis- respondió un policia

-¿Cómo se llaman?-

-Yo- dijo el shinobi de la derecha -Masato, señor-

-Yo soy, Kakeru- respondió el de la izquierda

-Es bueno que todo haya estado tranquilo, Masato y Kakeru, muchas gracias por su continuo trabajo. Ahora mi asunto es que vengo con dos personas, las cuales serán recibidas por Mito Uzumaki ¿Necesitan llenar algún papeleo?-

-Sí, disculpe, es necesario- respondió Masato -Konoha está a salvo y no ha habido incidentes, pero hokage-sama se ha vuelto estricto con la vigilancia-

-Es razonable- respondió Kain con una mueca incomoda, se dio la vuelta y miró a Tsubaki y Nagisa -necesitan registrarse antes de entrar a Konoha-

-Espere Kain-sama- dijo Kakeru

Kain se volteó y lo miró a los ojos con tranquilidad -¿Qué sucede?- preguntó

-Antes de acreditar la identidad de las dos mujeres, necesitamos sus documentos-

-¡Aaah! ¿Eso? Verán, tuve un pequeño inconveniente y mis cosas se destruyeron. Sin embargo- dijo Kain con una sonrisa en los labios y activo sus ojos. Primero su iris se tornó rojo como la sangre y apareció el primer tomoe mientras giraba en espiral, después apareció un segundo tomoe y después un tercero. Los dos policías como buenos Uchihas, quedaron conformes con eso, pero cuando vieron los tres tomoes conectarse formando un símbolo de tres magatamas conectados entre sí formando un círculo, soltaron ruidos como si se hubieran ahogado de la pura impresión. No obstante, Kain llevo su dedo índice a su boca y les hizo el gesto para que guardaran el secreto. Los dos policías se taparon la boca y Kain desactivo su mangekyo.

-¿Con eso es suficiente?- preguntó Kain

Los dos policías asintieron y Kain se apartó para que Tsubaki y Nagisa se acercaran a la caseta. Los dos policías fueron amables con la mujer y la niña, y aunque quedaron impresionados con la belleza de Tsubaki, no pudieron apartar la mirada de Kain. Era como si hubieran visto un fantasma.

Una vez que pasaron la caseta y atravesaron los portones de Konoha, Tsubaki y Nagisa quedaron impresionadas porque no esperaban que una villa oculta, se viera como un pueblo rural llenó de casas de civiles.

-Konoha, es, muy, humilde- dijo Tsubaki con voz suave e impresionada

Kain se largó a reír y respondió -no es que Konoha sea humilde en términos de construcción. Si miras hacia la montaña donde están esculpidos los dos rostros verás que un poco más acá hay tres grandes edificios con la estructura de pagodas. Esas son las mansiones de los patriarcas de los clanes influyentes-

Tsubaki y Nagisa alzaron la mirada y vieron la gran montaña con los dos rostros. Antes de eso, había tres enormes pagodas, una a la izquierda y dos hacia la derecha.

-Es verdad- respondió Nagisa con una voz suave y tierna mientras sujetaba la mano de su madre

-¿Verdad?- preguntó Kain de buen humor, Nagisa se sonrojo y agacho la mirada. Kain mostro una sonrisa amable y continuo -en estos momentos Konoha se divide en dos, primero el sector civil, donde todos los que sirvieron a los shinobis pueden vivir sin pagar impuestos y reciben la protección de la villa. Después de eso, Konoha se corta a la mitad y de ahí hasta la gran montaña es donde viven los shinobis-

-¿Por qué?- preguntó Tsubaki

-Mi tío siempre se preocupó por todos, claro, no podía ayudar a todos, pero a los que podía lo ayudaba. No puedo decir que los civiles son felices, aún viven en la pobreza como puedes ver, pero por lo menos están lejos del peligro-

-El Dios Shinobi era alguien increíble- dijo Tsubaki

Kain hizo una mueca incomoda y solo dijo -sí, era alguien increíble-. No obstante, él todavía recordaba lo que le dijo Hashirama "el dios shinobi no existe".

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