En medio de la noche, Kain guiaba a los escuadrones de Konoha a través de los pastizales. Se movían de sombra en sombra, evitando la luz de la luna en lo alto del cielo nocturno. Una vez que llegaron al bosque en el que Kain y sus amigos habían visto a los shinobis de Iwa, saltaron a las ramas de los árboles y avanzaron saltando de árbol en árbol. Siempre ocultos, siempre en silencio. Una vez que llegaron al sector indicado, Kain miró hacia el suelo y notó que los shinobis de Iwa habían abandonado el lugar. Sin embargo, nada era tan simple, así que Kain activo su sharingan y reviso cada centímetro de los alrededores.
-Espérenme aquí y preparados- susurro Kain y el resto lo quedó mirando desde las ramas de los árboles. Kain saltó a una gran roca que servía como tapadera, después se movió agachado y descendió hasta el suelo. Una vez que llegó a la tierra, empezó a inspeccionar las pisadas que quedaron marcadas en la tierra. Un pequeño aroma a madera quemada guio su nariz a la base de la gran roca. Con sus ojos vio que era una astilla de madera carbonizada, todavía emitía humo, pero era tan pequeña que era casi invisible para los ojos de los demás.
Kain estiro su mano, tomo la astilla de madera y la sujeto en la palma de su mano. Aún conservaba calor. Kain se puso de pie, activo su mangekyo mientras le daba la espalda a los shinobis que lo seguían y miró los detalles que se podían escapar incluso a los ojos de un sharingan. Entonces noto el patrón de las pocas pisadas que aún quedaban en la tierra. Kain asintió, y disminuyo el flujo de su chakra para que sus ojos solo quedaran activados hasta el segundo tomoe.
-Síganme- murmuro, dio un salto a la gran piedra y de ahí se impulsó a las ramas de los árboles. Una vez arriba, comenzó a saltar de árbol en árbol y avanzó hacia el sector en donde el bosque se volvía amarillo y naranja gracias a sus hojas. Poco a poco comenzaron a notar el aroma del fuego a la distancia, hasta que llegaron a un claro en el centro del bosque. Los shinobis estaban reunidos alrededor de una fogata, los heridos estaban apoyados en los árboles o rocas, mientras que los que podían luchar, estaba haciendo guardia. Sin embargo, Kain juzgo que, por el flujo y la cantidad del chakra, no había ningún sensor entre la multitud. Eran, los rezagados, aquellos que habían sido abandonados por el ejército principal o solo fueron dejados como carnada para darles a los demás, tiempo para escapar.
Kain y el resto de los shinobis estaban a cincuenta metros, mirando desde la oscuridad. Un shinobi se movió a su rama y la hizo crujir con su peso. Kain lo miró algo molesto y el tipo se echó hacia atrás, con cierto miedo.
-¿Qué quieres?- susurro Kain
-¿Atacamos?- pregunto el shinobi
-No, aun no, esto es extraño. En el día vi muchos más shinobis, ninguno de ellos estaba herido. Al contrario, se veían como un fuerte equipo de vanguardia-
-Entiendo-
-Dame un minuto para evaluar la situación. Una vez que este seguro, atacaremos o nos retiraremos-
-¿Retirarse?-
-Si es una trampa, nos retiraremos. Es mejor eso a disminuir a los shinobis del campamento. Dame un minuto-
-Entiendo-
Kain se movió de árbol en árbol, sin perder de vista al campamento de heridos. Bordeo la zona y cuando llego al otro extremo, vio un aura bajo una pila de rocas. Después se movió un poco más allá, acercándose a otra pila de rocas y vio otra aura, entonces entendió lo que estaban haciendo los shinobis de Iwa.
Kain sonrió, avanzó bordeando las pilas de rocas ocultas en la oscuridad del bosque y busco el aura más grande y rebosante de vitalidad. Una vez que la encontró, Kain creo una serpiente de agua y una vez que esta tomo forma, Kain señalo a donde quería que fuera. La serpiente asintió mientras la luz de la luna se reflejaba en sus ojos duros como hielo. Entonces la serpiente repto bajando por el árbol hasta llegar al suelo, avanzó durante veinte metros hasta una pila de piedras y su cuerpo se volvió líquido, dándole la posibilidad de pasar a través de la pila de rocas.
