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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Anime & Comics
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Capítulo 32 - Ariandel

En el camino que daba al santuario, se escuchaba el sonido de alguien cavando. Entre medio de todas esas lapidas que adornan el camino. Cuatro personas trataban de darle el descanso definitivo a un amigo. Kain cavaba una tumba. A su lado estaban Yennefer, Elizabeth y Layla. Todas, incluido él, fueron los que más conocieron a Orbeck en vida. Es triste ver a un amigo morir. Sin embargo, Kain compartió con ellas lo que estaba en el diario de Orbeck.

-o-

Orbeck había ido a la Escuela de Dragones y contó muchas cosas. Contó las posibilidades que tenía la magia. Lo limitado que estaba el pensamiento en esas cuatro paredes que llamaban escuela. Contó cómo había gente poderosa, tanto así, que dejaban pequeño y casi ignorante al gran Logan. Contó y destapó muchos de los secretos que habían en la Escuela de Dragones. Muchos lo tildaron de hereje. Otros lo quisieron golpear, pero nadie lo pudo callar ni mucho menos abatir. Él venció a todo el que se le puso en frente.

Una vez que dejo la Escuela de Dragones, lo persiguieron asesinos. Sin embargo, Orbeck tuvo paciencia y al vencerlos les contó lo que él vivió. Algunos no se retractaron e insistieron en matarlo. Otros cabizbajos se suicidaron al conocer la mentira de los grandes magos. Muchos eran como Orbeck, lucharon y siguieron ordenes con la única finalidad de alcanzar la magia. Sin embargo, Orbeck les contó que todas las promesas que recibieron eran vacías. Otros lo quisieron seguir. Sin embargo, Orbeck solo compartió sus notas con ellos y les dijo que él no estaba calificado para enseñarles.

Cuando Orbeck volvió a la ciudad de Lothric. Reviso durante meses la biblioteca hasta que encontró los estudios de un sabio. En ellos detallaba que la magia de cristal, al parecer, no eran ni de el dragón descamado, ni mucho menos de Logan. En las notas se creaban teorías sobre dioses superiores. No obstante, las notas estaban incompletas. Además de estas teorías, se incluyo en las notas varios hechizos de cristal. Orbeck intento los hechizos mas básicos y funcionaron. Sin embargo, solo una semana le duro la felicidad. Comenzó a notar que se sentía enfermo. Después débil, hasta caer casi cansado en un silla. Ahí se quedo sentado hasta morir.

-o-

Después de terminar de cavar. Kain salió de la tumba. Deposito el cadáver de Orbeck y dijo -descansa en paz Orbeck. Que en tu próxima vida, tu camino te lleve a un mejor final-

Elizabeth, Layla y Yennefer se acercaron y también añadieron palabras.

-Que alcances la paz-

-Que alcances el amor-

-Que tu destino te lleve a la magia que tanto añorabas-

Entonces Kain tapo la tumba y guardaron silencio durante una hora.

-o-

-Pequeñas y diminutas vidas- dijo Kain mientras miraba al horizonte. Él estaba parado sobre el puente que conectaba las dos torres del santuario. Se pregunto ¿Por qué las vidas de las personas que conoce son tan frágiles?. Se cuestiono si esta bien dejarles tomar decisiones. Si estaba bien dejarlos elegir, aun sabiendo que lo qué ellos querían los llevaría a la ruina. Kain soltó una exhalación, saco una mesa, una silla, un vino y una copa. No se olvido del tabaco. Se sentó y medito mientras disfrutaba de la tarde.

Kain paso toda la tarde sentado hasta la puesta del sol. Guardo sus cosas y miro hacia abajo del puente. Esta era la parte trasera del santuario. Por lo general nunca camina por ahí. Solo es un pequeño bosque de no más de tres metros de ancho. Solo hay arboles, piedras y un profundo acantilado. Sin embargo, en esta ocasión había una peculiaridad. Una piedra de color azul profundo se movía entre el pasto. Kain se ganó al borde del puente y se puso en cuclillas. Ahí vio cómo esta roca caminaba hasta una esquina y se reunía con otra piedra. Las siguió mirando por un buen rato hasta que dio un salto. Cayo cerca de las criaturas y las tomo por la espalda. Ambas cosas eran reptiles. La piedra que vio Kain era el caparazón. Tuvo la tentación de matarlas por sus materiales, pero le dieron pena. Las dejo en el suelo y los dos lagartos salieron corriendo y desaparecieron.

