Capítulo 27 - Viaje a Zchted

Décimo séptimo año del establecimiento del sabio reino de Lemuria, ciudad de Ariel, casa del señor de la ciudad, mes de abril.

Después de que Artoria se fue, Kain no supo más de ella o de Merlín. Por otro lado, cada día se dedicó a perfeccionar su fuerza y avisó a sus esposas que iría a Polesia. Ellas se rieron y le dijeron que tenía que dar la cara por todo lo que le había hecho a la "pobre" Sofía. No obstante, ahora que toca viajar, Kain está a la salida de su casa y ellas ya no se ríen tanto. Kain pensó que esta es una parte difícil de ser adulto, ya que tiene que responsabilizarse por lo que ha tomado para sí y a su vez descuidar lo que ya tiene.

-Me voy, cuídate- dijo Kain dándole un tierno abrazo Ann y a su hija en sus brazos. Le dio un beso a ambas, fue un poco doloroso.

-Marido, cuídate mucho y no te demores en volver a mí- respondió Ann con sus ojos acuosos que decían muchas cosas que las palabras no podían abarcar. Cada vez que Kain se va de viaje, esta mujer llora sin consuelo. Él le dio el ultimo beso y dijo -tú también amor-.

Después de eso, Kain beso a sus hijos y esposas, todas ellas ya tenían cuerpos y auras de mujer. Llevaban diferentes tareas y negocios, dueñas de sí mismas y exitosas. Pero la partida de Kain es algo que hasta el día de hoy jamás han podido manejar. Una vez que terminaron las despedidas, Kain cabalgo en su caballo y a ratos, bajaba la velocidad y devolvía su mirada a la ciudad. Soltaba largos suspiros mientras pensaba en su familia. A su lado, en otro caballo, viajaba Sofía. Kain la miro y le dijo -cada día se vuelve más difícil salir de casa-

Sofía con los hombros caídos, dijo -Lo siento, es todo mi egoísmo-

-No te preocupes, esto es algo que debo hacer-

Entonces, dándole una ultima mirada a la ciudad de Ariel, emprendieron el viaje. cabalgaron hasta Lebus y después de saludar a Elizaveta, siguieron avanzando por los bosques y tratando de acortar camino. Fue un viaje gratificante en varios sentidos. Cada día era extenso lleno de cosas interesantes que mirar, después de todo esa es la magia de viajar. Lugares exuberantes que la mano del hombre no ha alcanzado, animales raros que se ven una vez en la vida y después se convierten en mitos. Artesanías y comidas que tienen los diferentes pueblos y un montón de peleas por mujeres. Después de todo es difícil pasar desapercibido con una mujer como Sofía.

Cuando estaban a unos días de llegar a Selecia, capital de Zchted, ya habían entrado al mes de mayo. Sofía empezó a mostrar los primeros síntomas de embarazo y tuvieron que detenerse a descansar en medio de las planicies. Junto a un estanque rodeado de arboles.

-¿Te sientes bien?- pregunto Kain preocupado. No entendía el sentimiento, pero pudo ver muchas veces a sus esposas pasar por lo mismo, así que de alguna forma lo dimensionaba.

Sofía se tapaba la boca y se apoyaba en un árbol tratando de soportar las súbitas nauseas. Después de recuperarse miro hacia atrás y dijo -más o menos, estamos a unos días y si descansamos demasiado, pasaremos más tiempo a la intemperie. Así que apurémonos y lleguemos lo mas rápido posible- Sofía se sentía mal y esta era una buena y clara razón para llegar antes a Selecia. De lo contrario, el viaje se volvería mas incomodo a cada momento.

Kain le acarició la espalda y le pregunto -¿Cuánto falta para llegar a Selecia?-

Sofía sintió nauseas, se agacho, coloco su mano en la boca y profirió algunas arcadas -alrededor de diez días cuando mucho- dijo con un tono ahogado -y para reunirse con el rey un poco más, todo depende de cómo este de salud-

-¡Bien! tenemos que descansar, con tu estado actual va a ser difícil avanzar- Kain no quería estresarla demasiado. Por otro lado, era el momento para que la alquimia brille con mas fuerza.

