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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Anime & Comics
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Apócrifo - Gods land - Capítulo 31

Pasado el mediodía, Kain y Mikoto llegaron al piso 10, un lugar lleno de humedad, en donde la niebla lo cubría todo y arboles resecos de un blanco espectral estaban por todos lados. Por otro lado, Mikoto había pasado luchando sin parar hasta este momento. Incluso si Kain le fue curando cualquier herida que se hizo en el trayecto, se sentía fatigada en extremo. Kain opto por detenerse y en un esquina del neblinoso piso, creo un refugió en forma de domo de piedra. Una vez que estuvieron seguros en la oscuridad del refugió, Kain lanzo con su mano izquierda su magia emitir luz. Después extendió una gran manta en el suelo y le señalo a Mikoto para que se acostara a descansar.

-Estoy bien- dijo ella con una clara molestia y un rubor en sus mejillas.

Kain negó y le respondió -necesitas descansar, estas creciendo a un buen ritmo, pero si te lesionas tu progreso llegara hasta ahí-

Mikoto frunció el ceño igual que Tsubaki y se acostó sobre la manta en un movimiento brusco. Kain trago saliva, ya que pudo ver como esas dos grandes y gruesas montañas se estremecieron. Prácticamente fue como si todo su pecho se moviera en un movimiento gelatinoso. Kain aparto la mirada para no seguir tentándose y se sentó en una esquina del refugió. Al poco tiempo, Mikoto empezó a dormir produciendo un suave sonido de respiración. Kain se sentó en posición de loto y medito.

Dos horas después, la magia emitir luz se desvaneció y el refugió quedo a oscuras. Mikoto se despertó en ese momento y comenzó a gritar -maestro Kain ¿Me escuchas? ¿Adónde te fuiste?- pregunto asustada.

Kain abrió sus ojos y lanzo de forma instantánea la magia para iluminar.

Mikoto al verlo se abalanzo sobre él y lo abrazo -pensé que te habías ido- dijo con miedo y lo abrazo

Kain se quedó un poco sorprendido, pero tratando de actuar normal, la abrazo sin ninguna intensión en específica, solo con el deseo de confortarla.

-Tranquila- susurro Kain -no me iré a ninguna parte, por ahora te acompañare-

Ella asintió varias veces y levantó su rostro para darle un pequeño beso. Después se separó y lo quedo mirando para ver como reaccionaba.

Kain tomo una gran respiración y le pregunto -¿Por qué tan de repente?-

-No es tan de repente- dijo Mikoto con una sonrisa suave, se acercó a kain y apoyo su cara en el cuello, después cerro sus ojos mientras le decía -desde que te vi me quede prendada. Solo…solo pasa que no me gusta que tengas otras mujeres, perdón, a pesar de que yo tengo una hija-

-Eso nunca ha sido un detrimento- respondió -aunque un poco lengua larga, Tsubaki es una niña muy divertida-

-Lo sé- respondió Mikoto con una sonrisa -por eso está bien si es contigo. Sé que nunca dañaras a mi niña-

-¿Estas segura? Yo me voy a casar en unos años. Voy a tener varias esposas-

Mikoto asintió -ya te lo dije, si es contigo está bien. Eres más de lo que alguna vez soñé-

Kain asintió y agacho su rostro para acercarse a Mikoto. Ella entendió el gesto y también acerco sus labios para disfrutar del momento. Se besaron en un intercambió lento y sin apuro. Después se volvieron más apasionados y Kain pensó en deslizar sus manos a la tentación. No obstante, por un momento se detuvo y lo pensó mejor.

Al mismo tiempo, Mikoto sintió que la boca de Kain se detuvo, se alejó un poco y le pregunto -¿Hay algo malo en mí?-

-No- respondió Kain con una sonrisa y le acaricio la mejilla derecha -es solo que no es el mejor lugar para hacer esto. Cuando lleguemos a Riviria será un buen momento-

-Entiendo-

Se dieron un último beso y se separaron.