-¿Qué haces ahí?- pregunto una voz enérgica.

-Solo estaba mirando algo ¿Qué necesitas?- pregunto Kain mirando hacia el puente

Elizabeth se puso en cuclillas. Salto del puente y Kain la atrapo. Ella le regaló una gran sonrisa y le dijo -vamos a comer-

-o-

Una vez que todos terminaron de comer, Kain acompaño a Yennefer a su habitación. Ella no sabía cuál era la intención. Sin embargo, a estas alturas no había problema. Ella lo conocía y él la conocía. Ambos habían compartido muchas noches y muchas cosas. Algunas preocupaciones y metas.

Ella entro en último, cerró la puerta y le pregunto con expectativas -¿para qué me querías ver?-

-Dime ¿soy solo yo o estás pensando en seguirnos?- pregunto Kain

Yennefer puso una sonrisa, se acercó a Kain y lo abrazo, sus caras solo estaban a unos centímetros. Ella se paró de puntillas, le dio un beso y le respondió -bueno, no les voy a dejar toda la diversión-

-Esto no es diversión, pero si nos vas a seguir, entonces necesitas estar mejor protegida. Ven- dijo Kain y la llevo cerca de la ventana. Le midió las proporciones de su cuerpo y continuo -te haré una armadura, pero igual debes tener cuidado. Vamos a ir a un lugar especial, no sabemos qué cosas y que fuerzas pueden tener los enemigos- Kain dejo de medir y la miro a los ojos -prométeme que te cuidaras. Que me escucharas si te digo que te quedes atrás-

Yennefer asintió, le dio un beso y le respondió -te haré caso, pero solo si considero que tienes razón-

-Tu juicio no es preciso, menos en este mundo. Prométeme que me harás caso, de lo contrario no te puedo llevar-

-Necesito protegerte si estas en peligro-

-Tonta. Nada me va a pasar e incluso si algo me pasa, solo es temporal-. Yennefer negó y Kain se rindió. Al final él dijo -solo no hagas algo muy loco. No te quiero perder-

-Ni yo a ti-

-o-

-o-

Pasaron dos meses desde el enfrentamiento con el príncipe Lothric. Kain estuvo todo este tiempo preparando las armas y armaduras para Yennefer y Elizabeth. También trato de mejorar el desarrollo de los anillos. Sin embargo el progreso según su evaluación fue escaso. Solo pudo mejorar las fortalezas de las bendiciones una vez. Kain se sintió frustrado por este pequeño progreso.

Alguien que estuvo pendiente de Kain y sobre todo de la campeona de la ceniza, fue André. Él pregunto cuando iban a reavivar la primera llama. A lo cual, Kain contesto diciendo -tenemos todas las cenizas. Sin embargo nosotros queremos llegar mas allá de solo enlazar la llama. Se paciente, ya haz esperado durante un buen tiempo. Un año o dos no te consumirán-. André asintió, pensó en las palabras que le dio Kain y siguió trabajando en la fragua. Kain por otra parte siguió trabajando en sus anillos. André al revisar varios de ellos le dijo que ya eran lo suficientemente buenos. Que se podían considerar lo mejor de lo mejor en muchos sentidos. Sin embargo Kain no estaba conforme. Él quería que estos anillos le dieran una ventaja abrumadora a Yennefer y Elizabeth.

Después de esos dos meses, Kain pudo terminar las armaduras y mejorar los anillos. Los anillos tuvieron cinco bendiciones cada uno. Para poder crear estos artilugios, Kain tuvo que sacrificar a la pareja de lagartos de titanita. Él tuvo que reconocer que se convirtieron en un metal de primera. En un principio había intentado poner las cinco bendiciones en escama de titanita. Sin embargo el metal no aguanto tanta presión y se rompió. Kain gasto toda la escama, hasta que un día, cansado de malgastar materiales, salió a tomar aire. Fue al puente, estuvo durante dos horas fumando y bebiendo. Después guardo todo para irse, pero vio que los lagartos estaban dando vueltas. Tuvo una corazonada y los lagartos pagaron el precio.