-Esta bien, pero esto no durara mucho, ¿cierto?-

-Que ingenua eres querida ¡qué ingenua!. Te ayudare con algo de medicina. Por otro lado, cuando lleguemos a Selecia tomaremos un carruaje. De esa manera será mas seguro para ustedes dos-

Sofía sonrojada dijo -bueno, será como un viaje familiar-

-o-

Al día siguiente, Kain se levanto a primera hora de la mañana y preparo café, pan, salchichas y algunos frutos.

Sofía que le cuesta levantarse últimamente, exclamo desde el saco de dormir -eso huele exqui…- pero no pudo terminar sus palabras y comenzó a vomitar.

Kain se acerco facilitándole agua y una toalla -te dije que subestimaste demasiado el embarazo. Ahora descansa y cuando te sientas mejor, fuérzate a comer. Si no aparte de vomitar vas a enfermarte por desnutrición. También toma este polvo verde- dijo acercándole un bolsa de cuero -es medicina-

Sofía se lavó con cuidado, tomo la medicina y después de dormir una buena siesta se recompuso. Kain estaba a su lado y ella con una sonrisa le dijo -sabes mucho de esto-

-Todas mis esposas han pasado por lo mismo-

-Cuando hablas de mi como solo una mas de tus esposas me molesta-

-No dije eso, dije que las nauseas eran comunes para las mujeres. Además si eres una de mis mujeres, no te puedo poner por sobre las otras, por que significa abandonar lo que es precioso para mi, lo siento-

-¿Eso quiere decir que soy importante para ti y nunca me dejaras?-

-Mientras no me traiciones nunca te abandonare, siempre te protegeré-

-Ahora me siento mejor-

-o-

Después del desayuno, cabalgaron hasta la hora del almuerzo y posterior a eso no pararon hasta el anochecer. Durante cinco días mantuvieron el ritmo. Sofía pudo llevar bien los síntomas de su embarazo, pero siempre se sentía exhausta de alguna manera. Después de un largo viaje, Kain y Sofía llegaron a Selecia. Rentaron un cuarto en un gran hotel y después de hacer el amor hasta quedar exhaustos, durmieron plácidamente.

Al otro día, con el sol iluminando el rostro de Kain, este abrió los ojos he hizo contacto con los de Sofía, la cual ya estaba despierta. Kain miro alrededor y vio la gran habitación. Después miro a la muralla que estaba a los pies de su cama y pudo ver el ventanal que les regalaba una gran vista de la ciudad.

Kain recordó adonde estaba, se acercó a Sofía y la beso -buenos días preciosa- dijo

-Buenos días marido, tu medicina es excelente, hoy también me siento bien-

-Después del desayuno preocúpate de tomar tu medicina o si no volverán los síntomas-

-Lo tendré en cuenta-

Como todas las mañanas o la gran mayoría, se besaban poco a poco y una cosa llevaba a la otra. La ronda matutina había comenzado y no pararía hasta quedar satisfechos.

Después del desayuno y darse un baño, Sofía preparo sus ropas y tomando su viralt en forma de báculo, miro a Kain para despedirse. Tenía que saludar a mucha gente y realizar varias diligencias -voy a anunciar tu llegada- dijo -por favor, si vas a viajar ponte una capucha. Y no busques problemas con los nobles-

-Cuídense ambos ¿bien?- dijo Kain y posó su mano en el vientre de Sofía y la beso en los labios.

Sofía se sentía feliz y respondió -sí, nos cuidaremos-

Una vez que Sofía se fue, Kain aprovecho de dormir hasta la hora del almuerzo. Después de eso se levanto y fue a comprar comida en un restaurant. Fue con su ropa usual, pero añadió una capucha como le dijo Sofia. Al entrar en el restaurante se coloco en una mesa vacía, en el sector de en medio y llamo a la niña que atendía, no era mayor que él -mesera- dijo levantando la mano, una vez que llego, él continuo -quiero carne de res, papas cocidas y vino-

-Lo siento señor, solo tenemos carne de cordero, además, tiene que pagar por anticipado-

-La carne de cordero también funcionara, trae todo lo que te pedí, ¿Cuánto seria la comida?-

-10 monedas de plata, señor-

-Toma una moneda de oro y tráeme el cambio-

-¡Enseguida señor!- la mesera al ver tal riqueza corrió entusiasmada.

