Apócrifo - Gods land - Capítulo 89

Después de que Lefiya lloro lo suficiente, se durmió entre sollozos. Así que a Kain le toco cargar con ella durante todo el camino. Pensó que ya tenían suficiente con el cuidado de Baltazar, como para tener que cuidar al mismo nivel a Lefiya. Kain soltó un suspiro y pensó en la pequeña elfa, muy débil de mente y actitud. Siempre tímida ante una situación nueva o un evento imprevisto. Kain se preguntó ¿Qué será de ella si no madura?

Así que mientras hacían el camino hasta su casa, pensaba en que enseñarle para que madurara. Estaba claro que la magia de por sí sola no la ayudaría a mejorar. Así que mientras avanzaba, miró a Tatsumi que iba a su lado cargando a Baltazar igual que como él cargaba a Lefiya. Claro, Baltazar tenía tres años, así que las dimensiones del cuerpo eran muy diferente. Lefiya estaba a un paso de convertirse en una adulta según el razonamiento humano. No obstante, Tatsumi le pareció un buen socio para Lefiya, después de todo, su hijo era un cuarto de elfo y no era para nada despreciable. Incluso esas mocosas Haru y Mikoto (la familiar de Takemikazuchi) andaban locas por él. Kain pensó que solo era un tema físico, pero debe haber sido también el carácter serio de los asiáticos que le había transmitido su madre. ¿Será posible? Se pregunto Kain. Una era una mente abierta y rápida, pero cargada de timidez. Mientras que el otro era una mente cuadrada y rígida. ¿Quién sabe? Se pregunto Kain, los polos opuestos se atraen y pueden hacer una buena pareja.

Así que mientras Kain urdía en su mente los planes de casamentero, llegaron a su casa. Dejo descansar a Lefiya en una de las habitaciones de visitas y después les fue a contar a sus esposas porque Baltazar venía dormido. Por su parte, Tatsumi se fue al patio y se sentó debajo del manzano mientras disfrutaba de la agradable sombra.

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Por un lado, Kain le comunico sus preocupaciones a Isabel y Mikoto (madre de Tatsumi) acerca de Leifya. Ambas asintieron y después de conocerla durante un par de años, entendieron el punto. A ninguna le desagrado la niña, pero Isabel dijo que aún estaba muy joven para casarse, así que por ahora la acogerían con la mentalidad de que a futuro podría pasar algo. Isabel coincidió que los polos opuestos se atraían, así que acordó con Mikoto enviar a Tatsumi como escolta de Lefiya. De esa manera, ambos tendrían tiempo para conocerse y si era destino, nacería algo de forma natural.

Por lo tanto, con ese punto zanjado, a Kain le quedaba ver un último punto con Lefiya ¿De dónde saco el cristal?. Esa cosa era ultra peligrosa en las manos de cualquiera y más en las manos de alguien tan ingenua. Así que como a eso de las cuatro de la tarde, con el sol en todo su apogeo, se sentaron los dos a conversar bajo el manzano. La sombra los ayudaba a capear un poco el calor, pero no era suficiente, así que Isabel les trajo una jarra de vidrió con jugo. Estaba tan helada que con el calor, transpiraba y mojaba la mesa. No obstante, cuando Kain y Lefiya probaron el juego, se sintieron renovados. Después de eso vino el momento incomodo, Lefiya se miraba las manos sobre su regazo y en ningún momento miraba a Kain. Era como que por todos los medios posibles, quería guardar el secreto.

-¿Todavía no me quieres decir nada?- pregunto Kain

Lefiya negó con su cabeza.