Kain después de confeccionar los anillos, esperaba mejorar aún más. Sin embargo cuando André lo escucho, casi lo golpea por pretencioso. Le dijo que ni los mismos dioses habían llegado tan lejos. Así que al final, Kain desistió de seguir intentando mejorar y entrego los anillos a sus propietarias. Eran de un azul intenso y las cinco runas que tenían cada uno, le daban un acabado exquisito. Tanto Yennefer y Elizabeth quedaron encantadas. En la tarde de ese mismo día, Kain le entrego las armaduras. Mientras que la armadura de Elizabeth se parecía a la de los caballeros de plata, tenía los brazos y el pectoral de un color verde claro. Por otro lado, la de Yennefer parecía estar hecha de escamas plateadas, de un diseño flexible que le permitía el rápido desplazamiento, pero que le entregaba una protección completa a la parte superior. Las hombreras eran cortas y adornadas con plumas en sus bordes. No obstante la armadura de Yennefer no usaba casco, en cambio tenía una capucha.

-o-

Ahora los tres estaban preparados. Kain miro a Layla y le dijo -ten cuidado. Cuídate sobre todo de Ludleth y Eric. Aunque a este último no lo hemos visto, no sabemos en que anda-

Layla asintió con una sonrisa. La noche anterior paso una noche bastante apasionada. A ella le encantaba como Kain se ponía nervioso al dejarla sola. Así que ella asintió a sus sugerencias. Le dio un beso y le dijo -está bien, lo sé. Cuida de Yennefer y Elizabeth y vuelve a mi ¿bien?-. Kain solo pudo soltar un suspiro. Atrás de él estaba Yennefer y Elizabeth, ambas se despidieron de Layla y después se fueron a la hoguera. Al llegar al lugar, André salió de la fragua y los miro desde la distancia. No les dijo nada, solo agito su mano.

-o-

Kain y compañía caminaron por dos días hasta llegar a la catedral de lo profundo. Era un lugar rodeado por un espeso bosque. A su vez, los no muertos pululaban por todas partes. Lo cual dentro de todo no era novedad. Lo que si era novedad fue una clase de no muerto que estaba lleno de gusanos. Los dejaban caer por todos lados. Si te atacaban podían infectarte con bichos que eran una especie de sanguijuelas. Kain ocupo el caos para tratar con ellos. Al parecer les hacía más daño de lo normal. Después de enfrentarse a los no muertos, dieron vueltas por los alrededores. Caminaron durante horas hasta llegar a una pequeña capilla. Cuando Kain abrió la gran puerta de entrada, salió un aire nauseabundo. El lugar parecía abandonado y tanto las bancas como los candelabros que adornaban el lugar, eran antiguos. Yennefer y Elizabeth entraron, se quisieron sentar en las bancas, sin embargo estas se rompieron al simple tacto. Al fondo de la capilla había un altar. A sus pies estaba un hombre rezando. Llevaba una armadura, una espada rota y un capucha roja.

Kain se acercó al anciano y le pregunto -hola anciano. Dime ¿Qué haces aquí?-

El anciano dejo de rezar, levanto la mirada. Tenía una barba desabrida que acentuaba aún más su edad. Estaba flaco, casi demacrado por los años. Sin embargo esbozo una sonrisa amable y dijo -estoy esperando a un ceniza. Ah, veo que la haz traído hacía mi- cuando el anciano pozo sus ojos en Elizabeth soltó una risa escalofriante.

-¿Por qué esperas una ceniza?-

-Bueno- dijo el anciano sin levantarse del suelo -mi señora vive en las tierras congeladas de Ariandel. Ella necesita que le muestren una flama que destruya la podredumbre. Así que, qué mejor opción que una ceniza-

-Quiero ir a ese lugar ¿hay algún problema?-

-No, no, no, para nada. Dime ¿vas a ayudar a la ceniza?-

-Sí, se podría decir. Ahora ¿Cómo reconocemos a tu señora?-

-Oooh, ella es joven, de baja estatura, su piel y su cabellos son pálidos. Créeme, en medio de ese lugar se notara de inmediato. Ahora, solo tienes- dijo el anciano mientras sacaba un trozo de lienzo, viejo y deshilachado. Lo puso frente a Kain y continuo -que tocar aquí-