Después de deshacer el refugió, Mikoto y Kain se dirigieron a los pisos inferiores. Mikoto pudo luchar un poco más por su cuenta, pero ni aunque hubiera dormido todo el día se hubiera recuperado por completo. La fatiga era visible, así que Kain tomo el relevo. Mientras avanzaban luchando contra todo lo que se les cruzara, Kain le fue explicando los conceptos de fluir como el agua. Mikoto lo escuchó con atención en todo momento y en las partes cruciales le pregunto varias cosas. Kain amaba eso de Mikoto, era como si estuviera obsesionada con mejorar su estilo de lucha. Pensó por un momento que se estaba perdiendo como herrera. No obstante, nunca lo menciono, incluso si es un mal camino, es el camino que ella eligió.

Cuando llegaron al piso quince, Mikoto no pudo seguir más y cayó rendida del cansancio. Así que Kain la tomo en brazos y siguió caminando mientras ella dormía. Por otro lado, parece que su estado de aparente indefensión fue un imán para los monstruos. Empezaron a aparecer una gran cantidad de lobos y conejos. De vez en cuando aparecían grandes minotauros en grupos de tres y cinco, pero contra la magia de Kain no pudieron hacer nada. No obstante, con lo que Kain no contaba era con personas malintencionadas.

Un grupo de cuatro aventureros corrió en dirección a Kain mientras tenían crueles sonrisas en sus rostros. Detrás de ellos iba una gran colección de monstruos corriendo en un estampida que parecía casi imparable. Los aventureros pasaron por el lado de Kain riendo sin detenerse. Por su parte, Kain llevaba a Mikoto en sus brazos, así que no tenía como reaccionar. A lo mejor antes, eso habría sido un problema, pero ahora no era ningún detrimento. Delante del cuerpo de Kain y Mikoto se creó una pequeña esfera ígnea brillante que palpito emitiendo una luz rojiza.

Al mismo tiempo, cuando los monstruos llegaron delante de Kain, la pequeña esfera ígnea exploto hacia adelante consumiendo a las bestias y sonando con el poderoso rugido de un dragón. Delante de Kain todo se convirtió en un hirviente magma caluroso y humeante. De los monstruos y las piedras no quedo nada.

Por su parte, los aventureros que habían hecho la travesura, quedaron en shock y al instante siguiente salieron corriendo sin esperar a saber como reaccionaría Kain.

Gracias al calor, Mikoto se despertó y miró alrededor -¿Qué paso?- pregunto

Kain le dijo -tranquila, sigue descansando, solo fueron una pequeñas sabandijas-

Mikoto levantó su rostro y le preguntó -¿Puedes bajarme? Ya me siento mejor-

Kain asintió y así lo hizo, después se quedaron mirando a los ojos. Como ninguno decía nada, Kain hablo primero -tienes que decirme cuando te cansas, solo eres una nivel 2-

-Lo sé, querido- dijo Mikoto sonrojada

-Ven- dijo Kain mientras sonreía y le hacia el gesto con el dedo índice

Mikoto se acercó a Kain con las manos juntas a la altura de su abdomen y lo miró a los ojos.

Kain le acarició la mejilla derecha y le dio un pequeño beso -Qué no vuelva a pasar- le dijo

Mikoto sonrió y negó con un gesto alegre -no pasara- respondió

Después de eso, Kain y Mikoto siguieron avanzando sin mayor contratiempo hasta llegar al piso diecisiete. Casi al final del camino, un poco antes de llegar a Rivira, había una gran cueva. Desde la entrada había una pendiente que bajaba por varios metros hasta llegar al base del piso, parecía una colina. Por otro lado, desde el piso al techo habían veinte metros de altura y de ancho era tan grande como el coliseo de Ganesha. Por su parte, Kain quedo mirando desde lo alto de la colina a un gigante atrapado en una pared de cristal azul. Parecía estar reposando, o más bien, esperando a que alguien pasara por su lado para despertarse. Kain había escuchado de esta criatura.

-Mikoto- dijo Kain con una sonrisa -espérame aquí, iré a jugar con esa cosa-

-¿Esta seguro?- pregunto Mikoto a su lado

-Tranquila- dijo Kain mientras empezaba a realizar una seguidilla de gestos con sus manos -será un calentamiento-

-Tenga cuidado-

Kain coloco sus manos sobre su pecho y se llenó de tatuajes de cadenas por todos lados. Después se volteó y asintió a Mikoto.

