-Pequeño sensei- dijo Okita en tono burlón -¿para qué eran esos pilares e hilos?-
Kain sintió que le palpitaba la ceja, pero de todos modos asintió -como te dije- respondió en tono mordaz -son para tu entrenamiento- soltó un suspiro y continuo en un tono normal -¿Has visto a alguna vez a un malabarista?-
-Sí, en la capital son muy famosas. Hay uno en cada esquina. Hacen sus piruetas y la gente le da algunas monedas-
Kain asintió y continuo -un malabarista tiene lo que yo llamo, memoria espacial. Esto quiere decir, que después de ensayar sus malabares, sabe dónde está cada parte de su cuerpo. Tú vas a hacer algo parecido-
Okita frunció el ceño y le dijo -yo se dar saltos y volteretas ¿Hay algún shinobi que no sepa?-
-Un perro y un gato pueden saltar de la misma manera, pero solo el gato cae siempre de pie. Lo que tú haces es un esfuerzo hecho con cierto equilibrio y mucha fuerza. Lo que yo te pido es que sepas a donde está cada parte de tu cuerpo-
Okita levanto sus cejas en una expresión de confusión y le pregunto -¿Esto realmente me va a ayudar?-
Kain torno los ojos al cielo y le dijo -este entrenamiento solo será por una semana. En una semana verás el resultado. Si fue un error, será un error breve. Si fue un acierto, me lo agradecerás-
-Por los ancestros- dijo Okita -¿En qué lio me he metido?- negó con la cabeza y continuo -bien, pequeño sensei, muéstrame como tengo que hacerlo-
Kain asintió y camino al inicio de los pilares. Entre cada par de pilares había una separación de tres metros de distancia. Los hilos estaban puestos y conectando los pilares a la altura de los 0,80 mts y a los 1,6 mts. En pocas palabras, el hilo más bajo llegaba a las costillas a Kain y el hilo más alto lo sobrepasaba por 20 cm.
Kain se puso al inicio, con Okita a su lado. Ella se cruzó de brazos, con una sonrisa algo divertida. Debería estar seria se dijo, pero por alguna razón, este niño la divertía con sus raras ocurrencias.
Kain camino a paso lento hasta alcanzar el primer hilo que le llegaba al pecho. Estiro sus brazos hacia adelante y saltó como si fuera a darse un chapuzón, por encima del hilo. Su cabeza iba primero, lista para darse un golpe contra el suelo, pero puso sus manos, flectó los codos y descendió lentamente. Apoyo su hombro izquierdo a medida que caía y rodo cayendo con sutileza. La misma inercia del rodamiento lo ayudo a ponerse de pie, entonces avanzó otro paso y siguió saltando por encima de los hilos. Una vez que llego al final del camino, se devolvió pasando por debajo del hilo, miró al siguiente hilo que estaba en la parte superior, de los 1,6 mts y saltó una vez más. También cayó con suavidad e intercalo pasando por debajo de los hilos hasta llegar delante de Okita.
Kain miró a Okita a la cara y ella lo miraba con severidad en sus ojos.
-¿Es una broma?- preguntó Okita al borde del enojo
Kain torno los ojos al cielo y sonrió -Inténtalo si crees que es tan fácil-
-Me voy- dijo Okita en un tono molesto, se dio media vuelta y comenzó a caminar
-Está bien- dijo Kain -existen muchos idiotas como tú. Todos dicen "Es sencillo" "Es Fácil" "Es de sentido común". Sin embargo, siempre que ya se le ocurre a alguien primero "es de sentido común"-
-No entiendo una mierda de los que dices- grito Okita mientras avanzaba molesta. Más que estar molesta con Kain, estaba molesta consigo misma. Fue un error desde un principio, pensó.
-Es porque eres una gran idiota. Ya te lo dije ¿Si crees que es tan fácil, inténtalo? Pero te rendiste sin siquiera intentarlo-
Okita se detuvo, agacho la mirada. Sabia en su corazón que esto era un completo error, pero de todas maneras se volteó para mirar al muchacho. Tenía un rostro inocente, ojos límpidos, de pupilas más azules que las suyas y mejillas sonrosadas. Se dijo dentro de su mente que solo era para premiar al niño por sus esfuerzos. Solo eso…Ella estaba siendo un adulto ejemplar. Estaba siendo amable con un niño, eso es todo.