Kain soltó un suspiro y miró el jardín de flores alrededor del manzano. Después de un rato de contemplar la nada, asintió y le dijo -Ok, no me digas nada, pero necesitamos cambiar el método en el que trabajas, es peligroso-

Por fin Lefiya levanto su rostro y lo miró con ojos cargados de inocencia -¿Por qué es peligroso?- pregunto

-Porque tu método implica un material peligroso que te podría matar-

-Disculpe, pero ya lo estudie y es un cristal con una consistencia similar a los diamantes, pero con propiedades mágicas-

Kain asintió como si supiera todo eso de ante mano y saco uno de los cristales -ven acá, Lefiya- dijo -te mostrare que pasa cuando te expones demasiado tiempo a este cristal-

Lefiya asintió, se levantó de su silla y camino hasta Kain. Este último permaneció sentado, mientras que Lefiya se quedó de pie.

Kain estiro su mano con la palma hacia arriba y en el centro estaba el cristal -coloca tu manos sobre el cristal- dijo

Lefiya hizo lo que le pidieron y lo quedo mirando con preocupación. Entonces Kain hizo fluir su mana junto a su fuerza del alma y canalizo la energía del cristal hacia la mano de Lefiya. Ella empezó a sentir que sus dedos se tornaron rigidos y su piel comenzaba a ponerse de un color grisáceo. Quiso retirar su mano por instinto, pero Kain se la sujeto con su otra mano por la muñeca. Ella se empezó a desesperar cuando empezó a sentir todo el brazo adormecido. No obstante, su real momento de terror vino cuando su piel se puso de color azul piedra y empezaron a emerger pequeñas puntas de cristal de su piel. Al mismo tiempo, ya no sentía los dedos y su brazo se sentía como un trozo de piedra dura. En ese momento se quedó congelada y no supo cómo reaccionar.

-¿Ves lo que pasa cuando te expones demasiado al cristal?- pregunto Kain en calma. Sin embargo, Lefiya no hacía nada salvo mirar su mano, con trozos de cristal emergiendo de su piel. De repente se puso a sollozar y trato de retirar su mano, pero Kain se la estaba sosteniendo. Se puso frenética y empezó a tirar con más fuerza, pero no se podía soltar. Sin embargo, se detuvo cuando sintió un terrible dolor a la altura del hombro, que era el lugar en donde la carne y la carne maldita por el cristal se unía.

-¿Por qué me hace esto?- pregunto entre lagrimas

-No te hago nada, Lefiya- respondió Kain con calma -al contrario, te estoy enseñado y te muestro que es peligroso jugar con cosas que no entiendes su alcance. Eres una maga y más que eso, eres una académica. A lo largo de tu vida te vas a encontrar con muchas cosas sorprendentes, pero no por eso, puedes hacer lo que se te dé la gana ¿entendido?-

Lefiya asintió entre lágrimas y Kain comenzó a retirar la energía del cristal de su cuerpo. A los tres minutos los trozos de cristal que emergían de la piel, se desvanecieron. A los cinco minutos la piel recobro su color y a los diez minutos el brazo volvió a la normalidad.

Lefiya levanto su mano y reviso su brazo desde el hombro a la punta de los dedos. Lo había recobrado, se dijo y soltó un suspiro de alivio.

Kain la quedo mirando con una pequeña sonrisa y le pregunto -¿ves que era más peligroso de lo que tú te imaginabas?-

Lefiya asintió y miró al suelo.

Kain soltó una pequeña risita y le acaricio el rostro en un gesto amable -no te pongas triste- dijo -todo es aprendizaje. Por otro lado, te tienes que equivocar algunas veces para poder crecer. Solo trata de equivocarte de manera que te puedas volver a poner de pie-

Lefiya asintió con los ojos cubiertos de lágrimas, pero esta vez no lloro. Sonrió y se limpió las lágrimas con la manga de su blusa.

