Kain tomo una larga estaca de hierro unida a una larga cadena y la clavó en la base de un pilar de piedra recostado en el suelo. Él tiro de la cadena para ver si se soltaría en el corto plazo, pero parecía firme. Kain asintió, miró los otros diez pilares con un marionetista sobre su superficie. Todos estaban acostados con las manos y pies amarrados con grilletes de piedra. Kain les puso una amarra en la boca porque eran demasiado ruidosos, salvo la mujer que enveneno a Osamu. Ella permanecía tranquila, lo miraba y guardaba silencio.
Kain sonrió complacido al verlos a todos vencidos y después miró a Torifu, de rostro serio y gorro negro con orejas puntiagudas -¿No nos vas a ayudar?- preguntó
Torifu frunció el ceño y le dijo -no, esto es todo tu idea-
Kain hizo una mueca de resignación y después miró a Osamu que media hora después de su proceso de desintoxicación, estaba en buenas condiciones.
-¿Qué va a hacer con eso, Kain-sama?- preguntó Osamu
-¿Qué vamos a hacer?- corrigió Kain -tú me vas a ayudar, serán una moneda de cambio o de buena voluntad- Kain señalo cuatro pilares y sus largas cadenas -tú tiraras de esos, yo me quedó con los otros siete-
Osamu miró al cielo despejado con un sol incandescente. Después miró los pilares que le dijeron que arrastrara de la cadena y suspiro. Al mismo tiempo, Torifu se acercó a Osamu, este último dio un paso atrás, asustado por su rostro de pocos amigos. Pero como se esperaba de un Akimichi, era amable, así que le tendió la mano. Osamu no entendía y Torifu no se explicaba, solo tendía su mano.
-Lo más probable es que te quiere ayudar con la mitad- dijo Kain -ya sabía que siendo hermano de Ooyama-san no eras tan mala persona-
-Cállate- dijo Torifu en voz baja y ruborizado, miró a Osamu con la mano aun tendida y Osamu le entrego dos de las cadenas.
Por su parte, Kain tomo las cadenas de los otros siete pilares y los jalo. De esa manera, todos avanzaron por las colinas áridas hasta llegar a las extensas dunas de arena caliente.
-¿Cómo sabias que era el hijo del demonio Uchiha?- preguntó Kain mirando de soslayo hacia atrás. La mujer marionetista acostada en el pilar, levantó su cuello y entendió que él le estaba hablando a ella.
-No hay muchos shinobis con el cabello blanco y los ojos azules- respondió ella
-¿Mi información la compraron a un buen precio?-
La mujer se ruborizo, asintió y después apoyo su nuca sobre el pilar de piedra. Kain sonrió complacido al saber que su información era valiosa.
-¿Y? ¿Te sentiste decepcionada?-
-Para nada, eras un niño habilidoso. Solo me sentí decepcionada de mi propia fuerza-
-Suele pasar, pero lo importante es perseverar en el tiempo-
La mujer asintió mientras miraba el cielo azul, pero tuvo que entrecerrar los ojos porque el sol estaba demasiado fuerte. Ella miró a sus compañeros atados en los pilares vecinos y después miró hacia adelante para ver al niño llevándolos como si ellos fueran sus juguetes. La diferencia de fuerza era abrumadora.
-¿Cómo está tu Kazekage?- pregunto Kain de forma casual
No obstante, esta vez la mujer miró hacia otro lado y se quedó callada.
-Veo, puedes mostrarme tu corazón, pero no hablarme de tu villa. Te entiendo, pero si te digo que, quiero hacer un trato con tu Kazekage ¿Cambiarías de opinión?-
-Tal vez…- murmuro la mujer mirando hacia un lado y viendo como su compañero con la boca cubierta con una tela negaba -dime lo que piensas negociar y te podría ayudar-
-Para empezar, no los mataré-
La mujer sintió una terrible presión en el corazón, como si alguien se lo estrujara con la mano. Ella miró hacia adelante y vio que el niño seguía avanzando. Sin embargo, le daba la impresión de que la luz del sol que estaba tan incandescente se había vuelto opaca, como si hubiera nubes en el cielo. No obstante, de repente se sintió como si hubiera recién despertado y miró en todas las direcciones. El sol seguía incandescente, el cielo despejado y sus compañeros atados a los pilares. Después miró hacia adelante y vio al niño tirando de las cadenas atadas a los pilares. Su cabello blanco hasta los hombros se mecía con cada paso.
-No me vas a engañar con tus genjutsus- dijo la mujer enojada -fui una tonta-
-¿De qué hablas?- pregunto Kain mirando de soslayo con una sonrisa en los labios.