Okita avanzo de mala gana, paso por al lado de Kain y se puso delante de hilos negros que ataban los pilares. Tomo una gran respiración e imito a Kain, saltando por encima del primer hilo. Cayó, rodo, pero al instante siguiente, cuando intento levantarse con la misma inercia del rodamiento, su pie paso a llevar el hilo frente a ella y lo cortó. Okita se puso de pie y quedó congelada al ver el hilo cortado. Miró a Kain y le dijo -solo paso porque el espacio es muy pequeño-
-Aha- dijo Kain, asintiendo y mirando hacia otro lado -sigue por favor, todavía te quedan bastantes hilos. Si solo fue el espacio, deberías calcular mejor la longitud de tu cuerpo y evitar cortar el resto-
Okita frunció el ceño y miró hacia el resto de los hilos. Continuo con la misma travesía que hizo Kain y a pesar de todos sus alegatos, corto la mitad de los hilos. Si no fue de ida, los cortos de vuelta. Ya sea porque los paso a llevar con sus manos, con su pie derecho, con su espalda o con su trasero.
Al final del recorrido, Okita miraba los pilares con la mayoría de los hilos cortados y frunció el ceño -es trampa- dijo -es, es imposible. La distancia no está hecha para un adulto-
-Claro, claro- dijo Kain en tono irónico y sacudiendo su cabeza de lado a lado -como la distancia entre una trampa de kunais, un hilo que detona un sello explosivo o un hilo que da la alarma de que alguien se está infiltrando-
Okita agacho la mirada y Kain soltó un suspiro. Ahora era él quien se estaba arrepintiendo de haber ofrecido su ayuda.
Kain saco un pergamino de la manga de su haori blanco, lo estiro en el suelo y de un sello saco el cono de hilo negro. Se lo lanzó a Okita y ella lo atrapo.
-Vuelve a colocar los hilos. A la misma distancia y altura que los había colocado yo. Tenemos mucho que entrenar-
-Sí, pequeño sensei- susurro Okita
Kain la vio colocar los hilos, con un rostro cargado de pena. Kain negó algo fastidiado por esta muchacha cabeza dura. Camino diez metros hasta el pasillo que pasaba por fuera de las habitaciones y se sentó en el borde del pasillo. Desde ahí vigilo que Okita colocara los hilos a la perfección. Una vez que lo hizo, le dijo que volviera a intentar superar los hilos sin romper ninguno. El resultado fue peor.
Okita se agarraba la cabeza a dos manos, incrédula de que fue tan inútil. Esta vez había rompido más hilos que la vez anterior. Miró a Kain sentado en el pasillo de madera. Kain hizo varios círculos con su índice derecho, como diciéndole que lo volviera hacer. Okita se sentía a morir, odiaba este tipo de entrenamiento.
Al mismo tiempo, Hashirama abrió la puerta corredera que daba al patio trasero y vio a Kain sentado en el pasillo. Salió de la casa, cerró la puerta corredera y camino hasta Kain. Se sentó a su lado y le pregunto medio en broma, medio en serio -¿Cómo le va con su alumno, sensei?-
Kain levanto la vista, miró a su tío envejecido. Hizo una sonrisa amable y dijo un tanto cansado -como dice Akane "es más tonta que las piedras". Cree que sabe algo, me subestima por ser joven y cuando algo le falla, se ofusca. Me estoy arrepintiendo de ayudar-
Hashirama soltó una risita, estiro su mano izquierda y le desordeno el cabello a Kain. Este último se acercó a Hashirama y dejo que lo abrazara. Después soltó un suspiro por la nariz, cargado de melancolía. Hashirama estaba mal, muy mal. Kain al apoyarse en él, sintió como su cuerpo se había vuelto más raquítico día a día. Hoy por hoy, Hashirama era un hombre escuálido cuyo volumen corporal se lo daba la ropa.
Okita a lo lejos, termino de colocar los hilos atados a los pilares. Miró a Kain y él, sin apartarse del abrazo de Hashirama, levantó su brazo izquierdo para que ella continuara con su entrenamiento. Hashirama abrió los ojos amplios desde un comienzo. Kain lo miró de soslayo con una sonrisa y después miró a Okita.
Era cierto que Okita tenía un físico esbelto, lejos de ser uno glamoroso como el de Aoi Hyuga. Sin embargo, los movimientos al rodar, saltar y agacharse mostraban un trasero bien delineado. Sobre todo, cuando pasaba por debajo de los hilos de los 0,80 mts. Apoyaba sus manos delanteras, agachaba la cabeza y su trasero quedaba levantado. Firme, redondo, como dos colinas.
Hashirama trago saliva al ver semejante espectáculo y Kain soltó una risita. Sin embargo, lo que escucharon al siguiente instante los asusto como nunca.