Kain descendió por la colina mientras Mikoto lo miraba y se apretaba con nerviosismo la tela de hakama. Ella también ha escuchado de esta bestia. No obstante, eso fue cuando acompaño a su familia en un trabajo. Nadie, salvo los mejores aventureros de las prestigiosas familias lo enfrentaban solos. Ahora va Kain a probar su suerte. Ella sabe que él es fuerte, pero la incertidumbre en su corazón nadie se la puede quitar.

Por otro lado, Kain camino mientras miraba a la criatura. Como iba descendiendo, daba la impresión de que la criatura iba creciendo.

Una vez que llego a la base del piso, a unos diez metros del gran monstruo Rex del piso diecisiete, la criatura se despertó. El cristal que lo aprisionaba comenzó a caer al suelo en grandes trozos. Cada vez que caían al suelo se producían una quebrazón ensordecedora. Kain quedo mirando como la criatura estiraba sus brazos y se impulsaba hacia afuera, como si la pared de cristal lo estuviera reteniendo. Con un solo gran impulso, la criatura salió mandando a volar una gran cantidad de cristales por todos lados. Se paró firme delante de Kain y lo quedo mirando.

Kain miraba a la criatura mientras cruzaba los brazos. La examinaba de pies a cabeza descubriendo que no tenía nada más aparte de su gran estatura y su piel gris, parecía alcanzar los siete metros de alto. Asintió un par de veces y dio un paso para comenzar el ataque. Ahora, lo que no esperaba era que la gran criatura se moviera a una velocidad vertiginosa.

La criatura cerro su puño y se agacho para lanzar un poderoso gancho. Kain al estar confiado lo recibió de lleno y salió volando, realizando una parábola por más de veinte metros y chocando contra un muro para quedar incrustado.

Mikoto que lo vio todo desde lo alto de la colina, corrió con todas sus fuerzas para ver si Kain estaba bien, pero al final no fue necesario. Kain casi al instante salió desde el agujero que había dejado en la muralla de piedra y salto para contraatacar. Cayó tres metros por delante del monstruo y con el revestimiento del touki, dio un gran saltó y conecto un poderoso puñetazo en la mandíbula del monstruo Goliath. La cabeza de este último se elevó por la fuerza del impacto, pero no perdió su conciencia. Movió su mano derecha en un movimiento horizontal y le pego un manotazo.

Kain salió volando, chocando contra el suelo y rebotando en reiteradas ocasiones hasta quedar tumbado en el suelo. No obstante, como si fuera un acróbata, Kain se paró de un salto y llamo a sus dos lanzas negras para equilibrar la gran diferencia de fuerza. Una vez que estuvo preparado, corrió a una gran velocidad y se posiciono detrás de los tobillo izquierdo del Goliath. Con un movimiento giratorio, le corto los tendones. El Goliath dio un fuerte rugido nasal cuando sintió el golpe, pero poco pudo hacer. Su cuerpo siguió las leyes de la física y perdió el equilibrio. Su tobillo se dobló en un ángulo extraño y cayó hacia adelante. Tuvo que apoyar su mano izquierda para no irse de cara. Después quiso mirar hacia atrás en un intento de captar el movimiento de su invasor, pero no alcanzo. Kain ya se había movido hacia el lado derecho y para cuando Goliath pudo mirar, ya le había cortado el otro tobillo.

Con el Goliath de rodillas, Kain salto y corrió por la gran espalda. Junto su touki mientras avanzaba y reforzó el filo de las lanzas, alargándolas dos metros. Cuando llego al cuello dio un giro mientras extendía ambas lanzas, dando la impresión de que era una especie de cierra circular y decapito al Goliath.

El cuerpo del gigante cayo con un gran estruendo y Kain cayo unos cinco metros más allá. Al poco rato, el cuerpo se convirtió en partículas de luz y lo único que quedo, fue una gran piedra purpura cristalina. Kain camino hasta ella y la guardo en su anillo. Se dio la vuelta y vio a Mikoto en lo alto de la colina. Camino hasta ella mientras guardaba sus lanzas sin el mayor esfuerzo.

