Al otro día, el viaje fue en completo silencio como era en un principio. Por un lado estaban ellas, emanado un aire lleno de incomodidad. Por otro lado, estaba Kain siendo indiferente. No obstante, todo ese ambiente duro hasta el almuerzo. Sin decir nada, Kain comenzó a cocinar mientras que ellas esperaron la comida. Una vez que estuvo todo listo, Kain repartió los pocillos con comida y todos se sentaron alrededor de la hoguera. Mientras solo se escuchaba un cuchareo y el crepitar de la hoguera, la mujer del pelo esmeralda se sacó su capucha y miró a Kain.
-Lo siento, señor Kain- dijo
Kain detuvo su cuchara y la miró a los ojos, ella parecía una persona que cargaba con un problema. Muy diferente de la despreocupada actitud de Aina, esta mujer parecía importarle todo -mientras no se repita de nuevo- dijo -por mi está bien- después de eso, retomo la cuchara y siguió comiendo. La mujer de pelo esmeralda agacho la cabeza y Aina sonrió con incomodidad.
-Oye Kain ¿sabes magia?- pregunto Aina
-Mas o menos- dijo Kain mientras seguía comiendo
Aina probo una cucharada y después le dijo -¿Qué clase de magia manejas?-
-Un poco de todo-
-Ahí vas de nuevo mintiendo-
Kain sonrió y levantó los hombros con indiferencia -ya te lo dije- respondió -depende de ti creerme-
-¿Cómo hizo lo de ayer?- pregunto la elfa de cabello esmeralda
Kain la quedo mirando a los ojos hasta que ella agacho la mirada.
-Kain- dijo Aina -no te lo tomes a mal, Riveria solo pregunta porque le gusta la magia-
Kain negó con la cabeza y le respondió -no me lo tomo a mal, pero por lo general, la gente da su nombre antes de preguntarle algo a los demás-
La elfa de pelo esmeralda levantó su rostro y se sonrojo, hubiera sido una linda cara pero tenía esa mirada entre aburrida e intelectual que le quitaba todo lo tierno que podría tener -Lo siento- dijo -mi nombre es Riveria Ljos Alf-
-Jo, jo- dijo Kain con un tono burlón mientras sonreía con cierta sorpresa -así que eres la mocosa del reino de los elfos-
-¡Kain!- dijo Aina en un tono enfadado -no debes hablarle así a su majestad-
-¿O que?¿Me enviaran a sus soldados? Jajajaja, tu reino solo perdería a sus soldados. Dejando eso de lado, ustedes son mocosas. Yo ya tenía más de veinte años cuando escuche de su nacimiento. Bien ¿Quieres saber sobre mi magia? pero ¿Qué sabes tu sobre la magia?-
Riveria perdió su rubor y dejo su cuenco de comida a un lado -la magia es el milagro de la humanidad- dijo -en un principio lo aprendieron nuestros antepasados al querer imitar la fuerza de la naturaleza y después de descifrar cómo funcionaba, se creó la magia moderna-
-¿Cómo funciona?- pregunto Kain
-Eso- dijo Riveria tomando una pausa y mirando a Kain a los ojos mientras pensaba en cuál era la respuesta que buscaba. No lo intuyo, fue como mirar un abismo insondable, como tratar de predecir los pensamientos de una planta -a través de la conexión de la sangre, el estudio y la autoridad sobre los espíritus-
Kain sonrió y negó con su cabeza, cuchareo su pocillo y después miró a Riveria -no sabes nada- dijo y después siguió comiendo su comida.
Riveria apretó su ceño y lo cuestiono -¿Por qué no sé nada?-
Kain probo una cucharada de comida y mientras procesaba la comida, le dijo al mismo tiempo que se tapaba la boca -no sabes cómo funciona la magia-
-No te entiendo-
Kain trago su comida y le dijo -no saco nada de explicarte la magia que hice ayer, sería como que un alquimista, le explique a un rey como elabora una medicina. El rey entenderá que se mezclan cosas, pero no entenderá el proceso que hay de por medio, mucho menos los cálculos y medidas. Así que estudia más y a lo mejor un día te explico lo que hice. Es bastante sencillo, pero si no entiendes cómo funciona la magia, será como hablarte en una lenguaje extranjero- después de eso siguió comiendo.