-Hashirama-sama- dijo Mito desde el interior de la casa -Hashirama-sama, ya está lista la comida. Kain, donde te metiste mocoso, si te pierdes la comida te enseñare una lección-
Desde el patio, Hashirama se puso tenso e hizo una sonrisa incomoda -será mejor que vaya a ver a tu tía. Si ve esto, podría ser malo para ambos-
-El tío es un hombre sabio. No hay duda porque lo nombraron el dios shinobi- dijo Kain también con una sonrisa incomoda y traspirando sudor frio. Se rio de manera mecánica. Hashirama se puso de pie, también se rio de manera mecánica y camino de vuelta a la casa.
Una vez que Hashirama abrió la puerta corredera, entro lo más rápido que pudo y la cerró -amor de mi vida- dijo -¿Dónde estás?-
Al parecer, Mito estaba cerca y lo encontró de inmediato -Hashirama-sama ¿Dónde estaba?- preguntó
-Oh, estaba viendo a Kain. Trajo a una muchacha y la está ayudando a entrenar-
-Quiero conocerla- dijo Mito en tono autoritario
-Oh, oh, eso sería malo, es una niña muy tímida. Mejor vamos a comer y dejemos a los jóvenes entrenar-
-¿Mmm? Está bien- respondió Mito.
Kain como Hashirama soltaron un suspiro. Hubiera sido malo para ambos que Mito los hubiera encontrado mirando a una chica linda haciendo poses demasiado sexys. Kain hubiera sido castigado con estudios teóricos y Hashirama hubiera sido mandado a dormir en la habitación de los invitados; solo, hasta nuevo aviso. Sin embargo, si hubiera estado bien de salud, su futuro hubiera sido uno muy negro, lleno de moretones. Un Uzumaki era una fuerza irracional.
Kain escucho como Hashirama y Mito se alejaban del patio trasero y se adentraban en la casa. Cerró los ojos, dio una profunda inspiración y luego exhalo. Se había salvado por los pelos. Después se puso de pie y camino de vuelta a donde estaba Okita. Ella había terminado su tercer ciclo de acrobacias. Sin embargo, lo que lo sorprendió es que cuando la vio a la cara, tenía los ojos llorosos.
-¿Eres un bebé?- pregunto Kain
-Cállate, no quiero escuchar eso de un mocoso- grito Okita con los ojos húmedos. Se paso la manga de su polerón por los ojos y miró a Kain enojada. Después suavizo su mirada y pregunto -¿Realmente tengo que hacer esto?-
Kain formo una línea con los labios y ladeo la cabeza -si quieres mejorar- dijo en tono dubitativo. Miró Okita a los ojos y la noto cabizbaja. Por dentro se preguntó ¿Cómo una muchacha de su edad llego a ser tan fuerte? Era cierto que tenía el nivel de chakra de un jounin de elite, pero era como si nunca en la vida la hubieran sometido a un entrenamiento riguroso.
-Mira Okita- dijo Kain -este es solo el primer paso de tu entrenamiento. Si no perseveras en tu entrenamiento, no te podré explicar el verdadero entrenamiento para controlar el chakra. Bueno, para empezar, no me entenderás medía palabra cuando te lo trate de explicar-
Okita hizo un puchero, con una mirada enojada y asintió -está bien, seguiré intentándolo hasta que funcione-
Kain negó, esto asusto a Okita; pensaba que Kain la quería echar por quejarse.
-No puedes, tienes que ir a ver a tú hermano ¿lo recuerdas?-
Okita se quedó en blanco por un momento y asintió. Eso también, se le estaba olvidando algo muy importante. Después miró a Kain a los ojos y pregunto -¿Cuándo crees que me pueda ir a vivir a la tienda?-
-En una semana- dijo Kain ya más relajado -el abuelo Yamanaka dijo que la limpiaría primero y después lo podríamos ocupar como quisiéramos. Dime ¿Estas teniendo problemas?-
Okita hizo una sonrisa incomoda y asintió -estaba quedándome con una amiga, pero la gente de su clan se está poniendo pesada. Le piden que me vaya, que no quieren tener problemas con los otros clanes-
-¿Los líderes de los clanes tienen alguna noción de política?-
-Yo creo que sí. Después de todo, pudieron guiar a los demás a que los siguieran-
Kain asintió y dijo -diles que ahora eres la discípula de Kain Uchiha. Si tienen problemas, que hablen conmigo. Además, diles también que en una semana dejaras el distrito en donde vives. La tienda que te ofrezco como vivienda está en el distrito Ino-Shika-Cho. Así que será difícil que te los encuentres-
Okita hizo una pequeña sonrisa y dijo -gracias pequeño sensei- e hizo una pronunciada reverencia.
-No lo menciones-