Al llegar a la cima de la colina, Mikoto abrazo a Kain y no se despegó de él hasta que llegaron a Rivira.

-o-

-Este lugar se ve igual que siempre- dijo Kain con cierto desagrado. Estaba a las afueras del campamento base de la zona de descanso. Aún seguía siendo un cumulo de casas destartaladas y amontonadas unas sobre otras. Rivira era un lugar hermoso, casi un pequeño Eden, pero este conjunto de chozas lo afeaba todo. Kain se dio media vuelta y le dijo a Mikoto -vamos a otro lado, este no es un buen lugar-

Mikoto miró el campamento por un tiempo, tuvo algunas dudas, pero al final asintió.

Después de eso, Kain se acercó a uno de los costados del gran piso y creo un refugió para los dos. El lugar era como una pequeña propiedad de treinta metros cuadrados que estaba separada por una gran muralla de piedra de tres metros de alto. Cualquier aventurero con un mínimo de habilidad la podría sobrepasar, pero cualquier aventurero con un mínimo de habilidad se daría cuenta que es peligroso husmear. Algo como esto no nace solo y si alguien es capaz de hacerlo sin el menor esfuerzo, quiere decir que es estúpidamente fuerte.

Por otro lado, cuando estuvo lista la muralla, Kain desempaco las cosas para armar un campamento. Después utilizo su magia y creo una piscina de un metro de profundidad. Con magia de agua la lleno y con magia de fuego la calentó. Ahora tenían sus propias aguas termales. Algo que sus cuerpos después de todo un día de extenuante ejercicio pedía a gritos.

-Báñate tu primero- dijo Kain -yo estaré armando la tienda-

Mikoto se puso roja, estiro su mano y sujeto con la punta de sus dedos la parte trasera de la camisa de Kain -yo, bueno- dijo con cierto nerviosismo -creo que no habría problema si…si nos bañamos juntos-

Kain levantó la comisura de su boca y se dio la vuelta. Miró a una ruborizada Mikoto y la beso. Al mismo tiempo, Mikoto le devolvió el beso y estiro sus manos para desabrocharle la camisa. Kain también estiro sus manos y masajeo esa carne tentadora. Unas tetas extra grandes para disfrutar durante todo un día, pensó. Eran tan grandes que ni siquiera le cabían en las manos y solo una persona ha logrado eso en esta vida. Ahora encontró a la segunda.

En medio del pasto, Kain y Mikoto se tumbaron en un intercambió de besos y jadeos. La temperatura estaba subiendo a altos niveles y los dos no dejaban de restregarse el uno con el otro. Eran muchos los pensamientos que los unían más que el deseo. Esto último solo fue el detonante. Por un lado, Mikoto añoraba el calor de un hombre, habían sido demasiados años de sequía y muchas veces sintió que estaba a punto de explotar. Lo único que la detenía para comportarse como una golfa era su hija. Si ella se desinhibía, podía pasarle algo a su hija. Por otro lado, el hombre delante de ella era muchas cosas, pero sobre todo era alguien cariñoso y bueno. Si eran él, pensó que no habría problema. Podría lanzarse al placer y a la lujuria y mantener todo lo que tenía en el proceso. A lo mejor, hasta ganar algo valioso en el proceso. Ese mañana lleno de posibilidades la excitaba y la hacía querer avanzar a un ritmo más acelerado. Saltarse los juegos y entrar de lleno, o más bien dicho, que él entre en ella de lleno.

Una vez que estuvieron completamente desnudos, Kain invirtió su posición y le comenzó a comer el sexo. Mikoto tirito al sentir ese electrizante sentimiento por toda su espina dorsal. Después de disfrutar con plenitud durante unos segundo, trato de devolverle el favor. Mikoto abrió la boca grande y se metió la punta del glande. Lo limpió con su lengua y después lo saco para empezar a lamer el tronco mientras su mano seguía estimulando la punta. Ella escucho un gemido de placer y se sintió extasiada. Por su parte, Kain comía todo lo que pudo y paso degustando una lampiña vagina. Kain pensó que Mikoto estaba esperando que esto pasara, ya que la rasposa sensación de los bellos, le decía que hace poco había pasado la navaja. No obstante, no le importo.