-Espérame un segundo- Kain, se dio la vuelta y miro a Yennefer y Elizabeth -tu iras primero Yennefer, ven- entonces Yennefer se acercó y se ganó frente a Kain mirándolo a los ojos. Ella vio como Kain hacía un par de signos con las manos y tocaba su frente. Ella sintió que la presión de los dedos de Kain se quedó en su frente por unos segundos, pero después se fue. Ella lo miro y le iba a preguntar. Pero Kain sonrió y le dijo -después te explico, por ahora esto es más importante. Ahora Elizabeth, ven-

Después de que Kain puso los sellos en las dos. Miro una vez más al anciano que no se había movido. Continuaba arrodillado en el suelo. Estiraba el lienzo y los miraba con calma, sin interrumpirlos. Entonces Kain dio el primer paso, toco el lienzo y fue absorbido. Después lo siguió Yennefer y por ultimo Elizabeth.

-o-

Kain llego a una cueva helada. Tanto el piso como el suelo eran de piedra. Sus paredes estaban revestidas con raíces y habían huesos de animales. Al fondo de la cueva estaba lleno de hongos que parecían ampollas. Contenían un líquido rojizo y viscoso. Los hongos que se extendían por todo el piso. Sobre ellos había una criatura reposando. Tenía pelo por todo el cuerpo, sin embargo su expresión y su cuerpo mantenían la misma apariencia que la de todos los no muertos. Él estaba quieto, disfrutando de la podredumbre y la miseria, como si fuera lo único que podía hacer.

Kain se acercó y como vio que la criatura no lo ataco como la mayoría de los no muertos, le dijo -Hola-

-Ahh, hola ¿recién acabas de llegar?- dijo la criatura con una voz entre desquiciada y risueña

-Sí, se podría decir-

-Que bien, no sabes cuanto tiempo a pasado desde que alguien vino. Bien, Bien, alégrate. Porque este lugar es un verdadero refugio para los desamparados-

Kain escuchaba lo que decía. Pero de repente escucho que cayó un cuerpo al suelo. Se dio la vuelta y vio que era Yennefer. Kain dejo a la criatura para ir a verla y la ayudo a levantarse. Entonces Yennefer notó a la criatura y desenfundo su espada. Kain la tranquilizo y después volvió con la criatura -dime ¿Qué lugar es este?- pregunto

-Ya te lo dije, este es un refugio para los desamparados- entonces la criatura se comenzó a reír y no se calló hasta que Kain lo noqueó. Después Kain soltó un suspiro de frustración y fue a ver a Yennefer. Cuando estaba a un metro de ella, otro ruido ocurrió. Elizabeth cayó al suelo, dos metros más allá. Ella se quejaba por la repentina caída. Yennefer y Kain se acercaron a ella y la ayudaron a levantarse.

Elizabeth vio a la criatura que estaba acostada sobre los hongos, puso un rostro de desagrado y pregunto -¿Qué es eso?-

Kain negó y le dijo -no lo sé, parece un no muerto, a lo mejor ha evolucionado a esa forma por el clima-.

Entonces Yennefer miro hacía la salida y se dio cuenta de que caía nieve. Se miro las manos, se tanteo la cara, se pasó la mano por debajo de la armadura y de la ropa. Sintió como todo su cuerpo estaba cálido, entonces se tocó la frente y se acordó que Kain hizo algo antes de venir. Ella miro a Kain y le preguntó -¿ahora me explicaras que hiciste?-

Kain le dio un beso y le respondió -solo te puse una protección, no es para tanto-. Entonces Kain empezó a caminar hacía la salida, Elizabeth lo siguió y Yennefer se quejó. Esta última le dijo que no debía mantener secretos si quería que esta relación funcionara. Kain por supuesto siguió caminando y nunca respondió. Responder solo sería meterse en una discusión que por la ley natural del mundo, nunca podría ganar.

-o-

El trio siguió caminando por días. El frio y la nieve lo cubrían todo. Sin embargo con la ayuda de Kain, el viaje se hizo más llevadero. Ahora los tres estaban bajando de la montaña. Una lanza voló por los cielos y cayo a unos tres metros del grupo. Yennefer molesta grito -más malditos seguidores de la legión-. Entonces los tres se prepararon para el combate.