-¡No te hagas el tonto!- grito la mujer
Kain miró a Osamu que iba un poco más allá junto a Torifu mientras jalaban los otros cuatro pilares y le guiño un ojo. Osamu pensó en algo, no debería ser posible, pero trato de jugar su parte.
-No sé de qué hablas mujer, pero Kain-sama no te ha hecho nada- dijo Osamu a gran voz -para realizar un genjutsu debes estar cerca, con las manos libres y mirando a los ojos ¿Acaso no sabes lo básico del genjutsu?-
La mujer lo pensó un poco y después miró al niño. Efectivamente, Kain iba tirando de las cadenas con ambas manos, así que no podía realizar sellos. No obstante, aun desconfío de lo que ellos le decían.
Después de dos horas de viaje, Kain y Osamu vieron un conjunto de carpas de color arena que conformaban el campamento de Konoha. Algunos shinobis vestidos con chaquetas verde pasto los vieron desde la distancia y corrieron en su dirección.
Kain miró de soslayo a la mujer y pregunto de nuevo -¿Segura que no quieres decirme nada de tu Kazekage? Cualquier información podría servir y nos ayudaría a llegar a un mutuo acuerdo-
La mujer miraba para todos lados, sus compañeros negaban y ella se preguntaba si el niño le estaba mintiendo.
-Date prisa, vienen los shinobis de Konoha, una vez que ellos lleguen el tiempo se acabara y puede que el acuerdo se demore. Eso significara más muertes de cada lado-
La mujer miraba a sus compañeros, casi podía escuchar las pisadas de los shinobis que se aproximaban. Sus compañeros negaban con sus cabezas mientras sus expresiones se dividían entre el miedo y el odio.
-Tiempo…-
-¡Comida!- grito la mujer
-Mmm- pronuncio Kain con decepción -al final, tu villa solo es un rehén del daimio de la nación del Viento-
La mujer se sintió triste por lo que dijo, ella miró a sus compañeros y ellos parecían entre humillados y decepcionados de su propia posición.
-No te preocupes, los ayudaremos a cambió de que no nos den problemas- dijo Kain soltando las cadenas con que tiraba de los pilares. Al instante siguiente llegaron varios shinobis.
-Soy Kain Uchiha- dijo -vengo desde Konoha-
-El capitán Orochi lo está esperando- dijo uno de los dos shinobis
-Está bien, voy de inmediato. Llévenlos a nuestro campamento, no les darán problemas, no pueden ocupar su chakra-
-¿Cómo?- pregunto el otro
-Sí, es verdad, puse un sello en su frente- respondió Kain y avanzó pasando por entremedio de los dos shinobis -trátenlos bien, los necesito vivos para poder negociar-
Ambos shinobis miraron a los once marionetistas y después se voltearon para mirar a Kain.
Una vez que Kain llego al campamento, varios shinobis se acercaron para mirarlo. La mayoría de ellos eran muy jóvenes o unos pocos viejos. Kain avanzó por los pasillos que se producían entre las carpas hasta llegar al centro del campamento donde había una gran carpa. Dos shinobis de gran estatura estaban apostados a los lados de la puerta que era una tela dividida en dos. Los shinobis miraron a Kain, él los miró a los ojos y ellos miraron hacia otro lado con temor. Kain solo sonrió, atravesó la tela y vio al viejo Orochi sentado frente a un gran escritorio con un mapa. A sus lados estaban repartidos diez ancianos casi de su misma edad. Todos miraron a Kain al entrar y fruncieron el ceño.
-Buenas tardes, abuelo- dijo Kain
Orochi sonrió y asintió -buenas tardes, Kain ¿Te costó llegar?-
-No, para nada, es solo que tuvimos una gran bienvenida-
-Mmm, pero no debe haber sido nada significativo ¿no?-
-Unos cuantos marionetistas- respondió Kain señalando con su pulgar a Osamu que entraba detrás de él -mi amigo casi no la cuenta-. Después de Osamu entro Torifu y se quedó a un costado, pero hizo una pequeña reverencia a Orochi.
Orochi inspecciono a Osamu con la mirada mientras este último se quedaba congelado al haber sido vendido con tanta facilidad.
-¿Nombre?- pregunto Orochi
-Osamu Uchiha, señor- dijo frunciendo el ceño
-No te conozco ¿Quién te recomienda?-
-Mi abuelo Tadashi y el capitán Itachi-
Orochi frunció el ceño, pero asintió. Después miró a Torifu, le devolvió el saludo, ignoro a Osamu y se dedicó a mirar el mapa -Kain, ven acá- dijo
Kain avanzó asintiendo a los ancianos en señal de saludo y llego al lado de Orochi.