Mientras Kain miraba cómo se iba la mesera, una voz suave interrumpió sus pensamiento y le dijo -caballero ¿puedo sentarme aquí?-

-Sí no me vienes a dar problemas vanadis, entonces adelante- con dos esposas vanadis, era claro para Kain saber quién era quién. El aura que desprendían era única en comparación con la gente común.

-Ara, eso fue rápido, dime guapo ¿Qué hace aquí un chico tan malo como tu?- dijo la mujer de pelo azul. Al igual que Sasha, la vanadis llevaba un traje demasiado tentador. Sus senos estaban casi al aire y sus contorneamos muslos eran un deleite para los ojos. No obstante, su cara linda y ojos tiernos y grandes, destacaban resaltando aun mas su belleza.

-¿Cuál es tu nombre vanadis?- pregunto Kain

-Valentina-

-Puedes llamarme Kain, vine aquí por que a tu rey le molesta que haga de sus vanadis mis esposas-

La mesera llego con la comida humeando, espero a que Kain la notara y coloco los platos en orden. Kain le dio una sonrisa y al recibir el vuelto le dio una plata. Miro a la Valentina y extendió su mano -Valentina, ¿quieres algo de comer?-

-No gracias, solo tenia curiosidad. Por favor no le hagas nada malo a nuestro nobles ¿bien?-

-Si ellos no andan por la vida como idiotas sobreestimándose así mismo, nada les va a pasar-

Valentina suspiro -¡sabes! eso en si mismo es un problema, por favor se indulgente ¿ok?-

-Bueno, como tu digas-

-Nos vemos Kain- y se fue contoneando su hermosas caderas.

-o-

Después de almorzar, Kain fue a pasear por las calles y tiendas sin mayores contratiempos. Cuando se aburrió, camino hacia el hotel y volvió a la habitación. Después de eso se puso a leer en un sillón mientras era iluminado por los últimos brillos del sol vespertino.

Como a eso de las siete de la tarde, llego Sofía. Con una gran sonrisa, se acerco y le pregunto en un tono coqueto -¿fuiste un buen niño?-

Kain dejo de lado su libro, se levantó y la abrazo -sí ¿Cuál es mi premio?-

Sofía se puso roja y le susurro con su melodiosa voz -¿Qué tal yo?, ¿te gusta?-

-Mucho- respondió Kain. Entonces la llevo a la cama y la beso durante un buen tiempo, pero de repente se detuvo y le poso su mano derecha sobre el vientre de Sofía -dime ¿ya comiste?-

-Sí, ya comí en el palacio, así que podemos continuar-

Kain desvistió a Sofía y vio sus enormes senos. La beso en los labios, bajo por los senos, acariciando sus muslos y palpo su vulva. Ella estaba complacida -se siente bien, acaríciame mas, puedes ir directo al plato principal-. Kain la beso en el ombligo y poco a poco alcanzo la vagina. Toco todas las partes sensibles y mientras la comía, acariciaba sus caderas y nalgas. Sofía se retorcía y entre gemidos dijo -tan intenso, no me voy a ir a ningún lado- entonces Kain tomo la pequeña capucha y dejo al descubierto su clítoris. Poco a poco le siguió besando la vagina y cuando Sofía alcanzo el orgasmo, presionaba la cabeza de Kain contra su Vagina.

Después de terminar, Sofía miro a Kain y esté último se ganó cerca de su cara para hacer su solicitud -ayúdame con esto- dijo mientras ponía su pene entre los senos de Sofía. Ella comenzó a mover sus senos de arriba abajo, lamió y succionó el pene hasta que Kain acabo. Ambos descansaron y cuando Kain la tomo de la mano, susurro -vamos al plato principal- entonces la abrazo y ajustando su ángulo metió su pene y mientras la penetraba, le frotaba el clítoris. Después de media hora de juegos y estímulos, Sofía ya no podía contener sus gemidos y dijo -mi amor, por favor córrete en mi interior, corrámonos juntos-

Kain se corrió en Sofía, ella se afirmó de la cama y curvo su espalda. Cuando el órganos resonaba por todo su cuerpo, ella movió sus caderas saboreando el momento. Después de eso se abrazaron por un tiempo, se limpiaron el sudor y durmieron hasta el otro día.