-Bien- dijo Kain con un ánimo renovado -ahora explícame como llegaste a la conclusión de utilizar cristal para convertirte en una maga de ataque-

-Sí, bueno- dijo Lefiya en su usual forma dubitativa -llevo bastante tiempo estudiando el diario de la señora Catalina-

-Catalina está bien- intervino Kain -ella no era la clase de persona que le gustaban ese tipo de distinciones. Era muy ruidosa y amiguera, así que llámala Catalina-

-Bien, como le iba diciendo, llevo estudiando el diario de Catalina durante mucho tiempo y me di cuenta que nosotros ocupamos un sistema de magia con intermediario. Nunca hacemos magia por nuestra propia cuenta, sino que utilizamos la asistencia de un sistema rúnico que nos permite activar fenómenos mágicos. Esto a su vez, es limitado dado la afinidad del espíritu y la sangre. Así que yo me preguntaba ¿Cómo puedo canalizar mi magia en una forma ofensiva? Puedo imitar algunos de los ataques de Riveria, pero no puedo alcanzar su fuerza ni velocidad. Así que pensé en buscar medios externos. Probé primero con los cristales del calabozo, los cuales tenían algo de utilidad, pero me atrevo a decir que su compatibilidad es del cinco por ciento-

-Pero los artilugios de Orario utilizan esas piedras- intervino Kain

A lo que Lefiya asintió y continuo -así es, pero yo busco la eficiencia y no puedo andar acarreando un pentagrama cada vez que quiera hacer magia. Por lo tanto, quedo descartado. Así que seguí a buscando otros materiales que condujeran la magia, pero nada servía, incluso el acero de damasco-

-Así que llegaste a los cristales-

-Así es- respondió Lefiya mirando al suelo y dándoles breves mirandas, como tanteando el terreno y esperando que le pregunte por su origen.

Kain negó con una sonrisa y espero a que ella Lefiya continuara.

-Una vez que estuve segura que los cristales eran un buen conductor de mana- continuo Lefiya -pensé en un hechizo que vinculara mi magia y me permitiera manipular los cristales. Solo tiene un pequeño alcance de treinta centímetros, por eso los cristales volaban sobre mi cabeza. No obstante, usted vio el resultado. Ahora, si pudiera encontrar un sustituto-

-Los hay, pero tienes que estudiar las runas y aprender herrería- dijo Kain

-¿Pero cómo?- pregunto ella confundida

Kain sonrió y le dijo -qué no lo hayan fabricado en estas tierras, no quiere decir que nunca se haya hecho-

Lefiya miró a Kain lleno de expectativas y abrió su boca para preguntarle. Sin embargo, se topó con un mano que detuvo sus palabras.

-No te puedo enseñar en el sentido estricto de la palabra- dijo Kain en un tono serio -pero te puedo mostrar el camino. Entiende esto Lefiya, una vez que desarrolles esta tecnología, el mundo cambiara contigo ¿te atreves a dar el paso adelante?-

Lefiya quedo en trance sin saber que responder. No esperaba que fuera algo tan, complicado.

Kain tomo una profunda respiración y se puso en pie. Paso por el lado de ella y le coloco la mano en el hombro -no te preocupes, medítalo y una vez que estés segura hasta adonde quieres llegar, hablemos otra vez- dijo -por otro lado, no es necesario que desarrolles estos artefactos. Si puedes entender la magia de Catalina, créeme, podrás plantear todo un sistema nuevo de magia sin cantico ni nada por el estilo. Será tuyo y podrás compartirlo con quien tú quieras. Sin embargo, como te acabo de enseñar, tienes que tener cuidado con lo que haces. Lamentablemente, las cosas no son tan fáciles como parecen, pero con la suficiente determinación, todo es posible-

Kain se retiró mientras Lefiya quedaba de pie mirando el infinito, al amparo de la sombra del manzano. Paso una hora sin moverse y cuando decidió hacerlo, solo pudo sentarse en la silla de su maestro mientras elevaba su mirada al cielo, en donde se entrecruzaban las ramas y hojas del manzano. Seguía mirando la nada y pensando hacia donde ir y como llegar a su meta. Pensó que con los cristales había llegado al final de su camino y de ahí en adelante sería todo un plano, sin baches, ni subidas, ni bajadas. No obstante, por desgracia su sueño de grandeza se vino abajo gracias a su maestro y ahora se daba cuenta de lo insignificante que eran sus avances. Si su meta estaba al final de una larga escalera de cien peldaños, solo había subido el primer peldaño.