El viejo Orochi apunto con sus dedos huesudos y toscos y señalo unas montañas diez mil metros más adelante, en medio del desierto -aquí se están resguardados los shinobis de Sunagakure- dijo de forma calmada -no atacan de forma directa, pero de vez en cuando envían pequeñas escaramuzas para hostigarnos. Es como si estuvieran invitándonos a luchar en las montañas o retroceder-
-Es posible, después de todo, ellos solo vienen por la comida- respondió Kain -es como dicen los informes, no viene a la guerra a ganar nada, solo a conseguir un sueldo. Seguro el país de la Tierra coacciono al del Viento y ellos hicieron lo que les pidieron-
-¿Qué piensas hacer?-
-Orochi-dono- dijo uno de los ancianos
-Sarutobi-dono ¿Qué necesita?- pregunto Orochi alzando la mirada
-No cree que le ha dicho ya bastante a este niño, sin considerar que están los otros muchachos presentes-
Orochi asintió, miró a Kain y le pregunto -traes el pergamino, odio tener que explicar-
-Claro- respondió Kain, metió su mano dentro de su armadura roja y sacó un papel de sello. Después lo coloco en el suelo, activo el sello y saco un gran pergamino tan alto como él. Kain extendió el pergamino y en su interior revelo un centenar de sellos. Él se acercó al medio del pergamino y tocó un pequeño sello cuadrado de unos diez centímetros. Desde el sello salió un pergamino y Kain lo tomo con su mano. Después se lo tendió y el anciano Sarutobi lo tomo. El anciano tomo el pergamino con ambas manos y lo extendió. De repente alzo las cejas, miró a Kain y después volvió a mirar el pergamino. Entonces asintió y se lo entrego a otro anciano para que lo viera.
-Bien, explicado eso ¿Podemos continuar?- pregunto Orochi y el anciano Sarutobi asintió. Entonces el viejo Orochi asintió y miró a Kain para explicarle los detalles de los primeros ataques. En este momento tenían alrededor de diez personas envenenadas, pero recuperándose poco a poco.
-Como se esperaba del abuelo- dijo Kain con una sonrisa
El viejo Orochi mostro una breve sonrisa y retomo el tono serio de la discusión. Al final, nadie podía decir que la nación del Viento iba en serio, solo estaban generando una amenaza y ruido. Como si solo quisieran llamar la atención y disminuir la cantidad de shinobis que tenía Konoha para luchar en los otros frentes.
-Sin embargo, no hay que subestimarlos- dijo Orochi -los marionetistas son molestos con sus venenos, tenemos pocos especialistas para los tratamientos y hay algunos shinobis de Sunagakure con habilidades impresionantes-
-¿El abuelo los quiere diseccionar?- pregunto Kain como si fuera lo más normal del mundo
Orochi mostro una pequeña sonrisa y respondió -te mentiría si te dijera que no ¿No te da curiosidad saber cómo funciona la manipulación de la arena con trozos de metal?-
-Mm, sí, parece interesante- respondió Kain con una sonrisa.
Torifu apoyado en la muralla de la carpa y de brazos cruzados, frunció el ceño al escuchar dichos comentarios mientras el resto sentían incomodos.
Orochi se dio cuenta de que lo estaban mirando de manera extraña, así que llevo su mano a la boca y tosió -bueno, el hecho es que hay que sacar a las presas de su madriguera ¿Alguna idea?- preguntó
-Varias, no te preocupes, hay cosas más importantes que solo vigilar a un shinobi con complejo de comerciante-
Orochi soltó una risita sibilina y desordeno el cabello a Kain. Después miró al resto y les dijo -conserven sus posiciones, que los guardias se mantengan atentos. Hoy habrá movimiento-
-Sí- todo respondieron a coro y después se retiraron de la carpa.
-¿Y bien? ¿Cuáles son tus ordenes?- pregunto Orochi
-Hablar con el Kazekage Reto y ofrecerle un trato para que se mantenga al margen. La gran mayoría de los shinobis permanecerán en la zona; se utilizará como campo de practica para los jóvenes y al mismo tiempo, los ancianos tendrán algo en lo que entretenerse. Sin embargo, en primer lugar, necesitamos llegar a un acuerdo. La habilidad del Kazekage no es tan significativa para que sea una amenaza, pero puede generar grandes molestias. Sobre todo, sus titiriteros expertos en venenos pueden ser un problema para los jóvenes- Kain miró a Osamu que seguía de pie en una posición firme y los brazos a los costados. Osamu agacho el cabeza avergonzado, ni siquiera había entrado al campo de batalla y casi había muerto.
-Entiendo, Konoha es un milagro, pero les ha quitado a nuestros jóvenes el instinto shinobi- respondió Orochi mientras miraba al joven Osamu.