Kain camino por las calles comerciales a un ritmo lento, con las manos en los bolsillos y pensando en cuál sería el problema de Sylphiette. Miró las librerías a través de las vitrinas, pero realmente no vio nada que llamara su atención. Muchos seudo maestros que escribían teorías sobre la magia y la alquimia. A lo mejor que investigaban algún mecanismo del futuro, pero nada en concreto, solo teorías que hablaban de un futuro más brillante.
Después de mirar lo suficiente, Kain dejo el distrito comercial y siguió avanzando a paso lento. A lo lejos diviso una extensa reja de dos metros de alto. Detrás de ella se veía un extenso prado, hasta llegar a unos edificios blancos. Los edificios estaban construidos con forma de rectángulos recostados, tenían entre dos y cuatro pisos. Kain recordaba que Catalina hace poco, tenía su oficina en el edificio más grande, el de cuatro pisos. Para ser más precisos en la esquina derecha del segundo piso, de la parte de trasera. A ella le gustaba ese lugar, decía que era divertido, pero cuando Kain le contó lo que estaba haciendo en Lapan, ella no titubeo en dejar su trabajo.
Kain sonrió mientras alcanzaba la reja de la universidad y avanzaba por la vereda que conducía al gran portón. En este horario había poca gente en las calles, la mayoría de los estudiantes deben haber estado en sus clases. Así que cuando Kain llego a la portón, solo estaba el portero. Un muchacho de unos veinte años, el cual vestía una jardinera y botas. Se echaba el pelo para adelante, así que daba la impresión de tener una visera.
-Hola Toño- dijo Kain ganándose a las afueras de la reja
-Hola, señor Kain- dijo el muchacho levantándose de su silla y sacando un manojo de llaves -¿hoy viene a ver a sus hijos?-
-No, a mi madre- respondió Kain mientras la cerradura de la puerta sonaba con un sonoro clac y se habría el cerrojo.
-¿Eh? ¿Su madre?- pregunto Toño extrañado, jalo la reja con sus dos manos generando un leve chirrido y abrió el espacio suficiente para que Kain pasara
-Así es, es una elfa bastante guapa, deberías conocerla-
-Lo siento señor, solo conozco a sus hijos- respondió Toño cerrando la reja otra vez y echando llave.
-No hay problema ¿puedo pasar?-
-Claro, señor. El director dijo que puede entrar cuando usted quiera. Incluso si su esposa ya no es una profesora de la universidad. Los estudiantes la extrañan, sobre todo las alumnas-
-Gracias Toño, se agradece la estima-
Después de eso, Kain camino por una vereda que conducía a una plaza, la cual antecedía al primer edificio de la facultad. Era un edificio de solo dos pisos. Kain lo bordeo por la izquierda y siguió el camino hasta llegar al otro extremo del edificio y seguir avanzando por la vereda que conectaba el edificio de dos pisos, con uno de cuatro. En medio de ese camino había un cruce, Kain lo tomo y siguió avanzando mientras miraba cómo el pasto que se extendía por alrededor de la universidad. Al final del camino llego a una banca con base de hierro, y asiento de madera. Los fierros estaban pintados de negro, mientras que la madera estaba pintada de un barniz burdeos.
Kain se sentó y espero a que llegara Elinalise. Por mientras miraba el estado del día. Casi despejado, con alguna que otra nube, fresco, pero no frio. A lo lejos vio los edificios y vio a los alumnos en sus salas. Unos estaban atentos a lo que decía el profesor y anotaban en sus cuadernos, mientras que otros apenas estaban físicamente en sus sillas, en sus mentes, solo dios lo sabía. Varías chicas de unos quince o dieciséis años apostadas al lado de la ventana, le hacían señales a Kain para que este las saludara. Kain sonrió y ondeo su mano para darles en el gusto. Una fue tan tonta que dio un grito estridente que se escucho a la distancia y su profesor que estaba explicando algo, tomo uno de sus libros y se lo dejo caer en la cabeza. El resto de la clase rio.
-o-
Una hora mas tarde, cuando las primeras clases de la mañana habían terminado, Kain vio a Elinalise caminando hacia él. Llevaba un vestido blanco con falda y una chaqueta blanca. Su largo cabello rubio arreglado en tirabuzones se movía con cada paso que daba. Kain se alegro de que viniera, el día estaba tan pacifico y la banca tan cómoda, que le habían dado ganas de tumbarse y dormir. Kain bostezo y la saludo moviendo su mano. Elinalise por su parte soltó una risita al ver la cara de sueño de Kain. Este último al ver que Elinalise estaba casi llegando a la banca, se puso de pie y estiro sus brazos para abrazarla. Kain era muy grande y Elinalise era por lo menos, veinte centímetros mas baja. No obstante, Kain siempre sintió que le faltaban brazos para abrazar a su madre. Después de un buen abrazo, se separaron.
