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Mundo Shinobi - El fin de la paz - 120 (Triste)

El funeral de Hashirama fue uno grande, en donde toda Konoha estuvo presente, salvo el cuerpo del propio Hashirama. Kain quería sepultarlo como lo hacían todas las personas, pero Tobirama se lo impidió. Solo realizarían una especie de funeral, como un evento para la gente de Konoha. Ellos tenían que despedir al rey de esta aldea. Sin embargo, dejar el cuerpo de Hashirama a la vista y paciencia de todos lo expondría a un gran peligro. Kain se puso furioso, al punto de que activo su mangekyo sharingan con tanta fuerza que sus ojos sangraron. Fue un espectáculo aterrador que obligo a la mayor parte de los anbus a salir de su escondite. En ese momento Kain estaba rodeado de treinta anbus, solo faltaba Shiori Aburame, pero ella se quedó al margen.

En ese momento estaban en el patio trasero del municipio, donde Tobirama había construido un pequeño laboratorio. El cielo estaba gris y corría un viento frio. Por otro lado, Kain se había infiltrado y le impedía a Tobirama acceder al laboratorio.

Tobirama solo miró a Kain a los ojos con su usual antipatía y le dijo -deja este sin sentido, Kain Uchiha. Mi hermano dio su consentimiento para esto, él entendía mucho mejor que cualquiera de nosotros lo peligroso que podría ser su cuerpo en manos de desconocidos-

-¿Dónde está?- grito Kain con una expresión de odio

Tobirama alzó la ceja en una expresión de molestia y pregunto -¿Dónde está qué?-

-Mi tío me conoce mejor que cualquier en este mundo. Él sabría que me enojaría si me quitas su cuerpo. Debe haber dejado algo-

Tobirama soltó un suspiro y saco una carta desde la mochila que llevaba atada a la cintura. Era un sobre abierto, Kain avanzó y los anbus se pusieron tensos, listos para saltar sobre él si hacia un movimiento extraño. Sin embargo, Tobirama levantó su mano para que todos conservaran su posición. Kain llego frente a Tobirama y tomo el sobre. Miró enojado a Tobirama por haber abierto el sobre, pero lo dejo ser y se preocupó de mirar la carta. Era autentica, echa por su tío, pensó Kain. Lo pudo identificar porque había una pequeña mancha de sangre en el borde que conservaba la esencia del chakra de Hashirama.

-Si le haces algo raro al cuerpo de mi tío, te matare, te lo juro- dijo Kain apuntándolo con el índice -y después de eso, ocuparé tus sucios y malignos jutsus para traerte de vuelta y matarte otra vez hasta sentirme satisfecho, te lo juro-

Tobirama abrió los ojos amplios, pero pensando en su viejo maestro, recobro la calma. Entonces pudo entender de donde Kain conocía sus estudios. Sin embargo, por sus palabras infantiles, solo debe haber sabio que eran "malignos".

Kain apago su mangekyo y se dio la vuelta para salir de los terrenos del laboratorio. Salto la reja de malla que separaba los terrenos y siguió caminando, avanzado por el camino que se producía entre los terrenos del municipio y la montaña que tenía los dos rostros de los dos hokages que ha tenido la villa.

Kain sentía que le dolían los ojos y se sentía débil. Camino mirando la tierra y sintiendo la carta que llevaba en su mano derecha. Hacía frio, pero era como si sus sentidos estuvieran apagados. Se paso la manga del haori por los ojos y se limpió las lágrimas de sangre que recorrían sus mejillas. Siguió avanzando hasta el sitio eriazo, al lado del municipio y lo atravesó.