Riveria agacho la cabeza mientras Kain continuaba cuchareando y le pregunto -¿Es porque soy mujer?-
Kain termino de comer su comida y dejo su pocillo de lado -no conozco tus problemas- dijo -pero no es por eso, ya te lo dije. Haber- soltó un suspiro -mira esto-
Kain extendió sus manos hacia adelante y estiro sus dedos apuntando al cielo. Riveria le podía ver las enormes palmas. Comparadas con sus finas y pequeñas palmas, estas eran las manos de un gigante. Por su parte, Kain se concentró y generó en la punta de cada dedo, un tipo diferente de magia. La energía se condenso y se formaron esferas de diferentes tipos de materia; Hielo, agua, tierra, piedra, fuego, lava, viento, electricidad, oscuridad y sagrado. Todas las esferas danzaban sobre la punta de los dedos de Kain y Riveria no lo podía creer.
Por otro lado, Aina que estaba un poco mas allá, se tapaba la boca en un gesto de incredulidad.
-¿Cómo lo hace?- pregunto Riveria en shock
-Ya te lo dije- respondió Kain -si no sabes como funciona la magia, no sirve de nada explicarte. No te enseñare, pero te diré que el conocimiento común que has recibido, esta hasta cierto punto erróneo. Si quieres hacer magia como los demás, puedes seguir ese camino y verte limitada por el pensamiento. Si quieres tener toda la magia al alcance de tu mano, debes estudiar las cosas desde otro punto de vista. Debes entender que toda la magia funciona de la misma manera. Lo diferente es el resultado-
Riveria agacho la cabeza y comenzó a pensar en algo, dejando así la conversación inconclusa. Por otro lado, Kain sonrió al verla tan concentrada.
-o-
Al día siguiente, durante todo el viaje, la hora de comer y la hora de dormir, Kain escucho unas cien veces la misma petición. "Enséñeme por favor". A lo que él se negó, no es que no tenga ganas de enseñarle, pero la advertencia estaba dada. Kain ya se había sobrepasó diciéndole que estaba limitándose, más que eso, significaría intervenir en el mundo. Una vez que Riveria aprenda la magia como Kain la conoce, otros se empezaran a preguntar como lo hace y así, de forma paulatina, la magia en el mundo cambiara. Generando un efecto muy diferente de lo que hizo con sus discípulos, que dentro de todo, solo les enseño a como ocupar los recursos que ya tenían disponibles.
Mientras avanzaban por la carretera, Kain iba pensando en todos los posibles resultados que podría tener enseñarle sobre la magia y desestimo cualquier ayuda. Kain iba apoyado sobre la baranda mientras miraba el cielo azul. Era tan calmado y tan limpió, si el sol no estuviera pegando tan fuerte, sería un día perfecto.
-Kain ¿Por qué no me quieres enseñar?- pregunto Riveria una vez más, tenía la capucha cubriéndole parte de la cara. Pero por su tono de voz, parecía estar deprimida.
-¿Sabes guardar secretos?- pregunto Kain en un tono tranquilo mientras seguía mirando el cielo
-Sí-
-No puedo intervenir con este mundo, si lo hago, seré sacado en el acto-
Riveria no supo que responder en ese momento. Solo una media hora después dijo entre murmullos -si no me quieres enseñar, solo tienes que decirlo, no es necesario que inventes tal mentira-
Kain sonrió al escucharla.
-o-
Un día antes de llegar a Orario, el ambiente entre los tres era bastante ameno, si solo Riveria no le recriminara a Kain por ser supuestamente "tacaño", todo sería perfecto. Por una parte, Kain estaba aliviado de que su viaje juntos durara hasta mañana. Riveria no le daba ningún momento de descanso, todos los días insistía en lo mismo, mientras que Kain, le respondía lo mismo. Ella se enojaba y después volvía arrepentida. Kain no se molestó en ningún momento, ya que sabía que solo era la curiosidad por algo que no entiendes.
El último día de viaje, fue el más tranquilo de todos. Conversaron poco, incluso Riveria se abstuvo de insistir en su solicitud. Una vez que llego noche, los tres se prepararon para tener una buena comida de despedida. Mañana avanzarían temprano y una vez que llegaran al cruce, Kain y las chicas se separarían. Así que si querían tener una buena despedida, este era el momento.