-¿Cómo estas, bebé?- pregunto Elinalise tomando el lado izquierdo de la banca
Kain se sentó al otro lado y se acomodo de tal manera que quedaran frente a frente -bien, Ma- dijo -¿para que me querías ver?-
-Para varias cosas, pero primero háblame de mis nietos. A los tres granujas los veo todos los días. Si no andan peleando, andan haciendo algún experimento loco-
-Bueno, hablando de eso. Quisiera que fueras uno de estos días a la casa y tuvieras una buena conversación con Sakura. Es una niña un tanto precoz y me gustaría que le conversaras como una mujer con experiencia-
Elinalise se acomodo en su posición y puso su mano izquierda sobre el respaldo de la banca -¿A que te refieres con precoz?-
-Bueno- dijo Kain soltando un suspiro y gesticulando con las manos -anda detrás de los chicos, digamos que su juventud la tiene un tanto alborotada. Yo soy hombre y soy su padre, podría decirle muchas cosas, pero no quiero jugar al hipócrita y decirle que no puede conocer a nadie. Así que quería que hablaras con ella. Últimamente, la edad de los chicos a los que busca, es bastante dispareja. Bueno, para empezar, ya no se pueden considerar chicos. El último muchacho tenía veintidós años. No paso nada, pero nos preocupa que alguien con mucha labia la convenza de algo que después se arrepienta-
-¿Así que quieres que yo le de consejos?- pregunto Elinalise
-Exacto ¿puedes?. Yo lo converse con mis otras esposas y nadie tuvo ningún reparo-
-Ok, déjamelo a mi-
-¿Y tu?- dijo Kain colocando su codo derecho sobre el respaldo de la banca y apoyando su cara sobre su mano. Tendió su mano izquierda como dándole el pase para que ella hablara.
Elinalise tomo una gran respiración y sonrió nerviosa -yo, bueno, yo-
-sí, bueno, sí- dijo Kain en un tono burlón como si la imitara
-No te burles de tu madre, jovencito- dijo Elinalise en un tono mandón y le lanzo una palmada al hombro
Kain soltó una carcajada y Elinalize se rio y se le quito su nerviosismo. Ella tomo una gran respiración y le dijo -me voy a casar-
-Ya, eso era todo, puff, pensé que me ibas a dar un hermano o algo más importante-
-Muchacho del demonio- dijo Elinalise, pegándole varias palmadas en el brazo izquierdo -¿Cómo que mas importante? Es muy importante para mi-
-Solo bromeaba, Ma- dijo Kain divertido. Estiro sus brazos y la abrazo mientras seguían sentados. Le beso la cabeza y le dijo -que seas muy feliz, Ma-
-Gracias, hijo- dijo Elinalise con una voz aliviada. Cerro los ojos y solo abrazo a Kain. Hubieran podido disfrutar mas del momento, pero a lo lejos venía un muchacho. Llevaba el pelo largo hasta las orejas y el fleco le cubría los ojos. Llevaba una larga túnica oscura y el uniforme blanco de la universidad. Una vez que llego a donde estaba Kain y Elinalise, estos últimos se separaron y Elinalise hizo las presentaciones.
-Ya se deben conocer, pero de todos modos- dijo Elinalise poniéndose de pie y colocándose al lado del muchacho un palmo más bajo que ella -él es Cliff Grimoire, mi futuro esposo. Por otro lado, este chico guapo es mi hijo, Kain Dragonroad-
-Mucho gusto- dijo Kain poniéndose de pie y estirando la mano. Cliff lo miró hacia arriba, asombrado y le tendió su pequeña mano.
-Mucho gusto- dijo Cliff -yo, no sabia que usted fuera su hijo, siempre me pregunte porque Eli se llevaba tan bien con los otros elfos-
-Por supuesto, porque son mis hijos y son sus nietos-
-¿Sus nietos?- pregunto Cliff mirando con asombro a Elinalise
-Jajajajaja- rio Elinalise incomoda -¿No te lo había dicho?-
-Para nada ¿Por qué no me lo dijiste?-
-Bueno, una chica tiene sus secretos-
-Mmmm, después tenemos que hablar-
Kain levanto las cejas extrañado, no sabia porque su madre le aguantaba ese carácter mandón a este muchacho, pero algo de bueno debe tener para que eso pase. Al final suspiro y converso con el futuro pretendiente hasta que toco la campana y Cliff se tuvo que ir. Se veía pequeño al lado de los otros alumnos y aun mas pequeño al lado de sus otros compañeros de clase.
Por otro lado, Kain y Elinalise se quedaron sentados en la banca. Ahora un poco mas calmados, Kain saco una mesita y coloco una botella y copas. Le sirvió una a Elinalise y le pregunto -¿Esta bien, Ma? Parece un pequeño genio mandón ¿Podrás tolerar un matrimonio así? No te veo ni por donde-
-Es un chico muy apasionado y caballeroso. Así que esta bien- dijo Elinalise sonriendo
-Lo que tu digas, Ma- dijo Kain mientras miraba a las aulas -¿Quieres que te entregue en el altar? ¿Así lo hacen en la religión del muchacho?-
-Sí, así lo hacen en la religión de San Millis, pero no lo puedes hacer. Para empezar tienes muchas esposas, no estas bautizado y ni siquiera te has casado una vez por la iglesia. Así que le pedí a Kain Jr que me ayudara con eso-
-Bueno, Ma. Si necesitas algo, avísame-
-Sí, bebé-
Entonces Kain y Elinalise se quedaron uno al lado del otro mirando el cielo azul y disfrutando de la brisa mientras bebían.