Estaba enojado con Tobirama, ese día en la mañana, todos habían ido al funeral de Hashirama. El cementerio estaba lleno de gente por todos lados, cada uno pasaba detrás del otro para dar sus condolencias a Mito, quien era pura tristeza en ese momento. Kain estaba a su lado, sosteniendo su mano en lugar de su hijo, quien muy posiblemente, se demoraría varios días en venir desde la capital. Kain sentía su mente desconectada en ese momento, como si estuviera en un sueño. En parte furioso, queriendo vengarse de Tobirama por impedirle darle el descanso eterno a su tío. Al mismo tiempo, mirando con pena a la gente que se arrodillaba frente a la tumba del "Dios Shinobi", siendo que este no estaba ahí. ¿Cómo lo supo? Sencillo, la tierra alrededor de la tumba no emitía ninguna aura. Así de "poderoso" era el cuerpo de Hashirama Senju, que aun después de muerto, su cuerpo emitía un aura a naturaleza inconmensurable. Solo Kain y Tobirama podrían darse cuenta de esto, ya que ambos eran shinobis del tipo sensor.

Mucha gente confunde ser del tipo sensor con tener habilidades de sensor. Por ejemplo, los Hyuga y los Yamanaka tenían habilidades de sensor. Sin embargo, sin la activación de dichas habilidades, estaban a ciegas. Mientras que un shinobi del tipo sensor como Kain y Tobirama, sienten su entorno en todo momento. Y en el caso de Kain, mientras tenga sus ojos abiertos puede ver el aura de todas las cosas en treinta metros a la redonda.

Volviendo a Kain, este iba por las calles vacías. Todo el mundo estaba de luto y nadie quería hacer nada. Konoha era Hashirama y sin él, nadie sabía que pasaría de aquí en adelante. Sin embargo, Konoha todavía tenía a Tobirama. Kain tuvo que admitir en su corazón que Konoha necesitaba a Tobirama. De lo contrario, todo este lugar hubiera sido un caos en estos momentos.

Así, Kain camino con el frio rosando sus mejillas y sin darse cuenta, atravesó todo el distrito Ino-Shika-Cho y llego al distrito Hyuga. Cuando se dio cuenta en donde estaba, vio que estaba parado en el dintel del portón de la mansión de los Hyuga. Al final del patio de entrada se veía la enorme construcción con forma de Pagoda.

Un shinobi vestido con un kimono negro y de ojos pálidos, salió al encuentro de Kain.

-¿Qué puedo hacer por usted, Uchiha-san?- pregunto el tipo

Kain negó en un gesto suave y le dijo -nada, solo estoy perdido-

Entonces Kain se dio la vuelta y comenzó a caminar con dirección a su casa, bajando por el distrito Hyuga hasta llegar a la avenida que cortaba Konoha por la mitad. Kain se detuvo al final del distrito Hyuga y miró al frente donde estaban las humildes casas de los civiles. Era un cambio tan grande, miró a sus pies para ver el asfalto negro y después miró al frente para ver la tierra, los barriales y las casas con techos hechos de madera sostenidos por grandes piedras. Ni siquiera tenían suficiente para comprar clavos. Kain se preguntó si serían felices a pesar de que vivían en tal pobreza.

Kain avanzó por la avenida y llego al cruce que unía las dos avenidas, una en vertical y otra en horizontal. Se detuvo para mirar en las cuatro direcciones y sintió que el mundo se había vuelto un lugar más oscuro y frío.

-Kain-kun- dijo Shiori con una voz suave, apareciendo a sus espaldas -deberías ir a tu casa. Podrías pescar un resfriado-

Kain hizo una pequeña sonrisa y dijo -está bien, ya voy, gracias-

Shiori se quedó mirando como Kain avanzaba a paso lento, con un andar bamboleante y sin equilibrio. Parecía alguien que había perdido algo importante en la vida. Diferente del Kain que ella había visto, este parecía el niño de nueve años que siempre debería haber sido; pequeño y dependiente.

-Shiori-chan- grito Kain dándose la vuelta mientras sonreía -gracias por haberte mantenido al margen cuando quería golpear a ese idiota. Si tienes problemas, dime y te ayudaré a encontrar empleo-

-Kain, te he dicho que un anbu no tiene nombre, cabeza hueca- le grito Shiori con una voz demasiado fina que a las pocas palabras se quedó sin fuerzas.

Kain se rio y siguió caminando, pasando de una sonrisa a un rostro sin ninguna energía.

Una vez que Kain llego a su casa, Mito lo estaba esperando sentada en la entrada. Su rostro enmarcado por el vibrante cabello rojo tenía un aspecto cansado y grandes ojeras bajo los parpados. Sin embargo, eso no le impidió enojarse.