Pasado un minuto, Kain sonrió y vio al shinobi oculto dentro de la pila de rocas. Era similar a quitar una corteza, ya que el shinobi de primeras tenía la textura de la piedra, pero a medida que se separaba, volvía a tener su piel humana. El shinobi cayó de espaldas al suelo mientras la serpiente le seguía sujetando el cuello lo suficientemente fuerte para que quedará inconsciente, pero con la suficiente soltura como para no matarlo.
Kain se sintió satisfecho con el resultado y volvió con los shinobis de Konoha.
-Capitán- murmuro un shinobi -eso fue más de un minuto-
-Cállate idiota, queremos vencer, pero no perder a nuestros compañeros. Ahora ataquen con todo lo que tienen y no perdonen a ninguno. Como lo suponía, es una trampa. Veinte metros por detrás del campamento, hay shinobis ocultos bajo montículos de piedra-
-Hubiera sido bueno traer a un Hyuga, su visión para este trabajo es la mejor- murmuro otro tipo desde una rama cercana.
-No puedo comandar a los Hyuga, así que deja de pensar en el "tal vez" y mueve tu culo-
Kain miró al resto de los shinobis que no sumaban más de veinte, todos de su clan y asintió. Ellos también asintieron y avanzaron a través de las sombras proporcionados por los árboles. Primero se acercaron a los shinobis que formaban un perímetro en los alrededores y los emboscaron sin hacer ruido. Después atacaron a los que estaban sentados o durmiendo solos y, por último, a los que estaban en el centro del campamento, frente a la hoguera. No obstante, estos eran mucho más hábiles que el resto, así que se dieron cuenta del ataque.
-¡Ahora!- grito un shinobi de Iwa y al instante siguiente emergieron los shinobis de Iwa que estaban ocultos debajo de las piedras. Ellos se formaron en una larga fila, hicieron los sellos de mano lo más rápido que pudieron y gritaron al unisonó -Doton, Iwadeppo no jutsu-. Entonces escupieron una gran ráfaga de rocas que los Uchiha apenas si pudieron esquivar. De no ser por sus ojos, hubieran muerto acribillados.
Al mismo tiempo, Kain realizo un sello de mano para mantener la concentración y desde el suelo comenzaron a emerger una gran cantidad de esferas de agua que poco a poco fueron tomando la forma de serpientes. A los pocos segundos estuvieron listas, reptaron sin ningún problema entre los pies de los shinobis y fueron subiendo por los cuerpos. Algunos shinobis de Iwa sintieron una sensación fría por sus cuerpos, pero ya era demasiado tarde; las serpientes los estaban estrangulando.
Los shinobis de Iwa comenzaron a luchar con las serpientes, perdiendo poco a poco el aire y cuando ya se sintieron derrotados, activaron los sellos de su cuerpo ocasionando una gran explosión tras otra. Ningún shinobi de Iwa sobrevivió. Bueno, salvo uno, que estaba inconsciente en el bosque, lejos de las explosiones y el combate.
-¿Qué hacemos, capitán?- pregunto un Uchiha mientras miraba como se extendía el fuego por el bosque.
-Dame un momento- dijo Kain y comenzó a realizar un sello a la vez; Tigre, serpiente, rata, serpiente, tigre, ave -Suiton- dijo a viva voz mientras extendía su chakra por la atmosfera recogiendo la humedad del aire y en el suelo -Suijinheki-. Al instante siguiente se juntó una gran masa de agua que formó una muralla y se extendió como una gran ola apagando al mismo tiempo el fuego de las explosiones.
Una vez que todo volvió a la calma, Kain y el resto de los Uchihas inspeccionaron lo que quedaba del campamento, pero no había nada valioso. Solo shinobi mutilados y sus partes desperdigadas por todos lados.
