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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Anime & Comics
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Mundo Shinobi - Mundo impuro - 398*

—Ni siquiera quiero imaginar lo molesto que eran tú y Sasuke cuando jóvenes— dijo Kain, estaba sentado en el cojín con el mural del dragón atravesando el cielo a su derecha. Frente a él estaba Hayato Hoshino, viejo jugador que había perdido su toque por una serie de enfermedades que solo afectan a los civiles. Hayato era esbelto y se veía pequeño en comparación con Kain. Hayato tenía el cabello castaño, una frente amplia, tres líneas marcadas a lo ancho. Las mejillas un poco caídas y la piel pálida, como si en mucho tiempo no hubiera salido a tomar el sol. Tenía sesenta años, pero se podía considerar amigo de Sasuke Sarutobi.

—Jajajajaja— se rio Hayato —el viejo mono era molesto, pero se volvió aburrido cuando se volvió patriarca de su clan. Puede que yo también—

—Sí, también lo creo— dijo Kain con una copa con vino en la mano izquierda y un habano en la derecha —bueno, este es un juego un poco diferente de lo usual, yo soy la casa y tú desbloqueas premios a medida que inviertes ¿Me entiendes?—

Hayato quedó mirando a Kain confundido.

Kain se mantuvo tranquilo, como si tuviera todo bajo control. Su juego ya no estaba a la altura de que se pudiera ver afectado por comentarios o como se sentía la gente. Ahora él era como el casino y la casa siempre gana.

—Entiendo que la enfermedad te ha debilitado y tu hermano aprovecho la oportunidad para que el banco de la familia Hoshino, le pagara a buen precio por sus acciones y las de sus asociados—

Hayato paso de estar tranquilo a poner una mirada severa. Eso había pasado ayer y ni siquiera lo habían informado al gobierno. El pago de esa transacción se realizaría a fin de mes y los documentos ya estaban firmados. Sin embargo, alguien como Kain no debería saber ese tipo de cosas a menos que haya espiado o interrogado a los participantes de dicha reunión.

—Eres demasiado ignorante como para saber la razón del porque yo sé esto— dijo Kain sin darle importancia al estado de Hayato —lo importante es que yo quiero esas acciones—

—Tú no eres parte de la nación del Rayo ni de la nobleza— respondió Hayato como si fueran razones válidas para negarse a negociar

—¿Eso importa?— preguntó Kain con una pequeña sonrisa en los labios —tú entiendes que los tiempos están cambiado, por eso accediste a verme y por eso tú hermano te abandono. Él es más conservador, como tú padre ¿Verdad?— Kain se quedó en silencio para que Hayato rumiara esas palabras en su mente. Después continuo —tú hermano piensa que los shinobis deberían seguir escuchando sus órdenes de forma incondicional—

Hayato todavía pensaba en la forma en que Kain se enteró de la información y a cada nueva idea le daba más miedo.

—No pongas esa cara, me haces ver como él malo— dijo Kain con una sonrisa en los labios —esto es un simple negocio, los tiempos están cambiando y el poder pasa de una mano a otra. Soy un hombre sensato, así que te estoy dando una oportunidad. Un hombre sabio dijo una vez que el futuro no es de los clanes, sino de los hombres talentosos que sepan formar alianzas. Esta es una alianza, pero todo depende si estás dispuesto a pagar la cuota de entrada para sentarte a esta mesa de apuestas—

—Muestra— dijo Hayato con el ceño fruncido y la mirada seria

Kain sonrió, tomo la botella de vino, la de menor valor y la coloco delante de Hayato —primer premio por el 5% de las acciones de tu banco. Sistema computarizado, un negocio a futuro, pero que podría revolucionar tu sistema bancario—

—Eso es algo inviable y…—

—¿Crees que yo soy esas personas que te han propuesto este negocio? ¿Acaso tú hija y mujer no llegaron alucinando con la presentación que yo hice en el palacio de la nación del Fuego?—

Hayato se quedó callado, la computación era un mito para los civiles y los únicos que habían visto algo era él y otros pocos contados con los dedos de la mano. Sin embargo ¿Quién pagaría millones de ryos por una máquina que sabe contar?