-o-

Sofía despertó a la mañana siguiente y miraba a Kain dormir, acariciaba su cabello. Kain se despertó al rato. Sonrió y compartieron una abrazo. Después de soltarse, él le pregunto -¿no tienes que ir al castillo?-

-No- respondió Sofía en un tono suave -nuestra reunión con el rey es en dos días mas. Hoy solo voy a saludar a algunos amigos y dos tontas que están peleando-

-Ve, te esperare aquí y cuando vuelvas tienes que premiarme-

-Más todavía, ¿Quieres matarme?-

-No, quiero que tu y yo nos sintamos bien juntos-

Sofía con una sonrisa encantadora le susurro -cuando vuelva veremos-

-Estoy esperando-

-o-

Después de eso, Sofía se bañó mostrando cada parte de su cuerpo a Kain mientras lo hacía. Después se vistió y con un beso, se despidió. Kain se quedó en la cama otra vez y durmió hasta el mediodía. Cuando le dio hambre, se preparó para ir a comer al mismo restaurant que ayer.

Cuando entro al restaurante estaba casi lleno, quedaba solo una mesa y llego justo a tiempo para aprovecharla. Una vez que se sentó, alzo su mano y llamo a la misma joven de ayer -mesera, quiero pechuga de pollo con arroz y ensaladas surtidas-.

La mesera reconoció a Kain y lo atendió con una sonrisa -en seguida señor, no se preocupe por el pago, lo puede hacer después- y se fue a preparar la comida. Mientras tanto, Kain saco un libro y se puso a leer mientras escuchaba las conversaciones de sus vecinos.

Una cliente que llego un poco tarde, se acerco a la mesa de Kain y viendo que tenía una silla vacía, le pregunto con una voz dulce y suave -disculpe, no quedan mas lugares, ¿le importaría compartir su mesa conmigo?-

Kain mantenía su mirada en el libro, pero sintió lo mismo que ayer. Una existencia singular. No es primera vez que siente esto, cada vanadis tiene la misma presencia -señorita vanadis- dijo -no le hice nada a tus nobles, así que no tiene de que preocuparte y venir a investigarme-

-¿Por qué le harías algo a los nobles de mi reino?- respondió la vanadis cambiando su tono a uno mas severo

-No importa adonde vaya, siempre habrá nobles incompetentes y traidores. Sobre todo ellos me temen, pero no te preocupes… mientras ellos no me busquen, no los tocare. Ya lo prometí a mi esposa-

De repente, Kain sintió el rápido flujo de los elementos y puso su mano para cubrirse el rostro. Un trozo de hielo le golpe la palma de la mano y se convirtió en polvo generando un sonido similar a un vidrio roto. El resto de los clientes miro al duo.

Kain se puso en pie, su cuerpo rebasaba por treinta centímetros a la vanadis. Juntando toda su paciencia para no golpearla por su repentino ataque, le pregunto -¿A qué se debe esta agradable actuación?-

Ella no retrocedió, levanto su rostro desafiante y lo miro a los ojos -¿eres ese infame príncipe que mata a los nobles de su reino?-

-Infame nunca, señorita- dijo Kain mientras inspeccionaba a la mujer. Tenía un cabello celeste y una figura infantil. Como una muchacha al principio de su adolescencia -Todos los que han muerto en mis manos son culpables, mientras que nunca he matado a un inocente. ¿Pueden los nobles decir lo mismo?-

-Eeeh, tienen razón para temerte. Eres tan fuerte como para pararte frente a una vanadis y no titubear-

Kain bufo hacía un lado y la miro con desdén -las vanadis solo tienen herramientas dracónicas, pero siguen siendo humanos normales. Mas allá del poder que te entrega tu herramienta, no tienes nada. Ya he matado cosas diez veces mas poderosas-

-Cuanta confianza, ¡te desafío!-

Kain suspiro, esto era molesto y solo le daría problemas -pequeña- dijo -al menos déjame comer mi comida- entonces se sentó ignorando a la joven enfrente y siguió leyendo.