Como otras veces, Kain se ocupó de la comida, mientras que las chicas limpiaron y se dedicaron a ordenar los alrededores. Una vez que estuvo listo el festín, comieron mientras conversaban de muchas cosas. El tiempo de Riveria en el palacio, como fue crecer como una princesa y porque dejo su reino. El problema era simple, Riveria quería ser una reina que gobernara su reino y no quería ser solo una máquina para producir herederos. A eso le sumas su deseo de dominar la magia y la ayuda de Aina y vualá: La princesa del reino de los elfos, escapo de casa.
Kain saco una botella de vino y se sirvió una copa mientras la escuchaba. Una vez que Riveria termino de contar su historia, Aina le pidió a Kain que le convidara vino. Cosa que él hizo, después siguieron conversando. Esta vez fue Aina.
Aina era prima de Riveria y como pertenecía a la rama de la familia, le toco servir a Riveria. Cuando eran niñas era más una pelea de gatos y perros. Pero con la madures, se centraron y se volvieron amigas. Así que Aina al ver a Riveria angustiada con toda la situación del matrimonio y los pretendientes (que cada uno era peor que el anterior), le ayudo a escapar. Ahora estaban de viaje y dentro de todo, Kain fue la primera persona que conocieron fuera del reino.
Cuando Aina termino de contar su parte, los tres estaban sentados en un semicírculo, sobre un frazada, frente a la hoguera. Esto era una fiesta, era un banquete, pero su única música de fondo era arrullo de los grillos y el canto de los búhos. El cielo nocturno estaba sobre sus cabezas y la hoguera iluminaba a forma de velas.
-Salud- dijo Kain levantando su copa -por desafiar al destino-
-Salud- dijo Aina con una gran sonrisa mientras acercaba su copa -por grandes aventuras-
-Yo, yo no tengo copa- dijo Riveria apenada
-Lo siento, pero nada de vino para ti, no quiero morir- dijo Kain con una sonrisa burlona
Aina miró a Riveria, soltó un suspiro y le dijo a Kain -dale vino, pero solo una copa-
-¿Estas segura?-
-Sí, si es solo una copa no debería haber problema-
-Si tú lo dices- respondió Kain con escepticismo.
Una vez que los tres tuvieron su copa, brindaron varias veces. Al final el brindis solo era una cosa estúpida para estar felices y alegrarse de las pequeñas cosas de la vida. No obstante, como a eso de las tres de la mañana las cosas se empezaron a poner calientes. Por una parte, Riveria tenía la blusa completamente abierta y por otra, Aina andaba sin pantalones. Solo llevaba su blusa y estaba sentada sobre el muslo derecho de Kain. Este último le agarraba el trasero. Aina podía ser un elfa pecho plano, pero lo que no tenía de tetas lo tenía en el trasero.
Después de que Riveria comenzó a cabecear, Aina se acercó a Kain y este último la beso. Aina sonrió en ese momento y cruzo sus brazos alrededor del cuello de Kain mientras lo besaba. Por su parte, Kain pasaba sus manos por la fina espalda y le masajeaba el trasero. Era una cosa tan tersa, llena y carnosa que era un gusto.
Al rato después se despertó Riveria. Estaba un poco mareada, pero capto con claridad como Kain recostaba a Aina sobre la frazada y la besaba sin descanso. Aina por una parte se desabotonaba la blusa y Kain se quitaba la camisa. El largo cabello blanco acompañado por un físico atlético, le parecieron eróticos a Riveria.
Kain se abalanzo sobre Aina y le comenzó a besar los pequeños senos. No obstante, aunque quería continuar bajando, alguien lo detuvo. Una pequeña mano le toco la espalda y Kain miró hacia atrás. Vio a Riveria con las mejillas coloradas en una combinación de borrachera y lujuria. Diferente de su usual rostro aburrido e intelectual. Este rostro se veía joven e inocente, como si se acercara a lo desconocido sin saber a dónde se estaba metiendo. Kain no se hizo problema, sonrió y se sentó sobre la frazada. Invito a Aina a una pierna y después invito a Riveria a la otra.
Esa noche, termino bastante tarde.