—Continua— dijo Hayato

Kain asintió, tomo la botella de ron de entremedio de las otras botellas y la puso al lado derecho de la de vino —segundo premio, se desbloque después de venderme otro 10% de tu banco (un total del 15%). La propuesta es vehículos motorizados y acuáticos—

—Supe que ese viejo tacaño te vendió acciones de su compañía ¿Por qué lo quieres traicionar?— preguntó Hayato

—Oooh, no estoy traicionando a Kaito-san. Yo tengo acciones de su empresa, pero lo que yo voy a hacer es totalmente diferente. Kaito-san se especializa en los vehículos de ciudad y en los camiones para el traslado de mercaderías. Los comerciantes lo aman por eso. Lo que yo quiero hacer es trabajar en todo tipo vehículos y desarrollar motores para la industria marítima ¿Nunca te has imaginado como sería andar por el mar a gran velocidad?—

Hayato sonrió.

Kain también sonrió.

Los hombres con poder soñaban con la velocidad y siempre se preguntaban cosas. Así que para Kain, no era extraño que Hayato sonriera. Este último pudo ver en algún momento de su vida a los shinobis corriendo por el agua y preguntarse cómo se sentiría. Incluso en tierra firme, los shinobis eran decenas de veces más rápidos que los civiles.

—¿Cuál es el último premio?— preguntó Hayato

—El último premio se desbloquea después de venderme otro 15% de tu banco (en total, un 30%). Es un premio personal, que solo te afectara a ti. Ni siquiera sé si te puedes permitir esto— dijo Kain de forma relajada mientras sonreía, tomo la botella de wiski y la puso al lado derecho de la botella de ron —tú salud—

—¿ninjutsu medico de por vida?— preguntó Hayato en un tono burlón

Kain hizo una mueca, lo quedó mirando como si fuera un idiota y continuo —mi tiempo es demasiado valioso como para estarlo gastando con un anciano. Además, tu rostro parece una pared con pintura craquelada—

Hayato mantuvo la sonrisa, pero sus ojos ya no sonreían. Kain sonrió, definitivamente la dopamina en el cerebro de Hayato se había acabado y su fortaleza mental estaba menguando.

—No— continuo Kain —nada de ninjutsu médico, me refiero a verdaderos órganos nuevos, perfectos, sin deformaciones o con una larga lista de medicamentos que tienes que tomar de por vida—

Hayato se comenzó a reír y estallo en carcajadas. Después miró a Kain, se limpió las lágrimas en los ojos de tanto reír y le dijo —eres un niño. Los niños no deberían burlarse de los adultos de esta manera—

Kain soltó una risita macabra, llevo la copa con wiski a la boca y le dio un largo sorbo hasta beberlo todo. Después dejo la copa en el suelo, se llevó el habano a la boca y dijo —establece protocolo de cacería nivel 1, todos inconscientes durante la próxima hora en un perímetro de cien metros a la redonda—

De la manga derecha de Kain salieron dos diamantes grises, uno con un ojo rojo y otro con un ojo azul. Eran pequeños y podían caer en la mano de un niño. El diamante del ojo rojo se disparó al techo y el del ojo azul, al suelo. Ambos penetraron en la madera de sus respectivas localizaciones y comenzaron a lanzar dardos de luz. Por cinco segundos se escucharon gritos de dolor, pero después todo termino en silencio.

Hayato se puso pálido y su corazón comenzó a latir con fuerza. Ni siquiera se atrevió a dar un paso fuera del cojín.

Un minuto después, ambos diamantes volvieron levitando hasta Kain y se metieron de nuevo por debajo de la manga del haori blanco. Todo estaba silencioso y no había respuesta desde el exterior.

Kain se puso de pie mientras sostenía el habano con los dientes —oooh, viejo, hace tiempo que no uso una katana— dijo

—Ey, espera ¿Qué vas a hacer?— preguntó Hayato, se cayó de espaldas y comenzó a retroceder ayudándose de manos y pies.

—Nada en especial— dijo Kain con el habano en la boca. Metió la mano derecha a la manga izquierda de su haori, sacó un papel de sello y lo sostuvo. De forma teatral, lo sostuvo en el aire, lo activo y una katana salió del sello, cayendo por la gravedad y clavándose en el piso de madera.

—Espera— dijo Hayato, retrocediendo cada vez más rápido —dijiste que íbamos a hacer negocios, esto es un malentendido. Accedo a todo, por favor, accedo a todo—

—Vamos, no es divertido si dejas de jugar el juego por un poco de miedo. Además ¿Quién dijo que te iba a matar?—

Hayato quedó más confundido. Kain soltó una risita macabra y tomo la katana por la empuñadura. Después persiguió a Hayato a paso lento, pero este último no se detenía. Kain tomo el habano con su mano izquierda y lo apartó de su boca —dale anestesia— dijo —lo suficiente como para que no sufra, pero que no provoque una taquicardia—

Al instante volvió a salir de la manga derecha del haori el diamante gris con el ojo rojo. La luz en el centro del ojo se concentró y disparo un dardo de luz que golpeo a Hayato en el pecho. El anciano se quedó tranquilo durante un segundo y después se desmayó.