Kain fue a mirar al shinobi que había capturado su serpiente de agua y lo encontró inconsciente. Kain sonrió satisfecho y le dijo a la serpiente -eres una buena chica-. No obstante, Kain movió su mano como si cortara el aire en horizontal y al instante siguiente la serpiente se desvaneció dejando un charco de agua. El shinobi comenzó a toser como si quisiera despertarse de su inconciencia, pero Kain avanzó a paso rápido, saco un sello desde el interior de su armadura y se lo puso tan fuerte en la frente que pareció que le estaba dando una palmada. Entonces el shinobi de Iwa cayó inconsciente.
-Capitán ¿Está vivo?- pregunto un Uchiha mientras se acercaba
-Sí, lo capture cuando me dijiste que me había demorado más de un minuto- respondió Kain en un tono burlesco
-Lo siento-
-Da lo mismo- dijo Kain y activo su sharingan hasta el segundo tomoe. Todo fue claro como si estuviera de día. Entonces Kain le quito la chaqueta táctica al shinobi de Iwa, saco un kunai, le abrió la polera y dejo su pecho al descubierto. Kain asintió al ver el sello explosivo tatuado en la piel y canalizo el chakra del alma en la punta de su dedo índice. Después paso su dedo por encima del sello explosivo y la tinta se desvaneció.
-¿Ya no explotara?- pregunto Osamu mientras se acercaba
-No, ya no explotara- dijo Kain -llévalo al campamento. Allá le pediremos a un Yamanaka que investigue en sus memorias. Pero primero- Kain sacó un papel de sello en blanco, volteó al tipo y apego sus manos a la espalda. Entonces sostuvo ambos índices y los vendo por la punta, como si ambos dedos quedaran conectados por un pequeño tuvo. Kain aplico chakra del alma y creo un sello obstructor. Esto bloquearía cualquier flujo de chakra, lo que lo dejaría indefenso.
Kain se apartó del tipo y Osamu se acercó para echárselo al hombro. Una vez listos, Kain guio a los escuadrones a través de la oscuridad del bosque y volvió al campamento de Konoha, donde lo esperaba Kazuhiko.
-¿Todavía despierto?- pregunto Kain con una gran sonrisa
-Es trampa que solo tú te puedas divertir- respondió Kazuhiko con el ceño fruncido
-Kain-sama no se estaba divirtiendo- dijo Osamu mientras llevaba al shinobi de Iwa en el hombro
-Solo estaba bromeando, Osamu, eres muy serio- dijo Kazuhiko con cierto fastidio
-También le digo lo mismo- respondió Kain con una sonrisa -solo tiene un par de años más que tú y ya parece un abuelo-
Kain y Kazuhiko se rieron mientras Osamu negaba pensando que, a pesar de sus grandes habilidades, ambos eran niños.
Por otro lado, Kazuhiko no era el único despierto. Sasuke Sarutobi vistiendo sus ropas doradas de monje, se acercó al grupo -es bueno saber que están de buen humor, pero puedo preguntar para que trajiste al shinobi de Iwa. En cuanto despierte, explotará-
-Ya no- dijo Kain con una sonrisa cargada de confianza -manda a llamar a un shinobi del clan Yamanaka, necesito información-
-Kain Uchiha, soy tu mayor- dijo Sasuke en un tono molesto
-Y yo te recuerdo que estoy a cargo, Tobirama lo designo así ¿Un líder de clan va ir contra de la voluntad del hokage?-
Sasuke frunció el ceño y se dio media vuelta sin decir nada.
Kain negó con la cabeza, pero lo dejo marchar, ya se cobrará todas las deudas pendientes -Osamu, deja al shinobi de Iwa en mi carpa. Diles a los guardias que nadie, excepto tú o Kazuhiko pueden entrar. Que se mantengan en alerta máxima, con sharingan activo y todo-
-No cree que eso es un poco-
Kain le dio la espalda y respondió -lamentablemente, no podemos confiar en todos. Ahora ve-
Osamu miró a Kain, lleno de incredulidad ante sus palabras, pero a los pocos segundos reacciono diciendo -lo entiendo, cumpliré su comando-
-Te acompaño- dijo Kazuhiko y juntos fueron a dejar al prisionero a la carpa de Kain.