Hoy era el segundo día en que los seguidores de la legión los atacaban. A lo mejor, estos tipos en su momento fueron buenos guerreros. Hombres que lucharon por una causa. Sin embargo, ahora eran locos que luchaban contra todo lo que estuviera en su camino. Yennefer estaba molesta porque las cinco veces que la atacaron, ha sido en momentos de descanso. Interrumpieron su almuerzo dos veces, una vez en la cena y otra cuando dormía. Ahora iba tranquila alejándose de los problemas, pero estos mierdas aparecían para arruinarlo todo. Yennefer definitivamente estaba molesta. Corrió a toda velocidad y le corto la cabeza a uno de los que lanzaba fuego con una antorcha. Utilizo sus poderes para ganarse detrás de otro guerrero que llevaba escudo y apuñalarlo. Después fue corriendo, se desplazó dentro de diez metros. Aparecía y daba un golpe y después desaparecía. Por otra parte, Elizabeth miraba el combate llena de envidia. Solo podía desear haber nacido con poderes de espacio-tiempo, como Yennefer.

Cuando el combate acabo, Yennefer estaba jadeando. Estaba molesta, ella quería descansar pero estos tipos siempre los molestaban. Ella en estos momentos rogaba por una cama. Rogaba por una comida, sin embargo parece que eso le parecía mal a los seguidores de la legión. Ella quería llorar, entonces Kain apareció y ella le dijo que quería descansar, que quería dormir. Kain la abrazo, la consoló y le dijo que ya se alejarían de las montañas. A lo mejor encontrarían un buen lugar y ahí descansarían. Él encontró razonables las quejas de Yennefer. A Kain y Elizabeth no les afectaba el sueño ni el hambre. Sin embargo a Yennefer que dentro de todo era un ser humano normal, sí le afectaban estas cosas. Kain soltó un suspiro y utilizo su magia para ocultarlos. Tomo a Yennefer en sus brazos y le dijo que durmiera. Que por ahora no era necesario que se preocupara. Ella acepto de buena gana la propuesta y a los cinco minutos se durmió.

Después de eso caminaron durante una hora. Kain en el proceso, encontró una torre en medio de un campo de nieve. No habían árboles en cien metros a la redonda. No obstante, la torre estaba vigilada por no muertos. Para ser preciso, gigantes no muertos. Eran por lo menos dos veces más grandes que una persona, llevaban capas de animales, cascos con cuernos de alces y armaduras de cuero. Kain dejo a Elizabeth y Yennefer escondidas entre medio de los árboles. Se cercioro con su visión espectral que no hubieran enemigos. Entonces después de tomar todas las debidas precauciones, fue a ver que había en la torre. Los dos primeros pisos estaban destrozados, solo quedaba la infraestructura. Los guerreros a su vez, solo eran no muertos en el peor estado. Vigilaban, sin embargo, ya no comían ni conversaban. Eran parecidos a los seguidores de la legión. Por lo tanto Kain tomo la decisión de matarlos.

Una vez que Kain los mato a todos, reviso los otros dos pisos de la torre. El tercer piso era una bodega. Kain se alegró por esto, ya que se estaba quedando corto de materiales. El cuarto piso debe haber sido del jefe. Tenía un enorme escritorio con mapas, una estantería con libros, una piel de oso cerca de la chimenea y una enorme cama. Kain sonrió y pensó que era un buen refugió. Fue corriendo a buscar a Yennefer y Elizabeth y después volvió con ellas. Entonces Yennefer vio el lugar y se quiso lanzar sobre la cama. Kain la detuvo y le dijo que primero deberían limpiar. La ropa de cama estaba llena de tierra, tenía hasta hongos. Yennefer armándose de paciencia, espero hasta que terminaron de limpiar.

En medio de la noche, Kain y Elizabeth compartían una sopa. Mientras lo hacían miraban un mapa, trazaban distancia y revisaban cuales eran sus objetivos más próximos. Después de eso, miraron el fuego durante una rato. Elizabeth aprovecho esta oportunidad y se sentó en las piernas de Kain. Tiraron una frazadas al suelo e hicieron el amor. Después de eso, Elizabeth miraba la chimenea mientras reposaba sobre el pecho de Kain. Entonces hizo una pregunta -¿Por qué esta todo tan podrido y frio?¿es increíble que si quiera los no muertos puedan vivir en este lugar?-