La vanadis encontró a Kain interesante, no solo por que atrapo su hielo con las manos desnudas. Si no que nunca titubeo. Entonces ella en un acto, que ella misma considera de cordialidad, le dijo -Lumidla-

Kain aparto su mirada del libro y frunció el ceño -¿Qué es eso?- pregunto con cierto desconcierto -¿Quieres comida?, no conozco ese plato, pero si está, puedes comerlo. Lo pagare-

-Ese es mi nombre, bastardo-

-Puedes llamarme Kain- dijo y se sacó la capucha. Su pelo blanco y ojos lazuli quedaron a la vista.

-Mucho gusto Kain, la próxima vez tendremos un duelo para ver si toda esa confianza es real o solo para presumir-

Pero Kain desestimo esas palabras y dándole la vuelta a la pagina, dijo -¿no venias a comer?-

-Ugh, si pero…-

-Siéntate, solo tienes que evitar molestarme- Kain se puso su capucha otra vez y siguió leyendo.

-Eres un caballero extraño Kain, dices no molestarte con compartir tu mesa, pero ignoras a la bella mujer frente a ti-

-No sé si quieres conversar o no Lumidla, ¿Quieres conversar?-

-¡No quiero!-

-Bien-

Cinco minutos después, vino la mesera y trajo el planto de Kain -aquí esta su comida señor- dijo -Son 10 platas, ¿quiere pagar ahora o después?-

-Ahora- respondió Kain -toma diez plata y una extra para ti por tu rapidez. Una cosa mas, ves a esta elegante dama aquí- dijo apuntando con su palma -ella también quiere comer, pregúntale ¿Qué quiere? y tráelo, yo lo pagare-

-Me gusta probar cosas nuevas- dijo Lumidla -así que tráeme lo mismo que pidió él-

-Enseguida señorita- respondió la mesera

Lumidla posó su mano sobre la mesa y sonrió -eres muy generoso con el dinero, ¿Quieres perseguirme bribón?-

Kain siguió leyendo y no la miro, pero dijo -no hay nada malo en regalar una comida, mas si eso te evitara una situación molesta-

-¡No tienes ninguna delicadeza!-

-Mis esposas a menudo me dicen lo mismo. Mi madre también se queja de lo mismo. Pero si fuera amable, tendría un sin fin de problemas con mujeres y malos entendidos. Lo peor son las personas indecisas, que con su amabilidad ilusionan a otros, pero nunca actúan ¿no lo crees?-

Lumidla se retrajo -Puede ser-

La camarera llego con la comida y le dijo -tome señorita- después de dejar la comida, miro a Kain y continuo -señor, son diez platas-

-Toma niña, como antes diez plata por la comida una extra por tu trabajo-

-Gracias señor -dijo la camarera con una sonrisa radiante.

Lumidla siguió a la camarera con la mirada hasta que esta se fue y dijo -sí que eres generoso con el dinero-

Entonces Kain cerro su libro, lo dejo en la mesa y respondió -¿haz visto alguna vez a alguien quemado por el sol?-

-No, nunca- Lumidla tuvo dudas, jamás escucho o se preocupo por semejante insignificancia.

-Es doloroso y molesto. No te puedes mover sin dolor, no te puedes acostar sin dolor, pero esas quemaduras no te mataran. De la misma manera viven los pobres todos sus días, igual que gente quemada por el sol. Cuando eres generoso con ellos es como echarle ungüento que disminuye su molestia-

Lumidla no dijo nada más, pero pensó en las palabras.

Por otro lado, Después de que Kain termino su comida, se dedico a leer hasta que Lumidla termino su comida. Entonces Kain se levantó y dijo -qué tengas un buen-

Lumidla bufo, pero cuando vio que Kain se iba, lo siguió con la mirada.