-Kain Uchiha ¿Qué estabas haciendo?- pregunto Mito en un tono estricto. Se puso de pie y lo miró con las manos apoyadas en las caderas.

-Nada sensei- dijo Kain sin ganas de nada, levanto su rostro y Mito se cercó asustada. Le tomo el rostro con las manos y lo inspecciono de lado a lado.

-¿Por qué tienes sangre en tus ojos?-

-A ¿Eso?- dijo Kain con una sonrisa cansada y dijo -solo me enoje un poco, pero no golpee a nadie, lo prometo-

-¿De verdad?-

-Sí, sensei, lo prometo-

Mito tomo una profunda respiración y abrazo a Kain contra su pecho. Después le beso la frente y le dijo -ve a bañarte. Naoko y yo te estábamos esperando para almorzar-

-Voy en seguida-

De esa manera, Kain se fue a bañar y a cambiarse de ropa. De paso dejo la carta que le dejo su tío en el escritorio. Por alguna razón prefirió dejar la lectura para otro momento. Una vez que estuvo listo, fue al comedor donde lo esperaba Naoko y Mito. Solo eran ellos tres en ese momento y toda la casa se sentía demasiado grande.

-Kain, mocoso, te demoraste demasiado- dijo Mito medio enojada -he tenido que calentar la comida más de dos veces por tu culpa-

-Lo siento, sensei- dijo Kain con una pequeña sonrisa y se sentó al lado derecho de la cabecera, donde antes se sentaba su tío. Mientras tanto, a su derecha estaba Naoko -hola, okaa-sama- añadió Kain y le dio un pequeño beso en la mejilla.

-Hola, Kain ¿Te sientes bien?- preguntó Naoko con una voz suave

-Sí, okaa-sama-

Naoko asintió y estiro su mano para tocarle la mano a Kain. Le acaricio el dorso en un movimiento suave y tranquilizador, mientras sonreía.

Después de eso, Kain miró el cojín verde pasto que usaba su tío para sentarse y sintió pena, ya que nunca más sería usado. O al menos, así pensaba Kain.

-¿Qué estás haciendo, Kain?- pregunto Mito, venía de la cocina con una bandeja en la cual llevaba varios tazones de porcelana blanca que emitían vapor -tú te sientas allá-. Entonces puso la bandeja a un lado del puesto que antes pertenecía a Hashirama y comenzó a colocar los tazones -como el único hombre de la casa, este es tu puesto-

Kain levanto su pequeño rostro y miró a Mito a los ojos, lleno de preguntas. Mito también lo miró a los ojos y Kain pudo notar como las lágrimas se aproximaban a las comisuras de sus ojos.

Naoko le dijo a Kain -ve y has lo que Mito dice- dijo

Kain miró a Naoko, quien tenía una pequeña sonrisa en ese rostro tranquilo y pacífico. Era una calma que ya quisieran tener los sabios. Kain de solo mirarla se sintió mejor y asintió. Entonces se puso en pie y camino hasta sentarse en el cojín de su tío.

Kain puso un rostro serio, como si imitara a un adulto y dijo tratando de hacer sonar su voz lo más grave posible -Mmmm, esto huele excelente, Mito. Como siempre, tu comida es la mejor-

Mito se quedó congelada por un momento y después se largó a reír. Abrazo a Kain entre lágrimas y risas y lo abrazo contra su pecho, le beso el cabello varias veces y le dijo -gracias por haber nacido Kain, sin ti, este momento sería mucho más difícil-

Kain derramo un par de lágrimas y asintió -lo mismo digo sensei, sin ti, este momento sería muy difícil-

Mito asintió y se levantó, después se pasó las manos por los ojos y fue de nuevo a la cocina.

Kain miró a Naoko y le dijo -okaa-sama, estas muy lejos, siéntate en mi puesto para que estemos más cerca-

-Está bien- dijo Naoko con una pequeña sonrisa -parece que mi bebé todavía no se puede alejar de su okaa-sama-

-Nunca, okaa-sama- dijo Kain, estirando su mano para tomar la de Naoko.

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