Kain pasaba su mano por la espalda de Elizabeth hasta llegar a las nalgas. Sentía una tacto suave, firme y tierno. Entonces al escucharla, le respondió -bueno, a lo mejor es por eso que pueden vivir. Esa criatura dijo que este mundo era para todos los desamparados. A lo mejor, aquí pueden vivir los no muertos esperando su fin. Sin hacerle daño a nadie-

Elizabeth no respondió a eso. Se quedo pensando en esas cosas hasta que se durmió. Kain la bajo de su cuerpo y la recostó a su lado. La cubrió con frazadas y se fue a leer los libros que habían. Se entero de que estos gigantes se llamaban así mismos Caballeros de Millwood. Al parecer lucharon contra un poderoso enemigo que devasto su tierra natal. Entonces llegaron aquí buscando a ese enemigo y lo vencieron. Sin embargo sus almas fueron corrompidas en el proceso y ahora no son más que no muertos sin voluntad. Solo luchan por las almas igual que la mayoría.

Después de leer todos los libros que encontró, que no eran más de diez. Kain tomo a Elizabeth, la acostó al lado de Yennefer y se acostó él mismo para aprovechar de dormir. Aunque no era una necesidad, siempre era bienvenido este pequeño placer.

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Bien tarde, después de la hora del almuerzo, Elizabeth y Yennefer se despertaron. Encontraron a Kain durmiendo así que lo aprovecharon de atacar. Este se despertó, he hicieron el amor hasta quedar satisfechos. Después siguieron durmiendo hasta la hora de la cena y recién ahí se levantaron. Kain saco una carne que estuvo guardando durante un tiempo. La prepararon con papas, zapallo, un poco de arroz y condimentos. La sopa emanaba un aroma a gloria y divinidad, la condimentaron con cilantro y comieron hasta saciarse. Después de comer, se acostaron cerca de la chimenea.

Disfrutaron mirando el fuego hasta que Elizabeth dijo -deberíamos emprender el viaje. No podemos quedarnos tanto tiempo-

Kain asintió y Yennefer pregunto -¿hacía adonde avanzamos?-

-Bajando la montaña- dijo Elizabeth mientras apuntaba en la dirección -en un pequeño valle hay un poblado. En la cima de ese poblado también hay una iglesia. Sin embargo, dudo que haya alguien ahí ¿Qué dicen?-

Kain y Yennefer asintieron. Pero Yennefer añadió -quedemos hasta pasado mañana. Después vamos-

-No podemos, vámonos mañana-

-¿segura?¿segura que quieres dejar este lugar?-

Ahora Elizabeth estaba poco convencida de sus propias palabras. Sin embargo no retrocedió -solo un día más. Si nos quedamos más tiempo, será más difícil salir-. Yennefer se largó a reír. Kain las escucho y sonrió mientras pensaba en lo que les depararía este viaje. Claro que todo eso duro hasta que sintió unos delicados dedos escudriñando en su hombría. Él miro hacia abajo y vio a Elizabeth. Ella mostró una sonrisa. Entonces Yennefer le tomo la cara y lo comenzó a besar.

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En medio de la cama, los tres conversaban con la luz apagada. Solo quedaba la luz de la chimenea. En medio del calor de las sabanas. Elizabeth le pregunto a Yennefer -oye Ci… oh, lo siento- le dio una mirada de disculpa y continuo -¿Por qué tienes tantas cicatrices?-

Yennefer sabiendo que Elizabeth le estaba dando un pequeño empujón, trato de no enojarse. Sin embargo, tomo nota de que debería hablar pronto con Kain. Al parecer hay personas que les cuesta guardar un secreto. Ella soltó una exhalación y dijo -en mi mundo, mi padre se dedica a cazar monstruos. Yo aprendí el oficio-. Ella quedo mirando a Kain para ver cómo reaccionaba, pero este último tenía los ojos cerrados. No dijo nada con respecto a lo que ella estaba revelando, sin embargo eso mismo le producía a Yennefer cierta incomodidad. Después de eso, siguieron conversando de otras cosas. Conversaciones superficiales que sacaron carcajadas. Nada serió, sin embargo Yennefer de vez en cuando miraba a Kain, como buscando el momento preciso para hablar con él. No obstante, hasta que se durmieron nunca se atrevió a decir lo que quería.