-o-

Cuando Kain llego a su habitación en el hotel, Sofía lo estaba esperando en el mismo sofá en el que ayer estaba leyendo. La vanadis le dio una mirada inquisitiva y le pregunto -¿Adónde andabas?-

-Comiendo ¿y tú?- respondió Kain

-Una vez que arregle a mis dos tontas amigas, quería verte, pero me detuvieron y tuve una comida-

Kain se acercó con una gran sonrisa y dijo -ven, preciosa-

-Parece que andas muy entusiasmado- dijo Sofía poniendo mala cara. Por alguna razón se sentía fatigada y no tenía ánimos de nada. Kain la obligo a levantarse, la abrazo desde la cintura y la miro a los ojos -me gusta estar contigo ¿no estas de animo?-

-Lo siento, pero hoy me he sentido un poco molesta-

-Vamos bañarnos, te doy un masaje y después me dices tu respuesta final-

Después del masaje, Sofía estaba de animo para el sexo, constante y duro. Una vez que terminaron, en su nariz perlaban gotas de sudor. Miro a Kain con una sonrisa y dijo -fue muy bueno, deberíamos hacerlo así mas seguido-

-No te preocupes, tenemos toda la vida para disfrutar-

Sofía sonrío y abrazo a Kain.

-o-

El día de la reunión con el rey, Sofía despertó a Kain temprano -mi amor- dijo -por favor levántate. De lo contrario llegaremos tarde a la reunión con el rey-

-Ok, no hay problema- respondió Kain somnoliento. Después se fue a bañar y Sofía arreglo sus ropas. Estaba un poco preocupada por las verdaderas intensiones del rey. Después de todo, ninguna comida es gratis. Una vez que Kain se vistió, Sofía lo miro y le arreglo la ropa. Después de eso le dio un beso y lo tomo del brazo.

Al llegar al castillo, caminaron por los grandes y lujosos pasillos. Cómo Kain no iba con su capucha, todos los nobles lo veían horrorizados y él se reía de buena gana. Esto fue ¿algo involuntario?, pero desde hace algún tiempo le gustaba que le tema la gente. Sobre todo los "poderosos", no sabe si son los viejos recuerdos de su yo vampírico, pero se siente bien -parece que soy muy famoso- dijo Kain en un tono jocoso.

Una voz suave y dulce los detuvo. Venía desde su espalda -así parece, ayer dijiste todas esas cosas y pensé que solo jugabas, pero tu reputación te precede cazador de demonios o prefieres que te llame corazón cruel-

Kain se dio vuelta y vio a la pequeña niña de pelo celeste. Llevaba el ceño fruncido -Lumidla- dijo -te dije ayer que no le haría nada a tus nobles y hasta el momento lo he cumplido-

-Hmph- Lumidla volteo para mirar a otro lado, pero Kain no se lo tomo en serio y solo sonrió.

-¿Se conocen?- pregunto Sofía en señal de admiración. Era difícil que Lumidla le hablara a un desconocido, es muy orgullosa y de todas las regentes actuales es la única que a "heredado" su puesto.

Lumidla por su parte cruzo sus brazos y miro como Sofía iba apegada a Kain -Sofía ¿Qué haces con este tipo?- pregunto en un tono despectivo -es la peor clase de persona que te puedas encontrar-

Kain cruzo los brazos y le pregunto -¿dices algo así de alguien que te alimento?-

-Solo me invitaste a comer y no estuvo tan bueno-

Sofía tomo su vara y la golpeo en la cabeza. Como un efecto reflejo, Lumidla se agarro la cabeza con ambas manos, se agacho y le pregunto en medio de su dolor -¿Por qué me golpeas?-

-Por llamar así a mí esposo-

Lumidla quedo en shock -HAAAA- dio un grito lleno de incredulidad que se escucho por todo el pasillo.

Sofía miro a Lumidla con una sonrisa que no lo era y le pregunto -¿tienes algún problema con eso?-

Lumidla ya no agrego mas a la conversación y solo se acariciaba la cabeza.

Kain le dio una sonrisa y le dijo -lo siento pequeña, pero tengo una reunión con tu rey, nos vemos en otro momento-

Lumidla de mal humor, bufo y miro a otro lado, como si ella hubiera sido agraviada. Después de eso, se separaron.

Por otro lado, Kain y Sofía continuaron con su viaje al salón del trono mientras conversaban.