Kain llegó frente a Hayato, miró ambos brazos: delgados, la piel suelta y sin musculatura. Un hombre con buena vida que no supo cuidarse en la vejez. Kain levantó la katana y le cortó el brazo derecho. Fue un corte limpio. La sangre comenzó a brotar y manchar el suelo.

—Rápido, detén el sangrado y realiza protocolo de reconstrucción de extremidad— dijo Kain

Vástago ya no necesitaba llevar el protocolo hablado. A través de la unidad de control, susano, Kain podía ver en la interfaz que aparecía en su campo de visión un cuadro de diálogo que enlistaba el procedimiento. Un paso a la vez, solicitando permiso a Guardian, ejecutando, pasando al siguiente paso, pidiendo permiso a Guardian y ejecutando el procedimiento, uno a uno, sin errores.

En menos de un minuto, Hayato Hoshino había recuperado su anciano brazo mientras el brazo cortado, estaba inerte y pálido por haber perdido la sangre. Era viejo con una musculatura débil, la piel suelta y arrugada. A la altura del dorso de la mano estaban apareciendo las primeras manchas hepáticas.

—Ya puedes venir— dijo Kain mientras fumaba lo que le quedaba del habano. La puerta del fondo, del lado derecho de la gran habitación de reuniones, se abrió. Detrás de la puerta salió Akako Hoshino, mujer hermosa. Ahora tenía cuarenta años, pero cuando se casó con Hayato, tenía veinte años y él más de cuarenta.

Akako era rubia, de cabello lizo, ordenado en un moño, con un mechón del lado izquierdo de su rostro. Ella llevaba puesto un kimono blanco invierno con un obi café. Era bonita de rostro y de físico, una pena casarse con un anciano que solo enfermo y empeoro con el tiempo.

—¿Todavía está durmiendo?— preguntó Akako mirando a su marido en el suelo. Al ver el brazo cercenado en el suelo, ella frunció el ceño y se tapó la boca y la nariz con la mano derecha.

—Sí, la anestesia durara un par de horas. Cuando despierte, muéstrale su brazo. Vamos a ver si se sigue riendo cuando lo vea—

—Podrías haber construido un brazo sin necesidad de cortarlo— dijo Akako, miró a Kain y sonrió. Ella se detuvo delante de él, lo abrazó y le quiso dar un beso en los labios, pero Kain la evito.

—Las personas como Hayato no se mantienen en el poder confiando en cualquier cosa. Hay una clara diferencia entre el brazo original y el nuevo, él lo entenderá con el simple hecho de ocuparlo—

Akako le dio un beso en la mejilla, después en el cuello y después en la mandíbula —¿Y yo? ¿Por qué no me miras? ¿Tanto te gusta mirar a ese viejo insípido?—

—Si supieras lo que estoy mirando, no dirías lo mismo— respondió Kain, él estaba viendo en la interfaz visual el listado de todas las enfermedades que tenía Hayato. Incluso si hoy le cambiara el corazón, los pulmones y los riñones, tenía una larga lista de enfermedades. Con suerte, Hayato Hoshino viviría un par de años más.

—Mírame— dijo Akako, se detuvo de besarlo y lo quedó mirando.

Kain la miró a la cara, ella era hermosa y tentadora. Con su dinero se había sometido a varias operaciones para que su cuerpo se viera escultural y no como el de una mujer que ya dio a luz. Kain sabía que Akako era como Kasumi. Darle lo que ella quería solo sería para aburrirla y que después te deje por alguien más interesante. Claro, sin contar con la agenda personal. Kain sonrió, le dio una fuerte nalgada y se apartó. Kain comenzó a caminar a la salida y le dijo —ven a la nación del Fuego. Puede que te dé un par de minutos de mi tiempo—

Akako se acarició el trasero, frunció el ceño ante el dolor, pero agacho la mirada y realmente pensó en ir a ver a Kain a la nación del Fuego. Él era la persona más interesante que había conocido en mucho tiempo. No era broma decir que tenía a todo el continente danzando en la palma de su mano. El padre de Akako y patriarca del clan Wakako, le había dicho que mantuviera un ojo en él. Además— Akako sonrió —era bueno en el sexo.