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Al otro día en la mañana. Kain se levantó temprano. Calentó agua y tomo un baño. Se recostó en la bañera, pensó en varias cosas, pero no llego a nada en concreto. Mientras estaba en el agua, cerro los ojos. Él escucho que alguien se levantó, camino suave hasta donde estaba él y se metió en la bañera. Ella se recostó sobre su cuerpo, Kain sonrió y juntando sus brazos, la abrazo. Él le pregunto -¿esta buena el agua-

Yennefer contesto mientras se acurrucaba sobre su pecho. Ella le dijo -esta buena y sinceramente, no creo que podría estar en un mejor lugar-. Después de eso los dos se callaron. Kain estuvo en silenció. Yennefer quiso hablar. Hubo varias veces en donde intento decir algo sin embargo no podía articular las palabras.

Kain sintió el ambiente incomodo así que le dijo -si no quieres hablar, no hables. Yo no te voy a molestar porque tengas tus propios secretos. No es necesario que me digas-

Ella asintió, se sintió cálida, relajo su cuerpo y por alguna razón se soltó. Entonces dijo -yo, yo no me llamo Yennefer. Ese es el nombre de mi madre- entonces Yennefer escucho los latidos del corazón de Kain. Siguió escuchándolos hasta que se cercioro de que Kain no le diría nada y continuo -yo lo siento por haberte mentido. Mi nombre es…-.

Entonces Cirila Fiona Elen Riannon, soltó todas las piedras que andaba acarreando en su corazón. Le contó a Kain como llego a este mundo. Como vivió, quienes era sus padres. Y quienes fueron sus amantes. Le conto que casi tuvo un hijo con un hombre al que no amaba. Hubo veces en que se quebró, hubo veces en que se arrepintió. Hubo veces en que se sintió feliz. Sin embargo Kain solo la abrazo y escucho cada una de sus palabras.

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Después de hacer el amor en la bañera. Ambos salieron del agua, ella lo miraba algo nerviosa, pero Kain permaneció tranquilo. Entonces él le dijo -ven Ciri-. Ella se acercó, tenía miedo de como él podía reaccionar, sin embargo lo que ella pensó nunca llego. Kain saco una crema de su anillo. Le dio una suave sonrisa y le dijo -jamás me ha gustado esa cicatriz en tu cara. Acércate-. Ciri se acercó, cerro los ojos y sintió el refrescante tacto de la crema sobre su rostro. Después Kain la hizo acostarse sobre una frazada y le paso la crema por todo el cuerpo. Posterior a eso se vistieron, compartieron un momento juntos frente a la chimenea, hasta que Elizabeth se despertó. Esta última hizo un gran bostezo, camino desde la cama hasta Kain y se tumbó sobre él. Kain la quedo mirando. Vio como esos parpados no se abrieron más, la respiración se volvió más pausada y Elizabeth se volvió a dormir. Kain soltó una risita. Le dijo que se levantara para prepararse y partir. Sin embargo ella nunca contesto, solo siguió durmiendo.

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Llegado al medio día, los tres se prepararon para partir. Todos se colocaron sus armaduras y siguieron el viaje. Sin embargo ¿Cuál sería el apuro?. De mala gana dejaron el refugio, después de todo, en el mundo exterior no había nada bueno que ofrecer. Elizabeth comento que entendía un poco el desagrado de Sullyvhan por este mundo. Solo había roca, nieve y bestias por todos lados. Si eres débil no hay descanso ni consuelo que valga. Tienes que estar constantemente huyendo de los peligros. Incluso los pocos árboles que existen en este lugar están malditos y al parecer, antes eran no muertos. Esto último sorprendió a todos. Antes nunca se habían percatado, sin embargo un "árbol" lloraba y gemía en la completa angustia. No obstante, cuando noto al grupo, las puntas de sus ramas se encendieron. Levanto lo que parecía ser su cabeza y los empezó a atacarlos con esquirlas de fuego. Todos se pusieron a cubierto y cuando el árbol se calmó. Elizabeth se acercó para matarlo, pero el árbol contraataco lanzando un aliento gélido. Elizabeth lo halló asqueroso en muchos sentidos. Se quejo, pero al final igual venció al árbol no muerto.