-Es muy simpática esa niña, ¿es tu amiga?- pregunto Kain entre bromas

Pero Sofía estaba un poco molesta con su amiga, no solo por su comentario, también estaban sus constantes peleas con su otra amiga, suspiro y dijo -sí, es una de las dos tontas que el otro día estaban peleando-

-Es bueno que no allá llegado a mayores- respondió Kain tratando de cambiar el tema -vamos a la reunión, no quiero que tus nobles empiecen a molestar-. Sin embargo cuando no quieres que pase algo a veces sucede lo contrario. Kain siguió caminando por los pasillos y cuando llego a la puerta que antecedía al trono. Los guardias se colocaron en frente impidiéndole pasar.

-Vanadis, ¿por qué ha traído a una existencia tan nefasta?- le pregunto uno de los guardias en un tono despectivo

Sofía con un rostro frio replico -el rey manda a llamar a Kain y te aconsejo que cuides tu lengua. Hablas de mi marido y nadie en este reino te salvara si pillas su lado malo-

El guardia guardo silencio con molestia y aviso la llegada de Kain.

Por otro lado, Kain puso una sonrisa y dijo -Sofía, ve a donde debas ir, hablare con el viejo y nos iremos a ver a tu padre-

-Como te atreves…- grito el otro guardia, pero antes de que pudiera seguir, se vio suspendido en el aire con un terrible sentimiento de opresión en la garganta. Kain le dio una breve mirada y dijo -guarda silencio, ¿ok?-. El guardia asustado asintió varias veces y Kain le dio una sonrisa carnivora -Bien- y lo lanzo contra un muro.

Después de eso, Sofía se fue algo preocupada y Kain abrió con fuerza las dos grandes puertas. Su movimiento fue tan enérgico, que todo los nobles en el salón lo quedaron mirando. No obstante, Kain no les dio ninguna mirada y camino por la alfombra con gallardía y confianza.

Una vez que llego a unos diez metros del trono, dijo -buenos días rey de Zhcted, he venido como me pediste, ahora dime ¿Cuál es la razón?, dudo que sea solo por mis esposas-

El rey Viktor, un anciano cuyo rostro estaba lleno de manchas de la vejes, lo miro sin inmutarse y en una firme tono, dijo -mm, es mas que eso-.

-Cuéntame, el tiempo es oro- dijo Kain

-Necesito que asistas a Zhcted en la guerra, vamos a tener que luchar con Brune tarde o temprano. Muozinel también se sumara en algún momento, así que necesito tu ayuda-

-¿Qué es lo que ofreces?-

-Haz tomado a mi prima y dos de mis vanadis ¿te parece poco?-

-Lo que sea, ¿eso es todo?-

-Sí-

-Solo por esta vez lo haré sin pedir nada. El día de mañana habrá un precio, sino quieres pagar el precio, entonces tomare a mis mujeres y me iré, ¿entendido?-

-Entendido-

-Bien, ahora me iré-

Después de eso, Kain hizo su camino a la salida del salón del trono. Pero antes de que pudiera salir, fue alcanzado por Elizaveta. Ella lo miro nerviosa y dijo -Hola-. Hoy vestía su usual vestido purpura. No obstante, aunque sus senos resaltaban, eran superados por sus hermosos ojos de diferentes colores

Kain se detuvo y cuando la vio hizo una suave sonrisa -hola Eli, ¿Cómo estas?-

Elizaveta trato de hablar lo mejor posible, pero en el proceso tartamudeo -yo estoy bien. No debiste ser tan irrespetuoso con el rey-

Kain se acerco con movimientos suaves, le tomo el mentón y le pregunto -¿voy a ser castigado?-. Pero Elizaveta agito su cabeza de lado a lado. Kain sonrió y continuo -ahora tengo que ir a ver a mi suegro así que voy a estar fuera de casa. Pero, cuando vuelva seguro te comeré- se acercó a los labios y la beso mientras le acariciaba el rostro.

Después de un breve beso, Elizaveta sonrió y le dijo -te estaré esperando-

-Seguro- le respondió Kain, y le dio un último beso antes de irse.