Al cabo de unos minutos, volvieron a verse a los ojos. Kain por fin se fue a las grandes tetas y las lamió, las apretujo y las beso. Era una sensación intoxicante. Por su parte, Mikoto solo le acariciaba la larga cabellera blanca. Se reía con la cara de felicidad que ponía Kain. No obstante, ese momento fue breve. Kain no pudo aguantar más, le dio un beso en los labios y le pregunto -¿pudo?-

Mikoto asintió y Kain utilizo su mano para apuntar a la abertura. Mikoto sintió como sus paredes se expandieron con gran dolor y placer. Era una sensación tan intoxicante que se mordió los labios y cerró los ojos degustando el momento. Kain acerco su boca e inserto su lengua. Ella la succiono mientras sentía que volvía a ser mujer. Ese pulgar sobre su sexo la volvía loca y esa hombría la atacaba haciéndola agonizar. Eran muchos sentimientos en un solo instante.

Después de unos minutos, Kain acelero su movimiento y Mikoto se abrazó a Kain sabiendo que venía el momento. Ella lo sentía venir, era inminente. En ese momento Kain gruño, dio la última embestida y dejo salir todo lo que había cumulado. Al mismo tiempo, Mikoto sentía que su mente se iba a blanco y perdía la noción de donde estaba y quien era. Solo estaba este intoxicante sentimiento y el gusto de por fin acabar. No con su mano, no con un juguete, si no por un hombre, uno que le gustaba y le producía muchas cosas, sobre todo, felicidad.

-o-

Después de una larga noche de pasión y una buena siesta, Mikoto y Kain siguieron su viaje. Pasaron de manera rápida por los pisos veintiuno al veinticinco y llegaron a su destino. Era un bosque enorme con una vegetación colorida. Kain le explico a Mikoto lo que estaba buscando. En total eran cuatro plantas que necesitaban de este lugar. Mikoto tuvo un buen ojo, incluso mejor que el de Kain. Así que este último la elogió en reiteradas ocasiones ya que encontró gran parte de las plantas. Durante el resto del día pudieron completar cuatro juegos de todo. Así que una vez satisfechos, Mikoto y Kain acamparon en un refugió construido por este último. Se bañaron en unas aguas termales e hicieron el amor. Ya cuando quedaba poca luz de "día", Kain ilumino el refugió y reviso una vez más las plantas. Había que ser cuidadoso con los detalles y no confundirlas con la maleza.

-Kain- dijo Mikoto -te veo muy feliz, pero ¿Es tan difícil encontrar estas plantas?-

Kain sonrió mientras miraba los cuatro juegos -claro- respondió -de lo contrario tendrías que ir a donde viven los bloodsaurus en el piso treinta y cinco-

-¡Ah!- exclamo Mikoto gritando. Sus ojos parecían que se iban a salir de sus cuencas.

Kain al ver esa expresión de incredulidad soltó una risita -es verdad- dijo -es muy complicado reunir estas plantas. Cada una costara unos quinientos mil valis-

Mikoto dejo caer su mandíbula inferior, después se sintió deprimida y murmuro -he perdido toda mi vida siendo herrera, hubiera sido mejor estudiar alquimia-

Kain la atrajo y la abrazo -no es así- le susurro -para encontrarla te fue fácil, pero para llegar a este lugar yo tuve que leerme toda la biblioteca de la guild. Tuve que analizar un montón de información y aprender lo poco que salía de la flora y fauna. Así que no es tan fácil, por lo tanto, no te desalientes. Por el dinero no te preocupes, por ayudarme te pagare un buena tarifa-

Mikoto asintió y se acercó para que la besara. Kain sonrió y pensó que si la abuela Mamiko estuviera viva, le agradaría Mikoto. Ella es todo lo que le gustaba a la anciana, sobre todo esa modestia y elegancia en sus gestos. No obstante, Kain no hizo esperar a Mikoto y la beso en un intercambió largo y apasionado.