Después de un par de horas Elizabeth iba algo desganada, ya no quería andar por la nieve, este lugar la tenía cansada. Miro a Kain y le dijo -ya no quiero hacerme cargo de estas cosas. Por favor, hazte cargo-. Kain negó, se ganó al frente del grupo y comenzó a avanzar. Canalizo caos en fragmentos de cristal y fue abatiendo a los enemigos. Por otra parte, alguien que también estaba molesta fue Ciri. Los seguidores de la legión al parecer le agarrón cariño. El grupo solo camino durante dos horas fuera del refugió antes de que ellos aparecieran. También aparecieron más caballeros de Millwood, sin embargo no fueron un problema para Kain. Al llegar el medio día buscaron una cueva. Se resguardaron en ese lugar mientras pasaba una tormenta. Después de que se detuvo, continuaron el viaje.

Casi al atardecer se pudo divisar un poblando. Las casas estaban regadas por toda una pendiente que daba a un acantilado. En el fondo del acantilado se erguía un una torre, solo quedaban en pie el ultimo piso y los pilares que lo sostenían. Kain aparto su vista de tal cosa y dijo -vamos al poblado y usemos magia para ocultarnos. No sabemos como este ese lugar-. Ciri y Elizabeth asintieron, Kain desplegó la magia y siguieron avanzando sin causar el mayor ruido.

El poblado fue un lugar desagradable. Estaba llego de podredumbre por todos lados. Los residentes tenían un cuerpo raquítico, acompañados por enormes cabezas de ave. Su piel parecía tener cascaras de tierra y su cola era una mata de pelo que arrastraban por el suelo. Parecía que cada pisada que daban sería la última. Kain frunció la nariz, él estaba a unos veinte metros de las criaturas, sin embargo el olor agrio de sus cuerpos aun lo alcanzaba. Ciri, Elizabeth y él miraron desde un pendiente durante bastante tiempo. Después una hora, un grupo de residentes se juntaron en lo que parecía ser un camino que antecedía a una biblioteca. Graznaban igual que pájaros, otros vomitaban un líquido pestilente. Parecían estar pidiendo algo, parecían estar rogando por alguien. Sin embargo todo cambio cuando apareció otro residente. Este se veía alto, delgado y fuerte. Portaba armas que parecían enormes garras de metal. Iba cubierto por una armadura negra, una capa y una máscara de metal. Él se acercó a los primeros residentes, estos a su vez empezaron a graznar y a correr. El residente que tenía las enormes garras corrió detrás de ellos, los apuñalo uno a uno, les cortaba los brazos, la cabeza, los remataba en el suelo y llegado a un punto, se volvió loco. El ultimo residente en ser asesinado se llevó la peor parte. Fue apuñalado incluso después de que ya no podía emitir m��s graznidos.

-Este no es un buen lugar- dijo Ciri en un susurro. Elizabeth asintió. Kain por otra parte estaba observando un edificio. En ese lugar habían dos energías. Un adulto y una niña. No, una diosa. Su alma era muy poderosa, sin embargo por el tamaño de su cuerpo Kain supuso que era una niña. Soltó un suspiro y dijo -vamos a ese lugar, puede que haya algo interesante-. Elizabeth tomo a Kain de la mano, no quería bajar ni enfrentar a esas cosas. Mas que asco, por alguna razón le daban pena. No quería tener que enfrentarse a ellos y matarlos. Sin embargo, Kain al sentir su mano, la miro, se acerco, le dio un pequeño beso y le dijo -déjamelo a mi, si podemos a ayudar a estas personas, las ayudaremos. Pero tienes que entender que están igual o peor que los no muertos del mundo exterior-. Elizabeth agacho la cabeza mientras asentía. Después de llegar a un consenso bajaron de la pendiente y se internaron en el pueblo. Kain y Ciri tuvieron que pelear. Elizabeth no quiso luchar contra las criaturas. Por lo tanto ella se resguardo detrás de sus amigos.

Una vez que limpiaron todo el camino y pudieron llegar a una reja negra que separaba la biblioteca del pueblo. Un hombre vestido de negro apareció. Llevaba un casco que le cubría el rostro y ropajes de cuero. Él caminaba con una espada imbuida en un llama obsidiana. Se gano detrás de la reja y hablo en un tono de voz grave -No sé quiénes sean, pero este no es un lugar para ustedes. Váyanse-

Kain sonrió. Estiro sus manos hacía delante y formo dos katanas de cristal. La hoja tan larga como un brazo, era de un color celestial y estaba imbuida en luz solar. Kain las apunto al hombre y le pregunto -¿Qué pasa si no quiero?-